HOLA! :D Antes que nada, sé que debería estar actualizando 3 diferentes fics, pero no me pude contener a escribir este one shot. Como sea, me inspire al escuchar "Cop Car" de Keith Urban.

OUAT no me pertenece.

Conduje hasta el aeropuerto.

-¿Estas segura de que no nos encontraran? – dijo ella mirándome.

-Por supuesto – dije estacionándome dentro del área donde rezaba "Prohibido el paso".

Ella suspiró y me tomó de la mano.

-Te quiero, Swan – dijo sonriendo.

-Y yo a ti, Mills.

Varios aviones despegaban de la pista y yo la miraba como si fuera la cosa más preciada del mundo, hasta que las luces de la policía nos interrumpieron.

-La policía -susurró ella mirándome.

-Mierda… Tu papá me va a matar… Pero no me arrepiento de nada.

Ella me miro como si estuviera loca. Iba a decir algo mas pero la manera en que las luces azules se reflejaban en los ojos de Regina, hacía que mi corazón se sintiera como si hubiera fuego dentro de él, pero no de la manera violenta, sino una especie de calor que te hace sentir feliz y enamorada.

-Emma, debemos de salir – dijo ella sacándome de mis pensamientos.

Y es que estaba demasiado ocupada contemplándola, como para preocuparme por ir a la celda del sheriff.

-O tal vez deberíamos huir – agregó ella-. Sería una gran historia.

Está loca. Eso fue lo que pensé. La miré y se veía tan inocente, pero ella se robaba mi corazón.

-Salgan del auto – dijo el oficial, totalmente serio.

Salimos y yo la seguía mirando. El oficial nos puso las esposas y nos metió en el auto.

-No tiene un poco de fuego, oficial – dijo mi Gina, tratando de simpatizar con el oficial.

Ella no fumaba, por lo cual me reí y el oficial cerró la puerta enojado. Ella me miró y se rio conmigo. Cada vez me enamoraba más de ella. Completamente enamorada de ella.

Luego de un rato llegamos a la oficina del sheriff y el oficial nos encerró en una celda.

-Tu padre, no, más bien tu madre me va a matar, Gina – dije bajando la mirada.

Ya no teníamos las esposas, por lo que ella me hizo levantar la cabeza.

-No te matara – dijo sonriendo.

Nos sentamos en un banco y nos tomamos de la mano. Duramos una hora encerradas, pero fue la mejor hora. No era así que quería que nuestra cita terminara, pero con estando con ella, fue la mejor cita.

-Te quiero, Emma – dijo suavemente, una vez que nos dejaron ir.

-Y yo a ti, Gina, y yo a ti – dije.

Y… ¿Qué opinan? Lo sé realmente corto, pero fue lo que se me ocurrió y no pude evitar escribirlo.