Step By Step.

Capitulo 1: Rutina.

– ¡Glotón idiota!

Y la perorata diaria comenzó en ese momento siendo apenas las ocho menos quince de la mañana, yendo los dos rumbo a la escuela. Doumeki se tapó los oídos disfrutando del espectáculo callejero que su compañero amablemente le ofrecía –a él y al resto de los transeúntes-.

Su rostro impávido, que lo miraba sin centrarse en él, reprimió una mueca que quería simular una sonrisa, diciéndose que, siquiera intentara curvar los labios en esa o cualquier expresión vívida, Watanuki se detendría antes de comenzar a gritar más. Claro estaba que no le molestaba. Siempre era grato ver como el pelinegro vociferaba a todo pulmón todos los insultos de su repertorio en el orden que se le vinieran a la mente mientras se contorsionaba como si le picara en algún lugar que le fuera inalcanzable. Lamentablemente se les había hecho tarde ya para llegar al colegio.

No era difícil suponer que la razón del retraso de su acompañante era, seguramente, el desayuno de Yuuko. Siempre que a ella se le antojaba algo especial para comenzar el día, Watanuki era la víctima elegida para ello. La culpa la tenía él por ser tan buen cocinero.

De todas formas no podía evitar sentirse agradecido de ello, pues como recompensa de algo bueno que ni enterado estaba que había hecho –pero seguro así era, pues Dios recompensa al bueno y justo con satisfacciones inmediatas, solía decir su abuelo, aunque fuera sólo para hacerle guardar su futón sin reclamos - , se había encontrado con el susodicho idiota que ahora mismo lo regañaba.

– Oi – dijo en un tono un poco más alto de lo normal, sólo para que Watanuki pudiera escuchar el llamado por encima de sus protestas. – ¿Entonces sí trajiste las croquetas que te pedí ayer?

Watanuki se detuvo, como era ya lo previsto, tomó aire con esos céfiros de paciencia suyos y sin más, le mostró el dedo índice colocándolo a menos de un palmo de su inexpresiva cara.

– Primero– Enumeró, aclarando así la duda inmediata de Doumeki, quien sin mover ni un musculo del rostro ya había comenzado a analizar la uña de Watanuki, pensando que éste se la mostraba para que la viera –. Mi nombre no es "Oi" es Watanuki. WA-TA-NU-KI. Pero para ti, soy Watanuki-Sama ¿Me oíste?-

¿Qué si lo había oído? Doumeki estaba seguro que no sólo él lo había oído, sino también media China, y eso que estaban en Japón.

– Segundo – Otro dedo hizo compañía al índice. – . Sí, hice las croquetas, pero no por ti, sino porque Himawari-Chan dijo que también le apetecían. Así que ya puedes irle dando las gracias, aunque un vulgar vagabundo como tú no merece siquiera levantar la mirada cuando ella camina cerca, criatura despreciable. – El conteo se olvidó cuando el ojinegro le mostró la palma entera y abanicó hacia afuera tal cual quisiera quitarse un bicho del hombro.

– ¿Trajiste también ponche de frutas?

Watanuki, quien ya había comenzado a retorcerse nuevamente hablando maravillas de Kunogi, se detuvo mirándolo con la furia de un gato erizado. – ¿Crees que yo soy tu sirviente y que vivo para compl… –

– ¡Ohayo!

Doumeki no mostró la molestia que sintió al advertir que habían llegado a la escuela ¿Tan rápido pasaba el tiempo? Había notado que a veces, estando con Watanuki no notaba ni el lugar.

– ¡Ohay…

– ¡Himawari-Chaaaaaaaan!

Siquiera había dado bien los buenos días como la buena educación manda, cuando se había visto interrumpido por un larguirucho contorsionista que comenzaba ya a danzar alrededor de Himawari y Tanpopo. Si hubiera podido suspirar, lo hubiera hecho, de todas formas no importaba.

– Es tarde ya. Vayamos dentro.

– Hai. – La chica, como buen sol de la mañana, se encargó de irradiar una luz que iluminó a Watanuki. Extrañamente, Doumeki se sintió cegado.

···

Durante el resto de la mañana hasta la hora del almuerzo las cosas avanzaron lentas. Demasiados trabajos, un par de encargos y muy poco tiempo para fastidiarle como era debido. Doumeki comenzó a sentirse aburrido. Afortunadamente, eso era imposible que se le notara, así que Watanuki siquiera se percató, tampoco era que le importara.

¿Cómo iba a importarle algo como eso? Era como decir que le encantaba reír frente a la gente o que le disgustaba la comida de Watanuki, la cual, y por cierto, estaba deliciosa.

– Te dije que teníamos que esperar a Himawari-Chan. – Protestó el ojiazul de mala gana pero sin levantar el tono de su voz, como era su costumbre. No era que su protesta fuera valida viéndole servirle ya el té.

– Tengo hambre. – se excusó, tomando el vaso que el otro le facilitaba.

– Es que eres una bestia. Sólo sabes comer y acechar.

Sus ojos se abrieron un poco con el comentario, casi de manera imperceptible ¿Estaría consciente el chico de que siempre lo estaba observando? A su pecho llegó una punzada de ansiedad que taladró alguno de sus pulmones, pues de pronto sintió que le faltaba el aire, de todas formas, con su calma inquebrantable se mantuvo callado, lo cual, extrañamente viniendo de él, fue por muy poco tiempo.

– No sé de que hablas. – Su rostro se giró hacia un lado, acercando el recipiente a sus labios, nervioso de percibir a su compañero mirándole con el ceño fruncido, completamente serio. En ese momento, Shizuka Doumeki, conoció al fin la incomodidad de una mirada.

Claro, estaba acostumbrado a ser él el que incomodara a la gente con una mirada del todo apática bien centrada en sus objetivos, esa era su mejor arma a parte de la indiferencia. Lo más frecuente era que los demás voltearan la cabeza, se fueran o se amedrentaran bajo el yugo de sus ojos sin sensaciones aparentes. Watanuki tampoco era la excepción, mas esta vez era como si le devolvieran la jugada. Reconoció que se sentía perturbado.

– ¿Crees que no me he dado cuenta? – Bramó despacio – ¡Toda la mañana te la has pasado observando el Bento!

Un suspiro bajo hizo que el pulso cardiaco de Doumeki regresara al punto neutro. Ese grito devolvió a la rutina a la que tanto estaba acostumbrado.

– Idiota.

Un oleaje de reclamos e insultos se abalanzó sobre él qué, como la roca, no sucumbió a la corriente; sólo siguió ignorándole como era lo acostumbrado. Miró al lado contrario y acercó el vaso a sus labios, aspirando desinteresado el aroma del brebaje. Sin importar que clase de té fuera, si era hecho por Watanuki, este se convertía en su favorito.

– Espera.

La advertencia llegó tarde. Para el momento de escucharla ya le había besado finamente los dedos.

Watanuki apartó rápidamente la mano, rozando su nariz en la escapatoria. Doumeki pudo apreciar el aroma de las croquetas impregnado en las manos de su escandaloso colega. Ese aroma, el del té y su insensible mirada penetrando en la azulada que no se decidía entre sostener el duelo o sucumbir declinado su visión, fueron todo lo que el parroquiano pudo percibir ese momento en su mundo. Sin que pusiera ser advertido, su boca estaba ansiosa, temblando.

– Una hoja. Hay una hoja en tu té, déjame quitarla.

Con el dolor de su alma, sin poder hacer nada más para disimular aquel encuentro entre pieles – la febril frialdad de sus labios rozando la calidez plena de esos dedos blancos - , Shizuka miró su vaso. Una hoja que ostentaba la viveza de un verde fresco entre la palidez del liquido en el que reposaba le llamo la atención, reconociéndola rápidamente igual a las del árbol que les prodigaba la sombra en la que retozaban.

– La sacó yo. – La palabra idiota cosquilleó en su boca, pero la contuvo dentro a favor de la paz que respiraban. Watanuki no dijo nada, mirándolo ladear el recipiente para acercar el pequeño follaje a la orilla. Doumeki sacó la hoja y su compañero dejó de prestarle atención. La voz de Himawari anunciando su llegada fue el pretexto perfecto para olvidarse por completo del asunto.


Hola a todo el mundo. Antes que nada quiero aclarar que este es un fic de cumpleaños, por lo cual será corto. No contará con más de tres capítulos, cuatro, si somos entusiastas y pensamos en un epilogo.

Por ahora sólo me queda decir dos cosas:

¡ F e l i z c u m p l e a ñ o s F a t i m a W i n n e r !

Cumple tantos años como te sean posibles, y más si es que se puede. Recuerda que te quiero mucho y que si he escrito esto, es porque lo mereces, pero, si algún día quieres agradecérmelo, puedes hacer un fanfic para mí en mi cumpleaños xDD (Es broma).

Finalmente, no olviden dejar review. Me gustaría saber si les gusta o no o que es lo que piensan que ha de pasar.

Muchos besos.