Disclaimer: Los personajes pertenecen a Mizuki e Igarashi, esto fue escrito sin fines de lucro y con el fin de entretenerme.
Miami, Florida; 13 de octubre de 1915
Querida Candy:
Espero que estas líneas te encuentren bien de salud y que estés disfrutando tu cambio de residencia al Hogar de Ponny. Ese detalle lo supe por Johnson, él se lo comentó a mi padre en una reunión de negocios que tuvieron.
Candy, seré breve, el motivo de esta carta es comunicarte mi decisión, ya que en parte es por ti que decidí a hacer lo que ahora te contaré: me voy a enrolar como voluntario para ir a la guerra. Sí, como lo lees, esta vez no es una treta ni un engaño. Para cuando leas esta carta ya iré rumbo al frente. Los meses que he pasado aquí en Florida con la esperanza de reponerme de tu rechazo han sido muy difíciles. He trabajado mucho junto con mi padre y estuvimos analizando la posibilidad de combinar los negocios con estudiar leyes aquí en la Universidad de Florida. Pero eso tendrá que esperar a mi regreso. A pesar de tener tanto que hacer y adaptarme a mi nueva vida, simplemente no puedo olvidarte. Me di cuenta que mi amor por ti no es un capricho más como todos, incluida tú, piensan. Ese sentimiento siempre había estado aquí, en mi pecho, sin saber cómo salir o manifestarse. Cuando quise obligar a casarte conmigo en verdad creía hacerte un bien, ya que sabía que nadie iba a amarte más que yo, que nadie te protegería tan fieramente como yo y también sabía que haría lo que fuera por ti, día con día para hacerte feliz a mi lado.
Sin embargo, no te lo pude hacer ver y entiendo que hayas visto en mí solamente a aquel que hizo desgraciada tu niñez y juventud. El trabajo arduo y las largas charlas que he sostenido con mi padre aquí, me han ayudado a ver todos los errores que cometí, no nada más contigo. Usé las artimañas con las que estaba acostumbrado a jugar y perdí. Todos venimos a Florida para alejarnos del escarnio de la sociedad de Chicago; pero al estar aquí me doy cuenta que mis demonios personales no se quedaron allá, siguen aquí conmigo.
La primera vez que amenacé con enlistarme fue solo porque sabía que era a lo que la tía abuela y mi madre más temían. Lo que menos deseo es causarles pena pero es algo que debo hacer. De todas las cosas que he dicho y hecho muy pocas puedo remediar y esto es algo que sí puedo cumplir. Me voy con la esperanza de que el fuego de la guerra me purifique y me haga ser un mejor hombre, un hombre digno, si no de ti, al menos de una mujer la mitad de buena que tú Candy. Si alguna vez regreso y nos volvemos a ver, podré verte a la cara sabiendo que cumplí mi deber y mi promesa y, quien sabe, tal vez entonces puedas verme de forma diferente. Si no regreso, sé que iré a reunirme con nuestros antepasados y no me avergonzaré pues sabré que di la vida luchando como un hombre.
Siempre tuyo:
Neal Leagan
####, Francia; 10 de febrero de 1916
Querida Candy:
Muchas gracias por haber leído mi carta y sobre todo por contestarla. Solamente tú y mi padre me han escrito, aunque él siempre incluye saludos de mamá. Me da gusto que todo esté yendo bien para ti. Aquí todavía no tengo mucho que contar, hasta ahora solo estoy recibiendo entrenamiento básico. No tengo muchos amigos y me he visto envuelto en un par de peleas, que ya no hay quien lo haga por mí y no he salido tan mal librado, aunque me he ganado un par de castigos de parte de mis superiores, sé que también su respeto. Me he acordado mucho de ti, porque aquí junto al campo de entrenamiento está instalado un hospital y hay muchas enfermeras, algunas también son americanas.
Sabes, me sorprendió mucho lo que me cuentas, que Eliza te escribió para solicitarte que me pidieras volver y te agradezco que lo hayas hecho aunque ni ella ni yo merezcamos tu ayuda. Sin embargo no puedo volver ahora, te lo repito, estar aquí no es solo un capricho. Mi padre me dice que incluso se ha pospuesto el compromiso y boda de Eliza con un hacendado de Florida hasta mi regreso, ella así lo quiere.
Pronto me enviarán a la acción, lo más probable es que sea a alguna trinchera o bien, por mis habilidades como jinete tal vez a alguna misión de reconocimiento. No puedo esperar a probar que realmente valgo, ya que ahí poco importará que me apellide Leagan o que sea parte del clan Andrew. Si alguien te pregunta, que no se preocupen, tampoco vine con la intención que algún alemán idiota me mate, les pienso dar algo de pelea. También se lo dije a mi padre, sé que se mortifica.
Me despido y como siempre, deseo que seas muy feliz.
Siempre tuyo:
Neal Leagan
####, Francia; 15 de mayo de 1916
Querida Candy:
Nuevamente muchas gracias por seguir escribiéndome y por estar al pendiente de mi padre; también Eliza ha comenzado a escribirme e incluso me envió un paquete con pañuelos que ella misma bordó, le creo porque no es la puntada más fina que haya yo visto.
Por fin estuve en el frente, pasé unas semanas en una trinchera, trabé amistad con un chico inglés muy agradable, John Ronald, siempre fuma pipa y se la pasa escribiendo, en Inglaterra se acaba de graduar y quiere ser profesor y publicar un libro, dice que tristemente está sacando mucho material de esta guerra. Yo casi no acostumbraba fumar pero aquí lo he hecho más seguido, sobre todo para matar el tiempo y acompañar a Ronald.
Estar aquí realmente le afecta a uno, es desgarrador ver a tu compañero de barraca volar en pedazos por el fuego enemigo y cuando hay que elegir entre que sobreviva un alemán y que sobreviva uno de los nuestros (o yo mismo) prefiero que sea uno de nosotros, pero no deja de ser difícil.
Pronto me enviarán a una misión de rescate, detectaron un cuartel alemán donde se sabe que hay prisioneros, seré parte de la unidad de reconocimiento y luego procederemos a atacar. Deséame éxito, con suerte ayudaremos a alguien a volver a su hogar.
Que seas muy feliz, Candy.
Siempre tuyo:
Neal Leagan
P. D. Me ascendieron, ya soy sargento.
Gracias por leer y comentar :D
