Sus respiraciones son pesadas, la habitación está caliente y sudorosa. Sus cuerpos en el mismo estado, están desnudos y unidos.
Gemidos y jadeos eran producidos, besos eran intercambiados. Sus cuerpos se movían en rítmicos movimientos, choques de caderas eran ocasionados. La velocidad aumentaba y la respiración como el acelerado latido de sus corazones también lo hacía.
La sensación era tan fuerte, vigorizante y placentera que Marinette tenía aferrarse a algo, lo único que tenía a su alcance era Adrien. Así que sus brazos lo rodean y sus manos se aprietan contra su piel sudorosa. Sus uñas se clavan y Adrien deja salir un pequeño grito por la acción inesperada.
—Lo siento—ella pronuncia por clavarle las uñas—No pude evitarlo.
Y claro que no puede, el torrente de emociones están fuerte que se siente a desfallecer mientras ahora sus dedos se deslizan por su piel y con sus uñas lo arañan.
Ah... Ah... Ah...
Sin embargo, Adrien, lo había disfrutado. Lo está disfrutando.
—Perdón—expresa nuevamente ella, sabe que está clavando muy fuerte sus uñas.
—No te preocupes—dijo con la respiración entrecortada—Tengo amicofilia—expresó Adrien, ya que esa acción hecha por su novia, únicamente le provocaba éxtasis
—¿Qué es eso?—preguntó Marinette mientras se aferraba a la espalda de él, con fuerza. Sus uñas nuevamente clavándose en su piel
—Placer por ser arañado —jadeó—Así que sigue arañándome, gatita.
Su comentario la hizo sonrojarse más fuerte, pero el orgasmo que sintió, la nublo completamente mientras sus uñas se aferraban a sus omoplatos, deslizándolo por su piel, ante la sensación placentera que se pasaba en su cuerpo y lo mismo va para Adrien al sentir sus rasguños por toda su espalda.
