¡Hola de nuevo!

Ya no me crean nada.

Al final escogí traducir Spring Rain and Winter Storms porque dentro de dos semanas regreso a la universidad (bueno, es un diplomado) y me puse a pensar que si traducía de una vez una historia tendrían que estar esperando bastante tiempo para la traducción del siguiente capítulo. Así que por eso me decidí por este fic que es un recopilado de 13 one shots de SilverShine y son bastante cortas y podría subir una por semana.

Prometo que la siguiente es Duty Before Honor.


Disclaimer:

La serie Naruto (tanto manga como anime) son propiedad de Masashi Kishimoto. Las letras y citas incluidas en el texto son propiedad de sus respectivos autores.

Spring Rain and Winter Storms pertenece a SilverShine, yo sólo me ocupo de la traducción.


Advertencias:

A menos que se diga lo contrario, Sakura tiene +18 años.


Advertencias específicas para ésta historia:

Rating T

OoC


Lluvias de primavera y tormentas invernales

Historia #1

Error

Los cumpleaños en que se celebraban 18 años siempre eran un poquito especiales. Sakura era la primera en llegar a este especial número y lo celebró de la manera en que la mayoría lo celebraba –con música, amigos y una gran cantidad de alcohol.

Kakashi quería tanto ir como evitar el asunto. No le gustaban las fiestas. Él no comía golosinas o bailaba tontos bailes, o charlaba, o tomaba pequeños tragos de vodka. Pero quería ver a Sakura en su día especial, porque después de todo, sólo se cumplían 18 años una vez en la vida.

Y le había amenazado con desmembrarlo si no llegaba, así que eso era un buen motivante.

Pero como siempre hacía en reuniones sociales, Kakashi terminó en los márgenes de la alegría. Tenía una bebida en una mano de la que de vez en cuando bebía mientras la velada pasaba, porque al menos quería parecer parte del evento y en la otra mano sostenía su amado Icha Icha, una manta de seguridad y una arma defensiva que mantenía a todos lejos y así evitaba conversar. Todo lo que tenía que hacer era permanecer así hasta que viera a Sakura, le deseara un feliz cumpleaños y entonces, sería libre para marcharse.

—¡Sensei! —Ella brincó hacia él de ningún lado y se arrojó para abrazarlo por el cuello. —¡Estoy tan contenta de que vinieras!

Él podía darse cuenta de que estaba un poquito borracha, porque el dulce olor de alcopop estaba en ella como un perfume ácido y estaba siendo molestamente amigable, incluso para ella. Su torso estaba presionado con fuerza contra él mientras le abrazaba, dejándole sentir cada suave contorno.

—¿Estás disfrutando tu fiesta, Sakura-chan? —Preguntó, con una risa ligeramente apenada mientras intentaba librarse del abrazo.

—Ahora sí. —Ronroneó, tallando la mejilla contra su hombro. —Hueles maravillosamente, Sensei.

—Ah…

—¿Me trajiste un regalo? —Dijo con la voz terriblemente aguda; su abrazo seguía sin romperse.

—Ya te di uno esta mañana, ¿Recuerdas?

—¿Oh? —Frunció el ceño, mirándolo a través de ojos ligeramente vidriosos. —No recuerdo eso…

—Bueno-

—¿Me puedes dar otro?

—Olvidar que recibiste un regalo de alguien no quiere decir que tendrás otro. —Apuntó con amabilidad.

—¿Oh, qué? ¿No me consentirás?

—Pero no tengo nada que darte.

—Puedo pensar en muchas cosas que puedes darme. —Dijo, con el mismo ronroneo de antes. —Y siento que tengo el derecho de tener algunas de ellas.

—¿P-perdón?

—Oh, Sensei. —Suspiró, deslizándole las manos a través del pecho mientras se inclinaba contra él. —El alcohol hace cosas extrañas con tu cabeza. Los pensamientos y sentimientos que normalmente guardas con tanto celo vienen de la nada y la gente que normalmente te aterroriza pronto se convierte en adorables gatitos a los que quieres abrazar.

—¿Q-qué? —Se le rompió la voz en un tono agudo ¿Adónde iba su mano?

—Sensei, consiente a la chica del cumpleaños. —Intentó convencerlo. Su rodilla se le había metido a la fuerza entre las piernas y Kakashi pensó que su corazón estaba a punto de explotar por la forma en que le resonaba contra las orejas. —Solía fantasear contigo, sabes. Siempre te admiré. He sido una chica muy mala, Sensei. ¿Quizás deberías nalguearme?

—¿Nal-nalguearte? —Repitió.

—Sí. Nalguearme. —Susurró lascivamente. Ella alzó los ojos para verlo y se lamió los labios mientras una de sus manos se deslizaba sobre su cadera para bajar y acariciar su muslo, peligrosamente cerca de ciertas partes de su anatomía que aquella mano no debía conocer. —¿Te gustaría eso, no es cierto, Sensei?

Antes de que pudiera formular una respuesta, ella de la nada retrocedió y le miró con fuerza. —Un minuto. —Dijo arrastrando la voz. —¡Tú no eres Iruka-Sensei!

Entonces sin nada más que agregar, le empujó y se tambaleó hacia la multitud.

Kakashi se bajó la máscara con una temblorosa mano, y en pocos tragos bebió lo que quedaba de su bebida. No iría todavía a casa, decidió. Necesitaba muchos más tragos antes de poder recuperarse de ese terrible shock, junto con un par de años de terapia.


Notas de traducción:

¡Y listo! La siguiente historia es más larga y con una temática diametralmente opuesta.

Espero que les haya gustado y si no fue así, ya saben que son libres de expresarlo :D

¡Nos leemos la próxima semana!