Disclaimer: No nos pertenecen los personajes.

Advertencias: SLASH nc-17

Spoilers: temporada 5 de Ángel


-¿Quiénes son ustedes?- dijo el flemático mayordomo alzando una ceja despectiva.

-Somos…soy Ángel, de Wolfran & Hart.

El mayordomo evaluó la información y luego posó la vista en el rubio insolente que asomaba la cabeza por detrás del tal Ángel.

-Y yo su pareja- dijo Spike para bochorno del moreno, quien se giró para mirarle indignado.

-¿Cómo que mi pareja?¿Tú eres imbécil o qué?

Spike seguía con aquella cara de vacile que tanto irritaba a Ángel al decir.

-¿A cuál de las dos preguntas quieres que conteste?- y luego añadió mirando al mayordomo- Discúlpele, todavía no quiere demostrar nuestro amor en público.- Para dar más convicción pasó su brazo sobre el hombro del otro vampiro, pero al ser todavía un ente fantasmal, le atravesó limpiamente. Spike se acomodó la chaqueta y le lanzó un beso al aire.

Ángel respiró hondo, tratando de calmarse, pero al final sintió que no podía más y miró con su cara de vampiro a Spike, mostrando los dientes.

-Largo.

-Vamos, cariño. No te pongas retozón delante de este señor, que tendrá muchas cosas que hacer.- Spike le guiñó un ojo, ya que no podía tocarle.

El mayordomo, cuya única función en esa casa era la de matar invitados indeseables, pensó que sería un buen momento para afilar los cuchillos.

-Les ruego me disculpen un momento. Iré a avisar a mi señor de que han llegado…visitas.

Y les dejó solos.

Ángel miró a Spike con el ceño fruncido.

-Te lo advierto Spike-dijo ya sin la cara de vampiro endemoniado- No vuelvas a decir esas chorradas. Es más, no te acerques a mí, ni siquiera me hables.

Spike sonrió con malicia y se acarició la barbilla con socarronería. Esto iba a ser muy divertido.

-Vamos, Angelito, tú y yo sabemos que no me voy a despegar de ti ni un momento. Así que sólo intentaba que fuéramos amigos.- puso carita inocente, pero dejando claro que se estaba riendo del moreno.

Ángel se tapó los ojos con una mano.

-Genial, el resto de la eternidad con el fantasma de un vampiro rubio de bote y degenerado. ¿Qué más se podía pedir?

-¡Ey! Que me costó mucho el tinte…. Y yo tampoco elegí que de entre todas las personas de este jodido mundo fueras tú quien encontrara el colgante y que fueras precisamente tú quien me resucitara. Bueno, si es que esto- se miró las manos- puede llamarse resucitar.

Ángel lo ignoró. Había decidido que no quería esperar más y se adelantó unos pasos, penetrando en una sala llena de lo que parecían maniquíes de personas. O más bien…personas convertidas en maniquíes.

-Y yo que pensaba que tenía gustos raros…

Spike alzó la ceja.

-¿Tú¿Gustos raros? Bueno, al fin y al cabo hay un bicho verde con cuernos y ojos rojos que canta y viste como un gay trabajando para ti. Supongo que tengo que darte la razón.

-Oye-dijo Ángel dándose la vuelta y apuntando a Spike con un dedo- Deja a Lorne en paz. Ha hecho muchas más cosas de provecho que tú y además puede ver las auras y el futuro de la gente cuando cantan. ¿Qué puedes hacer tú, aparte de asustar viejas y decir "Bu"?

-¿Bu?- Spike frunció el ceño.- ¿Bu¡Yo nunca hago "bu"! Y yo he salvado al mundo. Y a todos los que estáis en él. A ti.

-Vuelve a salvarlo otras dos veces y entonces hablaremos.

El mayordomo apareció entonces en la puerta, con dos cuchillos en las manos.

-Me temo que mi señor me ha pedido que les eche de esta casa…a cachitos.

Ángel se giró de nuevo a Spike.

-Además, tú nunca quisiste salvar al mundo.¡Lo dijiste antes!¡Así que no empieces ahora a amargarme a mí!¡No haberte puesto el maldito colgante!

-¡¡¡Fuiste tú el que apareció de la nada con ese chisme en la mano!!! Oportunamente, claro. Por tu culpa Buffy me ignoró todo el tiempo que estuviste en Sunnydale, justo antes de que YO salvara al mundo. Y me da igual cuantas veces lo salvaras tú- Spike se cruzó de brazos y miró al mayordomo como esperando que corroborara su argumento. El hombre se había quedado con los cuchillos en ristre y no sabía muy bien qué hacer. Nunca antes le habían ignorado así cuando llevaba algo tan afilado. Todos los "maniquís" podían confirmarlo.

-¡¿Ignorándote?!¡Intentaste violarla, maldito pervertido!

-Ejem, disculpen…-dijo el mayordomo aún con sus instrumentos afilados en el aire.

Ángel lo miró.

-Ah, sí. Perdone.- cogió una cucharilla de una taza de té que llevaba uno de los maniquís y se la lanzó al hombre siniestro. Se le clavó en la frente y empezó a sangrar. Ángel se sintió muy estúpido.

Spike alzó la ceja mientras el mayordomo se desplomaba sobre el suelo. Todo lo que iba a decir sobre Buffy se le olvidó al instante.

-¿Una cucharilla¿Una jodida cucharilla¡Qué cutre te has vuelto! Claro que Buffy una vez mató a uno con un lápiz, supongo que todo se pega. En cualquier caso¿vamos ya a ver al nigromante o tienes pensado hacer otro numerito con cucharillas? A lo mejor te gustaría intentarlo con… no sé…- Spike miró a su alrededor- ¿una horquilla¿una taza de té¿Y si asfixiaras a alguien con las cortinas?

Ángel lo miró sin saber qué decir.

-Cállate.

Mientras bajaban por las escaleras, Spike seguía enumerando objetos estúpidos con los que Ángel podía lucirse matando gente.

-Unos rulos… ¡no! Mejor con un secador de pelo. Podrías enchufarlo y… ¿Y con galletas¿Podrías repetir el truco de la cuchara con una galleta?

-No sé cómo te odio más, si en fantasma o en vivo…quiero decir, si tuvieses materia, al menos podría matarte con mis propias manos y así asegurarme de que no volvieras a aparecer. Quiero decir, a mí nunca se me ocurriría encerrar tu esencia o lo que sea en una piedra que cualquiera podría encontrar. ¿A quién se le habrá ocurrido semejante estupidez?

-¿Me estás diciendo de una forma sutil que te gustaría que estuviese vivo para poder ponerme las manos encima¿Para… tocarme? - Spike esbozó una sonrisa maliciosa. Le encantaba poner a Ángel en apuros como aquél.

-Di más bien para destrozarte. Palmo a palmo. Creo que lo primero que haría-dijo pensativo mientras llegaban al sótano- sería arrancarte la lengua para no tener que oírte nunca jamás.

Spike le sacó la susodicha lengua, haciendo que Ángel retrocediera.

-¡Qué salvaje!- Intentó posar la mano en el culo del vampiro, pero se olvidó de nuevo que no podía hacerlo. La mano de Spike atravesó a Ángel en el intento, quien vio algo aparecer justo en su entrepierna para luego desaparecer rápidamente. Ángel miró su entrepierna y luego a Spike. Spike se encogió de hombros.- ¿Y luego qué harías?

Ángel se paró y lo miró furioso. Pareció que iba a decir algo, pero al final puso los ojos en blanco y entró en la sala. Allí, un hombre gordo estaba sacando la mano del estómago de una mujer. Ángel gimió. Odiaba a los nigromantes. ¿Qué por qué los odiaba? Muy simple, pensó Ángel mientras el susodicho mago le hacía levitar y asfixiarse en el aire: porque los nigromantes no tienen ninguna consideración con los muertos. O los no vivos. O los no muertos. Lo que sea. Y cuando Ángel pensaba ya que a lo mejor no había sido buena idea venir, y menos con Spike, el cual daba palmas y animaba al tipo a seguir torturándole, el nigromante le soltó. Y Ángel hizo lo único que pensaba que se podía hacer para acabar con ese ser.

Ángel llegó a su habitación oscura, a una hora oscura y se tumbó en una cama oscura. Había sido un día muy largo. Se metió dentro de la cama sólo con los pantalones y se dispuso a dormir.

-Oye¿y podrías matar a alguien con un móvil?

-No..no,no,no….-murmuró Ángel retorciéndose en la cama con los ojos cerrados.- ¿por qué a mí?¿qué he hecho?.- se levantó de la cama y miró a Spike, en una postura digna, excepto por los michelines y que sólo llevaba los pantalones del pijama.

-Nueva regla, Spike. En horario de trabajo puedes torturarme con tu presencia, pero, después puedes volver a tu maldito talismán y dejarme en paz.

-¿Te crees que soy el genio de la lámpara o qué? He venido porque tenía algo importante que decirte, pero paso. De hecho, tengo otra cosa importante que decirte y te la diré: que eres muy cutre. Primero una cucharilla y luego llamas por el móvil y el nigromante ya no te hace nada. ¿Qué es esto?

-He cancelado todas sus cuentas. ¿Contento? Ahora déjame dormir.- se metió otra vez en la cama pensando que sí, que era muy cutre, pero que no podía hacer otra cosa.

La cabeza de Spike apareció de pronto a su lado, atravesando la cama.

-No puedo dormir.

-¿Y a mí qué me cuentas?- Ángel se tapó la cabeza con la almohada.

-Vamos, hombre. Los buenos siempre os portáis bien. Déjame dormir contigo.

-Dime qué es lo que me tenías que decir y vete.

Spike frunció el ceño y agitó la cabeza que seguía atravesando la cama.

-Ya veo que sigues igual. Ten compasión. Soy un alma en pena…. Por definición. Te lo contaré todo si me dejas estar aquí un ratito más.

Ángel gimió.

-Haz lo que quieras.-dijo, decidido a dormir y fingir que escuchaba a Spike mientras hablaba.

-Quítate la almohada y entonces hablaré.

-No quiero, William. Largo.

-¡No me llames William! Hala, te lo voy a contar. Me he aliado con el nigromante.- Ángel asomó la cabeza y alzó la ceja.- No liado, A-liado.

-Te he oído.

-Por si acaso. El caso es que quiere recuperar sus cuentas usando tu cuerpo, así que me ha pedido amablemente que te… posea.

Ángel le miró. Parpadeó.

-¿Y después?

-Te acabo de decir que te poseeré. ¿No hay ningún comentario al respecto?

Ángel le miró pensativo.

-Eres un pervertido. Siempre pensando en lo mismo.

-Sí, es posible, me enseñaste tú.

-No lo recuerdo.- dijo, y se dio la vuelta en la cama para no tener que ver a Spike. En realidad era plenamente consciente de que Spike decía la verdad.

-Sí, me cogiste de la mano y me dijiste: soy un pervertido, estoy harto de mujeres. Y entonces me pusiste la mano al sol y tú también y nos salía humo a los dos y…

Ángel se dio la vuelta.

-¡¡No pasó así!! Yo te dije… tanta compañía femenina…

Spike alzó la ceja.

-Ya sabía yo que lo recordabas.

-Cállate, la cuestión es que no dije que fuera un pervertido, sino que te pregunté¿me convierte eso en un pervertido?

-La respuesta es "sí".

-¡¡No te lo estoy preguntando ahora!!

-Da igual, yo te respondo. Y de todos modos, ahora estoy en tu cama y tú estás casi desnudo. ¡Pervertido!

Ángel bufó.

-¡Si ni siquiera puedo tocarte!

-¿Lo ves¡Eres tú el que piensa siempre en tocarme!

Ángel gruñó y se comió la almohada.

Muchos días después….

-Spike, no pienso darte el despacho de Weasley.

-¿Por qué no¡Se ha ido!

-No se ha ido, está enfermo.

-¿Y por qué tienes de secretaria a mi ex¿No ves que es tonta?

-Spike, deja en paz a mis empleados. MIS empleados¿entiendes?

-Lo único que entiendo es que me paso el día pegado a ti y todavía no me has dado un despacho ¡Y Harmony tiene uno¡Y se pasa el día al teléfono!

-Spike, ella atiende a los clientes. Y tú eres un fantasma. ¿Te dice eso algo? No puedes.

La aludida se acercó entonces a ellos.

-Spike hay un paquete para ti.

Spike alzó la ceja y Ángel aprovechó para alejarse de allí disimuladamente.

-¿Cómo?

-Sí, alguien te ha enviado algo. Pone Spike.- Le alargó el paquete. Spike alzó las manos y las agitó ante Harmony para ver si se daba cuenta ella solita.- Ah, ya. Que no puedes abrirlo.

-Exacto.

Harmony abrió el paquete lentamente para exasperación de Spike. Un flash salió de la nada. La caja estaba vacía.

-Vaya, que gente más graciosa.- murmuró Spike con ironía. En ese momento se dio cuenta de que Ángel se le había escapado y fue a su despacho a zancadas.

Se preparó para atravesar la puerta. Sólo que no pudo.

¡PUM!

Ángel salió de su despacho para encontrase a Spike tirado en el suelo y con la nariz sangrando.

-¿Spike¿Qué haces en el suelo?

Gunn y Harmony se acercaron. Spike pasaba de todos y se palpaba la cabeza como intentando comprender. Por fin alargó la mano y se puso a tocar todo… desde el suelo hasta al resto de los presentes.

Y podía hacerlo sin atravesarles.

-Spike deja de manosearme de una vez- dijo ángel indignado.

-No soy un fantasma- repetía para sí Spike.

-No, no lo eres- dijo Gunn.

-¡¡¡No soy un fantasma!!!- gritó Spike, abrazándose fuertemente a Gunn quien puso ojos como platos mirando a Ángel en busca de auxilio.

Ángel abrió la boca para decir algo, pero en ese momento Spike soltó a Gunn y se arrojó a por Ángel, le abrazó también y le besó en los labios con la nariz aún chorreando.

Todos se quedaron petrificados.

Spike se soltó y se fue por ahí dando saltitos y abrazando a todo el que pillaba.

-¡Me ha abrazado!- dijo Gunn disgustado mirando a Ángel, quien seguía con la boca abierta y sangre por la cara.

Ángel le miró como diciendo, "¿Tú has visto lo que me ha hecho a mí?"

Gunn decidió que era tarde y se fue.

-¡Hombres!- dijo Harmony y se fue pisoteando el suelo mientras murmuraba noséqué de que a ella no le hubiera importado que le hubiera besado.

Ángel miró a todos los que estaban alrededor, y que habían visto la escena. Todos parecían bastante interesados en lo que iba a decir.

-¡A trabajar u os despido a todos!

Los empleados obedecieron, no fuera que su jefe aparte de despedirles, les matara también…Era muy capaz.

Ángel entró en su despacho y cerró de un portazo.

Odiaba a Spike.

Le odiaba.

Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba. Le odiaba.