Capitulo 1: Una vida después de la muerte

¿Sueño que soy una mariposa? o ¿la mariposa sueña que es un hombre?, esa es una pregunta filosófica que me mantuvo intrigado por mucho tiempo era lo que pensaba un joven adolescente antes de cerrar los ojos sabiendo que su final estaba cerca, su cuerpo estaba cansado de tanto pelear contra sinfines de enfermedades, restringido en una pequeña habitación del hospital local en donde irónicamente casi toda gente se aferraba a la vida de una forma infantil mientras que casi todos los infantes lo afrontaban como hombres, el no temía a la muerte ya que la veía como una amiga que como una enemigo, en especial porque significaba cambio y transición que tanto deseaba ya sea para bien o para mal, lo único que lamentaba de su vida era no poder disfrutarla, no tener amigos con quien jugar ni una novia al cual amar el único consuelo que tenía era que podía descubrir el secreto mejor guardado de todos. ¿Que pasa después de morir?
Yo solo les diré esto … es un secreto

/Hospital de Konoha – 5 años después del ataque del zorro de nueve colas/

Un súbito deseo de respirar despierto en mi haciendo que salga catapultado para delante respirando de forma desesperada llenando mis pulmones de aire con desesperación, el súbito despertar asustó a la enfermera que estaba desconectando los cables del monitor cardíaco luego de dar por muerto al paciente tras múltiples intentos por resucitar al paciente.

Mirando para todos lados preguntándome en donde estaba escucho un grito de sorpresa obviamente de género femenino con el sonido de alguien cayéndose al suelo junto con una bandeja metálica que cargaba otros instrumentos médicos, a pesar de que no entendía lo que pasaba intenté ir a ayudarla para darme cuenta de dos cosas de extrema importancia, primera era que era mucho mas pequeño que antes por lo que bajarme de la cama implicaba una caída y segundo mas importante era que no tenía fuerzas como para levantarme y caminar por lo tanto caí al piso incapaz de volver a levantarme lo cual era vergonzoso en especial porque llevaba una túnica del hospital dejando que mis posaderas queden expuestas las heladas brisas de aquel día en particular.

De inmediato la enfermera salio de la habitación gritó algo que no entendí, luego golpeó un botón en la pared antes de dirigirse a mi hablando pero diciendo cosas que no podía entender, por mi lado simplemente gruñí dolorosamente –¿Podría ayudarme?- le pregunté haciendo que la mujer me mirara con curiosidad, preguntándome que pasaba moví ligeramente la cabeza para ver el rostro de la mujer para notar algo peculiar, tenía rasgos asiáticos y vestía una túnica blanca con pantalones cortos también blancos, no era raro pero era poco común para el, a continuación unos cuantos pasos se aproximaron con gran velocidad por el pasillo e ingresaron a la habitación dando una rápida inspección preguntándose que paso en aquel lugar antes de darse cuenta que su paciente estaba despierto.

No tardaron mucho antes de ayudarme a volver a la cama y abrigarme antes de intentar hablarme en un lenguaje que no entendía confirmando que sea donde este estaba lejos de casa ya que todos los presentes eran asiáticos y que hablaban japonés ya que podía entender alguna que otras palabras pero nada importante haciendo que se desesperen pensando en que había sufrido daño cerebral por falta de oxigeno mientras mi cuerpo estaba clínicamente muerto, obligándolos a una forma de comunicación mas y mas primitivo, el médico se me acerco poniendo una mano en su pecho –Akayume Kenichi- luego puso su mano en mi pecho no solo logrando captar el nombre del hombre si no que también podía decirle mi nombre también –Greyson Sanders-