Disclaimer: Nada de estos dos mundos me pertenece. Son completamente de S. Meyer y J. K Rowling.
Nota: Sé perfectamente que los Cullen regresan a Forks en 2003. Pero a lo largo de la historia descubrirán por que hice que regresaran mucho antes.
¡Espero que les guste!
Narcissa.
Mientras espero pacientemente en mi sala a que mi hermana Andrómeda deje de pelearse con mi padre, miro con soslayo las dos enormes maletas que descansan cerca de la puerta. Mi madre estaba sentada frente a mí, me dirigía una de esas miradas amenazantes a las cuales yo les tenía mucho miedo, por eso mejor decidí no hablar. Mi otra hermana, Bellatrix, solo había venido a despedirnos ya que ella no haría este viaje junto con nosotras argumentando que Rodolphus, su esposo, no le había dado permiso para viajar. Rodé los ojos al recordar eso.
Hasta que escuché como algo chocaba contra el suelo, reaccioné, la pelea entre Andrómeda y mi padre ya casi llegaba a su final. Miré de reojo a Bellatrix, ella reía por lo bajo. Suspiré. Después de unos largos cinco minutos, Andrómeda llegó y se sentó a mi lado, seguida por mi padre que tomó su lugar al lado de mi madre. Andrómeda ahora se peleaba con más frecuencia con mi padre y eso me empezaba a cansar, y al parecer no era a la única que pensaba eso.
-¡No me obligarán a ir!- dijo Andrómeda
-Claro que lo haremos. Alphard dice que su casa en Washington es muy bonita, les gustará- dijo mi madre
Yo no veía inconveniente en ir a Estados Unidos a visitar a nuestra familia de allá, de hecho, lo hacíamos cada verano. Pero ahora todo era diferente, nuestros padres nos hacían irnos por tres largos años. Bellatrix ya había ido a pasar esa "corta" temporada allá y regresó completamente diferente, intenté averiguar qué era lo que había ocurrido, pero nunca quiso decirme nada.
Suspiré. Era extraño vestir ropa muggle, pero nuestros padres nos dijeron que para pasar desapercibidas debíamos de vestir igual que ellos. Odiaba eso. Esos muggles con sus modas estúpidas, que además yo tenía que usar por tres años.
-Por lo menos iremos con el tío Alphard- dijo Andrómeda entre dientes.
Yo la miré. Andrómeda amaba al tío Alphard, en mi opinión, yo creo que ese viejo estaba igual de loco que Andrómeda. Por eso odiaba este viaje, iría a vivir tres años con ese viejo loco en lugar de ir a la pequeña casa de mi tío William.
-¿Por qué nos tenemos que ir con el tío Alphard?- pregunté
-Porque si, Narcissa- dijo mi madre cortante
-¿Qué pasará con mi compromiso con Lucius? Yo no puedo irme sin avisarle ni mucho menos, eso es muy descortés- dije
-Lo sabemos, Narcissa, pero ya hablaré con Abraxas acerca de su viaje, dudo que se niegue a esperarte…-dijo mi padre mirando a mi madre.
Suspiré de nuevo. Tal vez mis padres y los padres de Lucius pensaran que todo se trata de un contrato matrimonial o algo por el estilo, pero lo que no sabían era que Lucius y yo nos amábamos, ambos queríamos casarnos y formar una familia juntos.
Nosotras tendríamos que viajar en avión. Sabía que sería un viaje largo, ya había ido a esa parte de Washington antes, así que llevaba mis libros además de otros libros para practicar mis hechizos.
Cuando ya estuvimos abordo del avión, yo estaba sentada a un lado de la ventanilla viendo hacia nada en específico. Andrómeda se removía incómoda a mi lado, me tenía harta.
-Andrómeda, deja de moverte - dije enojada
-Es que no me acomodo, Cissy, son muchas horas de viaje- dijo Andrómeda cruzándose de brazos
-Y por lo mismo de que son muchas horas de viajes quiero que dejes de moverte, me estás hartando- dije mirándola
Por su culpa estaba ahí, viajando a Estados unidos en lugar de estar organizando mi propia boda. Andrómeda tenía que viajar sola pero como ya todos sabíamos que tenía un novio sangre sucia, me mandaban a mí también para cuidarla. La verdad no sé porque ella todavía no se va con su asqueroso novio, ella tiene mucha suerte, puesto que a mi primo Sirius lo mantienen encerrado para evitar que se valla. Mis tíos, al igual que mis padres, esperan con ansias a que nosotros realicemos este viaje hacia Forks.
En fin, ya no había marcha atrás, en unas cuantas horas llegaría al lugar que será mi hogar por tres largos años.
