To Call A Place Home

Advertencia: Harry Potter no es mío. La historia es solo una traducción de To Call A Place Home de missmusicluver.

Capítulo 1.

Era un día ordinario.

Nada nuevo o emocionante parecía presagiar el infierno de emociones y dolor que Harry pasaría más tarde, de aquel día en que salió del remodelado Grimmauld Place. Esa mañana había salido con varias cartas del ministerio en sus manos y un trozo de pan tostado atrapados entre los dientes.

No era el cielo azul, las luces intermitentes de la cámara en las esquinas de las calles que le apuntaban, los pequeños niños corriendo hacia él con el deseo de pedirle un autógrafo... sólo, todo era tan normal como de costumbre. Bueno, como siempre, Harry se había acostumbrado ahora.

Habían pasado cuatro meses después de la caída de Voldemort y la gente todavía veía a Harry como su héroe y salvador. Hermione le había dicho a Harry que la fama y la falta de privacidad no desaparecerían por un tiempo, si no que estarían ahí siempre, pero Harry había estado realmente decepcionado cuando se dio cuenta de que Hermione tenía razón, una vez más.

No podía ir al ministerio o incluso de Hogwarts, sin ser detenido por lo menos cinco veces en la calle por varias personas que deseaban felicitarlo. Para pedir su opinión. Para pedir disculpas por dudar de él hace unos años. Para darle la mano. Para asegurarse de que sabían lo orgullosos que estaban de él.

Era agotador.

Así que Harry ignoró las cámaras de fotos habituales que parpadeaban por las esquinas de sus ojos y se concentró en la hoja pálida de pergamino entre sus dedos con los labios apretados. A Neville no le va a gustar esto, pensó Harry mientras leía a la última línea de la carta de San Mungo. No, en absoluto.

Harry suspiró y dobló el pergamino para meterlo en el bolsillo trasero de sus pantalones. A Hermione no le iba a gustar tampoco. Todos pensaban que el último de los Mortífagos había sido arrestado o eliminado del mundo de los magos. Harry hizo una mueca. Aparentemente no.

-¡Sr. Potter! ¡Señor Potter!.- un pequeño reportero varón gritó desde la orilla de la carretera -¡Sr. Potter! ¿Usted tiene algún comentario sobre el anuncio más reciente del Ministro esta mañana desde San Mungo? ¿Le preocupa que pudiera haber más mortífagos? ¿Tiene un plan de acción?.-

Harry miró al hombre de la túnica oscura. Los otros reporteros parecían reunir el coraje y comenzaron a gritar a Harry mientras caminaba calle abajo. Catorce yardas más hasta el perímetro desaparición, pensó Harry.

La multitud se atesto junto a Harry por todos lados formando un círculo completo a su alrededor, gritando y empujando a la persona más cercana a ellos en un vano intento de llegar más cerca de él.

-Señor Pott…-

-Ninguna pista sobre el escape de Lucius Malfoy...-

-La apertura de nuevo de Hogwarts…-

-Las políticas Muggles para los nuevos estudiantes…-

Once.

-Señor Potter ¿Es cierto que está siendo considerado el nuevo Auror de cabeza?- el pequeño reportero gritó a su izquierda.

-No,- Harry respondió únicamente a esa pregunta. –Absolutamente era una ridícula idea.

Nueve.

-Señor, ¿Planea…-

El ambiente alrededor de Harry se oscureció y el oxígeno parecía hacerse más pesado.

Mortífagos fue el primer pensamiento de Harry.

Los reporteros gritaban por instinto y Harry se dio la vuelta, con su túnica azotando alrededor de él, preparado para a cualquier ataque del que se tratará. Su varita voló inmediatamente a su mano y el aire se tornó frío mientras la oscuridad caía.

-¡Corran!- los reporteros se gritaban los unos a los otros, perdiendo la cabeza.

Dicimus enim viro. Dicimus Quippe fortissimi. Fortissimum. Et vincet mors Una vincere malum quod imminet. Et insontes Una recta mundi

Susurró una voz a su alrededor que cantaba a través de la oscuridad. Suave, casi infantil, pero al mismo tiempo, fría y oscura. Un par de escalofríos recorrieron por la espalda de Harry y la saliva desapareció de su boca.

-¡Harry Potter!.- el pequeño reportero gritó a Harry desde el otro lado de la calle. Harry se giró instintivamente ante la llamada. Los ojos del hombre se clavaron en Harry y su boca se abrió con horror. Levantó la mano hacia arriba en el aire con el dedo índice extendido hacia él, apuntando a algo invisible para Harry pero aterradoramente real para el bajo hombre.

Las experiencias del pasado habían obligado a Harry a entender su expresión demasiado bien.

-¡Corre!-le gritó al hombre, dando un paso hacia delante y arrojándose tan rápido como pudo a través de la calle. -¡Muévete! ¡Levántate! ¡CORRE!-

El aire alrededor de humo siguió a Harry mientras corría, y lo atrapó levantándolo por los aires. La niebla se apoderó de sus piernas, tirando de él hacia abajo, y Harry cayó pesadamente sobre sus rodillas. Su varita resbaló de sus dedos por el impacto. ¡No! Harry intento tomar su varita, llegando a terminar de aterrizar sobre su estómago, pero la niebla lo apartó bruscamente como si percibiera el peligro que estaba a punto de encontrar. Harry miró alrededor con desesperación, pero solo miró al periodista en la calle.

-¡Corre! -gritó por última vez al periodista quien estaba totalmente congelado. Obedece ,pensó mientras el humo le alcanzado por el pecho y se enroscaba alrededor de su cabeza, negándole la posibilidad de la visión. Obedece.

Escalofríos se filtraban a través de sus ropas, y traspasaban su piel llegando hasta sus huesos. La oscuridad palpitaba alrededor de Harry, atrayendo hacia atrás y hacia delante el aire del estómago de lentes se le resbalaron de la nariz, y cayeron antes de que Harry pudiera cogerlos. Otra corriente de aire frío lo jaló hacia atrás como una pitón a su presa y Harry lucho contra la corriente tan fuerte como pudo. Trató en vano de conjurar cualquier cosa para sujetarse, pero un proyectil lo sorprendió de la nada, y lo empujó hacia el cielo mucho más rápido que su Saeta de Fuego haría.

Esto no estaba bien. Este no era el tipo de magia que los Mortífagos hubieran conocido y por si acaso aprendido. Esto era... era diferente.

No exactamente magia oscura. Pero poderosa. Y parecía llamar a Harry. Al igual que un hilo a una marioneta. Harry fue jalado hacia atrás a través de la oscuridad, subiendo sobre los cielos helados, por encima de él. Vagamente, a Harry casi le pareció oír a alguien gritar su nombre. ¿Hermione quizás o la señora Weasley?

La voz infantil se profundizó en la voz de un hombre, a su alrededor, haciendo eco en la oscuridad antes de que se multiplicará en más de una. Varias voces profundas, y muchas más uniéndose cada segundo. Era como un coro, y el canto se hizo más fuerte en sus oídos. La atracción se hizo más fuerte, y Harry sintió que el aire salia de su cuerpo, como si alguien hubiera formado un vacío para sus pulmones. Sus entrañas se retorcieron, sus huesos se sintieron compactados, y un tiro como fuego causante de dolor cruzó su cabeza, sobre su cicatriz.

No. No, esto no estaba nada bien. Su cicatriz no le había dolido desde la muerte de Voldemort. No era posible. No era cierto. Había visto la caída de ese asesino. Toda la escuela lo había hecho. Voldemort no estaba vivo -

Y el bochorno de dolor muy familiar acompañado por ardor se creó alrededor de su cicatriz como un látigo de fuego sobre su piel húmeda. Harry se agarró la cabeza por el dolor, sin poder respirar, y sin poder gritar. El aire se atraganto en su garganta. Se abrazó su estómago. Sus ojos le ardían. Su pecho se apretó-y de repente, el aire se diluido y su espalda estaba golpeando contra el frío cemento.

-Santa mier…- La voz de un hombre joven gritó en alguna parte a la izquierda de Harry.

-Jonathan, ¿Qué estás haciendo aquí?- Una aguda voz de mujer preguntó a través del otro lado de la habitación.

-Yo…- balbució el joven.

El aire se abrió su camino en el pecho de Harry, y sus ojos se abrieron. Su estómago se retorcio en su interior, pero él aspiró todo el aire que pudo a través de su boca, las náuseas lo abrumaron y su pecho subia y bajaba rapidamente. Puntos borrosos, y una neblina negra muy familiar parecida a la de la inconsciencia asaltaron sus ojos.

-¿Qué…- Harry logró escupir furiosamente. La habitación giraba como una peonza, y Harry se atragantó con sus palabras. Cerró los ojos con fuerza y trató de respirar por la boca. No estaba funcionando.

En torno a él, oyó las voces de hombres y mujeres por igual gritándose unos a otros sobre él. Era ira. Sorpresa. Ansiedad. Reconoció esos tonos, pero ninguna de las voces.

-¿Cómo Minerva?, ¿Que acaba de pasar a través de…- la primera mujer gritó alguien.

¿La profesora McGonagall? ¿Qué…-Harry pensó en un sueño, su mente no estaba funcionando y la captura de atontadas partes y piezas de los gritos a su alrededor le hiceron saber que la inconsciencia estaba cerca.

-¡Es un niño!-

-No era como si pudiera elegir porqué vino a través de la…

- Lo entendemos, hemos secuestrado a alguien…-

-¿No te dije que esto era una mala idea?" susurró una voz suave, familiar, de una mujer. ¿Quién…-

-Vamos a volver ahí abajo, el portal tiene que tener una reconexión.- ¿El señor Weasley?

-Jonathan lleva a tu habitación a este joven ¡Ahora! Tu padre y…- ¿Tal vez esa fue Tonks?

No. No eso no puede ser correcto, Tonks estaba muerta. Él había visto el cuerpo. ¿Quién, pues…, Harry forzó a sus ojos a abrirse, tratando de luchar contra los cien pesos la libra que se sentían como si estuvieran firmemente sobre los párpados de sus ojos. Luchó contra la somnolencia, parpadeó rápidamente para enfocar el mundo pero todo le parecía borroso, y se centró en su pecho en volver a aprender a respirar… por sí mismo.

Una cortina de cabello rojo oscuro enmarcado por un delgado rostro pálido se cernía sobre la visión de Harry. No podía ver los detalles con claridad, pero pudo ver que se trataba de una mujer, las líneas de mediana edad o líneas de expresión alrededor de la boca y entre sus cejas como si hubiera fruncido mucho el ceño. Ella estaba mirando hacia abajo de una forma preocupante, hacia a él, buscando su rostro con sus ojos. Sus ojos…-

Harry abrió la boca y su corazón pareció detenerse por estrellarse contra su pecho. Sus ojos. Su visión podía ser borrosa, pero podía ver el color de sus ojos a la perfección y eran de color verde. Verde brillante incluso bajo la sombra de su pelo rojo. Pelo rojo. Fotografías ocultas en un álbum bajo la cama de Harry cruzaron por sus ojos. Piedras de presión parecían romper las costillas de Harry y él se quedó sin aliento al mirarla.

-Tú- balbuceó.

-Esto no es…-

-Lily, amor, es que... lo es- La voz de un hombre se escuchó por detrás de ella.

La mujer frente a Harry inclinó la cabeza hacia un lado a Harry.

-James ... míralo. Él debe ser…-

La mente de Harry se cerró completamente y sus ojos parpadearon, sus párpados cayeron. Un destello de calor se apoderó de su frente, y de repente, Harry vio una negrura reconfortante.


Hola a todos.

Por favor, dejen su comentario sobre lo que les parece esta historia. Si encuentran algún error espero que me perdonen.

Agradezco a missmusicluver por darme el permiso de traducir esta historia.

Besos a todos.

KoréP