Estaba tiesa sobre el sillón, recta, teniendo sus manos unidas en su pecho. Ray parecía muerta, el dedo indice de Zack, pinchó en su suave y nívea piel de la mejilla y nada.

Ni una reacción como sonido. Parecía muerta.

-¡RAY!

Ni hasta su nombre contestaba.

Una bella muerta. Era la "Muerta durmiente" y más la veía, mas pensaba que lo estaba, pero no... Su pecho subía y bajaba.

Estaba respirando.

Ese hecho le hizo posarse en su nariz, en su boca, en sus labios, esos que se veían suaves y rosados. Se acercó más para admirarlos mejor y en su aproximación iba separando ligeramente los de él, sintiendo la necesidad de probarlos. Entrecerró los ojos aun avanzando...

De repente, los ojos azules de Ray, se abrieron observándolo fijamente. Al segundo, el asesino se hecho para atrás, alarmándose.

Mierda, mierda, mierda.

¡Se despertó! ¡Se despertó! ¡Carajo! ¡Se despertó!

Y huyo de ahí como un cobarde.

¡La iba a besar! ¡Maldita sea! ¡La iba a besar!

Dándose cuenta de lo que iba a hacer ¡Demonios! Mientras saltaba en el lugar y se rascaba fuertemente la cabeza.

Hubo en momento en que las sirenas de policías pasaron por su calle. Por los alrededores del barrio peligroso que ellos vivían.

Por un instante, Zack creyó que lo llevarían.

No por asesino sino por pedófilo.