Madrugada

Ya está bien entrada la madrugada. Estoy recostada en la soledad de mi cama. A duras penas contengo las lágrimas que tratan de escapar de mis ojos para librarme de la loza que oprime mi pecho. Añoro con ansias el calor de tu cuerpo.

No tengo motivo de queja. Estás conmigo y sé que es porque me quieres, al final conseguí lo que quería. Pese a ello no puedo evitar que me asalten las dudas y que tenga presente en todo momento que esto puede acabar. Es esta maldita idea la que no me deja ser completamente feliz, la que me taladra el corazón. Procuro no pensar en ello, pero es algo que me obsesiona.

A veces, estando contigo, esto se me viene a la mente y no puedo reprimir las lágrimas. Tú me observas preocupado y me preguntas qué me pasa. No puedo decirte la verdad, me asusta decirlo en voz alta, como si con ello conjurara el temido suceso al expresarlo en palabras, así que me limito a decir que nada. Tu profunda mirada me traspasa, examinando cada rincón de mi alma. Como si hubieses descubierto la causa, me abrazas con todas tus fuerzas, mostrando sin palabras lo que deseo sentir, la seguridad de tenerte cerca.

No acostumbras a decir que me deseas, por eso, cuando lo haces, es un momento especial, sin embargo, aunque tu voz no lo pronuncie, tus gestos lo demuestran. Es en estos momentos en los que, torpemente, trato de decirte también lo que siento. Me sabe mal no decírtelo en otros momentos, porque no quiero que lo interpretes como si te lo dijera por compromiso.

El otro día las palabras al fin salieron solas. Fui capaz de pronunciar el hechizo, sin acabar, por ello, con su magia. Fue un susurro en tu oído, apenas audible, pero lo suficiente para que me abrazaras y besaras como si se te fuese la vida en ello.

Si lo dijésemos más a menudo, acabaría perdiendo su encanto, ya no sería un momento único, sino una palabra corriente; e aquí el poder de las palabras; e aquí la magia del instante.

Miro el reloj y veo que ya es demasiado tarde. Escribir estas líneas me ha ayudado a desahogarme. Ahora sólo me queda guardar el cuaderno y tumbarme en la cama. Cuando cierre los ojos y me acurruque entre las sábanas, pensaré que te tengo aquí a mi lado, evocando en mis recuerdos el olor de tu cuerpo y la calidez de tu piel.

Buenas noches, mi amor, te veré en mis sueños.

Terminado la madrugada del 29 al 30 de Abril de 2006

Notas de autora: Hola! n.n ¿Qué les pareció? Espero que les haya gustado esta cosa rara que escribí. Es una de esas cosas sin sentido que escribo por antojo. La pareja protagonista queda a la elección de ustedes. En mi opinión, bien podría ser un RisaXSatoshi, aunque a la penca esa no la trague ni de lejos, pero es que a Hiwatari, con lo serio que parece, lo veo del tipo de chaval al que le costaría decir "te quiero" a alguien, que él sería más bien de los que lo demostrarían con hechos, por eso, cuando lo dice, es porque verdaderamente en ese momento lo siente y siente que tiene que decirle a esa persona que la quiere. Gracias por haber leído mi fic.

Dedicado a Eriol, mi apuesto demonio de la muerte.

Aroa Nehring