Capítulo piloto
"Y una vez que la tormenta termine, no recordaras como lo lograste, como sobreviviste. Ni siquiera estarás seguro de que la tormenta ha terminado realmente. Pero una cosa si es segura. Cuando salgas de esa tormenta, no serás la misma persona que entro en ella. De eso se trata esta tormenta"
Kafka en la orilla
Haruki Murakami
Disclaimer: no soy dueño de Danmachi ni de ninguno de los personajes que aparecerán en este fic.
Capítulo 1
Las lágrimas de una diosa
Bell Cranel era un aventurero novato de 14 años con una apariencia singular, él tenía ojos de color rojo escarlata y el cabello de un blanco puro como la nieve, esas características que lo hacían ver como un conejo, él acababa de recibir la bendición de la diosa Hestia el día anterior, el falna otorgado a él a través de la bendición de la diosa había tomado la forma de un pebetero que contenía el fuego del olimpo. En la marca grabada en su espalda por se encontraba impreso su estatus o estado, el estado contenía los parámetros de sus puntos de habilidad, habilidades, habilidades de desarrollo, magia y nivel general.
Los puntos de habilidad se clasificaban en cinco categorías: fuerza, resistencia, destreza, agilidad y magia, estas categorías tenían diferentes parámetros divididos en las letras del abecedario del idioma humano. La clasificación de los parámetros era de la siguiente forma: I, H, G, F, E, D, C, B, A y S. La S era la clasificación más alta y más fuerte de todas, dentro de cada letra se contenía un valor numérico que definía el valor de la habilidad en una categoría del aventurero, la letra I contenía todos los valores numéricos desde 0 a 99, H desde 100 a 199 y así sucesivamente hasta llegar a S cuyos valores numéricos eran de 900 a 999, siendo el 999 el límite máximo que un aventurero podía alcanzar en cada nivel. Cada vez que un aventurero subía sus puntos de habilidad en el estado su cuerpo se veía afectado aumentando sus capacidades físicas y mentales.
Los valores de cada categoría aumentan conforme el aventurero gana experiencia en combate y obtiene excelia que incrementa su valor en los puntos de habilidad, incluso se podía obtener habilidades y magia dependiendo de las experiencias que vive un aventurero. En este momento todos los puntos de habilidad de Bell se encontraban en I:0, pues aún no había ganado ni un poco de excelia, porque el excelia solo se obtiene al pelear con monstruos de la mazmorra u otros aventureros que han recibido la gracia y bendición de un dios.
Por otro lado, Bell tampoco tenía ninguna habilidad o magia, él era en pocas palabras un libro en blanco, su estado solo comenzaría a subir luego de varios combates dentro de la mazmorra y luego debía recibir una actualización de estado de su diosa.
Lo más importante es el nivel del aventurero, por ejemplo, entre el nivel 1 y el nivel 2 existe una inmensa brecha de poder entre ellos, cada aumento de nivel representa una mejoría física y mental incomparable con el aumento de los valores de cada categoría en un nivel. Cada subida de nivel general era como si se agregara una capa de poder al aventurero, cada capa contaba con todos los parámetros que se habían ganado en cada nivel por lo que siempre era mejor maximizar los valores en cada categoría dentro del estado para que cada level up hiciera al aventurero más fuerte y mantenga una buena base. Incluso había distintas clasificaciones para los aventureros dependiendo de su nivel, uno podía ser llamado aventurero de clase alta y clase baja dependiendo del nivel que uno posee. Esa era la importancia que tenía un nivel entre los aventureros.
Bell se encontraba en el primer piso de la mazmorra de la ciudad laberinto Orario, acababa de unirse a la familia Hestia apenas el día anterior y este era su primer día peleando y aventurándose dentro de la mazmorra. Él quería adentrarse en pisos más profundos, sin embargo, su nueva consejera otorgada por el gremio llamada Eina Tulle cuya raza es de mitad elfo y mitad humano, le había prohibido bajar hasta el piso tres, su límite máximo al que podía entrar en la mazmorra era el piso dos, pues él como un aventurero novato que recién había adquirido la bendición de una diosa, no tenía ningún punto de habilidad en su estado como para profundizar sin cuidado en la mazmorra y más aún porque él era un aventurero solitario.
Normalmente los miembros de una familia se adentraban juntos en la mazmorra para combatir a los monstruos como un equipo, otras veces si una familia con pocos miembros quería hacer un equipo de aventureros entonces eso dependía de si su dios tenía buenas relaciones con el dios de otra familia para hacer equipo entre ambas familias para que sus miembros no tuvieran que combatir en solitario los peligros que se escondían dentro de la mazmorra. Sin embargo, Bell era el primer miembro de la familia Hestia, además él apenas tenía una semana viviendo en Orario. Sus relaciones con cualquier persona aparte de Hestia y Eina eran inexistentes.
Aunque su diosa tenía amistades con otras deidades, ella no había querido pedirles ayuda, hacía poco que Hefesto la había echado de su casa pues Hestia había abusado de su hospitalidad, ella se mantuvo viviendo bajo su cuidado durante poco más de un año sin esforzarse para encontrar aventureros para empezar una familia propia. Incluso cuando ella había sido echada por Hefesto, Hestia se vio obligada a volver una vez más con ella para pedir ayuda una vez más a su amiga pues no tenía ni hogar ni dinero para dormir bajo un techo esa noche, tuvo que usar su amistad con Hefesto para conseguir un hogar a pesar de que acababa de ser echada de la casa de la diosa pelirroja, aunque con esa acción perdió toda su cara y sintió una profunda vergüenza al depender tanto de otros no había tenido otra opción más que tragarse su orgullo y pedir ayuda una vez más.
Ella no quería depender de otros de nuevo asi que ella decidió salir adelante con su propio trabajo duro, con el tiempo crearía una buena familia por sí misma, si su familia solo la obtenía gracias al esfuerzo de otros dioses ella no se sentiría orgullosa por ello. Por esa razón ella decidió hacer su propia familia con su propio esfuerzo bajo cualquier costo, ella sin duda haría una familia de la cual pudiera estar orgullosa. Aunque otros lo olvidaran ella era la hija primogénita y más dotada de Cronos y Rea que a su vez eran hijos de Urano y Gea los titanes primordiales nacidos del caos. Ella era incluso más fuerte que su hermano menor Zeus, sin embargo, pocos se daban cuenta porque a ella no le gustaba imponerse a otros con poder y tampoco le gustaban las guerras como a la mayoría de sus hermanos y por eso ella era muy poco conocida y los aventureros preferían entrar a las familias de dioses famosos dentro de la cada mitología, por esa razón para ella era muy difícil encontrar aventureros dispuestos a entrar a su familia. Había omitido la opción de hacer que Bell hiciera equipo con otra familia, de este modo Bell se vio obligado a explorar la mazmorra en solitario. Hestia confiaba en Bell y sabía que juntos crearían una excelente familia, ella incluso se reía ante la perspectiva de que en el futuro tendría una familia más fuerte que la de su eterna rival 'pecho plano Loki'.
A pesar de que no era usual ver aventureros explorando en solitario la mazmorra, Bell no era el primer aventurero en explorar una mazmorra llena de monstruos por sí mismo sin ningún otro miembro de un equipo que le ayudara. Por otra parte, esto también resultaría beneficioso para Bell en el futuro, ya que le permitiría avanzar a su propio ritmo en todos los pisos y también podría obtener conocimiento básico y elemental de los monstruos dentro de la mazmorra, los primeros pisos de una mazmorra son parte del fundamento básico más esencial que un aventurero debía de adquirir, uno siempre debe de caminar antes de correr, este era el orden más natural del aprendizaje en este mundo.
La mayoría de los aventureros novatos no obtenían estos fundamentos porque la mayoría de las veces siempre acababan por unirse a un equipo mucho más fuerte que ellos mismos y subían por encima de los niveles básicos desde su primer día, sí un aventurero quería convertirse un día en una leyenda entre los hombres, en un aventurero invencible cuyas historias fueran recordadas por generaciones, este conocimiento era indispensable, despues de todo mientras más alto es un edificio se necesitan unas bases fuertes y sólidas en las que pueda sostenerse.
Aunque Bell se encontraba nervioso por ser este su primer día en la mazmorra, tampoco tenía miedo, aunque muchos pensaban por su actitud y forma de ser que él era alguien cobarde, en el fondo de su corazón él sabía que no era en definitiva un cobarde, él simplemente era demasiado tímido. Desde que recordaba él siempre había vivido con su abuelo en una cabaña cercana a un pueblo pequeño y aun en su niñez difícilmente convivía con alguien más aparte de su abuelo, por lo que luego de su muerte todo lo que había experimentado desde entonces era nuevo y desconocido. Sin embargo, sin importar sus circunstancias él le quería demostrar a los demás que no era un cobarde y que se volvería un gran aventurero al conquistar esta mazmorra al bajar hasta los pisos más profundos e inexplorados de esta.
Según lo que le decía su abuelo cuando aun era pequeño un hombre solo debe de tener dos objetivos en su vida, el primero es conquistar el mundo y el segundo es conquistar a la chica que uno ama. Conquistar el mundo era para alcanzar una nueva altura en la vida, era para poder pararse por encima de todos los demás. Por otra parte, conquistar a la chica que amas era para embellecer la vida, ¿de que servía conquistar el mundo si no tenías a la chica de tus sueños a tu lado? Si uno no es capaz de conquistar a la mujer que quiere, incluso si conquistaras al mundo entero, inevitablemente estarías en una cúspide solitaria, y estarías experimentando la soledad por todas partes sin importar la altura que hayas alcanzado.
(Aunque para su abuelo el segundo objetivo solo se trataba de conquistar a todas las chicas que pudieras) -.-
Sin embargo, aunque quisiera bajar al segundo piso como el primer gran paso en su nueva vida como aventurero, él no podía hacerlo aún, porque todavía no había encontrado las escaleras para bajar al siguiente piso. Había muchos mapas sobre los primeros pisos de la mazmorra que habría podido comprar con varios comerciantes de la ciudad Orario o incluso se podrían comprar los mapas directamente al gremio si tuviera el dinero suficiente para hacerlo, no obstante, al igual que él, la diosa Hestia tampoco tenía dinero, por lo que no podía comprar un mapa para avanzar más rápido dentro de la mazmorra.
Cada paso que daba tenía que grabarlo arduamente en su memoria pues no quería perderse dentro en su primer día, eso sería demasiado vergonzoso para un aventurero, aún para uno novato como él. Aunque era el primer piso y solo había goblins y kobolds, Bell no debía de tomarlos a la ligera pues, aunque eran los monstruos más débiles dentro de toda la mazmorra de Orario ellos eran considerados muy fuertes si eran comparados a una persona normal sin la bendición de un dios.
Todos los combates que había tenido hasta este momento habían sido muy difíciles con sus escasos o nulos puntos de habilidad, por lo que no se podía relajar ni un solo segundo. Todo el primer piso tenía muy pocos grupos de novatos en él y el ambiente era lúgubre y desolado. Apenas podía ver un poco gracias a luz que emitían varías piedras mágicas incrustadas en las paredes de la mazmorra. Había estado recorriendo el primer piso por tres o cuatro horas y sin saberlo había entrado en una 'despensa' (ciertas partes de la mazmorra donde los monstruos se reúnen a comer), cuando Bell se dio cuenta de su posición rápidamente se escondió temiendo que lo hubiera visto algún monstruo, pues el número total de goblins y kobolds en la despensa era fácilmente veinte veces mayor a la cantidad de monstruos dispersos por todo el primer piso que había derrotado hasta ahora.
Con un falna tan bajo, Bell no tendría ninguna posibilidad de sobrevivir en esta situación, sí combatiera con todos estos monstruos a la vez el sería abrumado por la cantidad de monstruos dentro de la despensa, dio media vuelta con la intención de huir, sin embargo, cuando giro y comenzó a caminar de vuelta por donde había venido, comenzó a escuchar los pasos de un grupo de monstruos que se acercaban a él, posiblemente eran kobolds por el sonido que emitían a cada paso. Los kobolds que se acercaban se dirigían hacia la despensa, dejando a Bell sin una ruta de escape encerrándolo contra la despensa llena de monstruos a su espalda. Se congelo en su lugar sin saber que hacer pues si no escapaba rápido los kobold lo descubrirían y si comenzaban a combatir llamaría la atención de todos los monstruos en la despensa y Bell se vería rodeado de monstruos por todas partes.
En su desesperación se agacho lo más bajo que pudo para que los kobold no lo encontraran cuando pasaran a su lado, no obstante, comenzó a escuchar que algo se desmoronaba a su lado, cuando volteo a ver lo que estaba pasando se dio cuenta de que un pequeño agujero había surgido en una de las paredes de la mazmorra. Sin pensarlo dos veces, se metió en el misterioso agujero con la intención de ocultarse hasta que los kobold se fueran, sin embargo, para su sorpresa el agujero se cerró rápidamente tras él en cuanto entro, el muro regreso a su estado original bloqueándole el paso de vuelta a la superficie y el camino que había grabado en su mente con tanto esmero para poder salir de la mazmorra.
Su corazón comenzó a latir muy rápido, pues se encontraba en un lugar desconocido y completamente a oscuras, Bell golpeo el muro que lo había encerrado, dio golpes y patadas una y otra vez para tratar de salir de la habitación oscura en la que se había metido, luego de un tiempo dejo de golpear el muro pues se había dado cuenta de que era inútil pues con su fuerza él no era capaz de hacer ni un solo rasguño a la sólida pared frente a él. Pocos segundos despues de que había dejado de golpear desesperadamente el muro, una luz carmesí comenzó a brillar por todas partes a su alrededor iluminando la habitación oscura y Bell se dio cuenta de que había un pasadizo al fondo de la pequeña habitación, la luz salía de cristales incrustados en los muros, el matiz que le daba el color carmesí al estrecho pasadizo era perturbador, pero aun asi Bell comenzó a adentrarse en lo desconocido sin ninguna otra opción.
Poco a poco mientras caminaba el pasadizo comenzó a tener una ligera inclinación, que con el tiempo se hizo más pronunciada hasta el punto en que a Bell se le hacía difícil caminar, pues la pendiente se había vuelto muy grande y un solo paso en falso lo podría hacer tropezar y caer hasta el fondo del pasadizo, él no sabía había donde se dirigía, sin embargo, tenía la extraña sensación de estar caminando en círculos constantemente como si estuviera bajando por una escalera de caracol.
Luego de caminar durante más de una hora entre las estrechas paredes de color carmesí, finalmente había llegado a una habitación grande donde se encontraba un extraño árbol recto que tenía un solo fruto rojo en su parte más alta. Bell nunca había visto un fruto tan extraño, en un primer momento había pensado que se trataba de una flor pues su exterior parecía estar lleno de pétalos, pero cuando se acercó los pétalos se abrieron revelando de su interior un extraño fruto rojo que él no había visto antes. Bell escucho su propio estomago rugir por el hambre que sentía pues habían pasado ya varias horas desde su entrada a la mazmorra, el fruto parecía jugoso y sabroso, era como si el mismo fruto le estuviera pidiendo que se lo comiera al haber abierto los pétalos que lo habían mantenido oculto hasta hace unos momentos.
Finalmente, movió su mano derecha para tomar el fruto que se encontraba a la altura de su pecho. El fruto cabía en la palma de su mano y no era muy grande, pero sería suficiente para calmar un poco el hambre que sentía en ese momento, se lo llevo a la boca y le dio una mordida cautelosa pues no sabía si el fruto era de hecho comestible. Despues de probar su sabor se dio cuenta de que era el fruto más delicioso que jamás había probado, su sabor no era nada parecido o comparable con cualquier otro fruto o comida que hubiera saboreado antes.
Al darse cuenta de cuan sabroso era el fruto, Bell comenzó a darle grandes mordidas hasta que se lo acabo por completo, sintiéndose miserable por no poder encontrar más frutos como este en la habitación, cuando cambio su atención del extraño árbol al fondo de la habitación, se dio cuenta de que había otro pasillo aparte del que había usado para bajar a esta habitación, comenzó a caminar tranquilamente hacía el otro pasillo con la esperanza encontrar una salida al primer piso de la mazmorra o directamente a la superficie de la ciudad laberinto Orario. Sintió algo extraño en su estómago, pero lo ignoro porque quería encontrar rápidamente una salida para reunirse con la diosa Hestia antes de que comenzara a anochecer.
Bell entro a el estrecho pasadizo y comenzó a caminar en círculos y subir por una inclinada cuesta, despues de un tiempo caminando él había notado que el brillo y tinte carmesí que habían iluminado los pequeños cristales en las paredes era cada vez más tenue que antes, al principio no le dio importancia, pero la velocidad con el que la iluminación se estaba atenuando a cada segundo era más rápida mientras el pasadizo se volvía cada vez más y más oscuro. De repente Bell sintió que el suelo había comenzado a temblar y a sus espaldas escucho que algo se derrumbaba, en esta situación Bell tuvo un mal presentimiento y se apresuró para encontrar una salida corriendo desenfrenadamente lo más rápido que sus piernas le podían permitir.
El temblor en el piso se volvía más fuerte a cada segundo que pasaba y el sonido del derrumbe se oía más y más cercano a él sin importar lo rápido que corriera. Mientras el temblor incrementaba en fuerza la luz carmesí en cambio, era tan débil en este momento que Bell apenas podía ver el camino delante de él, ya se había tropezado un par de veces por no haber visto las piedras en el piso por la falta de iluminación. Su cuerpo se estaba quedando sin fuerzas y sus piernas ardían de todo el tiempo que habían tenido que correr sin parar, sin embargo, la peor sensación en su cuerpo se encontraba en su estómago pues conforme había pasado el tiempo la pequeña incomodidad que había sentido cuando salía de la habitación en la que se encontraba el extraño árbol, ahora había incrementado y sentía como sí alguien le hubiera prendido fuego a su estómago desde el interior.
Luego de correr durante mucho tiempo Bell encontró la salida y se podía ver el exterior del pasadizo por la diferencia de tonalidad entre el carmesí y el azul profundo característico del primer piso de la mazmorra. Corrió más rápido que antes y salto fuera del pasillo, pocos segundos despues de que Bell había salido del pasadizo carmesí una gran ola de polvo se levantó tras él. La ola de polvo que se había levantado a su alrededor fue causada por el derrumbe de una gran cantidad de rocas que habían caído en el interior del extraño pasadizo y que habían causado un estruendoso sonido.
Bell comenzó a levantarse tratando de reconocer el área en la que se encontraba, cuando el polvo se disipo vio figuras que corrían hacía su dirección, era un pequeño grupo de aventureros que se había acercado al escuchar el estruendoso derrumbe de rocas que había ocurrido hace poco. Los aventureros se acercaron con miradas extrañas en sus rostros al ver las rocas derrumbadas a pocos metros de Bell, pues ellos habían sentido las extrañas vibraciones del derrumbe junto al estruendoso sonido que este había causado. Finalmente, tras un incómodo silencioso la que parecía ser la capitana del equipo comenzó a hablarle a Bell cautelosamente.
"o-oye chico, ¿estás bien?"
Bell escondió el dolor que sentía en su estómago con una sonrisa mientras estaba frente al grupo de aventureros desconocidos.
"por supuesto, estoy bien"
"¿estás seguro?"
"claro, no te preocupes… oye ¿sabes hacía donde está la salida? Estoy un poco perdido luego de explorar durante tanto tiempo"
"sí, está en esa dirección"
La chica apunto a la dirección de la que ellos habían venido antes. Bell no espero ni un solo segundo y comenzó a caminar apresurado hacia a la salida sin vacilar tratando de aparentar que se encontraba bien para esconder su actual estado adolorido.
"gracias"
Normalmente Bell no era una persona descortés ni de tan pocas palabras, sin embargo, la sensación en su estómago lo estaba matando. Cuando salió del campo de visión de los aventureros comenzó a correr lo más rápido que pudo hacia la salida, para encontrar a la diosa Hestia lo antes posible pues sentía que algo muy malo le estaba pasando en el interior de su cuerpo.
…
Cuando finalmente llego a la iglesia en la que estaban viviendo él y su diosa, Bell sentía que la llama que había surgido en su estómago se había propagado por todo su cuerpo y ardía aún más fuerte que antes, torturándolo con cada segundo que pasaba, incluso la acción de respirar le dolía y sentía que el aire que respiraba era como veneno que lo mataba lentamente, apenas se mantenía consiente ante el gran dolor que había estado sintiendo constantemente con pura fuerza de voluntad, pues por lo menos quería ver a la diosa que creyó en él y le había otorgado su gracia y bendición cuando todos los demás dioses y familias lo habían rechazado por su aspecto débil.
Bell bajó por las escaleras que estaban escondidas detrás del altar y cuando llego al final de las escaleras abrió la puerta de la habitación donde había dormido anoche. Antes de que pudiera hacer nada, Bell vio el destello de su pequeña diosa abalanzándose sobre él, entonces fue rápidamente recibido por un gran abrazo de su diosa que lo derribo al suelo por la fuerza con la que había saltado hacía él.
"¡Bell-kun bienvenido a ca…sa…! "
La exclamación de alegría de la diosa Hestia se vio interrumpida al darse cuenta de que Bell estaba sudando profusamente, se veía pálido y su cuerpo se sentía tan caliente como si estuviera ardiendo en llamas… cuando lo miro más atentamente se dio cuenta de que sangre había comenzado a brotar de su nariz.
"¡Bell-kun! ¿qué te pasa? ¿por qué estas así? ¿fuiste herido en la mazmorra?"
"Hest… ¡buaaargh!"
Antes de que Bell acabara de decir el nombre de su diosa, vomito una gran cantidad de sangre encima de su camisa mientras dejaba escapar pequeños sollozos llenos de dolor. Pequeñas lagrimas comenzaron a brotar de los ojos color zafiro de la diosa Hestia despues de ver a Bell vomitar sangre, ella solo era capaz de sentir como se encogía de miedo su corazón.
"¡¿Bell-kun que te está pasando?!"
La escena frente a Hestia la torturaba más que las llamas del mismísimo infierno, finalmente había logrado obtener un miembro para su familia y, sin embargo, parecía que los cielos le querían arrebatar a su preciado Bell incluso antes de que su historia juntos pudiera comenzar. Para mayor dolor en el corazón de la pequeña diosa, ella observo como la sangre comenzó a brotar de las comisuras de los ojos de Bell formando lágrimas de sangre que descendían por el rostro del primer miembro de su familia, después de eso la horrible escena frente a ella se convirtió en una imagen aún más cruel que antes, esta escena era una que ella jamás se habría imaginado que pasaría ni en sus más horribles pesadillas, ella sabía que si algo le pasaba a Bell esta imagen la atormentaría por la eternidad.
Bell era incapaz de responder a Hestia, su conciencia se estaba alejando poco a poco y aunque aún podía escuchar la voz de su diosa, por más que se esforzara, su cuerpo se negaba a responderle, él ya ni siquiera podía sentir dolor más, pero al mismo tiempo tampoco podía sentir ninguna parte de su cuerpo, no podía mover ni siquiera un solo dedo. Sus ojos se cerraban lentamente sin su consentimiento mientras veía a su diosa llorar encima de él, Bell solo pudo observar con impotencia sin poder hacer nada para consolar a su hermosa diosa.
"¡Bell-kuuun!"
'lo siento… Hestia-sama, tan solo he vivido un día como tu siervo y ni siquiera he sido capaz de hacerte sentir feliz por haberme dado la oportunidad de ser el primer miembro de tu familia… en cambio en mi primer día como aventurero no solo no te hice sentir orgullosa, sino que te hice sentir una profunda tristeza e incluso hice que derramaras tus preciosas lágrimas. Como un hombre… ¿cómo estaría dispuesto a entregarme a la muerte de esta manera y dejarte sola tan pronto? … sin embargo… no se… que me está pasando… lo siento… diosa… Hestia…'
Hestia sintió un escalofrió recorrer por todo su cuerpo cuando vio que Bell estaba cerrando sus ojos lentamente mientras el brillo en ellos se perdía, ella sentía que estaba en el lugar más frio de la tierra, cada fibra de su ser fue atacada por un frio y gélido sentimiento, el color en su cara palideció al instante al sentir que el aura de Bell se debilitaba rápidamente como si se le estuviera escapando la vida de su cuerpo e incluso el calor que provenía de su cuerpo se desvanecía al mismo tiempo que los latidos en su corazón se volvían más débiles y lentos.
"no… por favor… no te vayas… ¡te lo ruego! ¡Bell-kun, no me dejes! ¡por favor no me dejes! ¡Bell-kun! ¡Beeell-kuuun!"
Al ver que Bell no se inmutaba ante sus desgarradores gritos, sus lágrimas comenzaron a salir a borbotones desde los bordes de sus ojos mientras formaban rápidamente unos ríos de lágrimas llenas de dolor y tristeza que se deslizaban por sus tiernas mejillas, sus lágrimas se derramaban y caían de su bello rostro y comenzaron a lavar la camisa teñida de rojo por la sangre de Bell, mientras ella le rogaba que no la dejara sola.
En su desesperación Hestia, rompió la regla que un dios no debía de romper y sin pensarlo dos veces libero sus poderes divinos, desgarro en dos la camisa ensangrentada que cubría el cuerpo del primer y único miembro de su familia, entonces puso ambas manos en el pecho de Bell mientras hacía fluir su arcanum dentro del cuerpo del inocente aventurero que yacía inconsciente en el suelo, cuando su arcanum entro en el cuerpo de Bell, ella se dio cuenta de que algo raro fluía a través de todo su cuerpo, era como si esa siniestra presencia estuviera tratando de crecer dentro del cuerpo de Bell pero el débil y frágil cuerpo de su aventurero no era capaz de soportarlo.
Rápidamente encerró con todas sus fuerzas aquella rara y fuerte existencia que fluía por todo el cuerpo de Bell, entonces sello la terrorífica cosa de origen desconocido en el falna que le había otorgado a Bell en su espalda anteriormente con su Bendición, ella habría querido sacar de su cuerpo lo que fuera que le había causado todo este sufrimiento a su amado Bell, no obstante, sí lo hacía, eso desgarraría por completo el cuerpo herido de Bell. No era algo físico y tampoco tenía vida, pero ya se había adherido al cuerpo de Bell y si lo sacaba a la fuerza solo le haría más daño al joven aventurero que se encontraba al borde de la muerte.
Despues de asegurarse de haber sellado por completo al extraño ser en el interior del falna de su adorado aventurero, paro de hacer que su Arcanum fluyera por el cuerpo de Bell retrayéndolo una vez más a su propio cuerpo, dejo de emitir su arcanum por completo y el aura divina que había rodeado su cuerpo se desvaneció poco a poco. Ella se agacho y recargo con fuerza su cabeza en el pecho de Bell puso un oído justo encima de la posición del corazón en el pecho del aventurero… cuando escucho los latidos del corazón en el interior de Bell más lagrimas comenzaron a salir de sus ojos y esta vez dejo salir todos sus sentimientos mientras abrazaba fuertemente al inconsciente chico bajo ella.
"¡BUAAA! ¡Bell-kun! ¡Bell-kun nunca me dejeees! ¡BUAAA! ¡Bell-kun eres un idiota! ¡nunca más me hagas sentir así de nuevo! ¡BAKA! ¡BAKA! ¡BAKAAA!"
…
Ella lloro y grito durante una gran cantidad de tiempo sin preocuparse por nada a su alrededor, ella había gritado a Bell diciéndole cuanto lo quería, le rogo que nunca la dejara e incluso lo regaño e insulto por ser un idiota al haberla preocupado tanto, cuando finalmente había sacado todas las emociones negativas que se habían desarrollado con anterioridad en su interior, solo un par de sentimientos brotaron y permanecieron en su corazón. Alivio y una gran felicidad por poder seguir viviendo junto a Bell por más tiempo.
Ella no soltó a Bell ni por un segundo durante horas mientras lloraba, lo mantuvo firmemente en su abrazo como si temiera a que fuera a desaparecer en el instante en que se separara de su abrazo… no obstante, ella sabía que no lo podría mantener en sus brazos por toda la eternidad, incluso aunque lograsen vivir muchos años felices juntos, Bell algún día envejecería y también algún día ellos se verían inevitablemente separados por la muerte, Hestia como una diosa estaría condenada a vivir sin él durante el resto de la eternidad y su inmortalidad como una diosa sería como una eterna maldición que no la dejarían estar con Bell…
Pero eso no le importaba en este momento, lo más importante para Hestia era que Bell no la había abandonado, él seguía vivo y seguiría a su lado por muchos, muchos años. Hestia aprovecharía su tiempo junto a él para vivir a su lado todos los días, ella aprovecharía y atesoraría todo el tiempo que pudieran estar juntos como un valioso tesoro que había descendido del cielo solo para ella, todos sus momentos felices o tristes los guardaría en sus memorias y en su corazón con cariño para recordar a su amado aventurero por la eternidad, no se contendría y haría cualquier cosa que deseara con Bell sin reprimirse.
Cuando Hestia se dio cuenta de la naturaleza de sus pensamientos ella se sorprendió de cuan profundo se había metido Bell en el interior de su corazón. Al principio había creído que todo su cariño por él solo se trataba de la adoración de una diosa por un amado niño mortal de su familia, sin embargo, sin que ella se diera cuenta, al igual que el capricho de un dios, ella ya había comenzado a desarrollar sentimientos por Bell en el corto tiempo que habían pasado juntos. Tal vez fue por su actitud inocente o por la forma en que le sonreía a veces o incluso tal vez fue amor a primera vista, ella no lo sabía, sin embargo, ahora que era consiente de sus propios sentimientos se juró a sí misma que no retrocedería y buscaría el amor de Bell, pues esta experiencia le había enseñado que podría perder a Bell en cualquier momento y ella quería pasar todo el tiempo restante que tuvieran juntos como una pareja.
Y... ¡corte!
Espero que les haya gustado este primer capítulo, estaré actualizando este fanfic semanalmente.
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Hasta la proxima. n.n
