El polvo bajo la alfombra de la familia Nara
Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen. Son propiedad de Masashi Kishimoto. Yo sólo escribo por diversión, sin ánimo de lucro.
Resumen: Porque incluso las mejores y más ejemplares familias tiene polvo escondido bajo la alfombra. Éste se acumula. No puedes ignorarlo. Va a estallar en tus narices... Oh, es demasiado tarde.
Advertencias: AU (Universo alternativo). Muerte de un personaje. Sobre advertencia no hay engaño.
Es la primera vez que escribo algo de este tipo. Así que daré todo mi esfuerzo. Espero que les guste.
Prólogo
Faltaban tan sólo un par de minutos antes de que la alarma de Shikamaru sonara y retumbara por toda la casa. Yoshino suspiró pesadamente y depositó su taza en la superficie de la mesa. Intercambió miradas con su marido y ambos sonrieron.
Shikaku regresó su mirada al periódico en sus manos y Yoshino se giró para mirar las plantas que había colocado en la ventana. La alarma sonó, haciendo eco en las paredes y retumbando en sus oídos.
Tan sólo era cuestión de tiempo para que Shikamaru se levantara y la apagara. Porque su hijo ya estaba despierto, lo sabían. Siempre se despertaba unos segundos antes de que la alarma sonara y se animaba a levantarse para apagarla unos segundos después.
Pero eso no ocurrió. Y marido y mujer intercambiaron miradas. Dejaron lo que estaban haciendo y subieron las escaleras en silencio, sólo interrumpido por los pitidos del reloj despertador en la habitación de Shikamaru.
Llamaron a la puerta, pero el ruido no cesó. Ni siquiera recibieron respuesta. Entonces, dejando los modales de lado, Yoshino abrió la puerta de un tirón, vociferando el nombre del chico al ingresar.
Se acercó a la cama, en donde el más joven de los Nara seguía recostado, como un tronco. No se movía, y cuando estuvo lo suficientemente cerca, pudo ver que tenía un rictus de terror en el rostro. Sintiendo algo pesado en su estómago que se trasladaba rápidamente hacia su garganta, oprimiéndola.
Se inclinó, incrédula, y colocó ambas manos en las mejillas frías y sin color de su hijo. Las lágrimas empezaron a emanar de sus ojos y comenzó a repetir su nombre.
-Mi hijo... Mi Shikamaru... -murmuró, apartando la vista.- ¡Shikaku, nuestro hijo!
Éste había permanecido en silencio, y miraba con aire ausente el rostro de su hijo. Se sentó al borde de la cama, contrario a donde se encontraba su esposa. No daba crédito a lo que veían sus ojos.
Recorrió el cadáver de manera visual y entonces, al bajar y notar su puño helado, frío y tieso escondiendo algo, rebuscó sin forzar demasiado en el cuerpo muerto.
Era una nota de papel. No, no tenía ganas de leer. Sólo lo destrozaría más. Pero contra su voluntad, desdobló el papel y leyó su contenido.
"Es hora de que alguien saque lo que hay debajo de la alfombra. ¿Lo hacen ustedes o lo hago yo?"
¡Y eso fue todo por ahora! Espero les haya gustado :B
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¡Saludos!
