Los personajes de Katekyo Hitman Reborn! No me pertenecen.

Traiciones en medio de la noche.


Era un noche corriente, aunque, esos dos cuerpos retorciéndose por placer era algo perturbado y raro, más aún viendo que la mujer era la pequeña mafiosa con su enemigo.

Sus largos y oscuros cabellos, sus ojos carbón con un brillo singular, sus labios curvados en una sonrisa. La mafiosa ríe lentamente, las comisuras de sus labios tiemblan en una risa alegre, mira al causante de su risa.

"I-Pin-chan eres tan divertida~" murmura Byakuran. Aprieta sus labios en su cuello y lo muerde delicadamente. I-Pin ríe y a su vez gime, arquea su cuello y murmura.

"T-Tsuna-san dijo que tenía que vigilar tus pasos..." balbucea la niña, Byakuran se aparta unos milímetros, sus ojos color lavanda reflejan el deseo.

"No importa, vigilame de cerca." ordena con voz sedosa. La china asiente con las mejillas coloradas, se retuerce en la silla y pide más.

Quiere fundirse con Byakuran, tanto como para que él no desaparezca su lado, y para aplacar su traición.

¿Cómo había comenzado? ¿Cuándo empezó a perder su cabeza? ¿Cuándo empezó a gritar su nombre entre los fogosos brazos de él?

¿Cuando?

Era una misión común, sólo tenía que ir donde el tío Kawahiro y pedir información sobre las Coronas Fúnebres.

Nada más.

Pero mientras veía la vivienda donde vivía el tío sintió un escalofrío. Detrás de ella estaba Kikyo. El corona fúnebre más poderoso. I-Pin intento con todas su ganas alejarse, huir y llevarse su presencia para que el tío no se diera cuenta, sin embargo fue rápidamente secuestrada por él.

Estaba amordazada y las manos unidas entre sí, y también unas cuerdas, sus ojos carbón intentaron ver más allá de la espesa oscuridad que reinaba a su alrededor, pestañeo repetidamente y sintió la tela que cubría su boca húmedo.

Apretó los ojos e intento rodar en el suelo, con las manos y pies atadas, con frustración vio que era imposible, enfadada y asustada espero su destino, si tenía que morir ahí en medio de los enemigos lo haría, pero se encargaría de no decir nada y no decepcionar a Tsunayoshi.

Escucho una risa a su alrededor, intento concentrar su mirada, más aún una mano impidió ver más allá, le cubrió los ojos con los dedos y ella sintió su textura, suave y algo cálida.

I-Pin sintió como aflojaban la presión en sus ojos, con turbación lanzó una mirada al sujeto y presa del pánico se recordó no decir la situación de sus amigos.

"i-Pin-chan~" llamo Byakuran entre la oscuridad.

Después de eso ella perdió el sentido de lo que estaba bien y no, todo acabo con la mirada lavanda de Byakuran.

I-Pin se recuesta en la silla, intenta alejarse de él pero ya no puede, aunque tampoco lo intenta.

Byakuran sonríe y mira por la ventana, apunta con su dedo suave la luna.

"Ya es media noche, I-Pin-chan." murmura contra su oreja, la chica asiente con decepción. Se levanta de la silla y gira un poco el rostro, la luna hace resplandecer su piel, el hombre le mira con suspicacia.

Desde que estaba con Byakuran ella se alejaba de él en media noche, porque en ese lapsus de tiempo pensaba que dejaba todo los segundos atrás antes de comenzar un nuevo día junto a sus amigos, los cuales no sabían nada.

I-Pin camina y siente el corazón en la garganta, es una traición, pero ya no puede escapar a esos ojos lavanda que la controlan y que juegan con ella.