Advertencia: la historia a leer contiene contenido Shonen-ai por lo que se le ruega a los homofobicos no leer, por que sus cabecitas no entenderían nunca de esto… me explico.

.. nn ya que los homofobicos se fueron… que comience el fic.

Oo---I---oO

El retumbante sonido de los truenos era acompañado por el sonido agitado del viento, que movía las ramas y le quitaban algunas hojas a los árboles a su paso.

Las nubes se arremolinaban encima de aquel bosque, concentrándose en un solo punto. Nubes negras y espesas se juntaron. Los rayos, infaltables destructores de vida, golpeaban el suelo, dejando un haz de luz blanca en su camino, hermoso… pero peligroso para cualquiera que estuviera cerca, pero no para ella.

La figura de una encapuchada se movía por aquella tierra, azotada en ese instante por la tormenta. El viento venía en dirección contraria a ella con fuerza, pero no parecía importarle, avanzaba a paso lento pero decidido, sin temor ni siquiera a aquellos amenazantes relámpagos que caían a poco distancia de su cuerpo.

Detuvo su paso, se quito la parte superior de la capucha, que le tapaba la cabeza. Una luz blanca dejo ver su hermoso cabello celeste, sus ojos eran tapados por su fleco.

Una sonrisa de malicia se forma en sus delgados labios.- ahora que Hao no es una amenaza podré buscar… lo que me pertenece.- estira su brazo delante de ella y un báculo de un color plateado aparece en su mano, al final de él tiene la figura de una gran esfera, al parecer hueca, ya que casi la mitad es llenado por un líquido verde azulado.

Los relámpago no hacen mas que aumentar y las nubes moverse con el viento, que cada va mas rápido, la capucha de la joven se mueve al compás del viento.- estúpida naturaleza.- con esas palabras todo alrededor de ella se detiene, el relámpago queda a medio camino, el viento se congela, todo esta detenido. Pero ahora el relámpago vuelve a su origen, el viento cesa volviéndose lento, ahora en un simple brisa.- soy muy poderosa pero no tanto… deseo serlo más.- agito su báculo de un lado a otro.

-tanto mas deseas.- exclamo una voz juvenil a sus espaldas. La sonrisa de la mujer se expandió, se dio la vuelta lentamente.-

-no sabía que estarías aquí… Eirion- un muchacho de piel un poco morena, ojos rojos y cabello rubio estaba posado en una roca, su mirada era fría y amenazante. Pero no así perdía su atractivo, esos ojos lo hacían atrayente a cualquiera.

-Lira… ¿que pasa ahora?… - pregunto con un tono desinteresado.

-deberías saberlo bien… - la mujer se dio la vuelta prosiguiendo con lo que iba hacer.- es hora de tomar el mundo que se nos fue negado hace 500 años por ese Asakura…

-pero antes debes recuperar tus poderes.- le interrumpió bruscamente, ella le miro de reojo con ira por la sola mención de que estaba sin sus poderes.

-esa vendida… de mi hermana… me las pagará caro…

-entonces vamos a buscarlos o no… yo ya se donde están… y puedo aparecerme ahí… ellos nos sospecharán nada… en realidad me recibirán con los brazos abiertos.- exclamo cínico, mirándola triunfante.

-estás desesperado por verlos… en especial a él- lo último lo dijo casi con burla, Eirion sabía por que lo dijo así. Se molesto mucho por el tono de voz que había usado. Lira simplemente sonrió de soslayo.- antes de que vayas, es hora de dar aviso a mis súbditos.- levanto su báculo con ambas manos apuntándolo hacia el cielo, entonces otra vez empezó aquella amenazante tormenta, tan repentinamente como había parado.- es hora de terminar… yo les llamo.-

En diferentes apartes del mundo, ciertas personas sentían una nostalgia dentro de su corazón.

-volvamos a formar aquella familia que éramos… finalicemos aquel objetivo tan deseado.- mientras decía eso, la tormenta parecía volverse mas fuerte, como si quisiera detener todo esto, pero nada podía hacer. Ni siquiera Eirion se había inmutado por aquellos sonidos de truenos a lo lejos.

En otras partes del mundo, solo aquellas personas que eran las indicadas podían sentir ese poder, su líder estaba llamándolos, debían hacer caso.

-volvamos a levantarnos de las cenizas, vivamos de nuevo, tal como lo hizo Fénix.- grito esto último y clavo su báculo en la tierra. Los rayos aumentaron, ahora se podían ver sus ojos, endemoniadamente llenos de maldad, de sangre. Pero lo más sorprende el color, uno de un color verde y el otro de un color azul, dándole una apariencia más temible a su semblante.

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La chica abrió sus ojos rojizos repentinamente, sintió como si el mundo se hubiese agrietado, y esa grieta iba a ir creciendo más con los días, destruyendo todo el mundo.

Se levanto de la silla, que era sumamente elegante, con finos bordes y tallados de ángeles en ellos.

-Marco.- llamo ella algo asustada.

-pasa algo doncella Jeanne- el rubio parecía asustado por el tono de voz de la chica.

-hay algo… algo malo va a pasar.- Jeanne llevo su mano a su pecho, donde tomo la cruz que llevaba.- avisa pronto… el grupo "Fénix" ha vuelto.

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El sol iluminaba con fuerza esos días y que mejor día caluroso para ir a la playa.

Nuestros shamanes habían ido a la playa, y si lo digo en plural, es por que todos estaban ahí. Hasta Ren, quien se había negado rotundamente a ir, fue convencido por su hermana Jun.

Mientras las chicas tomaban el sol, si Ana tomaba el sol en su bikini negro, junto con Pilika, que tenía un traje de baño celeste. Tamao un traje de baño rosado y Jun un traje de baño violeta, mas bien un bikini. Y como siempre el pervertido de Ryu la miraba con baba saliendo de su boca, bueno no solamente a ellas si no también a otras chicas que pasaban por ahí.

Chocolove se había puesto un traje de buzo y se fue a explorar las maravillas del mar, en realidad quería hacer una broma.

-aaaaah!! Un tiburón.- grito una persona.

-el ataque del tiburón do…-

zape… por parte de un peliceleste muy enojado.

-discúlpelo no sabe lo que hace- se disculpo el ainu. Mientras Chocolove se quedo flotando sobre el agua inconsciente.

-estos nunca cambiarán.- menciono Manta, quien estaba sentado tomando un jugo.

-son infantiles nada se les puede hacer.- exclamo Ren, quien le hacia compañía al pequeño, mientras Horo zarandeaba a Chocolove, al parecer se había ahogado y el pobre chico estaba desesperado. Una sonrisa se dibujo en la cara de Ren, al ver la cara de preocupación del ainu, que ingenuo e inocente podía ser su… su que… no sabía como identificar a Horo. Desde cuando se había detenido tanto para pensar en Horo, Ren pensó que eso se debía en estar tanto tiempo debajo del sol.

-si… es perfecto- exclamo Yoh, quien de la nada apareció junto con Ren y Manta, provocando que Manta escupiera su bebida, y Ren se sorprendiera, algo asustado pero conservo su tranquilidad y ese aire elegante que le caracterizaba.

-no que habías ido a nadar ¿cuando saliste Yoh?- pregunto Oyamada seriamente consternado. Yoh solamente rio con su característica risa

-se siente bien… estar entre amigos… solo faltaría Lyserg.- menciono Yoh.

-mi Lyserg…- se escucho decir a Ryu TT

Si todo era normal, al menos para ellos nada malo había surgido.

Sin avisar se escucha un gran ¡splash! Al parecer alguien salio mojado, y ese alguien no era cualquier persona, esa persona era nada menos que Ren Tao. Yoh y Manta se hicieron hacia atrás ya sabía lo que venía.

-no seas flojo y metete al agua.- se burlo Horo, quien tenía un balde en su mano y se burlaba de Ren.

-estas… muerto…-

-oh…oh.- Horo salió corriendo hacia la playa seguido de un furioso Ren.

-parece que se divierten mucho.- exclamo jun complacida de ver a su pequeño hermano correr por la playa.

-hay hermano que hiciste ahora.- bufo Pilika, algo avergonzada.

Y siguieron corriendo, hasta que Ren cayo, tragando arena. Horo no pudo aguantarse la risa y exploto, al ver la cara de Ren embarrada con arena. El pobre abochornado y furioso Ren se levanto, y miro con que había tropezado.

-chocolove.- dijo al ver a un moreno tirado en la tierra.- no que estabas despertándolo.- le dijo horo.

-a si… es que me aburri…- u.u

-estúpido… Hoto

-QUE NO LO SOY… y además soy Horo- le dio a entender- además se despierta fácil.

-¡y por que no lo has intentado!- le grito Ren.

-mmmm… me creerías que no se…

-te creería si dijeras que eres un tonto… pero para que decirlo si a cada rato lo demuestras.- exclamo sarcástico.

-que acaso quieres pelear… vamos para afuera.

-estamos afuera… por si no te has dado cuenta estamos en la playa… como puedes ser tan tarado

-chino idiota…

-atrévete a repetir eso de nuevo

-chino idiota… chino idiota… chino idiota.- canturreó Horo infantilmente, haciendo que el cabello de Ren creciera de lo enojado que estaba.

-no puedo creerlo… pero si es Horo-Horo.- una voz hizo que Horo cesará los canto infantiles para hacer enojar a Ren, dirigió su mirada encontrándose con un chico.

-y tu quien eres.- pregunto enojado Ren, al ver como Horo se había quedado con la boca abierta al verlo, de por sí casi se le sale la baba. El chico era rubio, su tez un poco morena, no tanto como Chocolove que seguía tirado en la tierra, y sus ojos de un color rojo mostraban una gran amabilidad, tenía puesto su traje de baño de un color rojo, dejando ver su abdomen plano y su figura bien contorneada, verdaderamente muy apuesto, demasiado para Ren, por que Horo en verdad se había quedado embobado con solo verlo.

-E… E…E…Ei

-¿que pasa Horo?… parece que hubieras visto un fantasma.- exclamo sonriente.

-Eirion.- termino de decir Horo.

-imposible.- una voz chillona llego a los oídos de Ren.- ¡¡EIRION!!- la hermana de Horo se lanzo sobre el rubio. Abrazándolo, este le devolvió el abrazo.- como es que estás aquí.- le pregunto Pilika luego de abrazarlo.

-estaba de pasada por estos lugares… veo que están muy bien… los dos.- dijo mirando a Horo con una sonrisa.

-esto… -Horo se sentía extrañado de ver a uno de sus mejores amigos, suspiro.- aún me recupero de la sorpresa.- dijo una frase por fin.

-no has cambiado en nada Horo, sigues siendo igual de infantil y lo digo por que estabas molestando a tu amigo.- he indico a Ren.

-tu también… todos dicen que soy infantil.

-es lo que eres.- le dijo Ren.

-NO EMPIECES DE NUEVO.- le exigió Horo.- ah… por cierto este chinito amargado es Ren Tao.

-COMO ME DIJISTE- le grito mientras una venita decoraba su cabeza.

-que pasa.- Manta apareció junto con Yoh.

-¡chicos!- chillo Pilika.- miren el es Eirion… es un gran amigo nuestro.- exclama jubilosa de alegría.

-amigo.- Yoh mira al chico nuevo y ríe.- hola como estas.- le saludo con la mano.

-oh… un amigo de Horo.- menciona Manta al lado de Ren. El chino solo deja escapar un bufido. Mientras Horo parecía conversar muy amigablemente con su amigo.

-nunca creí encontrarte aquí…- dijo Horo.

-lo mismo digo.- exclamo mirando como Pilika hablaba con Yoh.- pero no pareces muy complacido de verme.- Horo se asombra por las palabras de Eirion. Mientras que el chico de ojos rojos tiene su vista fija en el horizonte.

-yo… es que… - por un momento pensó en Ren, el Tao parecía ignorarlo, ya que también miraba el horizonte y parecía que algo le molestaba al chino, pero por que se preocupaba por él, ni que tuviera que pedirle permiso para hablar con un amigo que hace tiempo no había visto- no es eso… es solo la sorpresa… estoy muy feliz que estés aquí.- dijo con una sonrisa.-

-pues me alegra oír eso… y tú sabes por que.- su mirada rojiza se cruzó con la oscura de Horo, el ainu se sonrojo levemente, había olvidado lo mucho que admiraba a su amigo. Cuando estuvieron en la aldea, el era su único y mejor amigo, Eirion era un gran shaman y casi la mayoría lo había aprendido con él, aunque tuvieran la misma edad, Eirion era mucho adelantado que Horo.

La escena se corto, cuando Horo fue empapado por otra persona.

-eh…

-quien…- Horo volteó solo para a ver a Ren con un balde.- PERO QUE TE PASA

-me la debías…- declaro Ren, para darse la vuelta y caminar hacia donde estaban Ryu y Chocolove, el primero tratando de despertar al moreno. Yoh, Manta y Pilika miraron la escena callados y sorprendidos por la actitud de Ren. El silencio fue opacado por la risa de cierta persona.

-eh… ¡Eirion! no te rías.- le reclamo Horo.

-lo siento… pero es… que… se notan… que son… buenos amigos.- hablo entre risas. Mientras Horo le miraba enojado.

-si ellos son grandes amigos.- opino Manta

-pero si hasta parecen casado pue.- Chocolove apareció de la nada, para luego ser lanzado a lo profundo del mar, por Ren y Horo, ambos le había dado su merecido por haber dicho tal barbaridad.

-no que estaba tirado en la tierra.- exclamo Manta viendo como el moreno caía en el agua.

- es verdad.- dijo Pilika.

-no se fijen en los pequeños detalles.- Yoh río de nuevo.

-ja… se lo merecía.- exclamaron Horo y Ren a la vez, ambos se miraron sorprendidos y se sonrojaron. Muchos sonrojos para Horo en solo un día y tan seguidos y con diferentes personas, pensó el ainu. Eirion, el chico de cabellos negros miraba la escena, sus ojos amables se habían vuelto fríos e inexpresivos, apretó el puño con fuerza.

-"al parecer el trabajo será mas difícil de lo que pensé"- su mente trabajo rápido, no permitiría que nadie le quitará la oportunidad de estar con Horo, no otra vez. No desde que se tuvieron que separar por el dichoso torneo.

-bueno chicos.- Eirion se acerco amigablemente hacia Horo, quien todavía tenía un tinte rojo en sus mejillas.- por que no vamos a comer.

-Nos estás invitando… a todos…

-y tienes dinero.- pregunto Ren con algo de frialdad en su voz.- por que somos muchos y hay uno que come el doble de cada uno de nosotros aquí presentes.

-eh… ¡eso fue una indirecta!- le amenazo.

-vaya no sabía que conocieras el significado de esa palabra.- le dijo sarcástico.

-tranquilo chicos.- Yoh les calmo.

-hermano no comiences a pelear con Ren otra vez.- luego se dirigió a Eirion.- en verdad nos invitarás por que somos como 10 personas en total.

-siempre dicen que entre mas mejor.- declaro el sin importarle la cantidad de personas. Yoh estuvo a favor de ese comentario.

-vaya eres muy gentil.- exclamo Manta.- por cierto soy Manta Oyamada.

-gusto en conocerte.

-le avisaré a los demás.- exclamo Pilika y se alejo del grupo.

Minutos después Ana a regañadientes fue, pero luego de que Pilika le dijo que un amigo de ella iba a pagar todo fue ella de prisa. Para su sorpresa no era cualquier restauran, era uno de primera que se encontraba como a unos minutos de las playa, se pusieron ropa y fueron enseguida.

En el camino, Pilika le platicaba a Eirion sobre el torneo de shamanes, atrás de ellos venían Horo y Ren. Luego Yoh y Anna, seguidos de Manta, Tamao y Jun. Por último Ryu y Chocolove; un poco mejor que antes.

Al llegar, Eirion hablo con uno de los mozos, y les indico que había una mesa para ellos. Fueron a una habitación, donde había una larga mesa.

La habitación era iluminada por un candelabro colgado en el techo, parecía hecho de diamantes. Tenía unos grandes ventanales, por donde podían ver el hermoso paisaje de afuera, el sol se ocultaba de a poco, y el mar se teñía de naranja.

-pues siéntanse.- exclamo Eirion.

-esto es mega amable de su parte.- comento Ryu.

-claro lo que sea por los amigos de Horo.- dijo con una hermosa sonrisa adornando su rostro. Ana se sentó en la cabeza de la mesa. Cuando todos estuvieron sentados y Manta hubo obtenido unos libros para poder sentarse en las altas sillas. Comenzó el interrogatorio, que Eirion contestó sin pena alguna.

-si… también soy de Hokkaido.- les dijo Eirion.- conozco a Horo y a Pilika desde hace tiempo, éramos como hermanos

-¿éramos?- Manta se extraño por identificar su amistas con los hermanos Usui en pasado.

-si es que creo que han pasado tantas cosas.- Pilika y Horo se sintieron algo avergonzados.

-pero son cosas del pasado.- casi grita Pilika- además solo por estar lejos no significa que nuestra amistad allá cambiado, el sentimiento es el mismo.

-eso espero.- Eirion le sonrió a Horo, quien estaba enfrente de él. El Ainu se sonrojo levemente, nadie lo noto, nadie excepto Ren, que estaba sentado de Horo, y que ya le hartaba ese tipo.

-y dime donde estuviste.- pregunto Pilika.

-a que te refieres.- exclamo Eirion.

-cuando empezó el torneo de Shamanes, y Horo se fue… tu igual te fuiste, y cuando regresamos tu ya no estabas y no te habíamos visto.- explico Pilika.

-como sabes muy bien… mi familia verdadera esta en Luxemburgo… estuve con ellos.

-verdadera… perdón que sea entrometida.- dijo Jun.- pero a que te refieres.

-si… que extraño.- a Ren le salió con cierta ironía ese comentario, que fue notado por Eirion.

-A mí nunca me han gustado los lujos… por lo que decidí quedarme con mis tíos… mis padres verdaderos no pasaban mucho tiempo conmigo… por eso viví toda mi vida… bueno no toda ya que luego regrese a mi país natal.- exclamo con una pizca de gracia.

-tal vez no debí preguntar.- se excuso Jun.

-no te preocupes… no es algo que me duela… es mas mis tíos son como mis padre verdaderos.- exclamo con una sonrisa.- Yoh río con su típica sonrisa.

-se nota que eres un buen tipo.- dijo el Asakura.

-uh… gracias.- otra vez la misma sonrisa gentil.- "bien ya me estoy ganando su confianza"-

En ese instante entran unos mozos y empiezan a poner los platos que despiden un aroma delicioso frente a cada uno de ellos, y luego mas platos en el centro de la mesa y a lo largo, con más manjares, ensaladas y salsas diversas. Pusieron algunos vasos frente de cada uno y le llenaron de jugo.

-bueno que estamos esperando.- exclamo Ryu.

-si ya me moría de hambre.- exclamo Horo, los mozos salieron uno a uno y cerraron la puerta.-

-entonces no hagamos esperar.- declaro Eirion divertido por Ryu y Horo.- comamos.- en seguida todos se pusieron a comer, Horo-Horo si que tenía hambre y disfrutaba lo que comía, al igual que los demás.

Yoh conversaba junto con Manta. Pilika quien estaba sentada al lado de Eirion conversaba con él y Eirion parecía complacido en escucharla. Tamao comía feliz, mientras Chocolove decía uno de sus chistes. Horo ni Ren le podían pegar estaban lejos, aparte estaban comiendo muy a gustos.

-se nota que eres muy amigo de él.- dijo Ren con un notable acento de enojo. Pero que le estaba pasando, acaso estaba celoso de aquel chico. Claro que lo estaba, Horo y Eirion se trataban como si fueran los mejores amigos, mejor de lo que él y Horo podían hacer, bueno ellos solo peleaban. Pero Ren Tao no admitiría nunca que estaba celoso.

-pasa algo malo Ren… tienes una cara de disgusto… no me digas que estas….- Horo parecía entender. Ren le miro con algo de temor, acaso era tan transparente.- estas enojado por lo ocurrido en la playa.- afortunadamente Horo era demasiado tonto e inocente para darse cuenta de aquello. Eso relajo a Ren que temía por su dignidad y orgullo.- pero si ya te vengaste… - se quejo Horo.- eres tan intolerable.- Ren bufo.

- y tú un inmaduro sin remedio.- le declaro Ren.

-QUE… siempre me dices eso.- lloriqueo Horo.- yo no soy inmaduro… soy muy maduro.

-hay más posibilidades de que un cerdo vuele a que tu seas "maduro".- como siempre Ren estaba de sarcástico.

-eres tan…- Horo no termino su oración, Ren se dispuso a comer para ignorar al idito de su "amigo". Horo le miraba embelesado, eran tan elegante hasta para comer, y se veía tan bien con ese semblante tranquilo y no esa mirada llena de cinismo y que le decía que estaba muerto, aunque pensándolo bien, pensó Horito, también se ve bien con cara de malo. El ainu se sonrojo violentamente con solo pensar eso, por que Ren tenía ser tan… tan… pero tan… tan… sexy. Bien lo dijo, mas bien lo pensó.

-te pasa algo.- pregunto Ren, al verlo sentado con la cabeza gacha, Horo negó frenéticamente con la cabeza. Tratando de controlar la temperatura de su cara. Tomo un sorbo de su jugo y con su poder espiritual lo helo, para poder tomárselo y bajar al menos el sonrojo de sus ya mencionadas mejillas.

A Eirion no le gustaba nada de eso, estuvo mirando la escena, al parecer Ren ocupaba algo del corazón de Horo que a él le pertenecía, tuvo una idea.

Cuando todos ya había acabado, Pilika se le adelanto a su idea.

-oye Ana.- llamo Pilika, la sacerdotisa miro a la Ainu.- Eirion podrían quedarse a vivir con nosotros, quiero decir en tu casa.-

- es cierto.- intervino Eirion y dio gracias por que Pilika intervino por él, si el lo hubiese dicho se vería demasiado sospechoso.- me gustaría pasar mas tiempo con Pilika y Horo hace mucho que no los veo.

-Pilika me dijo que tu casa es una posada y si quieres puedo pagar mi estadía.- declaro.

-claro que puedes quedarte.- Ana no titubeo, sacaría buen provecho de este ricachón, quien diría que uno de los amigos de Horo fuera a tener tanto dinero, los ojos negros de la rubia brillaron.

-esta mujer nunca va a cambiar.- pensó Manta.

-señorita Ana.- pensó Tamao con una gota en la cabeza.

-bueno todo arreglado.- dijo Eirion.

Horo estaba en aprietos, en verdaderos aprietos. Eirion iba a venir a vivir con ellos, ni siquiera sabía lo que sentía por Ren, mas bien lo tenía claro, pero quería ver si su amigo sentía lo mismo por él antes de poder arriesgarse.

Pero había una cosa, el no sabía que era "eso" lo que provocaba Eirion en él. Cada vez que le miraba y le sonreía, era tan elegante a la vez, como Ren, a veces podía ser algo rudo e inflexible, igual que Ren. En ciertas ocasiones le molestaba, en especial cuando eran niños. Pero ahora era diferente, seguía creyendo que ese sentimiento era solo de admiración o acaso era algo más, que se había transformado. Ahora que lo pensaba bien, con Ren había sucedido o mismo, admiraba a montones al chino, que siempre le molestaba, llegaba a odiarlo en ciertas ocasiones por las palabras hirientes que podía decir, pero al final le gustaba estar con él, hasta que ese sentimiento se convirtió.

Solo una palabra cabía en su cabeza ahora: confusión.

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CoNtinUarA…………………

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A mi me gustaría viajar a Luxemburgo ¬¬…… O.O

Jejejeje

Como están todos nn, no me maten se que debería estar haciendo el secreto de los ángeles pero tuve unos problemitas con el fic, pero no se preocupen actualizaré lo mas pronto que pueda… este y el otro.

Y… ¿Qué les pareció?... ¿les gusto o no?… es un idea que se me ocurrió de volada, mientras escuchaba una canción en japonés… ya no me acuerdo quien cantaba, pero era una mujer…

Como sea, el caso es que espero que les halla gustado este nuevo fic mío, de mis queridos Ren y Horo.

Así que dejen review para saber si esta bueno, no sean vagos, y lo digo por que se que hay algunos, no todos, que leen y no dejan review.

Eso puh, espero sus review con ansias….

Chau

By: Narien pRINCESs oF tHe dARKNESs