Disclaimer: Nada me pertenece, todo es propiedad de la gran J. .
Un nuevo fic. Actualizaré con tanta asiduidad como pueda. Ideas, comentarios, reflexiones, todo es bien recibido, siempre es un placer leeros así que no olvidéis dejar review. No cuesta nada y a mí me hacéis muy feliz. Sin más comenzamos con la historia …
~ Lirios para la eternidad. ~
Prólogo
El pasado es la única cosa muerta cuyo aroma es dulce.
Edward Lawrence Thomas
Dos. Ese era el número más importante en mi vida ahora. Dos meses desde que Harry Potter venció a Lord Voldemort. Dos días para mi juicio. A pesar de ello estaba tranquilo, Azkaban era un lugar que ya conocía y al que no pensaba volver. No me importaba lo que se decidiera pasado mañana.
Aunque al parecer para librarme iba a tener que usar métodos aún menos ortodoxos a los que solía usar ya que mi dinero había dejado de tener efecto dentro del Ministerio.
Salí del despacho del funcionario al que acababa de intentar sobornar y caminé hacia el ascensor. Obviamente el hombre no recordaría nada de lo que acababa de ocurrir. Que mi intento fallido se aireara sólo me perjudicaría.
Justo cuando la puertas del ascensor estaban cerrándose alguien entró en el último momento.
-Señor Malfoy- Me saludó Potter. Ni quiera le miré. Una de la comisuras de mis labio se torció y respondí con normalidad.
-Potter-
-Me gustaría hablar con usted- Alcé una ceja, extrañado y entonces giré el rostro para mirarle.
-No veo de qué teníamos que hablar usted y yo-
-Tal vez de por qué usted se encargó del entierro de mi madre-
No pude evitarlo. Mis ojos se ensancharon formando una mueca de sorpresa que pocas personas habían visto en mí ¿Cómo demonios sabía él eso? En su momento dejé bien claro que no quería que nadie se enterara.
Carraspeé y aparté la mirada intentando disimular cuan turbado me había dejado esa frase tan directa.
-No sé de qué estás hablando … ¿Por qué me encargaría yo del entierro de tu madre?-
El ascensor se abrió y salí con paso apresurado. No quería continuar con esa conversación. Sin embargo Potter siguió mi ritmo y antes de que pudiera llegar a las chimeneas agarró mi brazo y me detuvo.
-Como sabrá durante mi búsqueda de horrocruxes estuve en Godrics Hollow y visité la tumba de mis padres. Estaban en lugares distintos del cementerio y en la lápida de mi madre rezaba "Liliana Evans. El mañana nunca muere" Eso me hizo pensar … ¿Por qué en la lápida de mi madre estaba su apellido de soltera? Era como si quisieran desvincularla de mi padre. Entonces, cuando todo acabó le pregunté sobre esto a la única persona que quedaba viva que podía saberlo ...-
Le miré imperturbable, al menos en apariencia- ¿Y? -Dije arrastrando el sonido.
-Visité a mi tía Petunia, la hermana de mi madre, y tras mucho insistir dijo su nombre. Dijo que Lucius Malfoy se había encargado del entierro de mi madre- Todas las explicaciones de Potter eran tranquilas y pausadas.
-Está bien, fui yo … ¿Y qué?- Pregunté de forma abrupta.
-¿Quién se cree usted para separar a mis padres de esa forma?- Su voz estaba forzadamente controlada y sus ojos encendidos de una forma que me resultaba familiar.
-Yo tengo, y tenía, más autoridad que nadie para hacerlo. No iba a permitir que Lily descansara junto al bastardo de tu padre-
Potter hizo el amago de sacar su varita y yo me limité a mirarle con un mueca de burla y superioridad.
-No le consiento que hable así de mi padre, ni que ensucie el amor que mis padres se profesaban-
-Tú no sabes nada, Potter- Dije con tono ponzoñoso, girándome para entrar en las chimeneas. Volvió a detenerme.
-¿Qué es lo que no sé?- Me giré una vez más mirándole aún con superioridad, burla. El quería saber pues que así fuera.
-Tu madre jamás quiso a tu padre-
-Eso es mentira- Potter me miraba como si me hubiera vuelto loco de repente … Pobre ignorante.
-Tu madre me quería a mí. Nadie tenía más derecho que yo a encargarme de su entierro- Iba a interrumpirme así que levanté una mano para que guardara silencio - ¿Crees que si fuera mentira los amigos de tu maravilloso padre lo hubieran permitido? ¿Tu tía muggle sabría mi nombre si no fuera así?
Disfruté su expresión confusa y turbada y ello se plasmó en la sonrisa torcida que se dibujó en mi rostro. Casi podía ver como en su interior caía piedra a piedra la gran mentira que todo el mundo creía. El amor de James Potter y Liliana Evans. Una asquerosa mentira que junto a otras encubrió mi historia con Lily.
