[x] Fandom: Naruto
[x] Título de la historia: Pinceladas del pasado
[x] Resumen: Intantes clave en la vida de Sai desde el primer día que ingresó en Raíz hasta su incorporación al equipo 7.
[x] Nota: sé que Sai no es su verdadero nombre, pero lo llamaré así para evitar confusiones [x] Orden de los drabbles:
Taquicardia -- Inseguridad -- Angustia -- Dolor -- Soledad -- Desconocido -- Sufrmiento -- Traición -- Mentira -- Silencio -- Oscuridad -- Muerte -- Lágrimas -- Temor -- Fin
- Taquicardia -
Apretó con fuerza el pincel de su mano derecha hasta cascarlo mientras intentaba mantener a raya las lágrimas que pugnaban por escapar. Él no quería dejar a sus padres para irse a vivir a Konoha. No le importaba que allí le diesen un lugar mejorar para vivir y pudiese hacer amigos. Mucho menos le interesaba convertirse en ninja; su sueño era dibujar, no matar.
—Sai, tranquilo —le susurró su madre con un deje de tristeza en la voz. Se agachó hasta quedar a la altura de su hijo y le cogió la cara entre las manos.
—¡No me toques! —inquirió Sai alejándose de su madre. Las lágrimas comenzaban a ganar la batalla resbalando lentamente por sus rojas mejillas.
—Sai, cariño, yo tampoco quiero que te vayas — intentó consolarlo la madre haciendo un esfuerzo para que no se le quebrase la voz—, pero es lo mejor para todos.
—¡Pero yo no quiero ir! —Chilló de un modo agudo provocado por el llanto— ¡Si papá no puede ganar lo suficiente para darnos de comer, yo venderé mis pinturas! Y-Yo haré cualquier cosa pero no me llevéis a Konoha —suplicó abrazándose a su madre.
—Sai, ya está decidido. Yo no puedo darte el hogar y la educación que necesitas. Mereces más que una casa ruinosa perdida en el bosque —sentenció su padre—. Dentro de dos días iremos a la villa —a pesar de intentarse mantener en calma, la voz terminó delatándole al final de la frase.
El corazón bombeaba con fuerza contra su pecho. La sola idea de verse en un lugar nuevo, rodeado de gente desconocida y sin la protección de sus padres, hizo que comenzase a llorar de forma descontrolada balbuceando frases incomprensibles. ¿Dos días? ¿Dentro de dos días dejaría de vivir con ellos? Notaba cómo el corazón se le iba haciendo añicos con cada nuevo latido, cómo sus lágrimas se unían a las de su madre cuando ella lo besaba. Dos días, y tanto sus padres como su casa pasarían a formar parte de su pequeño pasado.
Aquella noche la pasó dibujando en su cuaderno, poniendo un título por última vez.
Un fic con reviews es un fic feliz. ¡Haz a éste feliz!
