. MIS 2 AMORES .

Por: Maeda Ai

Capitulo 1: ¡El maldito placer que me provocas!.


Rayos, espero que no demore más en llegar.

Un hombre alto, de tez blanda, cabello negro y que impone respeto y temor a pesar de su amable mirada, espera ansioso la llegada de alguien.

Las once menos quince y aun no llega; dos horas esperándola en el mismo lugar de siempre, pero hoy no ha llegado. Jamás llega impuntual a sus encuentros y esta espera lo hace ponerse furioso de tan solo pensar que se esconde de el, aunque esto sea inútil... pero también siente miedo de que de alguna u otra forma ella empiece a escaparse de sus brazos para ser completamente de él; de ser así, jamás lo soportaría... ¿Cómo vivir si eso pasara?.

Las luces de un taxi alumbran la oscuridad del lugar de encuentro; una hermosa mujer de cabello castaño-corto baja del auto y se dirige sin titubear hacia el joven que la aguarda. La chica se detiene a un par de metros de su "cita" y lo mira con seriedad absoluta...quizás con algo de rencor.

El hombre pasa su mano por su frente, siguiendo por su cabello y mientras muestra una sonrisa maliciosa, le dice:

Tan agresiva como siempre; ¿Lista para una noche más de intensos pasión y sexo?.

Su acompañante femenina se enfureció visiblemente; se acercó a él y le dio una bofetada con todas las fuerzas y coraje que tenia en ese momento, volteando a un lado el rostro del chico.

El joven no puso resistencia a la "agresión", y la miro de frente aun con la misma sonrisa insultante; toco su roja mejilla y...

Me encanta que hagas eso, pero me gusta más escuchar tus suplicas por que no me detenga, o cuando dices que no hay mejor hombre que yo, que nadie te hace gozar tanto en la cama... no, Sakura?.

Kinomoto siente impotencia, coraje, humillación y varias emociones recorrer su cuerpo; los momentos de placer le habían hecho decir cosas que no quería¿o si deseaba decirlas?.

Aquel hombre la tomó del brazo y la guió hasta su auto; ofreció llevarla al lugar que ella deseara, pero Sakura se opuso, argumentó que quería terminar con eso lo más pronto posible.

Ah!... estas ansiosa por estar con migo¿no?; descuida, te dejare tan satisfecha como siempre.

Ella solo atino a sonrojarse de vergüenza e ignorar ese comentario tan atrevido y descarado.

Al termino de unos minutos ambos llegaron a un hotel, el mismo de siempre. Era propiedad del joven que la acompañaba..."su nido de amor", o más bien su templo de traición e infidelidad.

El chico se puso a hablar de algo con la recepcionista y esta le entregó unas llaves. El volvió con Sakura y la guió hasta su habitación.

Ambos estaban frente a la puerta de la suite 404; el la sujetó y la cargó sobre su hombro por si se oponía. Al entrar, la dejo caer sobre la cama.

Brusco!...no tenías que hacer eso.

Dijo ella mientras su acompañante cerraba la puerta con varios seguros.

Siempre reservas la misma suite, verdad?.

Ella no obtuvo respuesta de inmediato, por el contrario, el muchacho parecía ignorarla. Estaba ocupado despojándose de su ropa. Al estar totalmente desnudo, Kinomoto, avergonzada y ruborizada, cubrió su rostro con ambas manos, cosa que le causo gracia a su "amigo", y como no, si varias veces atrás lo había visto totalmente desnudo, de todas formas, ella siempre se avergonzaba al verlo así.

Este inmueble es mío, por ello lo de la habitación. ¿Sabes que nadie ha ocupado esta suite, solo tu y yo?.

Le mencionó él, como respuesta a su ya muy anterior comentario.

Esto no es justo, yo no tengo una sola prenda encima y ella esta bastante arropada, hay que hacer que las cosas estén iguales.

Pensó su "carcelero" mientras se acercaba a ella y se posaba sobre la cama, de frente a su amiga. Dejo sus lentes a un lado, estrecho a la mujer, la apretó contra su cuerpo lo más que pudo; la besó apasionadamente casi sin dejarla tomar aliento.

El contacto entre sus labios la hizo vibrar de deseo, y él lo sintió; Así que recorrió lentamente el cuerpo de la mujer con sus manos, sintiendo las curvas del mismo bajo las palmas de sus manos.

Retiró cada prenda con cierta violencia, dejando a su compañera en la misma condición en que el se encontraba.

Por favor, detente...ya no deseo hacerlo más.

Suplicaba la hechicera, aun sabiendo que las suplicas no le ayudarían en nada. Él, solo sonrió irónico sabiendo que sus ruegos, al final, serían para continuar amándola.

El muchacho, ni lento, ni perezoso, guió sus labios a los labios vaginales de su acompañante, succionando el interior y probando desesperadamente lo que el consideraba como un regalo del cielo. Introdujo su lengua lo más profundo posible, explorando el secreto que guarda cada mujer en su cuerpo desnudo, secreto que el había descubierto en una mujer ajena, que pertenecía ya a otro hombre, el cual ni enterado de esto estaba.

Y sin importarle aquello, el hacia el cuerpo de Sakura más suyo que de nadie, aunque dispusiera de ella a medias, con cierta limitación.

Saber que en ese momento la tenia para él, solo para él... no solo lo hacia feliz, lo volvía loco de deseo, excitación y poder; ella era lo único que le faltaba para tenerlo todo en el mundo.

Embriagado con su aroma de mujer y el exquisito sabor de su vagina, el muchacho saboreo por última vez en la noche de los placeres de la intimidad de Kinomoto; haciendo círculos al rededor del clítoris de la chica... mordisqueándolo suavemente y finalmente succionándolo por unos instantes, acto que le provocó un fuerte orgasmo a Sakura... la fuerza del placer máximo que recorría su cuerpo la hizo gritar de gozo, grito que fue acompañado por el nombre de su amante...

Ahh!... Eriol, Eriiooooll !.

A Hiragizawa le complacía mucho que su amante suplicase de esa forma por él.

Comenzó a subir por el cuerpo de la chica besando cada rincón del mismo con gran intensidad y desesperación.

Su vientre, jugueteaba con su ombligo; unos minutos disfrutando sus pequeños, pero apetecibles y bien formados senos, y por último sus labios rosa muerto, tenue.

Eriol saboreo el lápiz labial que cubría los labios que tanto amaba y la profundidad de la boca de Sakura, mientras que esta, alcanzaba a beber un poco de sus flujos vaginales, los cuales aun sobrevivían en la boca de su amante.

Sakura estaba totalmente rendida de pasión y ansias ante su poseedor de noches prohibidas y condenadas.

Por lo general, siempre era de esa forma; ella se resistía a seguir reuniéndose con él, pero de una u otra forma terminaba entregándosele en alma y cuerpo.

¿Por qué, si ella amaba a otro hombre, como pudo enredarse con otro?.

Sucede que en una ocasión, con copas de más y un pequeño mal entendido con su marido, cayo inevitablemente en las redes de Eriol, y a pesar de que con lo poco consciente que estaba trató de resistirse y evitar acostarse con él, no estaba lo suficientemente sobria como para lograrlo. Además, Hiragizawa prácticamente la violó... pero si la obligó, entonces por que sigue acostándose con él?. Habrá utilizado algún hechizo, era atracción física?... no.

Ella sigue entregándosele por la simple razón de que la satisface bastante en la cama.

La primera vez, a pesar de haber sido violada, terminó rendida de placer y aceptando colaborar para que fuera cosa de dos y no sólo de una persona.

En verdad le gusta como le hace el amor, no es que su marido no la haga sentir mujer; esto es diferente, el posee su cuerpo de una forma especial... quizás por su alto nivel de magia, no sabría decir porque; y aunque quiera negarlo... le tiene cariño a la reencarnación del amo Clow, y eso hace las cosas un poco más complicadas.

Kinomoto se involucro un poco más en su relación e inclino su cabeza a la entrepierna de hechicero. Tomó entre sus manos el pene erecto de su amante y lo introdujo en su boca una y otra vez.

Oh, Dios, eso desquiciaba a Eriol; era en ese punto cuando Sakura tenia el control de la situación.

Con los ojos entrecerrados por la agonía del placer, Hiragizawa gemía débilmente para no doblegarse ante su compañera; tratando de alejar los desesperados labios de Sakura de su ya extremadamente sensible miembro, le dijo:

Es, espera... terminare viniéndome en tu boca y lo que deseo más que nada es, es ...entrar lo más profundo posible en tu cuerpo.

Hazlo, hazlo que no puedo dar marcha atrás... en estos momentos nada me importa, solo tuy estas cuatro paredes que nos aprisionan.

La confesión de la Card Master no hizo sino convencer a Eriol de que él siempre tendría control sobre ella; la tenia en la palma de la mano. Estaba seguro de que si en ese momento le pedía fugarse con él, lo haría, aunque se arrepintiese después.

Kinomoto parecía no estar en sus cabales, no estar con sus cinco sentidos funcionando, parecía ser otra¿Es que acaso su amante la hizo cambiar?.

Prueba de ello es que adopto una posición en cuatro, mostrándole el trasero a su otro hombre, rogándole, suplicándole que la penetrara de inmediato y sin consideraciones.

Quiero tenerte aquí, dentro mío, y que esta noche como muchas otras no nos importe el mañana...solo hacer el amor sin limitaciones, ni preocupaciones por lo demás.

Así pues, Eriol se poso de tras de ella con su pene apuntando a la ardiente vagina que ya lo esperaba palpitante de excitación y lo suficientemente húmeda como para garantizarle un placer inigualable.

El muchacho se deslizo sin problemas por la vagina de su amante; de todas las veces que había entrado en ella, sin considerar las que hubiese entrado el miembro del esposo de Sakura, la cavidad de la chica ya estaba bastante trabajada.

Eso lo sabia por que la primera vez que la hizo suya, el recibidor de su miembro estaba algo estrecho, claro, si ella no tenía muchos meses de casada... era casi nuevecita. Ahora su pene entraba y salía sin dificultad alguna.

Hiragizawa mantenía su miembro ocupado con un ritmo constante de mete y saca del interior de Kinomoto, y sus manos de igual manera ocupadas, pero sosteniendo los sensibles senos de la mujer, los cuales saltaban al ritmo de las embestidas que el joven Eriol daba al cuerpo de su prisionera.

Las mejillas de Sakura estaban ardiendo en rojo por la excitación; algunas lagrimas caían de sus ojos y recorrían las mismas mejillas, solo por el placer que tenia que desahogar de alguna manera; además un delgado hilo de saliva se escapaba de su boca... es que realmente no podía reprimir las sensaciones que la recorrían.

Ambos habían logrado una sincronía en el movimiento de sus cuerpos, con algo de velocidad.

De pronto, Eriol se detuvo, sus pupilas estaban algo dilatadas; apoyando sus manos en las caderas de la mujer, solo dio un último empujón al interior de Sakura llevando su pene hasta el limite y desbordando un torrente de semen en la chica, la cual enterró la cara en una almohada, sorprendida al saber que una vez más su amante la mataba de placer inigualable.

Hiragizawa se separo de ella y la lleno de besos por todo el cuerpo, deleitándose con el, sabiendo que a pesar de que volvería a tenerla entre sus brazos, quizá eso tardaría algo de tiempo, todo dependía de que tanto lo necesitase la mujer.

Un sorpresivo y último beso en los labios de Sakura y un entrecortado "Te amo", finalizaron aquella velada de pecados y traiciones.

Las palabras del joven simplemente confundían más a Kinomoto, cada vez que le decía ese par de palabras lo hacia tan sinceramente que estaba cien por ciento convencida de que eran verdad, lo malo, es que esas palabras solo la ataban más a él.

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Unos ojos esmeralda recién alumbran la oscuridad de la habitación, la dueña de estos yace desnuda al borde de la cama, sobre su cuerpo, un hombre, su amante, descansa con su cabeza sobre los senos que saboreo horas atrás; una delgada y solitaria sabana los cubre del frío de la madrugada, todas las demás cayeron al suelo por la loca noche.

Las cuatro más veinte... debía irse y rápido; su esposo regresaría ese mismo día y no quería que se enterase de nada.

Con cuidado, se desliza dejando el cuerpo cansado de su amante, solitario en la inmensidad del lecho; se viste y trata de despejarse antes de irse. Desvía su mirada hacia su condena... aquel hombre y esa cama; se sonroja y una triste mirada toma posesión de su rostro; gira su cabeza para sacar todos esos pensamientos y quita los seguros de la puerta uno a uno. La abre, se detiene... una débil voz la retiene...

Sakura... en verdad te amo.

Menciona entre sueños su compañero en la traición, la muchacha derrama lagrimas sin cesar; cierra la puerta, sale corriendo apresurada y comienza a minimizar el paso bajo el manto de la madrugada.

También te amo, Eriol... pero no como a él.

Dice para si la que traiciona la confianza de un esposo, quizá sin desearlo, pero haciéndolo a fin de cuentas.

Sigue caminando sin rumbo, después de lo que hizo esta noche no tiene el valor para mirar los ojos de su amante-esposo... al menos, aun le queda algo de vergüenza.

Sin finalizar...


Este fiction tendrá solo dos capítulos, que poquito no?. Si, pero es mejor a leer interminables secuelas de un solo fic, también eso fastidia. ((Aunque escribi un fic que es más o menos una precuela de este)).

Rosa muerto... me acabo de inventar ese color, ja, no solo le llamo así al rosa tenue .

Este fiction es un S/E/S.

Este fanfiction fue escrito por "Maeda Ai".
Es material de Fallen Angel. Y tanto la originalidad como la autoría pueden ser corroboradas por:
IVY y PRISS

Si llegan a encontrar una historia similar a esta (con los mismos diálogos y situaciones), o con el nombre de otro autor(a), será sin mi consentimiento y por tanto un engaño, además de una falta de respeto para los lectores y para mi.
POR FAVOR, NO ROBEN MIS IDEAS Y/O FANFICTIONS.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

Por razones de tiempo...

NO escribo:
Continuaciones de fanfictions.

Fanfictions a petición.

Crossovers.

No presto mis Fanfictions a ninguna persona...
-- Me los han pedido para usarlos en concursos de fics, por favor no lo hagan. --