Quédatejuntoa

Por: Liliana H. Barba

La noche estaba infinitamente oscura, de una manera que solo puede verse en esta parte del mundo… en África. La tranquilidad que reinaba en los alrededores, era incomparable, ni una sola persona en kilómetros a la redonda, nada que perturbara a las únicas dos personas que en ese momento acampaban en la estepa.

Albert se encontraba sentado en la entrada de su tienda de campaña, sintiéndose en paz consigo mismo después de tantos años. Cuantos caminos había tenido que recorrer a lo largo de su vida y por cuantas pérdidas había tenido que pasar para por fin llegar a un lugar que podía llamar su hogar.

Justo ahora la luna se encontraba en su punto culminante, un gran disco que junto a la infinita cantidad de estrellas era la mejor iluminación que cualquier explorador puede desear.

Solo podían escucharse sonidos propios del lugar; en la lejanía la risa estridente de una hiena y a unos metros un grupo de grillos mantenían un amigable concierto.

-¿Albert? ...¿no piensas venir a dormir?-dijo una voz desde el interior de la tienda.

-En un momento voy

-Si- pensaba mientras cerraba los ojos y respiraba profundamente- solo disfrutare un momento más.

Luego de un rato, decidió que era momento de acompañar a su esposa en la calidez del sueño. Ella ya se encontraba dormida, por lo que el sonido de su respiración era lo único que se percibía dentro de la tienda de campaña.

Se cambio las ropas y luego se tendió a su lado, mientras pensaba que al lado de ella nada le hacia falta; el emporio Andrew con sus obligaciones, las exorbitantes peticiones de la tía Elroy o las necesidades que día a día surgían en cada una de las ramificaciones del clan.

No, nada era más importante que estar tranquilo con uno mismo y estar junto al ser amado… Abrazo a su esposa y lentamente dejo que el sueño se apropiara de su cuerpo.

Mas tarde los ruidos del amanecer lo despertaron; esto es lo mejor de dormir al aire libre, que la misma naturaleza es la que se encarga de levantarnos a un nuevo día. Con algo de pereza abandono los brazos de su esposa y salió para preparar algo de café.

Acababa de sentarse a disfrutar de su bebida y del amanecer, cuando la cálida mano de su esposa le acaricio la espalda mientras se sentaba a su lado…

-¿Albert?-

-Dime-

-Junto a ti no me hace falta nada- dijo ella mientras recargaba su cabeza en su pecho

-A mi tampoco amor…a mi tampoco-

Luego la abrazo más estrechamente, mientras frente a ellos, el sol comenzaba a aparecer tiñendo don sus dorados rayos la lejanía.

Stand By Me

When the night has come
And the land is dark
And the moon is the only light we see
No I won't be afraid
No I won't be afraid
Just as long as you stand, stand by me
And darling, darling stand by me
Oh, now, now, stand by me
Stand by me, stand by me
If the sky that we look upon
Should tumble and fall
And the mountain should crumble to the sea
I won't cry, I won't cry
No I won't shed a tear
Just as long as you stand, stand by me
And darling, darling stand by me
Oh, stand by me
Stand by me, stand by me, stand by me
Whenever you're in trouble won't you stand by me
Oh, now, now, stand by me
Oh, stand by me, stand by me, stand by me