?Descansa en Paz?

Disclamer: ya saben los personajes no me pertenecen a mi pertenecen a J. K. Rowling

—¡No No No No No!

"Debes hacerlo"

— No puedo

"Debes hacerlo"

—No se como

"Empuña tu varita"

—No puedo hacerlo, no soy un asesino

"Es la vida del anciano o tu vida"

—No puedo— susurro mientras se llevaba las manos a la cabeza y negaba lentamente— No soy un asesino

"Lo harás, es tu madre, debes hacerlo, se fuerte,por tu madre, por tu padre, has que ambos estén seguros, has que tu padre se sienta orgulloso de ti. Mátalo"

Un gran grito de desesperación salió de su garganta. El Rubio se levantó del frío piso del baño de prefectos, las lágrimas empañaban sus hermosos ojos de mercurio rojos por el llanto, al igual que sus mejillas blancas.

Camino hacia los lavabos y se echó agua en la cara para limpiar todo rastro de llanto. Se dirigió a la salida y se puso esa máscara de indiferencia, guardo sus emociones en una caja cerrada dentro de el y con paso firme salió del baño de prefectos.

Caminaba perdido en sus pensamientos, pensaba en como le haría para matar a Dumbledore, pensaba en como reparar el armario, en como proteger a su madre. Así iba cuando al dar una vuelta por un pasillos choco con alguien.

—¡Fíjate por donde vas Malfoy!— le grito furiosa la chica que ahora estaba tirada en el suelo con un montón de libros regados a su alrededor.

El Rubio fijó su mirada en la chica, cabello alborotado, labios rosados al igual que sus mejillas, piel suave y unos ojos avellana. No había duda había chocado con Hermione Granger. Peor día no podría tener.

—No fue mi culpa Granger, tu tampoco te fijaste por donde caminabas— dijo el Rubio mientras se fijaba un poco más en la chica

—Si claro como digas, ahora vete, no quiero ver tu sucia presencia aquí— dijo Hermione mientras juntaba sus libros

—Escúchame bien rata de biblioteca, tu no puedes ordenarme soy superior a ti que no se te olvide, así que mide tus palabras cuando abras tu boca— dijo Draco amenazadoramente

El Rubio esperaba una reacción de miedo, esperaba que sus ojo se llenaran de lágrimas como en años pasados, pero en lugar de estas solo escucho una risa sarcástica, una risa que se burlaba de el.

—¿Aún sigues pensando eso hurón? Crees que eres superior a todos cuando en realidad eres más insignificante que un insecto. En verdad me das lástima creyendo que todo el mundo te adora cuando en realidad solo fingen por conveniencia. Hasta ahora me has humillado y yo lo he permitido pero ya no más, me tienes harta de tus insultos y aires de grandeza— la chica se levantó del suelo dejando sus libros aún en el. Fijó sus ojos en los del Rubio que tenía enfrente y le transmitió todo su odio en aquella mirada.

—Valla Granger, decidiste que tus amigos dejaran de ser tus guardaespaldas y al fin enfrentarse tu sola.— se burlo Malfoy

—Por lo menos tengo amigos, o acaso crees que Crabbe y Goyle son en verdad tus amigos. Apuesto a que están contigo por tu dinero y porque se los ordenaron. O que me dices de Zabini y Parkinson, ellos ahora tienen una relación, hasta tu amigo y tu eterna enamorada te traicionan saliendo. Y que me dices de Theo, dudo mucho que el sea tu amigo ya que ha demostrado ser una persona humana, desde que sale con Luna lo he conocido más y dudo mucho que el en verdad sea tu amigo, el es una persona demasiado gentil como para ser amigo de una persona tan vil y repugnante como tu— dijo la leona segura de que esto desarmaría al Rubio pero sólo vio una sonrisa de medio lado en su cara

—Me sorprendes, la perfecta Hermione Granger tratando de lastimar emocionalmente a un compañero suyo. Pero que crees rata, a mi no me afectan las palabras que me digas solo eres una asquerosa sangre sucia— dijo con odio, sabía que aquellas palabras siempre hacían que la chica llorar y eso es lo que el quería en esos momentos hacer que su peor enemiga llorara, esas lágrimas siempre le traían satisfacción ya que le recordaban que alguien podía ser más miserable que el.

—Asquerosa sangre sucia— susurro Hermione mientras bajaba la cabeza—Asquerosa sangre sucia— dijo ahora más fuerte mientras levantaba su cabeza. El Rubio esperaba ver lágrimas en sus ojos pero en ellos solo había un inmenso odio— Claro tu siempre me dices así, pero que crees Malfoy los días de humillaciones de acabaron. No voy a permitir que me vuelvas a llamar de esa forma, sólo un ser tan vil y repugnante como tu puede decirlas. Oh no perdona también tu padre las dice, pero el es igual o más vil que tu, un mortifago, eso es tu padre un asqueroso mortifago, sólo un mortifago tan asqueroso como tu padre pudo enseñarte tales cosas. No se que tanto presumes de tu familia, tu tía es una mortifaga de lo peor, una loca demente, tu madre es igual de vil, para tener un esposo y una hermana seguidores de Voldemort debe ser igual a ellos ahora comprendo que tu también eres un mortifago, teniendo una familia así, eres un asqueroso y sucio mortifago. Y tu padre, ahora tiene lo que se merece, esta encerrado en Azcaban por seguir sus estúpidos ideales, espero que pronto llegue la hora en que reciba el beso el dementor, así nos libra de una existencia tan repugnante. Es mas todos ustedes deberian desaparecer, Voldermort, Bellatrix, tu madre, tu padre incluso tu. Porque sigues aquí he Malfoy por que simplemente no nos libras de tu asquerosa exis...

—¡CÁLLATE!— el Rubio le grito. Tenía sus ojos rojos y respiraba agitadamente. —¡Cállate!¡Tu no sabes nada inmunda sangre sucia! ¡Mantén esa asquerosa boca cerrada o yo mismo me encargare de callarte para siempre!— y dicho esto se dio la vuelta y camino hacia el séptimo piso

Hermione se quedo parada en el pasillo observando como se alejaba el Rubio, la culpa ahora la carcomía, ella nunca quiso decirle esas cosas pero estaba llena de furia, de desesperación que necesitaba sacarlo todo. Ella nunca quiso decirle tales cosas que se veía habían lastimado al Rubio, incluso sobre su padre ya que ella no quería que muriera, no le deseaba el mal a nadie, ni incluso a ellos.

"Que más da, así me dejara en paz de una vez por todas" pensó mientras recogía sus libros y se marchaba en dirección contraria al Rubio.

—¡Hermione!— escucho que la llamaban

—Hola chicos— dijo sonriendo es a sus dos mejores amigos.

—¿Estas bien?— pregunto Ron mientras la tomaba del brazo examinándola cuidadosamente haciendo sonrojar a la leona.

—Si estoy bien ¿Por que no lo estaría?— pregunto Hermione mientras trataba de disimular el rubor en sus mejillas.

—Porque vimos que Malfoy estaba contigo, pensamos que podría hacerte daño así que corrimos hacia acá— dijo Harry

El rubor de la chica paso a ser completamente rojo, pero era un rojo de furia —Harry Potter ya te dije que dejes de vigilar a Malfoy por el mapa del merodeador. No es bueno espiar a la gente— dijo mientras soltaba su brazo de Ron

—Lo siento Herms, pero si no hubieras visto el mapa el te podría haber hecho daño. Además el es un mortifago estoy seguro— hablo con firmeza Harry, firmeza que pronto cayo al ver la cara de su mejor amiga

—Harry el no me hizo nada— "más bien fui yo quien le hizo daño" pensó la chica— Malfoy no es un mortifago deja de invadir su privacidad


Draco caminaba por el séptimo piso hacia la sala de los menesteres. Tenía que arreglar el armario, sólo así su madre estaría segura. Al pasar por una ventana puso observar a una lechuza parada en el marco, esta lo veía fijamente. Draco suspiro sabía a quien pertenecía la lechuza, rápidamente se acercó al ave y tomo lo que traía en sus manos. Un vociferador. Camino hacia la sala y se adentró en ella. Cuando la sala se cerró abrió el vociferador rápidamente. Era demasiado extraño su madre nunca enviaba vociferadores. Al abrirlo rápidamente comprendió que no era su madre la que lo enviaba era Bellatrix Lestrange.

-Querido sobrino. Ya que no has dado noticias de como va tu misión nos vemos obligados a mandarte un pequeño recordatorio de que tienes que apurarte-hubo un pequeño silencio y sólo se escuchaban pasos, el sonido de una puerta abrirse y otra vez pasos que se detuvieron-que hermosa es mi hermana, se ve tan tranquila dormida. Crucio- Se escucharon unos desgarradores gritos provenientes de Narcisa y las risas histéricas de Bellatrix. Los gritos dejaron de escucharse unos mi tuyos después-Eso es lo que pasa Draco si no se cumplen las ordenes del lord, y si no te apuras con lo que se te ordeno el que soltara esos gritos seras tu. Recuerda que el señor quiere que este reparado el armario antes de Hallowen. Sus planes se adelantaron por lo que no debe pasar de este mes Draco, debes también matar a Dumbledore, una semana en la escuela ya fue suficiente como para que lo arreglarás. No me importa si tienes que estar metido allí todo el día, si faltas a clases o si no duermes, ese armario debe estar reparado ya. Nos veremos muy pronto querido Draco- el vociferador se quemó convirtiéndose en cenizas.

Draco apretó fuertemente los puños, su tía había torturado a su madre, estaba seguro de que eso ya habían pasado unas horas y que su madre no se había dado cuenta de que su tía le había enviado aquel vociferador. No podía pensar en aquellos momentos. Estaba lleno de ira y desesperación. Comenzó a tirar las cosa que había a su alrededor, arrojo al piso todo lo que encontraba, rompiendo y desgarrando todo, así como ellos hacían con su alma. Golpeo el armario que no se reparaba, lo golpeo múltiples veces lastimando sus manos que comenzaron a sangrar. Pronto un lastimero grito se escucho en toda la sala y el Rubio cayo de rodillas llorando. Tomo un libro que esa a tirado a su lado y lo aventó con furia al armario

—¡ARMONIA NECTERE PASUS!— grito y después abrió el armario, el libro seguía en el mismo lugar— ¡ARMONIA NECTERE PASUS!— gritaba el Rubio en dirección al armario—¡ARMONIA NECTERE PASUS!

Nada pasaba, siguió gritando durante media hora sin parar, la garganta del chico estaba lastimada pero el armario no parecía cambiar. Draco estaba cansado y se quedo dormido al lado del armario. Cuando el Rubio se durmió el armario comenzó a tambaleare unos momentos, y el libro en su interior desapareció sin que el Rubio se diera cuenta.

Draco durmió por 5 horas, ya casi era la hora de cenar. Desganado abrió el armario y vio el libro. Su ánimos decayeron al ver el libro dentro del armario. Lo cerro y salió de la sala sin enterarse de que el libro había regresado. El armario estaba reparado.

Se dirigió al gran comedor, se había perdido la comida y ahora estaba hambriento. Al llegar a el se dio cuenta de que la cena había empezado. Camino desganado hacia su mesa. Se sentó en su sitio habitual en silencio. Todos los demás seguían hablando como si el no hubiera llegado. Se sirvió un poco de pavo y rápidamente lo comió, tomo algunos muffins de chocolate y mientras los mordía tomaba jugo de calabaza.

"Estas solo Draco"

'Silencio, quiero comer un poco'

"O claro, come para olvidar que estas solo"

'dije que guardaras silencio'

"La sangre sucia tenia razón no tienes amigos, ni siquiera se percataron de que entraste los que se hacen llamarse amigos, están muy bien acompañados ellos no están SOLOS"

Una lechuza entro en el gran comedor atrayendo la atención de todos, voló hacia la mesa de Slytherin y la carta que traía cayo frente a Draco Malfoy. No era hora de recibir la correspondencia. Draco vio como la lechuza de su madre salía de nuevo del gran comedor. Tenía un nudo en la garganta, no quería abrir la carta, algo en su interior se removía, algo no andaba bien su madre solía respetar las horas de correspondencia por lo nunca enviaría una carta a esas horas si no fuera importante por lo que la abrió rápidamente.

"Querido Draco:

Hijo mío lamento todo esto, lamento que durante tu vida hayas tenido que crecer de la manera en como creciste, lamento no haber sido una mejor madre, lamento que hayas tenido que sufrir tanto, lamento que aún lo hagas. Hijo perdóname por no haber podido darte una vida mejor, por no haberte protegido y que seas tu quien tenía que protegerme. Perdóname por esto. Antes que nada quiero que sepas que te amo con todas mis fuerzas, que eres lo mejor que me ha pasado en la vida, nunca te cambiaría por nada, fuiste el mejor regalo que pude haber recibido. Quiero que sepas que aunque nunca te demostré todo el cariño que sentía por ti no hubo algo que amará más. Tu padre también te amaba, aunque nunca te lo demostró el te amaba. Siempre estuvo orgulloso de ti aunque el lo negara. Ambos estamos orgullosos de ti. Te amamos con toda nuestra alma. Lamentamos que te hayas tenido que unir a los mortifagos pero era la única forma de mantenerte con vida.

Hijo mío, cuando leas esto muchas cosas habrán pasado ya, cosas que no podrás impedir ni aunque quisieras. Hace algunas horas recibí una carta en la que me comunicaban que tu padre había recibido el beso del dementor. Hijo tu padre murió, eso es algo que yo no puedo soportar. Perdóname por ser tan débil. Perdóname por amar tanto a tu padre que he de seguirlo, soy su esposa después de todo, mi lugar es donde esta tu padre. Perdónanos Draco, perdónanos a ambos por todo. Te amamos hijo. Busca un futuro mejor. Siempre estaremos cuidando de ti aunque no puedas vernos más. Nunca olvides que te amamos y estamos orgullos de ti.

Con todo su amor

Narcisa Malfoy"

Draco arrugo la carta, las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos y comenzó a temblar, tiro todo lo que estaba a su alcance en la mesa, los platos salieron volando y se estrellaron en el piso rompiendo se en mil pedazos, la comida estaba tirada y el jugo de calabaza caía goteando al suelo. Draco se dirigió a la salida ante la atenta mirada de todos.

—¡Señor Malfoy!— grito McGonagall — Deténgase ahora mismo

Pero el Rubio ya había salido del gran comedor dejando a todos atónitos.

—50 puntos menos para Slytherin por causar conmoción en...— comenzó a decir la subdirectora pero fue silenciada por el sonido de algo rompiendose.

Pansy Parkinson estaba en el lugar donde había estado el Rubio, tenía las manos en su boca y lágrimas surcaban su rostro.

Blaise pronto se paró y se puso al lado de su novia quien no reaccionaba solo seguía llorando. El Moreno fijó su vista en la carta que estaba en la mesa, la tomo y la leyó. Pronto sus ojos se agrandaron.

—¡THEO!

El aludido se encontraba en la mesa de Ravenclaw junto a su novia, rápidamente se paró y se dirigió a su mesa y tomo la carta que Zabini le ofrecía, la leyó rápidamente y miro a su amigo. Volvió a leerla y volvió a leerla de nuevo, simplemente no podía creer lo que estaba pasando.

—¡MALDICIÓN!— grito Theodore mientras mientras golpeaba con su mano la mesa

—Señores podrían decirme que pasa— dijo McGonagall que ya se encontraba a su lado

Dumbledore quien también estaba junto a la mesa tomo la carta de las manos de Theo y la leyó. Su expresión cambio totalmente y se dirigió a la profesora McGonagall.

—Búsquenlo— dijo pero nadie se movió —¡Busquen a Draco Malfoy!— grito al ver que nadie hacia nada

Theo, Blaise y Pansy salieron corriendo del gran comedor a buscar a su amigo. Pronto los demás Slytherin salieron a buscarlo.

La mesa de las serpientes quedo vacía, las demás casas solo observaban al director.

—Albus ¿Qué sucedió?— pregunto McGonagall preocupada

—Lucius recibió el beso del dementor— comenzó a decir el director— Narcisa no lo soporto y ahora están ambos en un mejor lugar— la profesora ahogaba un grito con sus manos al escucharlo —Pero ahora temo por Draco— susurro esto último mientras salía del gran comedor dispuesto a buscar a su alumno.

McGonagall se quedo parada en el mismo lugar sin poder reaccionar. Se dirigió a los demás alumnos y fijo su vista en la mesa de los leones, más específicamente en el trío dorado.—Búsquenlo—dijo mientras salía corriendo a buscar a Draco.

Nadie se movió, no comprendían nada. Luna se paró de su mesa y comenzó a correr hacia la salida.

—¡Luna! ¿A dónde vas?— le grito Ginny

—Voy a buscar a Draco— grito mientras seguía corriendo

Pronto los demás fueron saliendo del gran comedor. Las Águilas y Tejones habían salido y sólo quedaban la mayoría de los leones de sexto curso.

—¿Creen que tramé algo?— pregunto desconfiado Harry

—No lo creo, no parecía el mismo Malfoy cuando salió del comedor— dijo Neville —Deberíamos buscarlo hay algo que no me gusta de todo esto, y no es precisamente que Malfoy haga algo contra nosotros

—Neville ¿estas loco? Es Draco Malfoy no pienso salir a buscar a ese hurón teñido— dijo Ron molesto

—Así es Neville nosotros no pensamos ir— dijo Harry también molesto

—¿Acaso no vieron como salió? Quizás necesite nuestra ayuda— volvió a decir Neville

—Pues yo no iré a buscar y ayudar al maldito mortifago— dijo Harry ya bastante enojado

—Que pena— dijo Neville y salió del gran comedor, Seamus y Dean lo siguieron, pronto muchos leones más salieron a buscarlo dejando a el trío dorado sólo.

—Harry creo que deberíamos buscarlo— dijo Hermione con un extraño nudo en la garganta

—¿Tu también Hermione?— Harry no podía creerlo

—Si Harry, tengo un mal presentimiento, búscalo tu tienes el mapa, será más fácil encontrarlo con el— miro suplicante a su amigo

—Harry, todo esto comienza a asustarme será mejor que busquemos a Malfoy y todo acabara— dijo Ron

Harry suspiro molesto y saco el mapa de su pantalón, lo desdoblo cuidadosa y lentamente como si fuera un objeto de gran valor el cual no quisiera romper.

—Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas— dijo y el mapa mostró rápidamente los pasillos de el castillo, los tres buscaron el punto que simbolizaba a Draco Malfoy, aunque era muy difícil ya que todos se encontraban buscándolo.

—¡Lo encontré!— grito Hermione, los tres se levantaron y fueron al lugar donde estaba el Rubio.


Draco al salir del gran comedor comenzó a caminar rápidamente, sus pasos pronto se convirtieron en una carrera mientras que las lágrimas que había contenido comenzaban a salir de sus ojos, rodaban por su mejilla dejando un camino húmedo y caían a sus ropas y al suelo. Llego al baño de prefectos y cerro la puerta con un Fermaportus.

Un grito lastimero salió de su garganta, las lágrimas caían sin control por sus mejillas. Su pelo estaba alborotado. Camino de derecha a izquierda, de izquierda a derecha, mientras las lágrimas salían y se pasaba las manos por su Rubio cabello. De dirigió a un espejo y observo su reflejo en el. Su piel pálida, sus ojos rojos a causa del llanto. Subió la manga de su camisa blanca y pudo observar en su antebrazo izquierdo la marca tenebrosa. Odiaba aquella marca, si su padre no la hubiera tenido el tampoco, si su padre no hubiera tenido aquella marca no hubiera estado en Azcaban y nunca habría muerto y por lo tanto su madre tampoco, y el tendri apor lo menos a su lado a esas dos personas que aunque nunca mostraron mucho su amor las tenia con el. Odiaba tener el apellido Malfroy, odiaba su pureza de sangre, si no fuera por todo eso al menos hubiera tenido una vida normal llena de amor y de personas rodeándolo.

Odiaba aquella marca con todas sus fuerzas. Odiaba a Voldemort. Odiaba a todos. Odiaba su apellido Odiaba su vida.

Aunque nunca le falto el dinero era miserable, cuando era pequeño todo lo que deseaba lo obtenía, juguetes, escobas, ropa, todo lo mejor era para el, pero hubo algo que ni todo el dinero ni todo el poder e influencia de su padre le pudo conseguir. Amor. Aun rodeado de todas esas maravillas el siempre busco el amor y el aprecio de sus padres. Poco a poco deseo que los demás estuvieran con el, brindándole amor y admiración. Recordaba claramente cuando aun era pequeño la vez que se atrevió a cuestionar a su padre y el simplemente le dijo "Eres un malagradecido Draco, siempre te di todo, todo lo que quieres te lo doy, ¿Que es lo que quieres?" y el había contestado "Amor, Cariño". su padre ese día le dio una gran tortura y le dijo esas palabras que lo marcaron e hicieron que su personalidad se distorsionara completamente "Un Malfoy no tiene sentimientos, es siempre frió. Un Malfoy no necesita amor y no da amor a nadie". Pero el siempre quiso sentir el amor de su padre, y al no poder obtenerlo se empeño en hacer todo lo que el decia para poder ganarse aunque sea la admiración de si padre. Pero ahora ese absurdo sueño se habai esfumado, y el orgullo que su padre debía sentir se había ido, incluso el pequeño amor de su madre. Ahora su vida estaba arruinada.

Su puño se dirigió al espejo rompiéndolo completamente y haciendo que su mano sangrara de nuevo. Pero el ya no sentía dolor, ya que no había mayor dolor que el de perder a tus padres y encontrarte completamente solo en el mundo. Las lágrimas seguían cayendo mojando el frío piso.

Volvió a gritar y miro al suelo, había un pedazo de espejo en el suelo, podía ver su reflejo en el, con un hechizo hizo polvo aquel pedazo de espejo. No quería ver su imagen tan patética, no quería ver en lo que se había convertido. No quería ver que sólo se reflejaba el, que no había nadie a su alrededor.

Estaba completamente solo, sus amigos tenían a alguien con quien estar, al parecer Granger tenía razón, no tenía amigos, estaba completamente solo, ni siquiera un elfo doméstico que sintiera aprecio por el, y ahora la única persona que al menos había mostrado preocupación y afecto por el lo había abandonado. No le quedaba nada en la vida.

"Si hubieras arreglado el armario y matado a Dumbledore el señor tenebroso hubiera liberado a tu padre y el estaria orgulloso de ti"

—...

"¿Ya no me hablas Draco? O es que estas consiente de que fue tu culpa por ser un fracasado, si ahoar todo ese reconocimiento que buscabas se ha esfumado como la vida de tus padres. Los que se decían tus amigos al ver que tu apellido caía se alejaron ¿no es así? En verdad nunca fueron tus amigos"

—...

"Bien, como quieras fallaste en la misión y mira lo que paso, ahora estamos solos, sólo me tienes a mi Draco, ahora ve y termina tu misión..."

—¿Misión? Tienes razón, mis padres murieron porque no pude reparar el armario, porque no pude matar a Dumbledore, no soy un asesino.

"Asesinaste a tus padres, tu provocaste su muerte. Si hubieras echo las cosas bien esto no hubiera pasado. Si lo hubieras reparado estarías con ellos y tendrías poder"

—Si, fue mi culpa. Pero ahora ya no tengo porque terminar lo que el señor me encargo.

"Te matara si no lo haces"

—Antes lo intentaba por mi madre, porque no quería que la torturaran y dejara de sentir ese amor por mi, obedecía al señor tenebroso porque quería que mi padre se sintiera orgulloso, queria que todos me amaran y me rodearan para no estar solo otra vez. Pero ellos ya no están ahora. Mis sueños se fueron por la borda. Ya no tengo porque continuar con la misión

"Te matara, nos matara"

—No lo hará

"Es como un trabajo, tu trabajo era obedecerlo, y si fallas te torturara, pero a nosotros no nos torturara, nos matara Draco. El nos despedirá"

El Rubio dejo su discusión consigo mismo y tomo su varita de entré su ropa. Miro una vez más algunos pequeños pedazos del espejo y sólo pudo ver a un pobre chico solitario. Cerro los ojos y apunto su varita a su corazón.

—El no puede despedirme ¡YO RENUNCIO!


Harry, Ron y Hermione corrían hacia el baño de prefectos, cuando llegaron a la puerta, observaron que alcanzaba a salir por el marco una luz verde, un sonido y después silenció total. Harry trato de abrir la puerta pero esta no cedía, volvió a tratar desesperadamente de abrir la puerta pero esta seguía cerrada.

Dumbledore y la profesora McGonagall hacían su aparición en el pasillo al igual que el trío de serpientes.

—Bombarda Máxima— grito Hermione al tiempo que apuntaba a la puerta con su varita y esta volaba en mil pedazos.

Rápidamente los tres entraron al baño y se quedaron estáticos. Dumbledore y McGonagall entraron también y ambos se quedaron igual que los chicos. Inmediatamente después entraron Theo, Blaise y Pansy. Un sonoro grito saco a todos de su estado de shock.

Pansy gritaba histérica mientras caía al piso y sus ojos una vez más se llenaban de lágrimas. Blaise se arrodilló junto a ella y la abrazo dejando salir sus propias lágrimas y ocultándolas en el cabello de su novia. Theo cayo de rodillas al piso mientras lo golpeaba fuertemente con sus puños y sus ojos se cristalizaban.

Poco a poco los demás alumnos fueron llegando y se quedaban en shock. Las serpientes se abrían paso entre la multitud de alumnos que se había juntado en el baño y a su alrededor.

Luna también se abría paso hasta que llego a la escena. Sus ojos se entristecieron y vio a Pansy y Blaise llorando en el suelo, fijo su mirada en su novio y lo vio de rodillas golpeando el suelo con sus puños, llorando silenciosamente. Se acercó a el y detuvo un golpe. Lo abrazo rápidamente y el chico lloro sonoramente en los brazos de su novia.

Dumbledore reacciono de inmediato.

—Todos vayan a sus salas comunes, prefectos encarguense de llevarlos a todos. Señorita Parkinson, señores Zabini y Nott, ustedes vayan a la enfermería. Señorita Lovegood acompañe al señor Nott, necesita de usted en estos momentos

—Griffyndor vamos vamos, todos a la torre

—Ravenclaw síganme por favor

—Hufflepuff retiremonos, vayamos a dormir

—Slytherin vámonos

El baño de prefectos se quedo sin alumnos a excepción de Pansy, Blaise, Theo, Luna y el trío dorado que no se había movido para nada

Pronto los demás profesores llegaron al lugar quedando todos en shock.

Snape acababa de llegar de una reunión con Voldemort, le acaban de comunicar la reciente muerte de su amigo Lucius y de Narcisa. El juramento inquebrantable que habían hecho estaba roto. Sólo esperaba que su ahijado estuviera bien. Pero todas esas esperanzas se desvanecieron al entrar al baño de prefectos. Sin importarle quienes estuvieran presentes corrió hacia su ahijado, abrazándolo con fuerza. Trataba de controlar las lagrimas que luchaban por salir de sus ojos.

—Profesor Slughorn lleve a estos chicos a la enfermería, al parecer tienen una crisis nerviosa— dijo Dumbledore mientras se acercaba a Snape

—Si claro enseguida— dijo medio atontado el profesor de pociones —vamos chicos vengan conmigo— dijo dirigiéndose a los Slytherin

Slughorn ayudo a Pansy y Blaise a pararse ya que ambos estaban demasiado consternados. Luna ayudo a Theo y así se fueron los cuatro a la enfermería. Pansy caminaba temblando, Blaise en ese momento se dio fuerza y sostuvo a su novia firmemente, el necesitaba ser fuerte para Pansy.

—Chicos, ustedes también deben retirarse a su sala común— hablo Dumbledore a el trío de leones.

—Pero profesor... —dijo Harry mientras caminaba hacia el

—Sin peros Harry, deben irse ya, no es bueno para los alumnos ver este tipo de escenas, por favor hagan el favor de retirarse— dijo Dumbledore

—Harry vámonos ya— le dijo Ron mientras jalaba de la manga de su túnica

Harry se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia afuera seguido de Ron. Hermione se que quedo un momento más viendo la escena, tenía un nudo en la garganta y una extraña opresión en el pecho, se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia afuera donde Harry y Ron la esperaban. Antes de salir dio un último vistazo a la escena. Como se arrepentía de loque le había dicho ese día.

—Severus— hablo el director poniéndole una mano en el hombro— Severus

—Yo les dije que lo protegería, una vez más falle al proteger a quienes debía dijo Snape mientras miraba el hermoso rostro del rubio.

—No fue tu culpa Severus, yo se que tu lo hubieras protegido con tu vida misma sin necesidad de ese juramento, ven levántate— le dijo ofreciéndole su mano

Snape miro una ve más a su ahijado y se levantó sin ayuda de Dumbledore, se dirigió a la puerta y salió del lugar sin decir palabra alguna.

—Albus, ¿que haremos?— pregunto McGonagall mientras se acercaba al director

—No lo se Minerva, por lo pronto llevaremos al señor Malfoy a la enfermería— Dumbledore miro al chico en el suelo. —Flitwick por favor lleva al señor Malfoy a la enfermería, Sybill querida, avisa a Pomfrey y Slughorn para que no dejen que sus amigos lo vean

Ambos profesores asintieron, la profesora salió corriendo a avisar mientras que Flitwick levitaba al chico por los pasillos seguido por Dumbledore y McGonagall. Los demás profesores se retiraron.

Al llegar a la enfermería se dieron cuenta de que los Slytherin estaban dormidos en una camilla y al lado de una de ellas estaba Luna dormida en una silla. Rápidamente fueron a una camilla que estaba al fondo y dejaron ahí al rubio.

—Albus ¿Qué deberíamos hacer?— pregunto McGonagall afligida

—No lo se Minerva, sus padres están muertos, y no creo que a Bellatrix le importe mucho— empezó Dumbledore

—Pobre chico, se quedo sólo— susurro la animaga

—No Minerva, como puedes ver tenía amigos, enviaremos una lechuza a su tía Andromeda— dijo mientras se acercaba al chico en la camilla

—Pero Albus, ella no tenía comunicación con su hermana, no creo si siquiera que haya conocido al señor Malfoy

—Te equivocas querida, ahora por favor envía una lechuza informando de lo sucedido a la señora Andromeda— pidió amablemente Dumbledore

—Si Albus, ahora mismo la enviare— y dicho esto salió de la enfermería y se dirijo a hacer lo que Dumbledore le pidió.

Dumbledore se acercó al chico en la camilla. La piel de Draco estaba más pálida de lo normal y sus labios comenzaban a tomar un color morado, su cuerpo ya no desprendía calor y en su lugar había un inmenso frío. Sus ojos grises estaban abiertos, fríos y vacíos, perdidos en la nada, sin reflejar brillo alguno, sin reflejar vida alguna. Dumbledore acercó su mano a los ojos del chico y cerro sus párpados inmóviles cerrando para siempre los ojos de Draco Malfoy.

—Descansa en paz Draco Malfoy


Hola!

Bien este es mi nuevo fic espero que les guste.

Cualquier cosa háganmelo saber, siles gusto, siles disgusto, si tienen quejas o sugerencias.

Hasta el proximo capitulo

Saludos :3