One-shot 01; parte 01: "Esos tres chicos"

" Una cita con el diablo"

— Dennis/ Split.

Es viernes por la tarde, generalmente saldría con un par de amigos del trabajo, pero siempre que se emborrachan me dejan sola en la mesa, ya que a mi de bailar con gente extraña no se me da. Quizás me pondría a corregir exámenes, pero la verdad es que quería salir y despejarme. En fin, no tenía la menor idea de que haría, ahora estoy sentada en uno de los escalones de la salida de clases acomodando mis cosas antes de irme, había terminado mi jornada laboral, pensé en quedarme a esperar a Dennis, quizás pasaría lo que queda del viernes con él, o incluso salir por hay… Lo que sea, junto a él estaría genial. Pasaron los minutos y llego por mi, tenía sus lentes puestos, un jeans beige sencillo y una camisa que le hacía juego. Se acercó a mí y me extendió la mano.

—Disculpa por tardar, estaba ocupado con unas cosas — dijo con esa voz ronca que lo caracterizaba.

—No te preocupes, no hace tanto que salí de la escuela — dije sonriendo, tome su mano y me ayudo, a veces era tan caballero, y otras veces un gruñón arrogante. Pero que puedo decir, me volvía loca. — bien, y… —tomo mi portafolios y lo cargo , pareciera que estaba de muy buen humor así que aprovecharía eso para invitarlo a salir. — ¿Qué te parece si preparamos algo para esta noche? — dije con una sonrisa tierna.

—Mmm, ¿Cómo qué? —pregunto curioso. Me miró serio pero a su ves dándome una pequeña sonrisa. Esa sonrisa que me daba cada vez que quería una cosa.

—Hace mucho no salimos juntos. Quiero aprovechar este viernes para pasarla divirtiéndome junto a ti. —lo mire y sonreí un poco apenada.

—Suena lindo Marina… —dijo con una pequeña sonrisa — ¿qué tienes en mente? — paro de golpe para luego acorralarme en una pared mirándome a los ojos con una de sus sonrisas pervertida, la cual me hizo sonrojar—

— ¿Y si vamos a bailar? —pregunté.

—Claro —dijo aún con la misma sonrisa.

—A un club —dije nuevamente, aclarando todo para que no haya ningún mal entendido.

—Quiero verte bailar— acercó más su cara a la mía— ver como te mueves y disfrutar de la vista —estaba tan cerca de mis labios que puedo jurar que sentía su respiración chocar con la mía. Trague saliva en seco, estaba nerviosa, no era la primer vez que hacía eso, pero siempre que lo hacía me lograba intimidar.

—Entonces nos vemos más tarde —dije en un susurro, el sonrió y beso mi frente. Deseaba besarlo, lo quería.

—Esta bien, Marina. Pasaré por ti a las 10—dijo y por fin no me acorralaba más. Dios, ese hombre me ponía los pelos de punta. Guardo mis cosas en la parte de atrás de su auto y me abrió la puerta del acompañante.

—Si, esta bien —sonreí tímidamente y entre. A veces me hacia estremecer como nadie.

Me acompaño a casa, para dejarme allí y asegurarse de que estaría bien. Cuando se fue, entre en mi cuarto y empecé a buscar ropa para poder ir guapa, no me gustaba enseñarme a la gente, pero creo que por ser Dennis no me molestaría. Hacía mucho que estaba con el, pero nunca me anime a… bueno a eso, estar con el físicamente, por así decirlo. Y la verdad no sabía aún si animarme, lo amaba, pero tenía miedo. Quiero que esta noche sea especial, y si se llega a dar pues, sería buen momento para que pase.

En fin, bueno no conocía demasiados clubs pero había uno al que suelo ir a veces. Un lugar enorme, buena música, bebidas y por sobre todo bastante limpio. Pocos lugares como ese, a decir verdad. Quedamos que el vendría por mi a las 10 p.m, eran las 6 p.m, así que solo me dispuse a dar una ducha, comí algo y luego fui a tomar una siesta para estar bien para esa hora.

Dennis Pov:

Bien, tenía que prepararme para no verme tan viejo, bueno eso va a ser imposible pero al menos no quiero arruinar la noche con mi amargo ser. ¿Qué demonios llevaría puesto? Ya parezco Barry, preocupado por el vestuario, ¿una camisa negra y unos jeans ajustados? Pareceré Gay. Bien, nunca creí que diría esto pero… Barry, te necesito.

—Pensé que nunca lo dirías, querido don amargado —dijo con una risa en medio.

—Si, solo no me hagas ver tan Gay. —dije bastante serio.

—¿Para Mary? Te veras todo un… ¿Cómo le dices tu?... Todo un rompe corazones —dijo con una pequeña risa en medio.

—Yo nunca digo eso —dije serio y enojado.

—El señor Dennis siempre lo dice cuando se mira al espejo, eso y que algún día le hará gritar su nombre a la señorita Marina —entró a la conversación Edwing con su tierna inocencia.

—Maldito niño entrometido —digo bastante furioso.

—Dennis, es un niño. No seas un cretino y admítelo. Hasta te tocas cuando no la tienes como quieres— dijo Patricia, "se completo el trío de cotorras" fue lo primero que pensé.

—Oh, Dennis… no creí que eras tan insaciable— dijo Barry con un tono de sorpresa y burla a la ves.

—¿Qué se toca? —preguntó Edwing escondido detrás de Patricia.

—Nada mi niño, no le hagas caso a lo que hablan estos dos payasos —dijo ella acariciando la cabeza de Edwing.

—Nosotros somos payasos, ¿tu que eres? —pregunté, cruzándome los brazos y arqueando una ceja.

—Alguien con mejores modales que tu, Dennis —dio una sonrisa bastante hipócrita, eso me hizo hervir la sangre.

—Bien, Barry haz lo que te pedí. —dije bastante enojado y de esa forma solo me fui dejando que el tome la luz.

—Esta bien… descansa Dennis —dijo Barry sonriendo apenas de lejos.

Fin Dennis Pov.

Barry:

Bien, tenía que hacer lucir a Dennis más toro y menos bestia, eso sería difícil por que es un hombre bastante arrogante y anticuado. Tenia que imaginar a Dennis, pensar como Dennis… Lo más lógico para el sería una camisa y un pantalón. Bien tengo algo… una camisa negra con unos pantalones beige un tanto ajustados. Ash, esto es una terrible pesadilla. Empecé a buscar algo dentro del guarda ropas con su división en el cual solo había camisas y pantalones del mismo color — Que anticuado, y aburrido. —dije realmente sorprendido y un tanto disgustado por lo que veía, dios sí que es un viejo. Respire profundo y decidí calmarme. — Lo siento mi viejo amigo, pero vamos a tener que hacer un gran cambio. — respire profundo nuevamente y empecé a buscar algo que le siente bien para la noche… — Aquí está. Mary se morirá cuando lo vea —dije sonriendo de oreja a oreja. — ahora, tomaré el tiempo para ir por unas cosas y luego preparar a este galán. —

Fin Barry's Pov.

Estaba realmente ansiosa, quería que llegara la hora. Eran las 9 p.m, ya estaba despierta y empezaba a prepararme; busque mi vestido, uno negro, corto, sin mangas que por demás hacia resaltar más mi figura. Demasiado atrevido, la verdad me estaba poniendo nerviosa en llevarlo puesto, me maquille un poco y coloque perfume. Ya estaba lista, eran casi las 10 así que solo me dedique a esperarlo. Me serví una copa de vino para calmar mi ansiedad y unos minutos después de haberla empezado escucho que alguien toca a mi puerta — Dios mío, debe ser el — di un salto para pararme y rápidamente me dirigí a la puerta. Tomé unos segundos para acomodar mi vestido, respire profundo y abrí la puerta. No podía creer lo que mis ojos estaban viendo en ese momento.

Barry's Pov

Bien, había ido por un ramo de rosas y una caja de los chocolates que a Mary le gustaban, un momento después de eso llegué solo para preparar todo para la noche. Entre a ducharme para estar más fresco, rebaje un poco la barba del rostro y me dirigí al armario para por fin sacar lo que iba a lucir hoy el cuerpo. — No se donde demonios se metió Dennis, pero al menos me dará tiempo. — tome una chaqueta de cuero negra, una camisa de un tono rosa pálido y unos jeans azules un tanto ajustado y con detalles en el. — Perfecto, dios Dennis estarás todo un galán — decía mientras posaba frente al espejo. — será mejor que vaya por Mary, ya se está haciendo la hora.— y así fue, busque las llaves del auto, junte los regalos y me fui. El camino se me hacia eterno, y eterno era el que el tonto de Dennis aún no volvía de donde sea que se fue, estaba preocupado. —bueno, si me toca pasar la noche con ella no me molestaría — dije para mi mismo y sonreí, Dennis esta bastante mezquino con ella. No dejaba que me le acercara tanto como a mi me gustaría, pero esta bien respeto que el tenga una relación con ella aún que se que no es un buen hombre. En fin, ya estaba llegando; aparque el auto para dirigirme a la puerta de su departamento, me sobraba tiempo, apenas eran las 9:43 p.m. Baje las rosas y los chocolates y me dirigí con un poco de nervios hasta su lugar. Me detuve a ver si al final Dennis aparecía.

—Vamos Dennis, la vas a dejar plantada. — estaba bastante molesto a decir verdad.

—Llegué, bien. A tiempo, bueno Barry puedes irte —dijo Dennis con su voz ronca.

—Claro, casi la dejas plantada y si no fuera por mi… — no me dejo terminar.

—Vete, Barry. No me hagas enfadar. —maldición, odiaba a este tipo. Dos putos polos opuestos en un mismo lugar, entre Patricia y el no se que mierda hacer. Dios jamás pensé decir ese vocabulario en mi mente, me siento mal ahora. Buen, ya.

—Bien, de nada por las cosas, y cuídala bien. —dije ya de una ves por todas dándole pase. Estaba bastante enfadado pero decidí dejarlos solos.

Dennis Pov

Después de estar lejos un tiempo, me acerque decidido a dar todo por esta noche. Barry preparo al cuerpo para lucir menos viejo. Saque mis lentes y al ponérmelo baje la mirada para verme… Maldición.

—¡¿ Qué?! — mire la camisa, demonios es rosa. — ¡BARRY! — grite en un susurro, estaba enfadado, pero no podía cambiarme. Ya estaba en la puerta de Marina, así que decidí tomar un respiro, miré mis manos y reí apenas. — todo un galán —dije en un susurro, toque la puerta un par de veces, me puse serio pero con una sonrisa suave. Sentí que alguien se acercaba y abría la puerta, era Marina… Quede sorprendido ante lo que estaba viendo.

Fin Dennis pov

—H-hola Dennis —dije un tanto apenada, con una pequeña sonrisa y me hice a un lado. —llegaste antes —dije tratando de controlar mis nervios.

—Disculpa, no podía esperar. Tenía demasiadas ganas de verte —dijo el con ese tono de voz grueso que tanto lo caracteriza. — y decidí traerte unos obsequios —se acercó a mi y me entregó un ramo hermoso de rosas y una caja de chocolates. Nunca imagine a Dennis haciendo estas cosas, me quedé realmente sorprendida y a la ves aún más enamorada.

—Oh, Dennis —tome las rosas y la caja de dulces, estaba demasiado feliz. — son preciosas, son las que me gustan, tienen un aroma precioso y gracias por los dulces, son mis favoritos—sonreí tanto, me acerque y bese su mejilla— las pondré en agua ahora. —me dirigí a mi cocina rápida— por favor siéntate un momento.

—Claro —dijo el sonriendo, se sentó en un sofá y quedó esperando. Bien, las puse en un jarrón con agua y guarde los chocolates en el refrigerador. Dios es tan tierno de su parte. Me dirigí rápido a él pare a abrazarlo desde atrás mientras el seguía en el sillón, comencé a llenar su mejilla izquierda con besos. Que bueno que mi labial no se corre. — Te adoro, cariño. —dije muy feliz.

—Yo a ti Marina —dijo el tomando mis manos. —¿ vamos? —pregunto.

—Aún queda tiempo, es muy temprano —dije yo, mientras me dirigí frente a él y me coloque lentamente en su regazo. — ¿no estarás ocupado o si? — pregunté muy tierna y dulce. Lo abrace del cuello y apoye mi cabeza en su pecho.

—No, para nada… solo quiero verte bailar —dijo con un tono perverso al final, paso una mano por mi cintura y la otra por mi pierna.

—Dennis —levante mi mirada y lo quede viendo a los ojos unos segundos, el respondió igual.

—Te ves muy atrevida, nunca te creí de esta forma —dijo con una sonrisa de costado. Me apene demasiado, es verdad yo jamás me había vestido de esta forma. El se acercó a mí oído y susurro roncamente— me encanta. — "demonios Dennis, no empieces".

—V-vamos, creo que se nos hará tarde —dije mientras me iba a parar, hasta que sentí que él me jalo del brazo haciendo que callen a sentada sobre su regazo mirando hacia el frente y dándole las espalda.

—No tan rápido —dijo con una tranquilidad en su voz, y su vez susurrando. — No tienes porque sentirte apenada, Mary— dijo acercándose a mi cuello. Sentía su respiración, me ponía aún más nerviosa — aún queda tiempo… mucho tiempo —sentía como empezaba a dejar besos sobre mi espalda que se encontraba un poco descubierta, desde allí subió a mi hombre besos y mordidas a su vez, provocaba que diera gemidos suaves.

—D-Dennis —dije con una voz entre cortada. Sentí como sus manos bajaban a mi cintura y la acariciaban lentamente. Sentía como mi cuerpo se volvía más caliente, y a su ves mi mente se iba quedando en blanco.

—Tenemos la noche para ambos —dijo en mi oído. Acto seguido dejó una lamida en el que hizo que me estremeciera completamente. Este hombre provocaba tantas cosas en mi.

—Dennis, vamos —trate de salir de ese transe para poder ponerme firme. Lo detuve a lo que el respondió con un gruñido, sabía que el estaba demasiado duro, pero no me podía permitir esto todavía. No tan temprano al menos. — la noche es joven —lo mire y le regale una sonrisa. — tan joven que muchas cosas pueden pasar —me acerque y plante un beso tierno y largo en sus labios. El comenzó a ponerle más pasión, pero debimos detenernos para poder respirar.

—Esta bien, vamos —dijo un poco fastidiado a decir verdad. Pero trató de disimularlo con una sonrisa pequeña.

Subimos al auto y partimos en dirección al club, a decir verdad estaba tranquila, pero había momentos en los que Dennis dirigía su mirada ha mi, miraba de arriba abajo, me ponía nerviosa así que trate de ignorarlo mirando por la ventana. Sentí que el sonrió y luego miró serio el camino. Unos 20 minutos después llegamos a nuestro destino, estaba bastante lleno de gente y la música se escuchaba muy fuerte. Dennis se bajo y me abrió la puerta, salí del auto y rápidamente me acorralo contra el, maldición este hombre es una bestia a veces.

—Donde vea que alguien más te mira no tendré piedad hacia ti —dijo susurrando en mi oído, me hizo tragar saliva en seco, el noto mis nervios, con una sonrisa planto un beso largo y apasionado. — tu eres mía, no quiero ver que otro imbécil te mire, solo yo puedo verte bailar.

—Vamos dentro —dije un poco incomoda y nerviosa, a veces es un poco dominante. Después de eso nos dirigimos adentro y buscamos un lugar donde estar, el me dijo que iría por unos tragos, así que me quedé esperando sentada, ya había tardado unos minutos.

—Hola bonita, ¿tan linda y tan sola? —dijo a la ves que se acercaba a mi, yo solo di la mirada hacia otro lado y lo ignore.

—¿Qué pasa preciosa, el gatito te comió la lengua? — aún estaba insistiendo y yo rezaba para que Dennis no regresara.

—Oye, —escuche una voz ronca y me hizo erizar la piel rápido— esta ocupado, así que vete antes de que te rompa la cara —vi hacia donde estaba, se encontraba bastante bien erguido, hacia que se viera más alto y fuerte. Intimidada demasiado, el tipo lo miro asustado.

—D-disculpa amigo, no sabia… yo…yo —decía el muy nervioso.

—Vete —dijo nuevamente con el tono más grave. El muchacho le hizo caso y se fue corriendo. — te dije que tengas cuidado, hay muchos depredadores sexuales rondando, y una chica como tu es presa fácil —dijo dejando un trago a mi lado y sentándose junto a mi.

—Lo ignore, además, ¿Por qué sería presa fácil? —pregunté un tanto disgustada. Tome un poco y lo mire de nuevo.

—Porque te ves demasiado sexy con ese vestido, y atraes a cualquier idiota —dijo con un tono de ironía y seriedad, dándole un trago a su wiscky.

—Tu eres uno de ellos entonces —dijo con una sonrisa sarcástica, sabía que lo haría enojar. Me miró serio unos segundos. Yo solo le seguí sonriendo y me pare, terminé de tomar mi trago, se que no soy buena tomando así que con ese fondo blanco ya empecé a sentirme risueña. Dennis me miraba detenidamente, sonreí y me dirigí unos pasos hacia a la pista pero sin desaparecer de la vista de él, me quedo mirando un poco extrañado. Comenzó a sonar una canción bastante movida, me solté y comencé a mover mi cintura en un vaivén al ritmo de la canción, sentía como él me miraba de pies a cabeza, eso me estaba poniendo nerviosa y tímida, esa mirada sería me ponía los pelos de punta, su mirada era perversa. porque aún que no lo notase nadie yo lo conocía, sabía en que cosas estaba pensando y a veces me hacía pensar que quizás detenerme sería la mejor opción, ya que demonios… estaba atrás de mi.

—Si sigues así no podré contenerme —tomo mi cintura pegándome más a su cuerpo y susurrando a mi oído. Me pego más a su cuerpo, pero trate de darme la vuelta así hacerle la contra un ratito.

—Pues ¿que crees? —dije con una sonrisa y de puntitas de pie me acerque a su rostro, que por demás apenas pude llegar a su mentón, el maldito es más alto que yo. Con mirada retadora le dije— no voy a dejar de hacerlo —me puse derecha unos segundos, el me miró arqueando un ojo y dijo.

—¿Quieres jugar? — su voz ronca hacia que mi sonrisa se vuela más amplia, no se que me estaba pasando, pero sentía que mi cuerpo quería soltarse, Dennis es un tronco para bailar así que pensé en bailar para él. Me di vuelta de nuevo y pegue mi trasero a lo que podía llegar de su cintura, mientras una de mis manos se tomaba de su camisa y la otra colocaba una de sus manos en mi cintura nuevamente. Me movía de un lado al otro, empecé a bajar suavemente y tirar más mi cuerpo hacia el de Dennis, sabía que eso le estaba provocando que su respiración se agitara completamente. Cuando subí de nuevo él se puso a la altura de mi oído y volvió a susurrar

—Estas jugando con fuego, Marina. —acto seguido mordió el pómulo de mi oído lo que provocó que diera un gemido entre dientes. Mordí mi labio inferior, sabía lo que me iba a esperar y sorprendentemente… lo quería.

—Dennis —lo mire dando apenas la vuelta mi cabeza, el empezaba a besar mi cuello con desesperación y deseo. Podía sentirlo en su respiración cálida. Quise salirme de su agarre rápido para dejarlo con las ganas, sabía que aún más lo provocaría y eso es lo que buscaba, pero cuando logre soltarme me choque con un chico que se encontraba frente de mi lo que hizo que él mismo muchacho volcará su trago sobre mi pecho, mojando así mi vestido. Casi di un grito del susto, me quedé observando unos segundos sin prestar atención a nada.

—Oh, lo siento… De verdad —decía el joven bastante apenado, Dennis lo vio con un odio que hizo que el mismo chico se fuera lento.

—Lo que me faltaba —dije bastante enfadada, me retire hacia el baño para poder verme más detenidamente. — genial Marina, te salió mal la jugada — dije después de verme al espejo.

Dennis POV:

Después de correr a un imbécil que le estaba coqueteando a Marina, me acerque a darle su trago. Estaba un poco molesto ante lo ocurrido, decidí darle un trago a mi Wiscky mientras observaba a Marina beber el suyo. Estaba tan sexy con ese vestido, resaltaba tan bien esas curvas perfectas que tiene, me vuelven loco. Su cintura, sus piernas, su cuerpo, las facciones de su rostro, era totalmente una diosa. Salió a la pista, no saben cuánto esperaba eso, soy un poco pésimo bailando, pero verla bailar a ella… Dios. No les negare, por mi la hubiera tomado para acorralarla en una esquina, pero deseaba ver más, más y más de esos tan atrapantes movimiento. No lo soporte más y me acerque a ella cuando ni cuenta de había dado, quería sentir su cuerpo cerca del mío, que nadie más que yo pudiera apreciar el maravilloso movimiento de esa sensual cintura, me tenía mal. Le avise, le hice saber que si seguía así le iría mal, pero no la detuvo. Siguió el juego sin miedo y poniéndole más fuego al asunto. Sentía como su cuerpo recorría el mío, como subía y bajaba con delicadeza y lujuria. Ya no iba a aguantar más y ella lo sabía, cuando intento alejarse de mi la intenté detener, no la quería lejos, pero ella logró zafarse, provocando así que el trago de un imbécil se le cayera encima del vestido. El chico se disculpo por lo ocurrido, ya que no estaba mirando tampoco y no pudo esquivarla. Yo lo miré con una sutil mirada de muerte, de esas que te dan a entender que si no te vas algo malo te pasará, entendió bien el mensaje, se fue lejos. Cuando me di cuenta Marina estaba corriendo al baño, la seguí, no quería perderla. Ella estaba dentro y yo mira a para que nadie se diera cuenta de que estaba cerca. Pareciera que solo estaba Marina dentro, ya que solo se escuchaba su voz. Me asome para divisar mejor y en definitiva, así era. Sonreí al ver mi oportunidad, no iba a detenerme ahora después del calor que estaba sintiendo. Marina estaba ocupada viéndose el vestido que no se dio cuenta, estaba detrás de ella, puse ambas manos en el mármol del lavamanos haciendo que ella rápidamente se diera la vuelta sorprendida, la mire con una sonrisa perversa, ella trago saliva, ya sabía lo que le esperaba.

Fin Dennis POV.

—¿ Qu-qué haces aquí? —pregunté bastante nerviosa. — es el baño de damas —respire profundo sin dejar de mirarle a los ojos.

—¿Y? — dijo con voz ronca.

—Tendrías que ser más educado y no estar aquí —respondí un poco más calmada, trataba de alejarlo un poco de mi, ya que solo faltaban sentimetros para que su rostro chocará con el mío. El asintió con la voz, como si no le diera importancia y luego dijo en mi oido.

—Tienes un problema bastante grande, y hablo de alli abajo —y con eso bajo a mi cuello besando y mordiendo levemente, me hacía gemir, lo tomé de los hombros para tratar de detenerlo, pero el se negaba a hacerlo.

—Dennis, aquí no… — trataba de detenerlo, tenía el miedo de que entre alguien y nos viera juntos.

—No creas que te salvarás —dijo y a su ves me tomo como si de una pluma tratase yo, me dejo sobre el mármol del lavamanos, estaba frío e hizo que reaccione abriendo mis piernas, lo que el aprovecho y se puso entre ellas, tomando con sus manos cada pierna. — has llegado muy lejos, no pienso contenerme ahora— me acomodo más hacia él, se acercó a mí rostro y observándome detenidamente me dijo. — Te voy a hacer mía, no me importa que sea aquí. Vas a gemir como una puta perra en celo, te lo aseguro—eso si que me hizo erizar completamente los pelos. No era nada tierno, era tan feroz que mi respiración ya era otra con solo verlo y escuchar decir esas cosas. Le respondí con un beso, uno de esos apasionados que no los das pensando en como serán, si no uno de esos besos que te salen del alma, que los das con deseo, sin pensar en lo que ocurra a tu alrededor. Lo bese, lo hice hasta que quedamos aún más juntos, sentía el rose de ese bulto que se escondía dentro de su pantalón, podía sentir como deseaba salir de allí, como Dennis gemía del dolor de tenerlo allí dentro. Sentía como ambos quedábamos sin aire, pero ni eso nos impidió dejar de besarnos. De un momento a otro sentí como sus manos comenzaban a subir la falda de mi vestido, sentía como sus dedos recorrían mis muslos, como iba dándose a la vista mi ropa de encajes negros. Dennis bajo a mi cuello mientras subía sus manos hacia mis pechos, sus grandes y fuertes manos varoniles masajeando por encima de mi vestido, sentí cuando introdujo a los costados sus dedos para de esa forma bajarlo dejando al descubierto mis senos. Se lanzó a ellos sin piedad, mientras uno era devorado por sus deseos, el otro estaba siendo suavemente acariciado por sus dedos. De ambas formas jugaba con mis pezones, haciendo que en mi parte baja se sienta un cosquilleo realmente fuerte.

—D-Dennis, detente… —decía y a su ves soltaba gemidos apenas audibles, pero no negare que se me escapaba uno que otro un poco alto.— Demonios Dennis, ¡para! —mi respiración ya no era la misma, mi ropa interior estaba muy húmeda, Dennis no paraba de saborear como niño pequeño ambos pechos. No iba a soportarlo por mucho tiempo, lo deseaba… lo deseaba con todas mis fuerzas.

—El que da las órdenes aquí soy yo —dijo tomando con fuerzas mis piernas y abriéndome un poco más para él, observaba con curiosidad y deseo allí abajo, dios que vergüenza tenía, sentía como mi rostro se podía rojo. Me miró un segundo a los ojos y sonrió, dios esa sonrisa… demostraba perversión, la más pura prevención y deseo que en mi vida pude ver. Estaba deseoso, estaba con ganas de hacer el más sucio pecado de la vida. Bajo hasta allí y por sobre encima de mi ropa interior comenzó a jugar con mi tan sensible punto femenino, por sobre mi ropa interior saboreaba brutalmente mi intimidad, segundos después movió un poco de ella…

—Puta madre… ¡Dennis! —deje soltar un jadeo bastante audible. Había introducido su lengua dentro de mí feminidad, era tan cálida y húmeda, se mezclaba tan bien con los jugos que mi vaina estaba soltando, era tan delicioso. No podía evitarlo, mi cuerpo empezaba a manejarse por sí solo, mi mente se estaba quedando en blanco lentamente, mis manos estaban en su cabeza sosteniendo para que no deje de hacer tal acto que me llenaba de la más pura y seductora lujuria seguida de un fuerte e incesante deseo de el sexo más salvaje que Dennis podría proveerme ante tales actos eróticos que hacía en mis partes bajas. Él también parecía disfrutarlo, cada vez subía más la intensidad de los movimientos de esa lengua. Este maldito sabía como hacer sentir jodidamente bien a una mujer. Empezó a subir su lengua hacia mi punto sensible, mi clítoris. Desde allí acercó su mano a mi intimidad y introdujo uno de sus dedos, lo movía lento, suabe y tan deliciosamente, su lengua no se quedaba atrás, círculos lentos y deliciosos que provocaban un sinfín de jadeos y gemidos en mi ser. Subió la intensidad, ahora eran dos dedos entrando y saliendo de mis adentros, su lengua era una fiera haciendo que mi clítoris estuviera híper sensible.

—D-Dennis, maldición —mis pulmones no daban abasto, mis labios estaban rojos y agrietados de tanto que los mordía para aguantar las ganas de gemir fuerte. — Dennis… Maldición…¡DENNIS! —se me escapo un gran gemido, en ese momento mi espalda se arqueo al sentir ese cosquilleo que llegaba hasta mi cerebro dejándome la mente completamente en blanco. Este maldito me había hecho terminar con tan solo un oral, jodido pervertido. Termine respirando por la boca, mis piernas temblaban como si sintiese frío, pero al contrario, me bañaba el calor del deseo y la pasión. Dennis dejó una última lamida allí, se puso erguido y me miró detenidamente con una sonrisa de satisfacción. Se acercó a mí oído y susurro.

—No te iba a dejar llegar sin antes haber gemido — se acercó a mis labios y me beso, es una bestia… Una maldita bestia que sabía como devorar a su presa. El beso terminó unos minutos después, nos miramos fijamente. Comenzó a acomodar mi ropa, lo miré extraño unos segundos y cuando me ayudo a bajar dijo.

—Te llevare a casa —sosteniéndome de la cintura. No se el porque, pero en ese momento se me escapo un…

—Te odio —haciendo puchero. Me miró unos segundos serio, en su mirada expresaba el profundo deseo de cogerme y yo no me quedaba atrás, quería sentir su hombría dentro de mi, él lo sabía muy bien. Se acercó más a mi y dijo.

—Pronto olvidarás que me odias, cuando me estés rogando porque esté aún más dentro de tu vagina —sonrió, lo que me hizo estremecer. Aún estaba temblando, pero podía caminar. Decidí que sería bueno irnos a casa, en definitiva era muy tarde. Así que nos dirigimos al auto. Arranco sin perder tiempo, parecía apurado, aun así me sentía frustrada "¿ quedara en un simple orgasmo?" me pregunté tanto que perdí la noción del tiempo. Ya estábamos en su casa. La verdad no le tome importancia a donde estábamos, ya que mi departamento estaba casi en el último piso y su casa era más acogedora.

Dennis POV:

No quería acabar en solo un orgasmo para Marina, pero no podía aguantar las ganas de probar aunque sea un poco de ella, no la iba dejar salir ilesa de esta, pero debíamos irnos a un lugar donde pudiese hacerle lo que desee y sin preocuparme. Obtuve lo que deseaba, tenerla en el baño, podía ver como ella lo disfrutaba, como lo deseaba. Y sabía por demás de que ella había quedado con las ganas. Cuando se corrió pensé rápidamente en irnos a casa, no quería dejar las cosas allí, pareció estar molesta, pero no sabía lo que le iba a esperar cuando lleguemos. Durante el camino pensaba en las mil y una posiciones que provaria y las veces que me correría en ella, no podía pensar más que en eso, hacerla mía, probar cada rincón de su perfecta figura femenina. Esta mujer me tenía como un perro deseoso por su cena.

Fin Dennis POV

—Bien —dijo abriendo su puerta y dándome lugar a que pase. Lo hice sin pensar, escuché cuando cerró la puerta, tomó mi mano y me acorralo entre ella y él.— ¿crees que me quedaré con las ganas? — preguntó con la voz ronca que tanto amaba.

—Eres un maldito Dennis — retándolo, no le tenía tanto miedo.

—¿ Ah si? — dijo tomándome del trasero para luego levantarme dejándome aun contra la puerta pero más a su altura y quedando entre mis piernas. Lo tomé de la nuca y acerque para besarlo. Demonios, su lengua estaba jugando con la mía de una forma tan deliciosa. Seguimos así unos minutos hasta que nos separamos. Me mantuvo alzada todo el tiempo, me llevó al sofá de su sala de estar y allí mismo me dejó estando encima de mí. — entonces seré el maldito que te haga acabar una y otra ves mientras gimes como loca. —se apoyo en mi intimidad rosando allí. Y dios, esas sucias palabras, aun que muy poco gentiles eran las que ahora me ponían cachonda— diablos Mary, te has vuelto una sucia zorra sin modales — dijo mientras comenzaba a morder mi cuello y bajar poco a poco hasta llegar a mis pechos nuevamente.

—Entonces enséñale a esta sucia zorra entonces lo que es aprender modales —lo tire a él en el sofá, me acerque a besarlo con pasión mientras le quitaba la chaqueta que llevaba puesta, él mantenía sus manos apretando mi trasero, yo desprendía esa camisa que odiaba por que ocultaba su tan sexy pecho. No podía estar tan bueno el muy maldito.

—Dennis — dije en un pequeño jadeo, terminé de quitarle su camisa y chaqueta que quedaron por el suelo. Su pecho y abdomen eran increíbles, se notaba lo magníficamente trabajado que estaban. No pude evitarlo y aplaste mis uñas dando luego unos rasguños largos que hicieron que él diera unos gemidos muy deliciosos a lo que me respondió con una buena nalgada.

—Ahora la gatita aprenderá a portarse bien —dijo mientras colocaba mi trasero sobre su miembro aún dentro del pantalón, sostenía mi cuello con una de sus manos y con la otra comenzó a quitarme la ropa. Tomé ese brazo donde dejé un par de rasguños, notaba que a él le gustaba, comenzó a soltar de a poco mi cuello, a lo que yo respondí tomando su mano e introduciendo ambos dos dedos en mi boca de forma juguetona y atrevida. Dennis me observaba, se que le gustaba, en su mirada se reflejaba. Sacó lo que quedaba de mi ropa y quede solo en tanga sobre si amigo, mordí mi labio inferior y comencé a mover mi cintura sobre el. Dennis estaba disfrutando de lo que hacía, pero no duró mucho. A Dennis le gusta llevar el mando.

—Basta de juegos Marina —dijo poniéndome debajo de él, sacó mi ropa interior y la tiro a quien sabe donde. Estaba arrodillado aún, me miró serio mientras una de sus manos me tomó del brazo y me acercó a él.

—Vas a hacer lo que te ordene— dijo con voz seria, lo mire a los ojos unos segundos. Sabía lo que me esperaba y lo que el estaba esperando de mi, me acomode y desabroche su pantalón. Lentamente lo fui quitando

—Oh mierda —se escapo de mi boca cuando vi lo que se encontraba debajo de esos pantalones semi ajustados. No lo dude dos veces que pase mi lengua completamente en el, lo deseaba, lo quería… y ahora podía tenerlo. Usaba mi lengua sin piedad, no quería apurar las cosas, quería que ambos lo disfrutemos. — demonios Dennis, es tan grande —dije en un tono que jamás creí hablar, el de un gruñido tomo mi cabello e hizo que esa cosa entre en mi boca, al principio su gusto salado y húmedo se me hizo un poco incómodo, pero unos segundos después comenzó a gustarme. Dios, espero no volverme adicta a esto. Hacía movimientos con mi lengua y lo introducía cada ves más e mi interior.

—Eres una sucia zorra — decía mientras dejaba escapar gruñidos y su respiración volvía a ser la descontrolada de antes. Comenzó a ponerse aún más duro que lo que ya estaba, sentía como empezaba a palpitar y de repente algo liquido y caliente terminó por llenar mi boca. Dennis soltó un gemido realmente fuerte, jamás creí escuchar algo así de él.

—Eres fantástica, cariño —dijo sacando tu amigo de mi boca. No sabía que hacer, estaba en blanco. — Trágatelo —me ordenó nuevamente. Obedecí, el sonrió y de un segundo para otro ya estaba nuevamente debajo y el posicionado dentro con su gran miembro rozando mi clitoris. — ¿Quieres sentir lo que es aprender modales conmigo? —dijo entre un gruñido y voz ronca, morí mi labio y lo mire a los ojos.

—Quiero que me enseñes a sentirme jodidamente bien —el sonrió, tomo su miembro y lo introdujo sin piedad dentro de mi. Di un gemido realmente fuerte, tanto, que sentí como mi aire se iba por completo en ese gemido. Dennis comenzó un poco suabe, pero poco a poco comenzó a dar embestidas fuertes.

—Maldición Dennis —se me escapaba su nombre una y otra ves en cada embestida que me daba. — ¡Dennis! — a él parecía gustarle, yo no cesaba porque aún que quisiera no ser escandalosa, el me lo impedía con su gran verga entrando y saliendo de esa forma en mi.

—¿Vas a seguir diciendo palabrotas? —decía mientras aumentaba más la velocidad.

—Dios, comenzaré a portarme aún peor si el castigo va a ser éste. —no se de donde salió eso, pero no tenía el pensamiento de siempre, mi mente era dominada por la pasión que Dennis producía en mi ser.

—Entonces te castigaré de mil formas que desearas nunca haberte portado mal con migo —sin salir de mi, me dio vuelta haciendo que quede sobre él pero abierta de piernas. Mi respiración estaba realmente agitada, Dennis me tomó de la cintura con fuerza y comenzó a moverse de nuevo.

—¡DENNIS! —esos gemidos que sobre salían de mi, no sabía como rebajar el tono, con Dennis era imposible. — Dennis no podré más, voy a correrme en cualquier momento —estaba completamente sensible después de todo, y esas fuertes embestidas hacían que mi cuerpo se volviera loco.

—No te correrás antes que yo, y si lo haces te daré un castigo aun peor —dijo aumentando la velocidad, como demonios no me iba a correr antes que el.

—Eres un maldito hijo de perra Dennis —se me había escapado sin querer, él agarro una de mis nalgas y dejó una buena nalgada allí, eso hizo que gruñiera sutilmente.

—¿Qué dijiste Mary? —preguntó bastante retador.

—Demonios Dennis, eres un maldito que sabe hacerme sentir en la puta gloria —dije a la ves que me lance a besarlo, sentí ese placentero cosquilleo del principio que en el beso hizo que diera un gemido mientras, él correspondió basten te apasionado, sus movimientos fueron cesando de a poco pero el beso siguió intenso. Nos separamos unos segundos y respiramos. Ya estaba sabiendo lo que me iba a tocar.

—Quiero verte en cuatro, voy a castigarte como nadie antes lo ha hecho en tu vida —salió de mi y se paro, tenía miedo de lo que haría, pero a la ves no quería que parase. Estaba siendo tan placentero.

—¿Qu-que me harás? —pregunté un poco tímida.

—Tu debes obedecer —dijo serio acomodando me de manera ruda— el que manda aquí soy yo—dijo a la ves que ensesto una fuerte nalgada en mi trasero, hizo que me apoyara sobre el sofá y gimiera suabe, a su vez tomo mi cintura y de nuevo dio una embestida bestia, mi cabeza se arqueo hacia atrás y fue acompañado de un gemido extremadamente audible.

—¿Quién es tu amo? —preguntó mientras jalaba perversamente de mi cabello.

—Mmm, no se —dije tratando de hacerme la tonta. El respondió con otra fuerte embestida. Comenzó de nuevo la guerra. Dennis parecía que no terminaría nunca, mientras yo sentía que de nuevo en cualquier momento sentiría que mi cuerpo se iría al cielo. — Dennis, ¡eres un jodido pervertido!— dije muy excitada.

—Un jodido pervertido —se acercó más a mi y me tomó del cuello— un jodido pervertido que te lleva al cielo y al infierno—dijo, a su ves me tomo de las piernas y me sostuvo allí, en contra del respaldo del sofá. Me mantenía agarrada de sus hombros mientras que él no dejaba de hacerme suya.

—¡Bestia! —gritaba entre fuertes gemidos. — demonios, no terminas más —me queje, quería volver a sentir ese líquido caliente en mi.

—Soy la jodida bestia que te hará temblar siempre, mi Querida Mary —susurro, estaba duro, tan duro que podía jurar que esa cosa que estaba usando no era de carne. Bajo a mis pechos y comenzó a jugar con ambos, sentía que volvería a correrme. Dennis lo sabía, y aumento la velocidad, cada ves más duro, más caliente… Hasta que…

—Oh mierda —escuche decir de él, dejo caer mi cuerpo suavemente sobre el, mientras no salía de mi. Yo a su ves sentía mi cuerpo enteramente temblando y… Algo inusual…

—Eres un animal —lo traje hacia mi y nos miramos a los ojos unos segundos.

—El jodido animal que acabo dentro de ti —dijo para acto seguido besarme con calma y lentitud, parecía estar cansado. Pero su amigo no lo estaba. — Eres mi zorra— dijo mientras me miraba a los ojos. — mía, y no pienso dejar de recordartelo —dijo susurrando. Yo le sonreí.

—Tu eres mi amo, y seguiré portándome tan mal como sea necesario —dije mientras lo abrazaba. Quedo sobre mi pecho, no estaba cansado, pero cayó como rendido ante el calor de mi abrazo. No se cuanto tiempo pasó, pero ambos caímos dormidos allí mismo.