Hello again! aquí vuelvo con otro Fic, habia tardado muchísimo en terminarlo/editarlo y subirlo, pero al fin! Aquí esta..soo espero que sea de su agrado! Comentarios? Mensajes? Bien recibidos sean! xD hasta otra!;)
NOTA: Esta historia se sitúa a partir de la 2 misión en Jerusalén,, Assassins Creed I, utilice citas y frases del juego para crearle más ''bases'' a mi historia/Versión.
AC-Slash: Aquí esta! Espero que te guste gurl!
Capítulo I
Sus botas de cuero causaban un leve eco contra el techo al caer, llevaba un par de minutos corriendo pero su respiración continuaba pausada, saltó rápidamente en dirección al siguiente techo, era poco probable que fuese visto por las personas que transitaban por las polvorientas calles, su túnica solo llegaba a formar un difuso celaje blanco en el viento, el sol implacable de medio día caía sobre su espalda y hombros, el viento embestía su rostro causando que su capucha zumbara en sus oídos mientras continuaba con su carrera por los tejados con dirección al centro de la ciudad.
Al Mualim esta vez lo había enviado para asesinar a Majd Addin, quien se había convertido en regente durante la ausencia de Salahadin, el poder no tardo en consumir a aquel imponente hombre, y con ello empezaron las aplicaciones de leyes corruptas y las ejecuciones públicas se realizaban con más frecuencia para mantener el orden y engendrar el miedo los ciudadanos.
En sus últimos asesinatos, sus víctimas no se arrepentían de todas las atrocidades que habían causado, cegados por el poder y la ambición, a su vez, parecían en paz y convencidos de que todo lo que hacían era para el bien común. Su encuentro con el Rey Mercader de Damasco, Abu'l Nuqoud, había reavivado las dudas que vagaban en su mente.
—''¿A quién sirves sino es a la causa de Salahadin?''
—''Lo sabrás a su debido tiempo…creo que de hecho tu ya lo sospechas''
— ''Porque esconderse y porque los actos siniestros?'' —Cuestiono el Asesino sin bajar la guardia
— ''No es tan distinto de tu propio trabajo, tu quitas la vida a hombres y mujeres absolutamente convencido de que sus muertes mejoraran el destino de aquellos que quedan, un mal menor por el bien común…ambos somos iguales''
— ''No, somos diferentes''
—''Puedo verlo en tus ojos…Tienes dudas…Tú no puedes detenernos, tendremos un nuevo mundo.'' —Murmuro antes de que el brillo de sus ojos se apagara, el reinado de Abu'l Nuqoud había terminado.
La conversación que había tenido con Al Mualim luego de aquella misión en Damasco solo había despertado aun mas sus dudas, y al igual que siempre, el Maestro evadía sus interrogantes con palabras vacías. Logro visualizar finalmente el techo de la Casa del los asesinos a un par de metros de distancia, se deslizo silenciosamente y se agazapó en el borde, desde allí podía observar al Rafiq de espaldas registrando su extensa la biblioteca.
Malik…
Trataba de hacer oídos sordos a las palabras envenenadas y los insultos tan filosos como cuchillos por parte de Malik, hostilidad y rencor eran las palabras más certeras para definirlo. Sus encuentros con Malik después de la misión en el Templo de Salomón siempre terminaban en peleas acaloradas, insultos o palabras hirientes..Malik siempre las iniciaba mientras que Altaïr solo se limitaba a guardaba silencio y llevar el peso de la culpa sobre sus hombros.
— La paz sea contigo, Malik. —Saludo Altaïr en voz neutra.
Malik no cambio su postura ni un ápice, permaneció observando su biblioteca antes de escoger un libro y colocarlo en su escritorio, tomo asiento y poso su único codo en el escritorio y tras un breve suspiro, respondió:
— Tú me has privado de ella desde hace mucho, Altaïr.—Ironizo.— ¿Que te trae de nuevo a Jerusalén?.
— Al Mualim me ha pedido que mate a Majd Addin, ¿Qué puedes contarme de él?. — Preguntó con voz firme mientras observaba con atención al joven Rafiq.
— En ausencia de Salahadin, Jerusalén se encontraba sin autoridad ni leyes y Majd Addin se ha nombrado a sí mismo como Gobernante, sus armas más eficientes son el miedo y la intimidación.- Malik tomó una pausa mientras examinaba el pergamino que tenía en su mostrador para luego observar el rostro de Altaïr. brevemente. — No tiene Legitimidad para Gobernar..
—Pues, eso se acabo. —Respondió Altaïr con su característico tono neutro pero firme.
—No te adelantes, Altaïr, no estamos hablando de un simple y vulgar esclavista, Majd Addin como gobernante de Jerusalén, se encuentra muy bien protegido, así que te sugiero que planes mejor tu ataque. —apoyando su único codo en su mostrador, continuo. — Ya sabes, debes conocer mejor a la presa antes de acecharla y atacarla.
—Con tu ayuda, lo hare…—Era la primera vez desde que había llegado que sus ojos color ámbar lograban hacer contacto con la mirada oscura del Rafiq, su voz sonó suave, como si eligiera con cuidado cada palabra. — ¿Donde crees que debería empezar a buscar?. — Se aclaro la voz y cambio sus ojos de dirección, Malik lo imito.
—¿Cómo? ¿Me estas pidiendo ayuda en lugar de exigirla como siempre? Qué extraño de tu parte.
— Habla de una vez. —Dijo Altaïr, volviendo a su habitual tono de voz.
— Vale, vale, primero al Suroeste, cerca de la mezquita, después al sur de aquí, hay dos sitios que pueden interesarte, la iglesia que está más al sur y las calles cercanas a la Sinagoga.
— Gracias por la ayuda.- Respondió el asesino antes de encaminarse a la puerta.
— No falles, Altaïr.
Altaïr se detuvo unos segundos ante las inesperadas y breves palabras del Rafiq, solo asintió de espaldas a él y escalo por la pared, desapareciendo nuevamente.
