Hola a todos! Estoy de regreso con este nuevo fanfic :D Estuve recolectando ideas durante estos días para poder armar la historia. En este caso, será un fic más corto que el primero que publiqué.

Se podría decir que es una secuela de No se juega con fuego. Sin embargo, no es como si tienen que leer sí o sí la primera historia para poder entender esta. Para aquellos que aún no han leído dicha historia, es un fanfic Royai. Pueden leerlo si desean :D

Sin más que agregar, comencemos…

Capítulo 1: La muchacha que escondía el arma

Central había cambiado bastante durante esos años. Los edificios ya no lucían los típicos diseños del pasado y los vehículos de transporte habían avanzado mucho en lo que correspondía a aerodinámica. La gente progresaba y parte de ello se debía a que su nuevo líder hacía todo lo posible para que aquella época de paz nunca cesara.

Habían pasado 15 años desde que el general Roy Mustang había ascendido a ser el Jefe de Estado. Después del retiro del anterior Führer, Mustang tuvo que realizar varios viajes por todo Amestris para inspeccionar la situación actual de cada ciudad que estaba bajo su cuidado. Antes de realizar grandes reformas, debía conocer cómo la gente estaba viviendo día a día.

Uno de los grandes logros del actual gobierno, a parte de la fundación del nuevo pueblo de Ishval, resultaba ser la fuerte relación que Amestris había formado con Xing, país que había prosperado mucho gracias a su nuevo gobernador. El comercio entre ambos países les había traído grandes oportunidades de mejorar la economía. Además, el hecho de que los líderes de ambos países se conocieran y tuvieran una buena relación provocaba una sensación de estabilidad entre los comerciantes.

Lamentablemente, no todo resultaba ser felicidad en Amestris. Aún existían varios problemas que no habían podido ser resueltos en su totalidad. Para comenzar, se habían formado grupos terroristas que se oponían radicalmente al nuevo gobierno. Por otra parte, aún existían pueblos que estaban desconectados del resto de las ciudades y no tenían recursos necesarios para subsistir.

Los oficiales de Central siempre estaban ocupados y no existía día en que descansaran plenamente. Tenían mucho por hacer, ya que los proyectos que habían sido planteados a inicio de año ya estaban llegando a su fecha límite. Todos corrían de un lado para otro cargando documentos importantes en sus manos.

Aquella tarde, una familia entera llegó a Central desde el este. Se trataba de la familia Elric, la cual estaba conformado por Edward, el ex alquimista de acero, su esposa Winry y sus dos hijos, quienes habían crecido bastante en esos años, Edward jr. y Trisha.

Habían llegado a la ciudad para asistir a un evento al cual habían sido invitados: la boda de Elysia, la hija del difunto general de brigada Hughes. La ceremonia se celebraría en unos días y ellos esperaban poder visitar a algunos viejos amigos mientras estuvieran allí.

Por su parte, Alphonse llegaría unos días más tarde junto con Mei y su hija, quien aún era una niña. Le había informado por correspondencia a Edward que llegaría a más tardar un día antes de la boda.

- Aún no puedo creer que la pequeña Elysia vaya a casarse – comentó Winry mientras recordaba los días que había pasado en la casa de la familia Hughes -. A su padre le hubiera encantado estar allí para presenciarlo.

- Tienes razón – respondió Edward avanzando mientras cargaba su maleta -. Él fue una de las personas que perdió su vida en ese entonces, pero ahora todos podemos estar tranquilos en este país, como Elysia,

Cuando la familia se encontraba en las calles de Central, pudieron reconocer a un grupo de militares caminando a paso rápido como si buscaran a alguien. Parecía que la situación se pondría peligrosa.

De pronto, se escucharon dos disparos que fueron dirigidos al aire y una persona salió corriendo de un callejón, el cual había sido su escondite. Al parecer, esos disparos habían sido una señal para los militares, quería que supieran que portaba un arma.

Trisha se escondió detrás de su papá asustada por los disparos. De pronto, la persona que había salido del callejón pasó cerca de ellos corriendo. Se trataba de una chica, la cual ocultaba su rostro con un pañuelo, el cual había sujetado con hilos. Era una máscara improvisada.

Durante los instantes en que pasó cerca de ellos, Edward pudo observarla. Tan solo le bastó mirarla a los ojos para reconocerla. Le entregó su maleta a Winry y le pidió que se quedara con Trisha. Le indicó que se dirigiera al cuartel central para encontrarse allí.

Acompañado de su primogénito, Edward comenzó a perseguir a la jovencita, quien mantenía la pistola en su mano derecha. El ex alquimista observó el arma con cuidado y le llamó la atención. Le parecía muy familiar.

Los militares continuaron siguiendo a la chica sin amenazarla, solo le pedían que se detuviera y que se calmara. Era obvio que no se trataba de una ladrona o una asesina; sin embargo, corría como si hubiera hecho algo malo.

Los dos miembros de la familia Elric tomaron un atajo y lograron adelantarse a la joven muchacha, quien había logrado perder de vista a los militares. Contenta por su hazaña, comenzó a bajar la velocidad de sus pasos; sin embargo, se llevó una gran sorpresa cuando vio a dos conocidos frente a ella, estorbando su paso.

- ¡Ahora! – exclamó Edward.

Su hijo, Edward jr., había dibujado el círculo de transmutación en el piso, justo donde se había detenido la prófuga, así que pudo usar la alquimia para encerrarla en una jaula hecha de concreto.

De pronto, ella levantó el arma que tenía en sus manos y disparó hacia un punto en específico. La bala cayó al piso, justo en el espacio que había entre los pies de Edward jr., quien se asustó al ver que la chica no había dudado en usar la pistola.

- Había una araña allí…- comentó ella -. Sé que eres alérgico a su veneno, así que la maté.

- Puedes quitarte el pañuelo de tu rostro, Erika – le dijo Edward -. Nosotros sabemos perfectamente quién eres. No ocasionaremos ningún escándalo, así que ven con nosotros de la forma pacífica… pero tu padre se enterará de esto.

- Puede hacer lo que desee, señor Elric – respondió quitándose el pañuelo del rostro -. Mi padre seguramente ya se enteró de lo que pasó esta tarde. Debe estar esperándome en su despacho para darme un sermón sobre por qué es importante ir a la escuela.

Aprovechando el descuido de la chica, Edward le quitó el arma y la observó de cerca. Sus sospechas resultaron ser ciertas. Aquella arma le pertenecía a Riza Hawkeye y se trataba de la misma pistola que ella le había prestado en aquella ocasión cuando se enfrentaban a los homúnculos.

- Tu madre también se enterará de esto. Le robaste su arma y no dudaste en usarla para escapar.

- ¿¡Qué¡? Ella no tiene por qué enterarse de esto, señor. ¿Acaso no iba a llevarme con mi padre? Vamos ahora, debes estar esperándome. Arreglaré las cosas con él y este asunto terminará allí.

Edward jr. comenzó a reírse de la reacción que había tenido Erika, quien se molestó por ello. Le advirtió que lo pagaría caro si no la sacaba de la jaula inmediatamente. Por orden de su padre, el joven alquimista deshizo la jaula y la dejó libre. Sabían que no se opondría en ir con ellos si amenazaban con delatarla con su madre. Así que los tres se dirigieron al cuartel central.

Bueno, este fue el fin del capítulo 1. Ha sido bien corto, ya que si continúo escribiendo soy capaz de terminar toda la historia hoy y no puedo… tengo que ir a mis clases más tarde.

Espero que les haya gustado! Gracias por leer, no se olviden de comentar.

Ya saben, comentarios, sugerencias, chismes, rajes… todo es bienvenido!

Sin más que agregar, me despido :D

Bye bye