-Blablabla- Diálogo
-Blablabla- Pensamiento
-BLABLABLA- Voz Alta
Por Orden de:
Por Orden de:
Cornelius Fudge Actual Ministro de Magia en acuerdo conjunto con
Dolores Jane Umbridge
Todo profesor y trabajador de Hogwarts Academia de Magia y Hechicería incluyendo el director debe ser inspeccionado psicológicamente o no podrá trabajar en el mismo.
Lo antedicho está de acuerdo con el decreto Nº 28
Primer paciente: Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore.
-Buenos días Señor Dumbledore, mi nombre es Emilia Brown, mucho gusto- La jóven le estrechó la mano al anciano director.
-Mucho gusto señorita Brown, ¿quiere un caramelo de limón?-
-No gracias-
-¿Y una paleta de limón?-
-Tampoco, gracias-
-¿Seguro? Están muy buenos-
-Estoy segura, gracias-
-Usted se lo pierde- Dumbledore se engulló un caramelo muy alegre.
-Cuénteme algo sobre usted-
-Soy Albus Dumbledore, nací en el año 1881, soy director de esta hermosa escuela, tengo un ave fénix y me gustan los calcetines y los caramelos de limón-
-¿Cómo fue la relación con su familia?-
-Fue muy dificultosa pero ya lo he superado, aunque todavía me entristezco de vez en cuando, pero es normal-
-Cuénteme ¿Tiene alguna molestia que lo aqueje en este momento?-
-Pues, además de que Lord Voldemort quiera matar a Harry, que Harry tenga que morir para que Voldemort sea derrotado y ¡QUE NO ME HAN REGALADO CALCETINES!, no en absoluto, nada me molesta, todo sigue igual que siempre ¿Un caramelo?- Albus volvía a ofrecerle un caramelo.
-No gracias, pero dígame, ¿Por qué cree que Harry tenga que morir para que el que no deba ser nombrado sea derrotado?-
-Porque Trelawney me lo dijo-
-¿La profesora de adivinación? Pero no puede confiar en una mujer que no es tan estable emocionalmente-
-Es muy estable, eso se lo puedo asegurar- dijo Albus muy convencido.
-¡Aghhhhhh mi ojo interno se nubló, que alguien me ayude, que alguien traiga un limpiador de ojos internos o un Grim le quitará la cabeza a un estudiante de Hogwarts!- Por los pasillos se podía escuchar a una frenética Sybil augurando malos presagios.
-Bueno comprobado mi punto podemos pasar a la siguiente pregunta ¿Por qué le molesta que no haya recibido calcetines de regalo?-
-Bueno por una razón muy sencilla, todos me regalan libros de defensa, de hechizos de historia y yo ya tengo muchos libros, en cambio nunca me regalan calcetines y en navidad siempre me da frío, pero no, regálenle libros a Albus para que el pobre viejo se muera congelado, yo le arreglo los problemas a todos y nadie me ayuda a mi, ¿Qué tiene que hacer uno en este mundo para que le regalen calcetines? He derrotado a un mago oscuro, he ayudado a la fundación de rehabilitación de mortífagos anónimos y he ayudado a pobres huérfanos, ¡PERO NUNCA ME REGALAN CALCETINES!- Albus había gritado amenazadoramente.
-Cálmese señor Dumbledore y ¿No ha pensado en comprar unos?-
-Uhmm es una buena idea jamás lo había pensado- Albus que ahora estaba calmado se acariciaba la barba.
-Veo que es una persona muy estresada ¿no ha intentado relajarse de alguna manera?-
-Si claro, cuando estoy muy estresado como un caramelo de limón o voy a mirar y sonreírles pícaramente a Potter, Granger y Weasley, es muy divertido ver sus caras ¿sabe?, siempre creen que yo se lo que están haciendo cuando en realidad no tengo ni la menor idea, lo mejor de todo es que siempre van a contarme como les fue en la travesura-
-¿Y no los regaña cuando han hecho travesuras?-
-OH no claro que no, generalmente les doy cientos de puntos a sus casas, es que esos tres niños son muy divertidos, no como los otros siempre haciendo lo que se les dice, Severus siempre viene a contarme lo que han hecho esos tres y yo siempre le digo que se vaya tranquilo, cuando ya se ha ido les subo mas puntos de nuevo-
-¿Pero eso no es injusto para con los otros estudiantes?-
-No, es equilibrado mire, los ravenclaw son muy inteligentes y siempre ganan puntos por lo mismo y Severus siempre le sube puntos a Slytherin, el cree que yo no me doy cuenta, pero lo dejo tranquilo porque esa es su única válvula de salida -
-¿Y para los Hufflepuff?-
-¿Los que?-
-Los Hufflepuff-
-No los recuerdo ¿Está segura que estudian aquí?-
-Claro viejo loco yo estudié ahí, Claro los que tienen el escudo con el tejón y visten de amarillo y negro-
-No, no los recuerdo- Dumbledore parecía muy confundido-
-Bueno sigamos con otra pregunta, usted se relaciona mucho con el niño que vivió ¿Qué me dice de el?-
-Es un fastidioso, siempre quiere que le diga todo ¿Por qué se murieron mis padres? ¿Qué significa la profecía? ¿Por qué me duele la cicatriz cuando veo a Voldemort? ¿Por qué me pica el trasero? Es que no hace nada mas que preguntar y preguntar, jamás viene solo a darme una caja de caramelos de limón o a tomarse un té, no, solo viene a que le de todas las respuestas de su vida, si quiere todas las respuestas que busque una bola mágica, siempre le digo que todavía es muy joven para saber esas cosas para que se calle y no me pregunte mas-
-Pensé que Harry le caía muy bien-
-Oh claro que sí, ¿por que no me ha de caer bien?-
-Pero si acaba de decir que es un fastidioso-
-¿Yo? Jamás, Harry es un niño muy dulce e inteligente- dijo Albus con una gran sonrisa mientras que la joven parecía muy confundida y escribía rápidamente en su block de notas.
-¿Cómo se lleva con los profesores?-
-Muy bien, son muy buenas personas, en especial Minerva, ella se encarga de todas las decisiones y yo solo le digo si o no, muchas veces tengo que negarle algunas reglas porque sencillamente son absurdas, imagínese la última fue que lo estudiantes no pueden hacer contrabando, ¿Y como me llegaran las revistas muggles de costuras? ¿Y los artículos de broma? ¿Y mis caramelos de limón? Ilógico- Albus lo afirmaba con mucha seriedad.
-Claro ilógico este viejo esta loco ¿Tiene algún Hobby?-
-Si claro, me gusta coleccionar pensaderos, Horrocruxes y las reliquias de la muerte-
-Interesante, ¿Sabe que las reliquias son solo un mito?-
-No es un mito es una realidad como que los cerdos vuelan-
-Claro, para terminar ¿tiene algo más que quiera contarme?-
-No, solo que tenga un buen día y ¿no tiene una paleta? Siempre que voy a un doctor me dan una- Albus ponía un puchero de niño malcriado.
La joven conjuró una y se la dio, Albus muy emocionado, comenzó a comérsela.
-Por cierto señorita Brown, fue un placer, espero verla en navidad- Albus mostraba una gran sonrisa que fue transformada en un ceño fruncido –y ni se le ocurra regalarme un libro- y volvió a sonreír alegremente- Hasta luego- Albus desapareció con unos espectaculares efectos especiales, luces y humo de colores.
-Hasta luego- Si este es el director, no me imagino a los demás.
