Aquí les traigo una nueva historia. Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer.

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14 dias

POV Edward

Como decía John Lennon: "La vida es lo que te sucede mientras estas ocupado haciendo otros planes"

Yo lo tenía todo planeado mi vida era simple, cada detalle estaba pensado y no hacía nada porque sí. Entonces apareciste y lo pusiste todo patas arriba

Tenía una novia hermosa, tenía pensado pedirle que se casara conmigo el día 20 de Mayo, ¿porqué exactamente ese día? Bueno: encajaba en mis planes.

Trabajaba de abogado, lo decidí cuando cumplí los 15, y en el instituto nos hicieron ver una película llamada Primal Fear de Richard Gere, que hacía de abogado. Me gustaba vestir de negro y de azul pero no de verde, tenía la teoría de que el verde no sentaba bien a nadie y yo siempre tenía razón, la hermana de mi novia confirmo mi teoría haciendo los vestidos de honor de ese color (ya saben eso que dicen de las novias ¿no? Que hacen vestir a sus queridas damas de honor lo peor que pueden para parecer ellas mismas más guapas), no me gustaban los bares, solo los restaurantes y me gustaba ver los partidos de futbol en casa con una cena decente, no con un perrito caliente que hace que te ensucies hasta los calcetines.

Me levante, era sábado, quedaban solo dos semanas para que le pidiera a mi novia que se casara conmigo, no estaba nervioso, estaba convencido de que diría que sí, ¿porqué no iba a hacerlo? Eran las 7:30 como de costumbre, me levante y me puse las zapatillas que estaban perfectamente colocadas al lado derecho de mi cama, fui caminando hasta el baño, me mire en el espejo, me lave la cara con mucha agua y me la sequé con la toalla marrón. Miré por la ventana de mi habitación a la casa de al lado, desde hacía algún tiempo, un par o tres de meses más o menos, empezaron a venir camiones de mudanzas y jardineros. Por el aspecto de aquella gente los que habían comprado esa casa tenían muchísimo dinero. La dejaron que parecía otra, tenía curiosidad por saber quien viviría allí. Hoy lo descubriría ya que hacía varios días que no había movimiento en la casa. Lo haría en algún momento de mi tiempo libre que era de las 12:30 a las 14:30

Ahora tenía que desayunar e irme al trabajo, yo nunca llegaba tarde. Me puse mi traje azul preferido, hoy me sentía optimista.

Ese día en el trabajo fue igual que los otros, mucho papeleo y poca acción, muchísimo papeleo y nada de acción para ser más claro. Llegó la hora de irme, los sábados solo iba a trabajar por la mañana dos veces al mes, nos turnábamos con mi compañero, una de las razones por la cual había escogido el día 20, ese día no me tocaba trabajar, también podría haber cambiado pero yo solo hacia esa clase de cosas en ocasiones muy excepcionales.

Bajé al parking del edificio y cogí mi volvo plateado, era precioso, estaba muy orgulloso de mi coche.

Fui directo a mi casa, haría las compras por la tarde. Paré un momento en casa para dejar la cartera del trabajo, y cogí la caja de galletas de mantequilla que le había comprado para darle la bienvenida, uno no se presenta en la casa de un amigo con las manos vacías y mucho menos en la de un desconocido.

En ese momento llegó un coche, era un coche bastante antiguo, de un color rojizo descolorido. No era feo del todo pero hacía mucho ruido.

Se abrió la puerta y salió la mujer más hermosa que había visto nunca, tenía el pelo castaño, las mejillas de un tono rojizo, unos ojos preciosos. Llevaba unas chanclas de color negro y unos pantalones cortos tejanos y una camiseta de color verde que hacía aun más bonito el color de su pelo. Me vi obligado a modificar mi teoría: a nadie le sienta bien el color verde, excepto a ella.

Salió del coche con un paquete entre las manos.

-"hola, me llamo Edward Cullen, soy tu vecino, vivo en la casa de al lado, te he llevado unas galletas…"

-"Bella,-dijo sin mirarme -disculpa, pero esto pesa mucho, pero acompáñame, entra, entra…"

-"puedo ayudarte"

-"De hecho sí que puedes, ¿te importaría coger la otra caja que está en mi coche?"

-"En absoluto"

Tenía razón esas cajas pesaban mucho, cerré la puerta del coche, y fui hasta la casa.

Era una casa muy bonita.

-"ven, la caja puedes dejarla donde quieras y puedes dejar las galletas encima de la mesa si quieres, por cierto muchas gracias"

-"¿La dejo aquí en el suelo?"

-"Sí, sí, donde puedas, lamento que la casa tenga este aspecto -no entendía a lo que se refería su casa parecía sacada de una revista –tiene este aspecto frio como las de las fotos de las revistas, tan impersonales…"

-"A mí me gusta"

Me miro muy raro, enarcando una ceja.

-"Yo…" -la había cagado

-"Es broma hombre, tranquilo"

-"muy graciosa. Por cierto, ¿acostumbras a dejar pasar a extraños a tu casa?" –le dije irónicamente

-"Mira quién se hace ahora el gracioso. No, no acostumbro a hacerlo. Además tú no eres un desconocido" -dijo moviendo la cabeza de un modo muy graciosa como si fuera algo obvio.

-"¿Así que no soy un desconocido? ¿Qué sabes de mí?" -le conteste divertido

-"Pues se muchas cosas…"

-"Estoy esperando…"

-"¿I que sabes tú de mi? -dijo esquivando mi pregunta

-"A no, no te vas a escapar tan rápido, dime."

-"Pues mira, primero, se que te llamas Edward algo y que eres mi vecino…"

-"Ves, yo tenía razón no me conoces en absoluto, por cierto es Cullen, Edward Cullen"

-"Aun no he acabado -se quejo, hizo un puchero tan lindo que no pude decirle nada- se que eres educado, ya que me has ayudado con mis cosas, eres amable, ya que hasta me has traído un regalo, tienes un buen trabajo con el que te ganas muy bien la vida, así que no te debe gustar mucho, un buen coche, poco sentido de l' humor cuando te hacen bromas aunque te gusta hacerlas, te crees gracioso, tienes una novia seria y tienes un horrible sentido de la decoración. ¿Qué le parece Sr. Cullen?"

-"Waw" -fue lo único que pude decir, me había dejado sin habla, lo había dicho todo de un tirón casi sin pensarlo mucho. -Yo…

-"He acertado con todo, ¿a que sí?" -dijo con una sonrisa enorme

-"Yo…"

-"Estoy segura de que no puedes decir nada sobre mí que no sea mi nombre y poca cosa más

-"Pues…" -tenía razón, y lo sabía.

-"Vas a tener que compensarme por esto Señorito"

-"¿cómo?"

-"Esta noche. Iremos a cenar, y voy a hablarte tanto de mí que sabrás el nombre de mi primera mascota, que por cierto se llamaba Carlie, era una gatita muy bonita…"

-"pero yo, tú lo has dicho, tengo una novia, y es algo serio."

-"Me refiero a coger algo en el bocata e ir a hablar a la playa, echo de menos la playa."

-"Porqué, de dónde vienes"

-"Esta noche amigo, no seas impaciente"

-"Pero ya te lo he dicho…"

-"¡Cállate! Quedamos a eso de las 8 en el Bocata, no llegues tarde, y más te vale venir porque si no te lo haré pagar muuuuy caro, ¿Entendiste?" – mientras decía esto intento poner una cara amenazadora pero acabó haciendo más gracia que miedo, pero paré de reírme cuando vi que a ella no le hacía mucha gracia.

Entonces prácticamente me echó de la casa y no pude ni protestar.

Cuando llegué a mi casa, y pensé en lo que acababa de suceder me dije a mí mismo.

"Tienes una cita con una chica que no es tu novia, a la que ni siquiera conoces, y lo peor de todo es sin siquiera conocerla, ya te gusta"

"¿Tío, qué coño estás haciendo?"

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¿Les gustó?

Si se fijan bien verán ese precioso botoncito verde con el que pueden dejar bonito un review.

Bueno, les dejo

"Los cuentos de hadas no tienen nada de malo, todos acaban felices para siempre"

(lo único malo es que se acaban jeje -)