Just a little

La brisa agitada acariciaba y movía el largo cabello castaño mientras caminaba por las vacias calles, tratando de alejarse de las dsuperfluas y vacías mentes humanas y sus tonrerías. Tener el 'don' de leer mentes no era tan maravilloso como el mundo creía, y en realidad...traía mas mortificaciones y problemas que beneficios...era una muy curiosa maldición. Sin embargo, no todos eran tan despreciables, pues él tenía incluso una lista de los entes que le parecían interesantes y no tan ruines e inservibles como la inmensa mayoría.

Número uno: Yoh Asakura, él era sin duda especial. "Quiero ser uno contigo, tú al final me pertenecerás".

Varias veces rondaba en su mente un sinúmero de pensamientos nada puritanos al pensar en su hermano gemelo, el placer de deslizar sus ansiosas manos por aquella tersa piel sin duda le parecía excitante, sin mencionar que sentía una gran curiosidad por aqúella figura tan parecida a la propia.

Un deseo prohibido pero por igual interesante. De cualquier forma, tarde o temprano lo haría suyo.

Número dos: La prometida del sucesor de los Asakura... Anna Kyouyama.

Anita sin duda es una mujer con carácter, hermosa y muy fuerte. Aquellos labios que incitaban todo tipo de situaciónes no eran cualquier cosa, ella sin duda le llamaba la atención poderosamente, incluso en un par de ocasiónes se preguntó por qué no le había propuesto a Yoh la maravillosa idea de hacer un trio.
Pero claro, seguramente le dirían que no. Mentes cerradas, pensó convencido y con una sonrísa cínica en el rostro.

Número tres: Tao Ren.
El señorito y heredero de los Tao era una persona complicada y testaruda, pero esa actitud desafiante no hacía mas que provocar y desatar lujúria sin medida.
Primero lo tomaría por la fuerza, lo haría gemir una y otra vez hasta dejarle bien claro quien es el que manda, un poco de rudeza funcionarían a la perfección para demostrarle que es así de sencillo quitarle su orgullo, mientras repite mi nombre bajo las sombras del deseo y el estremecer de su agitado y deseoso cuerpo.

Ahora hablemos del cuarto, Horokeu Usui. Bastante impulsivo pero con mucho potencial. ¿Número cinco?
Tamao es tímida pero le agradaba su lindo rostro, ella también merecía un puesto dentro del podio.
¿Que hay de los demás puestos en su exclusiva lista? No olvidemos que contaba con sus seguidores, no habría que ser demasiado listo para darse cuenta de que a Hao le bastaba tronar los dedos para obtener cualquier cosa que este deseara de ellos.

Seis: La dulce y peligrosa Marion Phauna, siete:Matilda Mattise, extrovertida, única y mortal, Ocho: Kanna Bismarch,sexy y astuta. Y así la lista continúa, El ruidoso de Ashil, aunque de hecho él fuera reemplazable. Nicrhome, un sujeto tan dócil cuando se postraba a sus pies, sin olvidar a Peyote, uno de sus mas fieles seguidores.

Hao encontraba placentero disfrutar de todos ellos,hacer lo que le viniera en gana con aquellos cuerpos bien formados, el sentirse dominante y por supuesto, brindarles a los plebeyos la oportunidad de disfrutar al esplendoroso futuro rey shaman.

Sin embargo, había alguien a quien Hao no se molestó en nombrar en sus pensamientos, no merecía tal honor por el desastroso hecho de ser una existencia poco digna, prefería restarle importancia por lo problematico del asunto.

Y entonces, como castigo divino el innombrable apareció.

—¡Hao!— Gritó el chico proveniente de Inglaterra, con un molesto tono de voz.

—Que diminuto eres Lyserg Diethel, ¿Que acaso no sabes decír otra cosa?—

—¡Miserable!... ¡Dime por qué me ignoras de esa forma! Desde que te dije "aquello" no haces mas que pasar de mi...—

Se le notaba frustrado y eso no ayudaba en nada a la situación en si. Hao se limitó a dar media vuelta y seguir su camino, sucediera lo que sucediera, era mejor para él ignorarlo.

—¡Deja ya de huir!.—- Soltó el mortificado muchacho con voz cansada y triste a la vez, mientras le seguía el paso al Asakura. Era algo notable y curioso ver como el educado muchachito inglés perdía la paciencia de una forma tan desagradable con las cosad del corazón.

—Deja de perder el tiempo conmigo, terminarás por causarme lástima, francamente.—

—Si al menos eso sintieras por mi, Hao...—

Basta. ¿No podía el insensato tener algo de dignidad? Resistir a quien casi le rogaba por algo de atención era complicado de todas maneras.

—¡Tú sabes lo que siento por ti, al menos rechazame! , ¡Dime que me odias, dime cualquier cosa, deja de correr en cuanto aparezco!.—

En cualquier momento se echaría a llorar con esos ojos verdes destrozados tan dulces. Se sentía el ser mas repulsivo y miserable del mundo, incluso podían acusarlo a libertad de complejo de estocolmo, puesto que había caído en los encantos de aquél a quien mató a sus padres. Su corazón le pertenecía a Hao desde quien sabe ya cuanto tiempo, simplemente un día se detuvo a analizar sus acciones, se puso una mano en el corazón y se encontró culpable. Hao lo era todo para él...

Y entonces sucedió, el mas alto se acercó y apretó la cintura estrecha del inglés, tomando sus labios sin permiso, deslizando las manos por las caderas y haciendole temblar.

—Nghh, H-Hao...¿Que estás haciend...o?.—

—Tú lo que deseas, lo que en verdad anhelas es que termine destrozandote, ¿cierto? Si te dejo acercarte a mi por esta noche, promete que dejarás de seguirme.—

Diciendo esto cerca de su oido en medio de un sensual susurro, el Asakura restregaba su cuerpo contra el contrario, y de inmediato un pequeño jadeo se hizo escuchar muy pronto.

Esas palabras tan frias y vacías le dolían a Lyserg más que cualquier otra cosa en el mundo, pero no podía negarse a la propuesta, tal y como Hao había dicho, lo anhelaba. Quería al menos por una vez sentir la calidez de sus besos, rasguñar su espalda, apreciar la tibieza y el aroma de su piel, lo deseaba tanto que poco importaba si le hacia daño, incluso si lo humillaba.

Hao era todo lo que le quedaba. El recuerdo mas desgraciado y el dueño del sentir mas profundo de su vida.

A pesar de que estaban en plena calle, no había rastro de transeúntes, quizás por la hora, quizás por que era un sitio poco concurrido. Sin perdida de tiempo Hao tomó una de las frágiles muñecas de su acompañante, dirigiéndolo a aquél oscuro lugar, acorralandolo de inmediato y dejando las manos por encima de su cabeza, para después abrirle las piernas Sin un ápice de delicadeza. Punto para Hao, quien dominó al instante. Lyserg en cambio lamentó el tener la oportunidad de acariciar su rostro cuando tuvo la oportunidad y no ahora que tenían presas sus manos.

—¿Podrías besarme...una vez mas?.— Susurró suplicante, sin pena alguna de lo que el mayor pudiera pensar de su deseo culposo.

Hao lo miró con molestia, le irritaba tener todos esos sentimientos reprimidos hacia él, y luchar contra estos mientras hacia lo que hacia. Sintió un nudo en el estómago y por un momento se dejó vencer, llevando un par de dedos hacia aquellos suaves y pálidos labios, acariciandolos con lentitud. Ladeando el rostro levemente, se acercó hacia él con detenimiento , ,atrapando sus labiosfinalmente, besando entrecortado y con ansias. No pasó mucho tiempo para sentir aquél molesto revoloteo de emociones en su interior, lo mismo pasaba con Lyserg quien se estaba deshaciendo de felicidad bajo el cuerpo cálido de Hao.

El peli-largo lo había estado queriendo todo este tiempo, ese era su gran problema. El amor nunca le había parecido necesario, por lo cual deseaba alejarse y vivir tranquilamente sin necesidad tortuosa y desagradable de tener a alguien así de problemático a su lado.

Sinceramente el amor no estaba hecho para alguien como él, a pesar de su inmenza fuerza y habilidad, se sentía temeroso de aquellos días pasados en los que intentó recibir el amor en su corazón pero todos le habían abandonado. Tenía ya tanto tiempo lidiando con Lyserg Diethel que empezaba a creer que aunque muriera seguiría recordando en contra de su voluntad aquellos solitarios ojos que solo parecían mirarlo a él. Quizás él...si podria rompler la inquietante y desagradable mala impresión que tenía sobre los sentimientos humanos.

Continuó con su labor besandole el cuello entre besos húmedos y pausados, acariciando cada parte de su cuerpo sobre las molestas telas de la ropa. Apenas había iniciado y estaban ya ambos tan agitados y deseosos que apenas y lo soportaban. ¿Podría Hao seguir ocultando como en verdad se sentía en aquella situación? Lyserg no tardaría en darse cuenta, así que el castaño se detuvo sin previo aviso.

—Tú ... algún dia me olvidarás, pues nadie es indispensable en este mundo...—

—Eso es solo una frase, lo sabías, Hao?—

—No juegues con mi paciencia...—

—No lo hago, el mundo podrá seguir girando si desapareces, pero no yo, por que te necesito... sin tí no vale la pena estar aquí. Eso es... lo mas molesto con lo que he tenido que lidiar en todos estos años de existencia.—

Hao sintió entonces una caricia suave en su rostro que lo hizo estremecer, seguido de un beso, y un abrazo que duró tiempo infinito. Se sintió como un idiota por dejarse convencer aunque fuera por un rato de aquellas malditas y sinceras palabras.

La lista que se formó en un principio acabó por romperse al cabo de un rato, desbancando a todos y cada uno de los mencionados, solamente para escribir con letras legibles, grandes y pesadas un único nombre:

Lyserg Diethel también lo era todo para él.

Al menos por esa noche.

Fin


Notitas finales: Este fanfic va dedicado para Nau! Espero te guste, te escribo el fic por que se que amas a Lyserg. Vamos, vamos , admitelo! (xD) Es la primera vez que escribo sobre estos dos y la verdad no se por que, Hao me parece muy tierno cuando de verdad es sincero... O solamente es mi imaginación loca, pero igual así soy muy feliz.

¡Saludos! ¿Dudas o comentarios?

Usagi cambio y fuera. =)