Historia publicada: 31/05/2015

Editada: 25/04/2017

Publicada nuevamente:26/04/17

Historia original: Mi adorable Kim Sam Soon (Dorama)

Yo solo he cambiado algunas cosas, espero les guste n.n

El Jefe

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Capítulo 1: Ideas

Aún no se podía hacer la idea de que él la estaba engañando a sus espaldas. Qué humillada se sentía al tener que averiguarlo de esa manera.

— ¡Maldito bastardo! — gruñó y tocó la puerta de una habitación del lujoso hotel.

Iré a abrir, seguro nuestra orden ya llegó. Cada vez me sorprende la eficacia de este hotel

Cuando el hombre abrió la puerta sus expresiones hablaban por sí solas, tenía miedo... Había sido descubierto.

—Bulma — Susurró y acto seguido una muchacha de cabello rubio se puso a su lado.

—Hola — saludó la rubia — ¿Amor quien es ella? — dijo sin saber que la mujer que tenía al frente era la verdadera "Novia".

Tan solo bastó eso para que la peliazul se derrumbara, fué un gran golpe, se sintió devastada y sus lágrimas fueron testigo.
Creyó que no iba a llorar ante eso, pues ya se hacía una idea de que su novio esté en un hotel y no de viaje como le había dicho.

—Ay — Rió limpiándose las lágrimas torpemente — Ya van dos veces que me engañas, bueno, ¿Quién sabe cuántas me habrás engañado? Pero yo solo me he dado cuenta dos ocasiones... — Lo miró a los ojos — Dime ¿Por qué? ¿Acaso te dí motivos?— Empezó a llorar desconsolada.

La otra muchacha no sabía qué hacer, se sentía avergonzada, odiaba a su ahora ex-novio.
¿Cómo pudo hacer eso?

Lo único que hizo fue irse de ese lugar, pero Yamcha no le prestó atención.

—Bulma yo... —

—Ya lo tengo claro — Interrumpió al ver que la rubia no sabía nada de ella, solo él tenía la culpa — Gracias por todo — dijo con un nudo en la garganta.

Cuando huía de ese lugar, pese a los llamados de Yamcha, no sabía por qué quería hacerle caso a sus súplicas.
Volteó a verlo y cuando se dió cuenta él ya tenía sujetado su brazo.

—Todo tiene una explicación — habló — Por favor déjame explicarte.

¿¡Cómo tenía el descaro de decirle eso!?

¿¡Acaso lo que hizo él tenía justificación!?

—Eres un maldito — resaltó lo último con odio — ¡Déjame!

—Bulma — gruñó ofendido — Hay público aquí, vamos a sentarnos, tomamos algo y aclaramos todo

Al ver que todos los miraban, que miraban su humillación, aceptó lo que él le proponía.

— ¿Cómo te enteraste? — dijo Yamcha tranquilo.

-¡Y estas tan calmado! ¡Bastardo!

—Revise tu celular

— ¿Así que revisaste mi celular? ¿Sabes que eso es de mala educación?

Al verlo, recordó cada momento que vivió con él, las lágrimas surgieron de nuevo.

—Tú ya no me querías... — Lloró más fuerte — ¡Cada vez que te llamaba...! ¡Nunca estabas para mí!

—Esto no puede seguir así

— ¡Claro que no! — gruñó.

—Bien, terminamos

Todo se detuvo, se enfureció, no podía soportar que ese amor de tres años no le haya importado nada a él como para terminarlo así de simple.

—Bien... Encima que me engañas...

—Tú viste mi celular, ¿Verdad? Entonces me veces terminado y hubieses evitado esto — dijo con sarcasmo.

— ¿¡Cómo puedes ser tan cruel!? — Gritó — ¡Hijo de perra! ¡Te odio!

Todos voltearon a verlos, como siempre algunos susurrando lo que creían que pasaba entre esas dos personas.

— ¿Sabes? Mejor me largo — habló incómodo el chico.

¿Acaso se podría describir ese dolor tan enorme que sentía?
No.
Solamente una persona podría entenderlo cuando pasaba por lo mismo.

Antes que Yamcha desaparezca de su vista se puso de pie y grito:

— ¿Alguna vez me quisiste?

Él volteó a verla.

—Sí te quise. Amaba a esa chica que sin importar que le dijeran los demás, incluso sus padres, estudió repostería — Tomó aire y bajó la mirada — Yo amaba a esa joven luchadora... Pero ya no eres así, has cambiado... No sé qué pasó contigo — se dio la vuelta y se fué.

Luego de un momento analizando todo y sintiendo mucha miradas en ella salió corriendo, no quería estar en ese lugar, todo se desmoronaba frente a sus ojos... ¡Tenía que huir!

— ¡Eh, Bulma! ¿Qué pasó? — dijo Milk abriendo la puerta de su apartamento.

—Oh Milk... — susurró y se lanzó a los brazos de su amiga.

— ¿¡Que paso!? ¿Te hizo algo? ¡Dime!

—Nada... Solo — Tragó saliva — Terminamos

—Shh, ya Bulma — Le habló con todo el cariño que podía — Vamos — La guío a su habitación — Todo estará bien

Luego de que Milk se esmerara por hacerla dejar de llorar, la peliazul se quedó profundamente dormida.

...

—Uhm — Se estiró en su cama — ¡Ay pero qué bien he dormido! — susurró.

Y como estrellas fugaces empezó a recordar lo de anoche.

Se entristeció.

Miró su reloj de mesita y su tristeza se transformó en horror.

— ¡Me he quedado dormida! — gritó corriendo descalza hacia la habitación de su amiga — ¡Milk, Milk joder levántate! ¡Nos hemos quedado dormidas...! — Abrió la puerta de la habitación y encontró la cama bien tendida y una nota en ella:

"Bulma, te dejé dormir porque creo que deberías descansar por lo ocurrido anoche.
Ya después nos encargamos del Jefe...
Con cariño Milk.
P.D: Perdón por apagar tu alarma."

— ¡Mierda! — Salió disparada hacia su habitación — ¡Estás loca si crees que el estúpido de nuestro Jefe me permitirá faltar!

Corrió a la ducha y en el proceso casi cae pero no le importó.

— ¡Y aún falta comprar su café! ¡Te odio Milk! — gruñó.

Una vez ya saliste salió a comprar la bebida de su Jefe.

—Lo de siempre — Dijo apresurada.

Salió de la tienda y uno de los cafés se derramó en un muchacho que chocó con ella.

—¡Fíjate estúpido! — resaltó lo último con fastidio.

Al mirar al joven se quedó sorprendida con el parecido que este tenía con su superior.
Le restó importancia y salió corriendo.

-El Jefe me matará por llevarle solo un café... ¡Maldición! - Pensó subiendo a un taxi sin darle tiempo de responder al muchacho.

Al llegar al restaurante ingresa apresurada a dejar el café en la oficina de su superior, pero simplemente al abrir la puerta se horroriza al verlo sentado en su escritorio.

—Señorita Briefs

—Dígame señor Ouji

— Llega media hora tarde — habló con fastidio.

—Sí señor, disculpe, no volverá a ocurrir

—Y yo pido dos cafés — resaltó lo último — ¿Acaso la experiencia se le olvidó derrepente?

Señor Ouji su hijo ha llegado— Habló Katherine interrumpiendo en la oficina.

—Bien — se puso de pie y miró a Bulma — Tú vete a cambiar y después te vas a la sala de reuniones

—Sí señor

Una vez en la sala de reuniones se encontró con todos sus compañeros de trabajo y sus dos amigos.

—¡Bulma! — Se sorprendió Milk — ¡Viniste!

—Te voy a matar — gruñó — No sabes el lío en el que me metiste con el jefe

—Bulma — saludó Gokú.

—Perdón — gruñó Milk — Yo solo quería que mi amiga descanse

Se escuchó un fuerte ruido y todos prestaron atención al frente.

—Queridos trabajadores, como ya les había informado me iré a supervisar el restaurante de la otra capital, dejaré a mi hijo mayor al mando — informó — Vegeta, acércate por favor

—Ay no... — susurró Bulma haciendo que sus dos amigos la miren extrañados.

-¡Es él! ¡No puede ser! ¡Es el chico al que le cayó el café y le dije estúpido!

Y sí, claramente era él. Tenía su saco en mano por el café derramado.

—Dado este anuncio se pueden retirar — dijo ahora el "Ex-Jefe"

Todos se fueron tranquilos a su lugar de trabajo, excepto Bulma, la cual se iba preocupada de ser despedida.

POV Vegeta

Observé a cada imbécil que estaría a mi entera disposición, hasta que me detuve en la estúpida que me derramó el café.

Sonreí.

Disfruté su rostro de pánico.

¿Pensaría que la despediría?

Era una buena opción por su insolencia.

—Vegeta — llamó mi padre molesto.

—¿Qué? — respondí de mala gana.

Observé su rostro de molestia.

—Espero no seas un completo imbécil y hagas bien tu trabajo — se burló.

—Ya te darás cuenta cómo realizo mi trabajo, todo está perfecto en la otra capital... No tienes por qué ir a revisar — gruñí — Es patético no confiar en mí, al fin y al cabo tú me has educado en este tipo de cosas

—Eres un... — dijo ofendido, pero fué interrumpido por su secretaria.

—Señor Ouji, su chófer ya está aquí para llevarlo al aeropuerto

—Sí, vamos

Una vez que se fué, empecé a inspeccionar el famoso restaurante que se hacía cargo mi padre.

—¡Pero qué lindo me salieron! — escuche una voz chillona.

Era ella.

POV NARRADORA

—¿No podrías hacer más ruido?

La peliazul saltó del susto y más se horrorizó al verlo a él.

-Que no me despida... ¡Por favor! - pensó al mirarlo.

—¿Qué hace por aquí señor? — preguntó.

—Es mi restaurante ahora, puedo hacer lo que me plazca — dijo — ¿No me recuerdas? — Habló con sarcasmo.

—Sí — tragó saliva — Perdone lo que pasó

—¿Crees que con una simple disculpa mi saco quedará como nuevo? — Caminó más hacia ella y miró los pequeños pasteles que había horneado, tomó uno y se lo pasó por su uniforme.

—Y lo lavas — dijo lanzándole el saco.

Bulma se quedó estupefacta.
Cuando recién se dió cuenta él ya no estaba.

Gruñó furiosa y caminó hacia la oficina.
Ingresó sin tocar y lo vió en la computadora.

—¿A qué has venido? — dijo sin mirarla.

—¿Y tú quién te has creído? — preguntó molesta.

—Tu nuevo jefe

—Eso ya lo sé — casi se queda callada por esa respuesta tan simple — Pero eso no te da derecho a tratarme así

Vegeta sonrió.

—¿Te parti en dos? — se burló — No seas dramática y vete

—Ash — gruñó y se apoyó en el escritorio — No lo vuelvas a hacer porque te lo devuelvo peor — Caminó hacia la salida.

—Sí lo que digas — dijo al sonriendo — Ah y lavas el saco

—Claro — volteó a verlo y le sonrió — Quedará como nuevo

Una vez en su puesto de trabajo, la peliazul sonrió.

—Claro que quedará como nuevo — dijo de forma divertida.

Para ser sincera su nuevo jefe le caía mejor que el anterior, disfrutó de esa pequeña pelea, e incluso se tomaría la molestia de hacerle una broma.


Continuará...