Simplemente el mundo giró a mi alrededor, todo eran borrones y sonidos estridentes mientras los giros continuaron por completo. Todo cesó tan rápido como inició, sólo sentí un calor abrazador en mi pecho para que lentamente fuese envuelto por una oscuridad absoluta. Mis ojos pesaban tanto que terminé por cerrarlos, aunque para ese momento no importaba mucho, ya que no miraba nada más que la vastedad de un vació infinito.
Dormí profundamente, incapaz de soñar, solamente era yo flotando sin rumbo, no había arriba o abajo, suelo donde pudiera ponerme de pie. Todo era tan silencioso que con el tiempo empecé acostumbrarme con aquel extraño lugar. ¿Cuánto tiempo duró allí? No tengo una respuesta, no sentí que fuera mucho, pero me dejó de importar ya que me gustaba ese extraño lugar.
"Solamente el niño logró sobrevivir"
Justo cuando escucho esas palabras es como es sueño termina, abro lentamente los ojos para ver al doctor y finalmente a los vecinos de la casa de al lado, los padres de mi mejor amigo. Pronto la señora Shidou toma gentilmente mi mano, dice unas palabras que no puedo entender para finalmente llorar levemente. Puedo ver débilmente como el señor Shidou se acercó a su mujer, nuevamente me hablan pero soy incapaz de escuchar con claridad.
Solo asiento de manera mecánica sin saber en realidad que me habían querido decir en ese día.
La suave brisa primaveral sopla gentilmente sobre los árboles meciéndolos con gentileza, creando un ambiente de calma, mientras que un chico de cabello castaño y de anteojos camina a un paso calmado, entre sus manos estaba un libro, sus ojos miraban su lectura mientras proseguía con su camino. Más de uno esperaba que tropezase o chocara con algún obstáculo que estuviera frente a él pero de alguna manera estaba consciente de sus alrededores.
¿Sabes algún día te veré golpearte con algo? – comentó una voz femenina detrás del castaño – ¡Buenos días, Issei!
El mencionado apartó un poco la mirada de su libro notando por completo de la presencia de la jovencita que le había saludado, tenía unas gafas como él, su cabello recogido con un par de coletas bajas que descansaban sobre sus hombros y una sonrisa con tinte pícaro que acompañaba a su hermoso rostro.
Buenos días, Aika-chan – Issei regresó el saludo con cierta apatía – No te sentí llegar
Nunca lo haces – Aika se cruzó de brazos para negar con la cabeza – Pero así eres desde la secundaria
Con un leve asentimiento, el castaño regreso a su lectura, o eso intentaba puesto que la chica le quitó el libro para guardarlo en su mochila. Un pequeño bufido salió de la boca de Issei, quien sólo se limitó a bajar los hombros derrotado.
Sabes que lo hago por tu bien –repuso la chica mostrando sinceridad – Te lo devuelvo llegando al salón, ¿De acuerdo?
Un silencioso asentimiento con la cabeza fue la única respuesta que recibió de parte de Issei, quien siguió de cerca a la jovencita, para después empezar a conversar animadamente. El tiempo alrededor de ellos dos parecía correr a otra velocidad, indicando que estaban dentro de su propio mundo, fue cuando su trayecto terminó justo al portón que daba acceso a la academia de Kuoh.
¡ES VERDAD! – grité con todas mis fuerzas - ¡ESTAN ALLÍ! ¡JURO QUE PUEDO VERLAS!
Señalo con mano temblorosa a la pared, pero el médico y las enfermeras me miran con preocupación, incluso la tía Sayuri lo hace de la misma manera. ¿Por qué no son capaces de verlas? En el techo, en la pared, en la silla e incluso en ellos. Están unas extrañas líneas sobre sus cuerpos, tan sólo dormí un poco y aparecieron frente a mí.
Me dio miedo, eran extrañas, creando una especie de rompecabezas sobre todo lo que miro, mi corazón empieza a doler bastante. Aquel punzante dolor hace que me tomé el pecho, al momento de que el aire me falta.
Los adultos a mi alrededor se arremolinan sobre mí, asustados de la misma forma en la que yo lo estoy; veo como el doctor manda a pedir algo y justo en ese momento vuelvo a dormir.
"Puede que este sufriendo de un trauma… será mejor que lo examine un psicólogo infanti"
Fueron las palabras que escuchó al momento de despertar, estoy empezando a creer que hay una clase de patrón en todo esto, la tía Sayuri asiente en silencio, veo al tío Touji entrar acompañado de Irina. ¿Quién iba a imaginar que mi mejor amigo era chica? Con todo lo que me había pasado hasta ahora era la menor de mis preocupaciones. Los ojos violeta de Irina me miran curiosos, pero también tristes, los adultos se van para hablar en privado; hay cosas que los niños como nosotros no debemos enterarnos.
Hola – tímidamente me llama Irina – ¿Te encuentras bien?
Parpadeo varias veces antes de responder, claramente ese comportamiento tímido no le sienta para nada pero no puede evitarlo, ella en verdad es una niña.
Nadie me cree – habló con cierto pesar – Que en verdad puedo ver esas líneas.
Yo te creo – Irina exclama con seguridad - ¡YO TE CREO!
Le miro agradecido por sus palabras, en verdad puedo contar con ella en momentos así. Pero tiempo después, terminaríamos siendo distantes.
Ambos jóvenes miran con leve sorpresa al edificio principal de aquella escuela, la Academia de Kuoh originalmente era una escuela exclusiva para jovencitas, pero debido al bajo índice de inscripciones en el último par de años, los directivos de la misma decidieron que lo mejor era convertirse en una escuela mixta para lograr continuando operando dentro del sistema educativo.
Una decisión arriesgada pero que en verdad sirvió para salvar a aquella prestigiosa institución; claro que el consejo de Padres propuso medidas muy estrictas para evitar que los jóvenes se aprovecharan de las inocentes señoritas pensando en crear un "Paraiso del Harem". Por eso el exámen de admisión era incluso más difícil que el de las universidades.
A pesar de aquellas medidas de control, nunca se esperaron que un par de manzanas podridas se lograrían colar, pero también mentes brillantes como las del joven castaño y su amiga.
¡Buenos días, Shidou Issei y Kiryuu Aika! – una nueva voz le saludó a ambos en la distancia – ¿Nuevamente lograste evitar que Issei-san se golpeara contra algo?
Claro que sí, Souna-kaichou – Aika respondió animadamente – Un cerebro como el de Issei-chan, puede dañarse con facilidad.
Los ojos castaño del chico se posaron en la joven que los saludó, no podía negar de que era toda una belleza, su delgado cuerpo mostraba discretas curvas bajo el exuberante uniforme que hacía gala la academia de Kuoh, usar un corsé y una pequeña capa resaltaba ciertas partes de la anatomía femenina que incluso las menos dotadas las hacía ver sensuales, la corta falda a medio muslo eran excelente agregado, pero en Souna Shitori eran las mejores armas que podía usar en contra de sus enemigos declarados.
Pronto los murmullos llenaron por completo el ambiente, justo en esos momentos arribaron las que se consideraban las mayores bellezas de toda la academia.
Issei fijó su atención en una de las recién llegadas, quien sonreía amablemente a toda persona que le saludaba, sus movimientos reflejaban elegancia y sobre todo una nobleza imposible de encontrar en alguien común, su mente rápidamente le dijo de quien se trataba.
"Rias Gremory" era una de las alumnas de tercero y a su vez era su sempai, sus rasgos más representativos eran; su hermosa cabellera roja y sus ojos aquamarina que tenían un aire melancolico que no muchos podían percibir. Aika notó la dedicada mirada que le daba su amigo a una de las "Grandes Onee-samas".
¡Vaya que tienes muy buenos gustos! – exclamo la castaña con cierta burla en su voz – Pero yo me iría por la "Yamato Nadeshiko" de Akeno-sempai
La otra miembro de ese grupo exclusivo de cuatro miembros, era la persona que iba al lado de Rias, Akeno Himejima tenía un físico privilegiado que incluso mujeres mayores que ella desearían; a juego con la figura de la joven Gremory. El titulo de "Yamato Nadeshiko" no estaba de más, una larga cabellera negra que brillaba lustrosa bajo los rayos del sol de la mañana y uno ojos violeta como los de la propia Souna.
Basta de admirarlas – bufó un poco molesta la joven detrás de ellos dos – Pueden que ambos estén entre los primeros lugares de las calificaciones de primero – Souna les miró de forma severa – Pero los retrasos también son penados.
Aika-chan, la presidenta del consejo estudiantil tiene razón – el castaño llamó la atención de su compañera – No podemos llegar tarde a la primera hora.
La verdad lo único que buscas es que te devuelva tu libro – la jovencita se limitó a rodar los ojos ante la evidente mentira de Issei – Bien, vámonos de una buena vez.
Souna vio como el par se alejaba a un paso moderadamente rápido, justo cuando entraron al edificio fue cuando Rias se acercó a la presidenta del consejo.
¡Buenos días, Souna! – la pelirroja saludó con voz melodiosa – ¿Platicando nuevamente con ese par? – un leve asentimiento fue la respuesta que recibió de la jovencita pelinegra – Todavía no entiendo cómo eres capaz de estar a un lado de Shidou-kun
¿Lo dices por las palabras de Toujo-san? – repuso la joven presidenta – Pues yo no siento nada extraño alrededor de él.
Cuando pasé el cuchillo sobre la línea esta se partió en pedazos, aquello me asusto bastante pero muy dentro de mí me hizo feliz; tenía la prueba definitiva para hacer que esa psicóloga me creyera sobre las líneas. Todavía no puedo creer que una persona como ella pueda atender a niños más sin embargo así era. Siempre oliendo a cigarro, ni siquiera el tío Touji olía así, pero ella siempre lo hacía.
Escondo el cuchillo de plástico entre mis ropas, cuando me pregunte si tengo pruebas se lo mostraré.
La enfermera esta un poco consternada por la repentina destrucción de la silla, me mira curiosa, pero despues solo suspira cansada para salir y dejarme solo en la habitación, la tia Sayuri me ha pasado los apuntes de Irina, incluso sus tareas, a pesar de que estoy enfermo estudiar me ayuda mucho a distraerme.
Estoy concentrado en lo que han estado viendo en la escuela, las cosas que no entiendo muy bien las veo por internet. Realmente se esmeran en esos videos. La puerta se abre lentamente, la tia Sayuri entra acompañada de esa persona. Puedo ver el desteñido color rojo de su cabello y sus ojos de igual color, viste una gabardina color café y me saluda animadamente. Pero el aroma a cigarros rápidamente me llega a la nariz. ¿Cómo sé eso? Ella misma me lo dijo.
Issei-kun – me llama la tía Sayuri con amabilidad – Aoko-sensei está para tu sesión semanal.
Dejo de lado lo que estoy haciendo para prestar atención a lo que la doctora quiere que le platique.
¡Hola, Issei! – la mujer acerca una silla para sentarse muy cerca de mi cama – Veo que estas estudiando, como van tus calificaciones
Issei-chan es el primero en su clase – contesta orgullosamente la mamá de Irina – Tanto que mi propia hija se está esforzando para no quedarse atrás
La psicóloga me mira a mí y a mi tía, para después pedirle de manera cortés de que se retirará para realmente empezar con la sesión, esta vez concuerdo con ella, no quiero que se espante por lo que va a ocurrir el día de hoy.
Las clases empezaron normalmente, todo era rutina día tras día, Issei estaba concentrado nuevamente en su libro; leer era su único pasatiempo. Pero también era su medio para aislarse del resto, bueno de casi todos puesto que Aika logró colarse en su vida de manera que ni el propio castaño no pudo descifrar.
Shidou-kun, ¿Podrias ayudarme con llevar las tareas a la sala de maestros? – una jovencita de cabello corto y una cinta en el mismo le habló – Son muy pesados para mí.
En silencio, cerró su libro para levantarse de su asiento, caminó hasta acercarse a su compañera de salón y tomar la mayor parte de su carga.
¿Con esto es suficiente? – el castaño hablo con calma
La jovencita asintió gustosa mientras se dio la vuelta, pronto Aika aprovechó la oportunidad de incomodar a su compañera.
No abuses de tu posición, Yui-chan – grito animada la castaña haciendo que la mencionada se sonrojara
¡AIKA-CHAN! – Yui se volvió visiblemente apenada mientras el resto de las chicas era rio sonoramente - ¡V-Vamonos, Shidou-kun!
Issei mantuvo silencio mientras siguió de cerca a la que era la representante de la clase, el castaño era considerado por muchas como el mas "inofensivo" de todos sus compañeros, algo que la propia Yui Katase pudo constatar de primera mano tras un pequeño incidente donde se vio involucrada.
Era la primera semana de clases, donde empezaban a estar por fin mezclados las clases mixtas; como una burla del destino, a ella le tocó guardar el equipamiento de las clases de educación física, nadie se acomidió en ayudarle con los balones, todos los demás alumnos varones prefirieron verle el trasero. Ni siquiera notó cuando Issei ya estaba a su lado ayudándole con su tarea. Estuvo cautelosa ante él pues era muy callado y eso le generaba cierta desconfianza en ella.
Todo ese tiempo no cruzaron palabra, solamente se limitaron a recoger los balones, una vez que completaron el número total, los llevaron al almacén. Pero nadie les dijo que el año pasado esa puerta se había descompuesto por falta de mantenimiento.
Y así terminaron los dos encerrados por un par de horas, hasta que les fueron a rescatar… y en ese tiempo el castaño no hizo nada salvo conversar sobre libros con Yui, era cómico si se ponía si lo razonaba, pues la situación era el "perfecto puente colgante" para que algo sucediera, pero que mantuviera la calma y que se lo transmitiera fue un alivio.
Era por eso que de todos, era al que más confianza le tenía para poder estar a solas.
Sus ojos parpadearon cuando hizo su demostración, esperaba que saliera corriendo de la habitación asustada, pero solo permaneció en su asiento sin hacer nada. Bueno sacó una cajetilla de cigarros y estuvo a punto de ponerse a fumar, pero recordó que no debería de hacerlo.
Tenía mis dudas, pero en realidad puedes verlas – me sobresalté al escuchar su voz – Dime, ¿desde cuándo?
Esa pregunta me estremeció un poco que quise llorar, Aozaki-san acerco su mano a mi cabeza para acariciarla un poco logrando calmarme. Le miro con ojos esperanzados mientras ella me sonríe.
A-Aparecieron de repente – contesto un poco cohibido – Les dije pero nadie me quiso creer
Te entiendo – respondio la mujer mientras se cruzaba de brazos – Por eso acepté tu caso… ya que no eres el primero que las puede ver
E-en serio – estoy sorprendido por las palabras de mi psicóloga – ¿Entonces no estoy enfermo?
Mas que enfermo es una habilidad que recién despiertas – Aozaki comentaba mientras jugaba con su cabello – muy pocas personas pueden, accesar a su potencial de forma natural, pero a veces, se puede forzar ante algo muy doloroso.
"Muy doloroso" fue cuando recuerdo el accidente donde mis padres fallecieron, creo que fue cuando me dijeron que habían muerto que empecé a verlas, siento como un trago amargo llena mi boca y lentamente mis mejillas empiezan a humedecerse, repentinamente siento como unos brazos me rodean tranquilizándome.
El mundo es un lugar irracional y bastante cruel – las palabras de Aozaki llegaron a mis oídos – Pero finalmente es maravilloso por eso debes de atesorar este regalo que se te ha dado
Aquellas palabras me hicieron mirar de otra manera a Aozaki-san, en ese momento asentí, para despues hacer una extraña petición.
¿Puedo llamarla sensei? – mis palabras suenan un poco tímidas
Veo que cierra sus ojos meditando un poco su respuesta, esos momentos en los que guarda silencio hace que me sienta ansioso. Toma un aire para despues darme su respuesta.}
Esta bien, pero con una condición – Aozaki-sensei alza un dedo – Debes de llamarme Touko-sensei, ¿De acuerdo?
Con eso de por medio, dejamos de ser terapeuta y paciente; para pasar a ser maestra y alumno. Una decisión de la que nunca me arrepentiré en la vida.
Issei ve como el sol se pone en el horizonte, las clases habían concluido de manera tranquila, esa calma era muy común en un lugar como la ciudad de Kuoh, los años no pasaron en balde en el lugar que le vio nacer. Con un paso tranquilo se dirigía a su hogar, no tenía ninguna prisa por llegar allí; se limitó a disfrutar el trayecto de vuelta. La temperatura era agradable, el paisaje donde la luz del atardecer y la oscuridad de la noche le daba un tinte especial a la ciudad, que lentamente empezaba a despertar en su actividad nocturna.
Pronto dio con la calle donde estaba su hogar, camino viendo como las demás casas tenían encendidas sus entradas; fijo su atención al frente, los diferentes sonidos se mezclaban de manera armoniosa. En definitiva era un ambiente acogedor.
Estaba por fin enfrente de su casa, el único recuerdo que sus difuntos padres dejaron para él, aunque su mente vagamente recordaba las vivencias de la niñez, aquel edificio todavía emanaba esa sensación de un hogar cálido y feliz. Vio como la luz de la entrada estaba encendida, indicando de que su otro ocupante ya estaba dentro.
Tomó las llaves de la puerta principal, abrió con despacio, justo al momento de entrar, los diferentes aromas llegaron hasta su olfato. Eran aquellos que indicaban que la cena estaba en plena preparación, el sonido de las cacerolas y del movimiento de los cubiertos eran una sinfonía a la cocina.
Mamá, ya estoy en casa – habló Issei alertando al otro ocupante
Apareciendo discretamente en la entrada de la cocina, estaba Sayuri Shidou, su cabello café oscuro estaba recogido con una coleta alta, sobre su uniforme de enfermera tenía un delantal que lo protegía de que se ensuciara con los ingredientes que pudiesen saltar de las cacerolas. Aunque no era necesario, pues la mujer era muy cuidadosa con respecto a la cocina. Nunca tuvo ningún accidente en el pasado, siendo imposible que ocurriese en el futuro.
Bienvenido, Issei-chan – la mujer saludo a su hijo con una amable sonrisa – la cena pronto estará lista…
Se suponía que yo cocinaría esta noche – el castaño fingió un poco de molestia - ¿Saliste antes del trabajo?
Había hecho turnos dobles la semana pasada – Sayuri miraba al techo recordando un poco – Por eso me dejaron venir temprano, una madre no debe de ser desobligada con su hijo.
Un sonoro suspiro provino de Issei, quien no sabía cómo refutar las palabras de su madre adoptiva, la mujer se esmeraba con empeño para tener bien atendido al joven quien se limitó a sonreírle, para después dirigirse hasta donde ella estaba y ayudarle con lo que faltara por hacer. La madre del castaño estuvo a punto de replicar pero también terminó por ceder.
Definitivamente eran tal para cual en cuestión de terquedad.
"Hemos decidido adoptarte"
Una simple frase del tío Touji hicieron que mi mundo cambiara de nuevo, estaba sin poder responder, tanto la tia Sayuri como Irina-chan me miraban expectantes a la respuesta que podía darles, pero sentí que el miedo me invadió y lo más lo lógico que pude hacer fue esconderme bajo las cobijas de mi cama. Tratando de encontrarme de nuevo en ese lugar donde no había nada y me hacía sentir seguro. Ni siquiera quise escuchar los reclamos de mi mejor amiga ante el silencio que solamente obtuvieron de mí.
Técnicamente me pedían que olvidará a mis papás, por un lado yo empezaba a quere mucho ya que todos los días me visitaban, pero… pero…
Sabes que eres un tonto… ¿Verdas? – Touko-sensei habló mientra me encontraba bajo mis cobijas – Deberías de aceptarlos
Me revuelvo un poco, para después ser sacado de la cama por mi maestra, ella no le gustaban las negativas, eso lo aprendí al momento de convertirme en su alumno; era paciente con un niño como yo, sé que intentar forcejear era inútil. Me cargó como un saco y me puso sobre su hombro.
Me recuerdas a una amiga mía… bastante terca – pude percibir la nostalgia en su voz – De haber seguido ignorando sus sentimientos sería otra clase de persona
Parpadeo un par de veces, Touko-sensei parecía comprender lo que pasaba dentro de mí, ¿Cómo no hacerlo pues ella era una maga? Si esas fueron sus palabras el primer día que nos dejamos de ver como doctor y paciente. En realidad era una maga itinerante que investigaba casos extraños y los resolvía como sus habilidades se lo permitieran. Por eso tomó mi caso, las líneas que veía eran reales, eso me lo explicó aunque no entendía del todo.
Lo único que comprendí era que nunca cortara sobre de ellas… eso estaba prohibido; tal vez esa era la razón de mi miedo. Yo no era normal, en un descuido lastimaría a Irina-chan... me atemorizaba por completo la idea.
Se que tienes miedo por tus ojos – la calma en Touko-sensei me tranquilizó – Pero si te dijera que hay un método para que tengas una vida normal
¿En serio? – pregunto esperanzado ante lo que me dijo mi maestra – ¿Puedo tener una vida normal?
Ella asintió con una enorme sonrisa, algo que también aprendí era que no mentía… siempre me hablaba con la verdad.
La cena pasó sin mayores complicaciones, Issei miro como su madre se retiró para bañarse e irse a descansar, así era la vida de ellos desde que regresaron a Japón, no extrañaba para nada su vida en Inglaterra; fueron buenos días los que pasó allá pero tan solo eran un lejano recuerdo. Se apresuró en lavar los trates y platos de la cena. Escuchó como su mamá le avisaba de que el baño estaba listo para que lo usara ya que ella había terminado de bañarse.
Con paso lento, continuó con sus labores para dar por terminado el día. El baño fue reparador relajando su cuerpo, se dirigió a su cuarto para empezar con las tareas para mañana. Abrió la puerta de su habitación, la cual sólo tenía lo indispensable para llamarla una habitación en forma, una cama comfortable, un escritorio en el cual usaba para realizar sus trabajos y tareas para la escuela; a comparación de los demás chicos de su edad, era un lugar aburrido, lo único que podía decirse que era acorde a su generación, fue un reproductor de música que estaba a un lado de su cama.
Dio un suspiro, se imaginaba la estruendosa risa de Aika al descubrir lo vacío que estaba su cuarto.
No podía evitarlo, su maestra le indicó que solo necesitaba lo necesario para vivir y que es debería ser su filosofía de ahora en adelante, se sentó en su escritorio para empezar a leer lo que le encargaron. Se colocó unos audífonos para escuchar la música que tenía en el reproductor.
Una pieza de música clásica sonaba a través de las bocinas que se ajustaban a sus oídos, así duro un buen tiempo, hasta que el ultimo cuaderno descansaba en la superficie del mueble. Vio de reojo el reloj de su reproductor.
La una de la mañana – Issei comentó con aburrimiento – Debería irme a dormir
Con esa idea en la mente se levantó de la silla, por un instante se detuvo frente a una de las ventanas de su cuarto, por unos breves momentos su atención estaba sobre la oscuridad de la calle. Sin darle más importancia, fue y se recostó en su cama. Para dormir tranquilamente e iniciar un nuevo día.
Touko-sensei… ¡Ya no puedo verlas! – hablé con fuerza mientras me llenaba de alegría – Es magia.. ¡Es verdadera magia!
Es porque soy una maga – mi maestra rie un poco divertida – Esos lentes son especiales, son los segundos que hago
¿Qué pasó con los primeros? – noto como Touko-sensei frunce su entrecejo un tanto molesta – Perdón…
No estoy enojada contigo – da un suspiro para continuar hablando – Mi hermana menor los robó, con lo mucho que me costaron hacerlo
Tras eso, veo que se sienta debajo de un árbol, a su lado está una maleta desgastada y un tanto vieja. Saca de entre las bolsas un pequeño estuche negro y una cajetilla de cigarros. No digo nada, pues estamos en los jardines del hospital y es nuestro último día juntos. Técnicamente me han dado de alta, tanto física como mentalmente estoy curado; no puedo evitar sentirme triste por despedirnos en los pocos meses que pasamos juntos. Pero es lo normal, ella también muestra un poco de tristeza en sus ojos.
Issei – me habla en un tono serio, haciendo que le tomara atención- El mundo es un lugar muy grande… conmigo solo viste un pequeño trozo – mi maestra da una calada a su cigarro – Y es probable que con esos ojos conozcas aún más de ese mundo.
Con esas palabras acercó el estuche has mis manos, lo abrí con cuidado para ver su contenido.
Hable con mi amiga hace poco – escucho atentamente a Touko-sensei – Me dio esto como un obsequio de su parte.
No puedo evitar estar sorprendido, aunque no sabía cómo me lo llevaría consigo a Inglaterra.
Issei se levantó tan temprano como era su costumbre, se arregló para irse a la escuela; encontrando solo una nota de parte de su madre y su desayuno. Una vez terminado y de lavar los platos para no dejarlos sucios, se encaminó hacia la academia de Kuoh, esta vez no se encontró con su amiga Aika, cosa que le extrañó un poco, pero lo dejó pasar para poder continuar con su lectura.
Solamente que alguien le interrumpió de manera sorpresiva… y un tanto extraña.
¿T-Tú eres I-Issei-san? – la nerviosa voz de una jovencita le detuvo en su camino.
El castaño dejo de lado su lectura, guardando su libro para prestar la atención debida a la persona que le llamaba de manera apresurada. Sus ojos se abrieron un poco ante la belleza de la chica, un cabello negro y bastante sedoso; una figura que rivalizaba con las de las grandes "Onee-samas" de su propia escuela. El hecho de que estuviera mostrando cierto nerviosismo le daba un encanto singular.
Como persona cortes que era respondió la pregunta con amabilidad.
Si lo soy – el joven de anteojos miraba fijamente a la pelinegra - ¿Tienes un asunto conmigo?
Se que es sorpresivo – la jovencita temblaba visiblemente incomodando un poco a Issei - ¿E-estas saliendo con alguien?
El castaño alzo una ceja mostrando desconfianza por la íntima pregunta que le hicieron, pero tampoco tenía un motivo para negarse; negó suavemente con la cabeza haciendo sonreír a la chica.
¡Qué bien! – la alegría se desbordaba en el rostro de la pelinegra - ¡SOY AMANO YUUMA! ¡¿SAL CONMIGO POR FAVOR?!
Un fuerte manotazo, le sacó de sus pensamientos, alzo la mirada para encontrarse con el ceño fruncido de Aika y la mirada de preocupación de Yui; toda la escuela hizo un revuelo cuando el rumor de que el chico más inteligente de la escuela había sido invitado a salir por una chica hermosa. Por unos momentos no encontró el motivo para tal escandalo. Pero recordó que invitar a salir era equivalente a ser novios.
Tal vez vivir en Inglaterra fue un error – comentó el castaño en voz casi inaudible
"¡Es tu culpa!... ¡Es tu culpa que mi familia ahora esté destruida!"
Los reclamos de una dolida Irina me lastimaron bastante, tanto que no podía recordar, pero sabía perfectamente el motivo de su odio. Touko-sensei me lo había advertido, en este mundo existían cosas que escapaban de nuestra vista y que mis ojos me llevarían a conocerlo algún día.
Pensaba que solo era un sacerdote más, de alguna iglesia que le permitían tener una familia normal, no estaba muy herrado, vivíamos cerca de una iglesia y de vez en cuando daba misa. Puedo decir que era muy tranquilo, Irina-chan pasó de ser mi mejor amiga a mi hermana mayor; se empecinó tanto en que la llamara así que no tuve más elección en ceder.
Era eso o que aplicará una llave de lucha libre… así que me evite que me lastimará; de allí en adelante pasábamos la mayor parte del tiempo jugando y estudiando en la escuela privada en la que nos inscribieron. Irina brilló por si misma, era tan alegre que atrajo a muchos amigos hacia ella; yo por otro lado me dediqué mejor a leer. No tardaron en compararnos uno del otro. El hecho de que el color de cabello fuese similar facilitó la mentira de que éramos hermanos de nacimiento.
Ella era la popular y yo me convertí en el ratón de biblioteca que necesitaba ser.
Nuestra madre nunca dio distinción en su cariño a los dos, tampoco evito que olvidara a mis verdaderos padres, eso hizo que mis días con ellos fuesen los mejores. Nunca pregunté y tampoco lo hizo Irina, pero las ausencias de nuestro papá eran muy prolongadas; a veces llegaba como si nada y otras con algún vendaje ocultó bajo sus ropas, mi hermana no se daba cuenta, pero yo alguna vez lo vi tras entrar un par de veces en el baño.
Nunca imaginé que mi papá estaba implicado en ese mundo, tras ese fatídico encuentro que no debió darse, me adentré de lleno a ese lugar.
Algo irrumpió en nuestro hogar, aprovechando una de las tantas ausencias de nuestro padre, lo que fuese que era, solamente estaba seguro de que no era humano; podría parecerlo por fuera, pero por dentro no. Mamá trató de defendernos, pero era más fuerte que ella, más rápido que ella. Verla en ese estado hizo algo dentro de mí, lo que fuese que haya sido, era tan fuerte como para hacerme olvidar la promesa que le hice a Touko-sensei.
Cuando papá llegó todo había terminado, su mirada mostraba la misma sorpresa que tuvo mi maestra al momento de enseñarle mi "poder". Pero no había entendimiento por ello, sino otro sentimiento.
¡¿EN QUE PENSABAS AL ACEPTAR SALIR CON ELLA?! – Aika dio nuevamente un manotazo - ¡ERES ESTÚPIDO… ¿VERDAD?!
Kiryuu-san, cálmate un poco – Yui trataba de calmar a su compañera fracasando rotundamente
El joven alzó un ceja para despues suspirar, miro directamente a los ojos de sus compañeras y respondió tranquilamente.
Pido perdón por lo que pasó – aquello descolocó un poco a ambas castañas – Pero, creo que confundí un poco las cosas – Issei se rascó la cabeza – Para mí salir a una cita es tan sólo pasar un rato agradable… pero olvidé que aquí significa que se convierte en mi novia.
Ambas jovencitas parpadearon confundidas, para después ver como la joven Kiryuu se golpeaba la frente con su mano. Había olvidado por completo que su amigo vivió varios años en el extranjero, donde las cosas se dan de otra manera. Yui suspiró aliviada ante la explicación, mientras que el resto se limitó murmurar un poco.
De plano ya siento pena por la chica – la castaña de anteojos murmuro un tanto decepcionada – Bueno al menos no seas duro con ella
S-Sí, Shidou-kun… eso me mataría de la vergüenza – la otra castaña se sonrojo un poco
No se preocupen – repuso el castaño mientras se acomodó sus lentes – No pienso hacerlo en público, al menos tendré la delicadeza necesaria.
Nadie sabía como responder a eso, pero suponían que estaría todo bien al notar la seguridad de su compañero de clases, tras esa discusión nadie mas tocó el tema; pero el rumor llegó a oídos de cierta persona.
Estaba sentada en la comodidad de un sillón, jugaba con sus dedos con una pieza de ajedrez completamente normal, a su lado se encontraba una joven pelinegra con el cabello atado con una cinta amarilla, la sonrisa que adornaba su rostro la hacía ver seductora.
Tal parece que ya se han movido – con suavidad comentó la pelinegra – ¿Esta bien eso?... Rias
Yo puse primero mis ojos en él – Rias suspiró un poco – Aunque Koneko no lo quiere cerca, será una buena adición a mi séquito… no estas de acuerdo… Akeno.
La mencionada asintió en silencio, mostrando la complicidad que rodeaba a aquellas dos, esperando que los futuros sucesos se desarrollaran satisfactoriamente para ella. Las clases terminaron, Issei caminaba acompañado de Yui y Aika; quienes rápidamente notaron la presencia de Yuuma en la entrada de la academia, los demás alumnos le miraban discretamente, para después murmurar entre ellos. Una pequeña palmadita en el hombro fue la única señal de apoyo que recibió de parte de sus acompañantes. El joven no hizo más que asentir y se dirigió directamente hacia la sonrojada Yuuma.
¡Issei-kun! – un alegre saludo provino de ella
Correspondió el gesto con uno menos alegre no le gustaba mucho lo que se vendría después pero era necesario.
Amano-san, debemos hablar… - la seriedad en el castaño sorprendió un poco a la jovencita – Por favor sígueme…
Con el rabillo del ojo pudo observar que Aika alzaba su pulgar y Yui le decía adiós de manera timida, el silencio que rodeo a la pareja era un tanto incomodo para ambos, no tardaron mucho en llegar a un terreno baldío que estaba bastante escondido de los ojos curiosos.
I-Issei-kun, ¿No crees que vamos muy rápido? – el nerviosismo en Yuuma era evidente – Al menos en un par de días
Lo siento… - el chico hablo pausadamente – Pero confundí las cosas… yo creía que me invitabas a salir a algún lado, no para ser tu novio.
Yuuma dio un paso atrás sorprendida ante el evidente rechazo del chico, eso hizo que su rostro cambiara repentinamente, ya no estaba la nerviosa pelinegra de hace unos instantes sino que sus ojos reflejaban el rencor que sentía dentro de ella.
¡ME ESTAS JODIENDO! – Issei parpadeo un par de veces mientras escuchaba la rabieta de la pelinegra - ¡UN PENDEJITO COMO TU ME RECHAZA A MÍ!
La situación estaba tornándose entre extraña y peligrosa, el joven castaño pudo notarlo rápidamente, con discreción metió una de sus manos en su mochila, buscando un objeto en particular.
¡NUNCA ESTUVE DE ACUERDO CON EL PLAN DE LA NOVIA! – "Yuuma" pateaba el suelo de manera furiosa - ¡LA PUTA DE KALAWARNER HA DE ESTAR RIENDOSE A MIS ESPALDAS! – sus ojos negros se posaron en Issei - ¡NO IMPORTA… PENSABA MATARTE DE UNA FORMA "AMABLE"… PERO RECHAZARME FUE UN ERROR!
De su espalda brotaron un par de alas negras, las cuales dejaron caer unas cuantas plumas al ser invocadas de manera abrupta, Issei se mantuvo quieto en su lugar, mientras cogía lo que buscaba dentro de su mochila.
¡¿Acaso te sorprendió la gloriosa forma de Raynare-sama?! –la arrogancia se desbordaba en el tono de voz de la ahora Raynare – Eso te pasa por pasarte de listo, pendejito…
El silencio rodeo a ambos por un periodo de tiempo, hasta que la propia Raynare fue la que lo rompió bastante enojada.
¿No piensas preguntar que soy? – la chica con alas estaba confundida por el extraño mutismo del muchacho
Eres un ángel caído – respondió Issei ganándose una mirada de sorpresa por parte de Raynare – No eres la primera que veo
Ya veo – aquello solo avivó el enojo en la pelinegra – Entonces ya sabías que era yo… por eso me rechazaste
Negando con la cabeza, Issei aclaró las dudas del ángel caído lastimando más su orgullo, en una de sus manos apareció una larga lanza hecha de luz, aquello hizo que el castaño diera un paso hacia atrás, aquel movimiento fue suficiente para que alertara a Raynare e hiciera su movimiento.
Lo siento, chico pero te tienes que morir – la ángel caído hablo con fingida compasión – Si debes de culpar a alguien que sea Dios por darte "eso" que causó tu muerte.
Rias y Akeno se apresuraron para localizar a Issei, nunca se imaginaron que el joven haría algo tan imprudente como rechazar a una linda chica justo en el primer día, pero ponía en evidencia que no era una persona que pensara con normalidad. Gracias a que varios alumnos vieron la dirección que tomó, fue muy fácil dar con el lugar al que se había dirigido. Cuando llegaron al lugar, esperaban ver un escenario completamente diferente al que tenían frente a sus ojos.
El cual consistía en un chico moribundo y una ausente ángel caído, mas no una ángel caído completamente descuartizada y a un castaño sosteniendo un cuchillo sin siquiera mostrar preocupación, sobre un charco de sangre de la última. Las palabras de Koneko cobraron sentido, Rias no les prestó atención pero ahora lo hacía.
"No me gusta el aroma de Issei-sempai… ya que es el olor a la muerte".
Hola, es la primera historia que escribo de manera oficial y estoy emocionado de presentarselas; espero que sea de su agrado, decidí meter elementos de un anime que recien me ví y de allí obtuve la inspiración necesaria. Bueno espero sus opiniones y criticas. Que pasen un buen día.
