Dos cuerpos, un alma Chapter 1: Visita Nocturna, a harry potter fanfic

Este fanfiction es del tipo YaoiSlash, lo que significa que se describen escenas de amor, romance, sexo y violación entre hombres. Si el tema no es de tu agrado, te pido cordialmente que te retires. Estás avisado, no acepto reclamos.

Si disfrutas del Yaoi/Slash tanto como yo solo me queda advertirte que si eres fanatico de Percy Weasley este fic no es para ti.

Ahora, si aún quieres leer, estás en libertad de hacerlo.

Dos cuerpos, un alma

by Emiko Mihara

1° Capitulo "Visita a la medianoche"

La habitación estaba en penumbras y parecía ser que el mayor de los gemelos dormía. Entonces, con el mayor de los sigilos y después de lanzar un hechizo silenciador alrededor del cuarto, entró. Sí, parecían dormidos. Con el mismo cuidado con el que entrara, se arrodillo en la cama más cercana a la puerta: la de Fred. El chico de catorce años estaba despierto. Acostado de lado, dándole la espalda; sus piernas levemente flexionadas, igual que su espalda; sus brazos, uno debajo de la almohada, otro frente al rostro. No dejaba de temblar. Su mirada estaba perdida en la pared de enfrente, más precisamente en la cama de su gemelo.

- Buenas noches... – pronuncio en su oído muy lentamente. Le gusto sentir el estremecimiento del menor en respuesta - ¿Me esperabas?

Fred no contesto con palabras, solo se limito a asentir débilmente, sin siquiera girarse.

Cerró los ojos con fuerza y contrajo todo su cuerpo al sentir los primeros toques. Un frío y delgado dedo subía y bajaba por su brazo descubierto. Era una noche de verano especialmente calurosa, por eso no llevaba puesto más que la parte de abajo de su pijama. A ese frío y solitario dedo se le unieron otros, hasta que pudo sentir toda la mano del mayor acariciar su brazo.

- Mmhh... – dijo con casi disgusto – Te he dicho que me gustaría que me recibieras de otra forma... – le susurro de nuevo al oído, acariciando su vientre con una mano, mientras se acomodaba acostado a su lado. Levanto su varita por sobre ellos y haciendo un movimiento que rodeo la cama, pronunció: ¡Silencius! Un débil fulgor azulado salió de ella y los cubrió, formando una burbuja a su alrededor. Ya nadie podría oírlos.

El mayor comenzó a bajar el pantalón pijama de Fred con ansias de ver esa piel blanca iluminada por la luna menguante. Besaba la espalda delgada y temblorosa. Disfrutaba de su miedo. Eso era lo que más le gustaba.

El menor tenía los ojos clavados en la cama de su gemelo. George estaba profundamente dormido, de espaldas y ajeno a lo que estaba pasando en ese, el cuarto que compartía con su hermano. El menor de los gemelos no dejaba de verlo, intentando, como muchas otras veces, llamarlo con el pensamiento, para que lo ayudara. Pero como muchas otras veces, nada paso. George siguió durmiendo tranquilamente, ignorando por completo el llamado desesperado de Fred.

Termino de bajar por fin el slip. Todo era más difícil debido a la posición en la que Fred estaba, pero no importaba, cuando menos, no demasiado. Se acerco más a él, haciendo que su pecho se pegara a la delgada espalda. Fred volvió a estremecerse. Pudo sentir el miembro de Percy contra su trasero. Estaba duro y palpitante. Cerro de nuevo los ojos, pero esta vez para no dejar escapar ni una sola de las lagrimas que comenzaban a amontonarse en ellos. Apretó los dientes y los puños, cuando sintió la invasión. No le provocaba dolor. Hacía mucho que no sentía dolor.

- Fred... – lo llamo Percy al oído con voz ronca - ¿Te gusta? – se mofó, comenzando a envestirlo, levantando una de las piernas del gemelo para así llegar más adentro.

Lo único que el chico hacía era cubrirse el oído con la mano libre, para no escuchar los jadeos de ese, su hermano, mientras apretaba la cabeza contra la almohada. Todo terminaría pronto. Lo sabía.

- Ahh.. ahh... aahh... - comenzó a jadear más fuerte, a medida que entraba más y más en ese cuerpo que estaba tan acostumbrado a él.

Cada vez más fuerte y más profundo, sin encontrar ninguna resistencia por parte del menor, que se dejaba hacer. No por que pudiera negarse. Ya lo había intentado, sin lograr más que golpes y cortes en recompensa. Nunca más lo intento, después de la primera vez.

El solo recuerdo de esa primera vez, hacia que cada fibra del cuerpo de Percy se excitara más y más. Esa entrada que él desvirgó. Ese cuerpo que solo él poseyó. Los gritos. Las lagrimas. Las suplicas. Todo lo encendía aún más.

Con las imágenes en su mente, envistió con todo lo que le quedaba, hasta por fin descargarse dentro de Fred, que gimoteó débilmente al sentir el liquido caliente invadir su interior. Todavía tenía la vista fija en la cama de su gemelo.

- Exquisito... Como siempre. - dijo con una sonrisa socarrona en los labios, saliendo de él.

Volvió a recostarse a su lado, tomando la varita de la mesa de noche. Miro al chico por unos segundos y se percató de a donde miraba. Sonrió en la oscuridad.

- Finitem Incantatem. - pronuncio elevando la varita. De nuevo la luz azulada, pero esta vez, regresando a la varita. Se acerco al oído de Fred - No eres nada para él. - le susurro, viendo con orgullo como dos lágrimas escapaban de sus ojos almendra.

Se levanto en silencio, aun con la sádica sonrisa en los labios y dejo la habitación. En ella, un gemelo dormido. En ella, un gemelo llorando.

Continuara...