Nabiki Nibunnoichi
"Diario De Una Mujer De Negocios"
Hola, mi nombre es Nabiki Kuno, estoy titulada como Contadora Pública más sin embargo no estoy ejerciendo... bueno, no oficialmente, me dedico a administrar la enorme fortuna de la familia Kuno, ahora mi familia. Siete años hace ya desde que viví en el dojo Tendo y papá nos llamó para anunciarnos que llegaría un prometido... al final se decidió que él sería para mi hermanita menor y hace un año me casé con Tatewaki y fui a vivir a la lujosa mansión que en ese entonces compartía con Kodachi. Ahora tenemos nuestra propia ostentosa residencia en la que vivimos nada más nosotros dos. No tenemos hijos y la verdad no me entusiasma mucho la idea de tenerlos, bueno, por lo menos no con mi esposo.
La verdad es que estas últimas noches no he podido dormir por pasarlas reflexionando acerca de lo que he hecho con mi vida. Se supone que por fin he conseguido todo lo que he deseado: más dinero del que puedo gastar. Desde muy pequeña me he dedicado a reunirlo y mi pequeña fortuna llegó a su cumbre el día que me casé con Tatewaki y sus propiedades se convirtieron en "nuestras". Durante este tiempo me hizo feliz el trabajar, invertir y ganar aún más... he progresado bastante en cuanto a materia de dinero se refiere. Pero últimamente llega la noche y me encuentro con que esa felicidad era totalmente pasajera, al cabo de un tiempo he descubierto que ya no es suficiente.
Pero ¿Por qué? La respuesta es tan sencilla que hasta a mí me da vergüenza admitirla... y es que desde que tengo uso de razón pensé que era una total tontería y que jamás iba a caer en eso. Hace unas semanas se hizo una reunión en mi antigua casa para celebrar la graduación de mi hermana menor y su prometido, al mismo tiempo también mi padre y el tío Genma aprovecharon para anunciar el próximo casamiento de los muchachos. Obviamente, la noticia recorrió toda Nerima y se desató un conflicto entre las otras "prometidas" de Ranma y en mi cuñada Kodachi. Por su parte también hicieron su aparición los pretendientes de mi hermana menor. A pesar de todas las quejas y protestas, mi papá y el tío no se dejaron intimidar y prosiguieron con los preparativos de la boda. Los novios han permanecido neutrales hasta ahora, incluso han obedecido en poner de su parte haciendo una que otra diligencia para los arreglos de la ceremonia.
Desde ese día he notado a mi esposo algo inquieto. No es ningún misterio para nadie lo que él sintió y quizá sigue sintiendo por mi hermana menor. Ahora que ella está tan próxima a contraer matrimonio con otro hombre, él se siente muy confundido, pero no puede quejarse, él se casó primero con otra mujer. No cabe duda que es verdad que no me casé enamorada y que sabía perfectamente bien que mi esposo no sentía quizá nada más que compañerismo o amistad por mí, sin embargo, el verlo así comienza a afectarme de una manera que jamás imaginé. A pesar de que lo sabía, nunca había sido tan visible, inclusive casi al grado de ser tangible, el hecho de que él no me ame de la forma que se debe amar a una esposa... y duele... realmente duele.
Pero no duele porque yo sienta algo especial hacia él, duele porque quisiera no haberme casado nunca con Tatewaki, por primera vez en mi vida me doy cuenta del valor del amor en el matrimonio y deseo haberme casado con alguien a quien pudiera amar y que me amara aunque me hubiese costado más tiempo y más trabajo reunir la cantidad de dinero que poseo ahora. Duele irme a la habitación y acostarme junto a un hombre que ni siquiera nota mi presencia o no la quiere notar. Que sueña con otra mujer mientras duerme a mi lado y cuyas manos son frías, cuyo corazón no tiene espacio para mí en el lugar donde debería tenerlo, que no me mira con esos ojos cálidos ni me sonríe de manera especial. Y, especialmente, duele porque sé que ese alguien a quien yo pude haber amado realmente existe... y además no me ama.
Ese hombre es Ranma Saotome, sí, es verdad, ni siquiera yo pude resistirme ante su increíble poder de "seducción". No sé qué es lo que tiene que nos tiene locas a todas. Muchas veces me he sentido tentada a volverme su amante pero sé que eso lastimaría mucho a Akane y es por ella por quien me metí en todo este lío. El compromiso de Ranma no estaba oficialmente establecido con ella, sino con una de las hijas de la familia Tendo, pudo haber sido muy fácil decir un día "Muy bien, en vista de que ustedes dos se llevan tan mal y se rehúsan a casarse, yo seré la que se case con el Saotome y asunto arreglado" claro que también podría haber resultado al revés y con eso lograr que ellos por fin confesaran sus sentimientos, porque yo sé bien lo que esos dos sienten el uno por el otro. En vez de eso decidí ayudarlos un poco y sacar del camino a uno de los rivales, claro que era el que menos oportunidades tenía de intervenir seriamente en el enlace pero para mí, claramente significaba un jugoso premio de consolación.
Pensé que con el dinero que obtuve y con el paso del tiempo, mi absurdo amor hacia el prometido de mi hermanita se iba a perder. Ahora comprendo lo equivocada que estaba, y es que desde el día en que la idea de una boda entre ellos dos dejó de ser un lejano espejismo para convertirse en un hecho concreto, mi esposo no es el único que empezó a sentir que algo se le revolvía desde el fondo de las entrañas. A mí también la noticia me cayó como balde de agua fría (y lo bueno es que yo no me transformo en alguna criatura como esos pobres incautos que cayeron en los manantiales de Jusenkyo), por supuesto que el sentimiento me tomó desprevenida. Ciertamente esa reacción era lo que menos me esperaba, ahora no puedo dormir y me imagino, al ver el cuerpo tenso e inusualmente inmóvil de mi compañero, que él tampoco logra conciliar el sueño.
No hemos hablado al respecto, ninguno de nosotros ha considerado necesario admitir frente al otro lo que es obvio (aunque dudo mucho que Tatewaki, tan torpe y despistado como sólo él puede ser, haya notado cambio alguno en mi persona y mucho menos que se imagine el por qué de mis reacciones, eso aunado a la poca atención que me presta). Si tan sólo pudiera aprender a querer a mi cónyuge... o si él pusiera un poco de su parte para encontrar lo que hay en mí de Akane y quererme un poco más. Pero es imposible, sé con certeza que lo nuestro nunca va a funcionar, en parte por la poderosa obsesión que él tiene por mi hermana, que si no ha podido deshacerse de ella después de todos estos años, nunca lo hará, y en parte por este tonto sentimiento que igualmente está tan sembrado dentro de mi ser como su obsesión.
Es tan fuerte que siento que no puedo con él. He hablado mucho con mi cuñada, ella también está sufriendo mucho. Sé que es una loca de remate sin remedio pero nos hemos hecho muy buenas amigas desde el tiempo que estuvimos compartiendo la mansión y me he dado cuenta que detrás de esa demencia existe una mujer que siente (quizá demasiado intensamente) y que puede resultar una buena compañía en una mansión tan enorme y vacía. Ella me ha confesado que en gran parte fue su intervención la que persuadió a mi marido de casarse conmigo y resignarse a no tener nunca a su amor platónico (obviamente él ahora se debe estar revolcando arrepentido por su falta de perseverancia), más sin embargo ella no ha sido capaz de someterse a su propio consejo aunque sepa que a su vez, ella es la que tiene menor oportunidad de interponerse en el matrimonio de Akane y Ranma.
No sé si es por buena voluntad o por tratar de sentirme un poco más involucrada en el asunto y ver dónde puedo entorpecer... ¿De qué estoy hablando¡Es mi propia hermana la que se va a casar! Bueno, el caso es que nos ofrecí a mí y a Tatewaki para ser padrinos de anillos y salimos con los próximos esposos a escogerlos. Ahí fue cuando pude ser testigo de algo que si bien ya sabía, no me imaginaba llegar a ver con mis propios ojos. Ranma y Akane realmente quieren casarse, a lo largo de todas las joyerías de Nerima que recorrimos caminaron tomados de las manos y veían los anillos emocionados y felices. Él es tan tierno y caballeroso con ella que realmente me hace sentir mal lo desatento que es Tatewaki conmigo. No es que me trate mal pero tampoco se desvive en atenciones como lo hace el heredero de la escuela Saotome de lucha indiscriminada con mi hermanita.
Lo único que pude hacer fue quedarme a ver cómo él la abrazaba por la espalda y veía los anillos por encima del hombro de Akane mientras ella levantaba los que más le gustaban para acercárselos y le sonreía preguntándole que opinaba. Mi marido no lo soportó y salió de la tienda a esperar en la entrada con la mandíbula tan apretada que casi se trituraba los dientes por la presión y las venas del cuello a punto de reventar. Ellos me llamaron para que les diera una opinión y me excusé diciendo que iría en busca del otro padrino para que también participara en la elección. Una vez en la entrada tuve que presionar mucho para que él accediera a entrar de nuevo a la joyería, y después de un largo rato de mucho esfuerzo lo convencí y nos disponíamos a ingresar cuando vimos desde lejos que la encargada se iba a la bodega para buscar más anillos y en ese momento explotó la bomba: la novia se volteó hacia su futuro esposo y rodeó su cuello con los brazos, él la apretó por la cintura y lentamente se fueron acercando hasta fundirse en un beso no tan profundo ni apasionado, más bien furtivo pero suficiente como para servir de catalizador.
Mi cónyuge no pudo soportarlo y se olvidó absolutamente de todo, por un momento se trastornó completamente, otra vez era "El Relámpago Azul de la escuela Furinkan" y retó a Ranma a un duelo a muerte por el amor de mi pequeña hermana. A pesar de que no cargaba su espada en ese momento (desde que nos casamos fui muy estricta con respecto a esa molesta manía que tenía él de ir a todos lados con su uniforme de Kendo y ese ridículo palo de madera) le arrebató la escoba a la empleada del negocio contiguo que estaba barriendo la entrada en ese momento y arremetió en contra del muchacho con toda su furia. Él se limitó a contraatacar con una patada en la cara adelantándose un poco para que Akane quedara fuera del alcance de la espada improvisada de mi impulsivo esposo y lo lanzó fuera de la joyería antes de que rompiera algún aparador.
Tatewaki estaba cegado por la ira y berreaba versos medievales ininteligibles en contra del prometido de mi hermana mientras nosotras los mirábamos desde la puerta. La empleada de la tienda de al lado había entrado corriendo a su establecimiento presa del terror y la de la joyería que había vuelto con una caja de anillos de la bodega la soltó para taparse la boca con asombro cuando vio la forma tan salvaje y violenta en que Kuno atacaba y la expresión de tranquilidad en la cara de Ranma. Por suerte, mi pequeña hermana tiene algo de habilidad física y reflejos así que alcanzó a atrapar la caja antes de que esta colisionara contra el piso. Tatewaki jamás había podido derrotar a Ranma y ese día no fue la excepción, él no quiso jugar ni divertirse un rato con mi cónyuge porque consideró la ocasión poco apropiada y decidió terminar rápido con el duelo.
Después de dejar a mi marido inconsciente en el suelo, tomó la escoba y se la fue a devolver a la aterrada jovencita del comercio aledaño que estaba escondida tras el mostrador y se disculpó con ella. Yo me acerqué a mi marido para tratar de hacerlo volver en sí, levanté su cabeza sobre mi regazo y le pegué ligeras palmaditas en las mejillas aunque en realidad tenía ganas de asentarle unas buenas bofetadas, mientras Akane se dispensaba amablemente con la encargada de la joyería por todo el alboroto y por no comprar nada por el momento. ¡Fue tan vergonzoso! Aunque admito que yo también sentí tanta furia como él al verlos besarse, tuve que poner todo mi empeño para retener las lágrimas de ira y dolor, debo agradecerle pues atrajo toda la atención hacia sí con su escenita y gracias a eso nadie notó la expresión de celos que no logré contener por la intensidad del sentimiento. Cuando despertó mi esposo nos dirigimos todos al dojo Tendo. Al parecer Tatewaki recuperó la cordura al despertar pues se limitó a caminar en silencio y nadie se atrevió a pedirle explicaciones por su comportamiento anterior... bueno, tampoco pronunciamos palabra alguna.
Nos recibieron mi papá y el tío Genma, sobre la mesa se encontraban los prototipos de las invitaciones, los presupuestos de varios lugares de comida y muchas fotos de pasteles de boda. Al parecer optaron por una boda estilo occidental y no por la ceremonia tradicional. Kasumi estaba en la cocina preparando la comida con su pequeño hijo en brazos mientras su hijo mayor se había ido con el doctor Tofú a investigar los precios de los trajes de noche para los hombres. Akane y Ranma habían sido bastante reservados a partir del incidente y ya ni siquiera se tomaron de las manos para no volver a verse envueltos en una situación incómoda. Yo no encontraba en dónde esconderme por la vergüenza y tuve que pellizcar severamente a mi esposo para que no intentara irse a casa y dejarme sola frente a toda la familia.
Ese día regresamos a casa sumidos en un silencio aún más profundo y sepulcral que el de costumbre. La extensa mansión parecía aún más lúgubre y solitaria, casi como un edificio abandonado, si alguien hubiera pasado por ahí, pensaría que ninguno de los dos estaba en casa. Él se dirigió a la habitación en cuanto entramos y ni siquiera me tomé la molestia de preguntarle si apetecía cenar, lo que menos necesitaba en ese momento era sentirme ignorada o despreciada, irónicamente, lo que sentía iba más allá del desprecio o el abandono. No sé ni para qué caminé hacia la cocina, aunque hubiera tenido frente a mí los más apetitosos manjares no hubiera podido pasar ni un bocado... y tampoco sentía ánimos de cocinar. Me serví un vaso de agua prácticamente para no sentir que mi viaje hacia la cocina hubiese sido en vano.
Habíamos rechazado la invitación de Kasumi de quedarnos a cenar con la mentira de que ya nos habíamos puesto de acuerdo con Kodachi, la idea de una cena con ellos era simplemente inaceptable. Estoy segura de que Kuno jamás hubiera soportado ver cómo Akane le daba de comer en la boca a Ranma o que ambos comieran del mismo plato, aunque tampoco creo que ellos lo hubiesen hecho después de la escenita que les armó mi marido en la joyería. De todos modos, el verlos juntos era una constante tortura para mí, fueran o no cariñosos el uno con el otro, para mí había sido suficiente lo que vi esa tarde... sabía que Tatewaki no estaba dormido pero no quería verlo en ese momento así que me senté en el comedor con mi vaso de agua intacto, terminé por lanzarlo contra la pared sin haber bebido ni un solo sorbo y rompiendo a llorar mientras los fragmentos de vidrio se esparcían por el piso y el agua se derramaba mojando el muro hasta llegar al suelo.
No sé cuanto tiempo estuve ahí ni si me quedé dormida pero ni siquiera me tomé la molestia de asomarme para ver el alcance del desastre de mi lanzamiento. Subí las escaleras agotada y encontré a Tatewaki hecho un bulto sobre la cama, no estoy segura de si estaba llorando o si escuchó el ruido de la colisión pero de lo que sí puedo estar segura es de que no estaba dormido. Nunca fuimos realmente un matrimonio, ahora que los dos estamos pasando por un momento difícil lo más lógico hubiera sido que buscáramos apoyo el uno en el otro. Pero no, no él y yo, esto jamás va a funcionar. Ni siquiera me creo capaz de poder hacerlo sentir mejor, así como tengo la certeza de que él no podría hacerme sentir mejor a mí.
No sé hacia donde estamos yendo, lo único que sé es que vamos de mal en peor ¿A dónde vamos a llegar¿Qué es lo que sucederá cuando ya estén casados? O peor aún, cuando tengan su primer hijo y nos inviten al cumpleaños del sobrinito... creo que a estas alturas lo más saludable sería que nos fuéramos a vivir a otro país pero ¿Podría la distancia curarnos de esta enfermedad? No lo sé, pero tampoco me gustaría condenarme a vivir, por lo menos durante un tiempo mientras nos adaptamos, enfrascada en una casa con Tatewaki como mi única compañía... eso sí sería el acabose.
Notas de la autora
Mua, ja, ja, ja ¡Aún no se deshacen por completo de mí¿Qué puedo hacer? Me gusta delirar, y dentro de mis alucinaciones invento historias absurdas que luego nacen en forma de escritos como éste. Por ahora tuvieron suerte porque no me alcanzó el rollo para un fic de varios capítulos y se quedó en historia corta pero VOLVERÉEEEE JAAA, JA, JA, JA...
Lo siento, me emocioné... ejem, como les iba diciendo... si alguien quiere mandarme algún comentario, queja, duda, insulto, patada en el trasero o lo que sea me pueden mandar un review o si lo prefieren, escribir a WarriorZun(arroba)Yahoo(punto)Com(punto)Mx y sigo insistiendo incansablemente que el que me mande virus se las va a ver conmigo (de todos modos no les va a servir de nada porque no tengo Internet en mi casa y la máquina infectada será la del cyber JAAA, JA, JA, JAAAA...) risa diabólica de nuevo
Bueno, ya, haciendo a un lado las payasadas me despido esperando que no les incomode tanto mi "trabajo".
LunaGitana
