Pequeña aclaración. La historia está situada después del time skip y contiene algún spoiler, pero muy pequeñito.
Espero que disfruten leyendo tanto como yo disfruté escribiendo esto.
¡Ah! ¡Feliz año nuevo!
I.
–¡Nico Robin! –La voz de un hombre a sus espaldas le sobresaltó,– el jefe la busca. ¿Qué hace aquí?
La morena simplemente sonrió y cogió entre sus manos el pedazo de tela que había encontrado en aquella despensa.
–Dile a Dragon que enseguida estoy con él, tengo que ir a dejar esto a mi habitación.
Habían pasado seis meses desde que Robin había subido al barco de los Revolucionarios y le habían dado la libertad de entrar a cualquier habitación. Pero, a decir verdad, nunca hubiese esperado encontrarse aquello en aquel barco.
...
Hacía poco más de dos años desde aquella visita a la despensa del barco de los Revolucionarios. La arqueóloga se encontraba en cubierta, acompañada por las estrellas. Todos dormían tranquilamente, mientras ella se dedicaba a dar los últimos retoques a aquel pedazo de tela que encontró en el barco de Dragon. Todavía recordaba como se rió el jefe de los Revolucionarios cuando ella le pidió si podía quedarse aquellos retales.
Después de mucho esfuerzo, consiguió enhebrar la aguja y dar las últimas tres puntadas. Cuando lo hizo, mordió el hilo rojo para poder cortarlo y observó el resultado de dos años de pelea entre hilos, agujas y dedales.
La morena sonrió satisfecha, el regalo estaba listo.
...
–¡No quiero quedarme en el barco! –Chilló Luffy– ¡Soy el capitán!
–¡Pero también un tripulante más! –Replicó Nami golpeando a Luffy en la cabeza.
El moreno se quedó sentado en el suelo, con el sombrero de paja entre las manos, los mofletes hinchados para mostrar su desacuerdo y un chichón considerable en la cabeza.
–No se enfade capitán, –intervino Brook para suavizar la situación– volveremos enseguida, sólo hemos parado en esta isla para conseguir algo de víveres para pasar el próximo mes.
Luffy aceptó a regañadientes y permaneció en el barco, sentado en el sitio donde Nami le había dejado. El tiempo pasaba lentamente.
–Son unos egoístas –se dijo el capitán para si mismo–, yo también quiero visitar el pueblo.
–No te has perdido nada –dijo una voz a sus espaldas–, no hay pueblo, simplemente un mercadillo sin mucho interés.
Luffy se giró para poder ver a su acompañante. Realmente, el pueblo no era nada del otro mundo. La morena había ido a buscar algún que otro libro, pero no encontró ni una sola tienda donde comprarlos, así que decidió volver al barco.
–Puedes ir al pueblo, –dijo con una sonrisa– yo me quedaré a vigilar el barco.
Luffy negó con la cabeza.
–Si te quedas conmigo, ¡ya no será tan aburrido!
Esas palabras sorprendieron a la morena. Después de dos largos años, seguía siendo el mismo capitán despreocupado, que no pensaba las cosas cuando las decía. Robin se limitó a asentir con la cabeza y a sentarse en el suelo, a la vera de su capitán.
Luffy observó a la morena en silencio, que leía entretenida. Siempre le había fascinado la quietud que desprendía su nakama, era capaz de pasarse horas y horas sentada, leyendo, sin que sus gritos o los de los demás nakamas le molestasen. La morena se percató de la mirada curiosa que le dirigía su capitán.
–¿Sabes cuando es tu cumpleaños?
La pregunta pilló por sorpresa a Luffy, que abrió los ojos sorprendido. ¿Su cumpleaños? Sabía que Ace tenía uno, un año lo celebraron juntos. Pero…
–¿Yo tengo cumpleaños? –Preguntó el chico con curiosidad.
–¡Claro! –Exclamó la morena con una sonrisa en el rostro,– todo el mundo tiene un cumpleaños. El mío es el 6 de febrero.
–¡Que guay! –Exclamó Luffy con el mismo entusiasmo que anteriormente– ¡pues tenemos que celebrarlo en su día!
La arqueóloga no podía borrar la sonrisa de su rostro. Sin lugar a dudas, Luffy nunca cambiaría.
–Hoy es tu cumpleaños, Luffy.
El rostro del capitán cambió completamente. ¿Sorpresa? La morena descartó esa opción, Luffy sólo se sorprendía por las habilidades de Franky o por alguna máquina útil que viesen. No se sorprendería tan fácilmente. ¿O sí?
–Mi –el capitán vaciló– ¿cumpleaños?
La morena le respondió con una tierna sonrisa, mientras se recolocaba las gafas en la cabeza apartándose el pelo y rebuscaba algo a sus espaldas.
–¿Y qué se supone que he de hacer? ¿Comer? ¡Espero que Sanji me haga una comida especial! ¡Hoy es mi cumpleaños!
Luffy se había levantado y revoloteaba alrededor de Robin, que sostenía un paquete azul entre las manos.
–En los cumpleaños se reciben regalos y este es el tuyo –la morena imitó a Luffy y se levantó, mientras le acercaba el paquete azul.
El capitán cogió el paquete y observó las letras que tenía escritas "¡Feliz cumpleaños futuro Rey de los Piratas! NR". Con nerviosismo, Luffy abrazó el regalo.
–¡Un cojín azul!
Robin estalló en una carcajada que resonó por todo el barco.
–¡Ábrelo! –Le ordenó a Luffy,– eso sólo es el envoltorio.
Cortito y conciso.
Podría haber sido simplemente un capítulo, pero quedaba un poco largo de más.
Espero recibir alguna review, ¡aunque sea sólo una para felicitarme el año nuevo!
Hablando en serio, acepto críticas, como siempre.
Nos vemos en el segundo capítulo. ¿Teneis alguna idea de qué será el regalo?
Gracias por leer,
HanaHana
