Despues de ver el baile de Harry y Hermione se me ocurrio este mini-fic. Hay que darle un mejor uso a esa tienda de acampar o no?


Harry Potter era ahora un hombre de 22 años, reconocido y admirado por ser "el elegido" para derrotar al mago más tenebroso de todos los tiempos: Lord Voldemort. Y con solo 17 años de edad había cumplido su misión. Gracias a él reinaba la paz y la tranquilidad en el mundo mágico.

Después de esa terrible guerra en Hogwarts en donde había muerto mucha gente inocente, continuo con su vida solo, él así lo había querido. A pesar de que su padrino Sirius Black lo invito a vivir con él en su casa de Grimmauld Place Doce, su casi tío Remus Lupin le ofreció ser parte de su familia junto a su esposa Nymphadora Tonks y su mejor amigo Ronald Weasley le propuso compartir habitación en la Madriguera, ninguna acepto. Decidió reparar la casa de sus padres en el Valle de Godric y vivir ahí solo. Porque eso es lo único que quería hacer después de ese terrible día, en donde después de matar a Voldemort había pensado que por fin podría ser feliz pero minutos después todo se volvió negro.

Se encontraba en su oficina revisando unos informes que le había dado su padrino y ahora jefe Sirius Black sobre los últimos mortifagos que aun estaban fugitivos. El como todo un auror tenia como trabajo seguir buscando a los seguidores de Voldemort que habían podido escapar en la guerra al ver muerto a su amo y después de cinco años no habían podido capturar.

Suspiro cansado recargándose en su silla, al día siguiente se cumplirían cinco años de haber derrotado a Voldemort y cinco años en que su vida se había convertido en una pesadilla en la que todavía no había podido despertar.

- Ginny ¿Qué haces?

- ¿Acaso pensabas que te iba a estar esperando? – le decía apuntándolo con la varita - No Harry tu decidiste dejarme…

- Era para protegerte.

- Y te lo agradezco, gracias a tu protección regrese a Hogwarts y me enamore de Draco y he decidido unirme a el.

- No – negaba con su cabeza totalmente aterrado.

- Ginny baja esa varita – le decía el Sr. Weasley.

- ¡NO! Ustedes son los culpables de que nosotros fuéramos unos traidores a la sangre pero Draco me abrió los ojos, YO SOY SANGRE LIMPIA y me avergüenzo de ustedes.

- ¡Ginny ven acá! – se acerco Bill pero ella le mando un hechizo que hizo lanzarlo a metros de distancia.

- Escúchame bien, mataste a Voldemort, arruinaste todos nuestros planes pero aun habemos muchos que vamos a seguir con su legado. No sabes como te odio Potter, por tu culpa no voy a poder disfrutar plenamente el amor que siento por Draco, ojala que te pudras en el infierno – tomo la mano de Draco y desaparecieron juntos.

- ¡Ginny no!

Abrió los ojos aun con el corazón latiéndole a mil por hora. Aun sentía la misma sensación que tuvo ese día con solo recordarlo y aun así no lo podía creer, sentía que todo era una pesadilla y que de un momento a otro Ginny iba a aparecer sonriéndole y diciéndole cuanto lo amaba, pero a pesar de que ya habían pasado cinco años, ese día aun no llegaba.

- Hola Harry ¿puedo pasar?

- Hola Hermione, pasa. Ron no esta – le dijo a su mejor amiga acomodándose de nuevo en su silla como si no hubiera pasado nada.

- Ya se me lo encontré en los pasillos, venia a buscarte a ti.

- Dime.

- ¿Qué vas a hacer mañana?

- Lo mismo que vengo haciendo desde hace cinco años, dar un discurso en donde digo que todos sean felices y bla,bla,bla esperando que todos me aplaudan y me idolatren.

- Me refiero a después de la ceremonia que organiza el ministerio. Melanie me dijo que te invito a salir pero que te negaste.

- Ella sabe perfectamente que ese día quiero estar solo y me supongo que tu también ¿verdad? – le dijo levantando la ceja.

- Tengo planes – le dijo emocionada - ¿recuerdas aquel lago solitario en las montañas donde acampamos cuando estábamos buscando los horrocruxes?

- No me interesa Hermione.

- Ya convencí a Ron, tengo todo preparado, de hecho compre una tienda nueva es mas amplia ¿te imaginas ir a ese lugar maravilloso sin tener miedo y estar preocupados porque nos persiguen? Y lo mejor ¡Con comida!

- Vayan tú y Ron solos.

- Por tu ropa no te preocupes, ya fui a tu casa y guarde en mi bolso algunos pantalones, camisas y calzoncillos.

- No debiste… - le dijo haciendo una mueca de disgusto.

- Ah por cierto tire todas las botellas de whiskey de fuego que tenias guardadas para mañana.

- TE PASAS HERMIONE – le dijo levantándose y golpeando el escritorio con la mano – DEJA DE METERTE EN MI VIDA.

- Tus gritos ya no me asustan, así que ya sabes mañana después de la ceremonia nos vamos tu, Ron y yo, la pasaremos de lujo – le dio un beso en la mejilla y salio de la oficina de aurores exclusiva para Harry y Ron.

- ¡No se como te aguanta Ron!

- Hola mi amor ¿Qué pasa? – entraba a la oficina una chica delgada de ojos color miel y cabello negro ondulado.

- Hola Melanie…Hermione que a veces no la soporto.

- Es tu mejor amiga – le dio un beso en la boca - ¿Qué pasa ahora?

- Quiere manejar mi vida ¿Qué haces por acá?

- Vine a ver a mi novio para decirle que lo amo y que lo extraño – le decía abrazándolo por el cuello – y para saber si habías cambiado de opinión con respecto a mañana, estaba pensando en una velada en la cama – le dijo sonriendo lujuriosamente.

- Hermione ya hizo planes, ya sabes es también un día importante para ellos…para los tres, porque fuimos los tres los que derrotamos a Voldemort.

- Esta bien, hablando de Ron y Hermione estaba pensando en organizarles una fiesta de despedida de solteros, en parejas ¿Qué te parece?

- Si buena idea.

- Es increíble que por fin se vayan a casar después de tantos años enamorados – Harry asintió – bueno me voy a San Mungo que mis pacientes me esperan.

Harry se volvió a sentar en su escritorio viendo hacia la puerta donde había salido su ahora novia, una de las mejores sanadoras del mundo mágico.

- ¿Cuándo se darán cuenta ese par que están hechos el uno para el otro?

- No lo se, pero son unos tontos por no estar juntos como nosotros – le dijo Harry abrazándola por detrás y dándole un beso en el cuello.

- Me encantaría verlos casarse ¿Quién crees que se casara primero ellos o nosotros?

- Nosotros, si esperamos a que Ron le pida matrimonio a Hermione nos vamos a hacer viejos, por mi me casaría mañana mismo contigo.

- ¿Y tendríamos muchos hijos? – le pregunto Ginny sonriendo.

- Muchos, muchísimos.

- No sabes como me gustaría que Ron y Hermione ya fueran tan felices como nosotros.

- Pronto, cuando menos lo esperes estaremos organizando sus despedidas de solteros.

- Sin mujeres Potter.

Se enderezo en su asiento al ver que entraba Ron muy serio, sabia que para el también era difícil esa fecha. Todos los Weasley había hecho el propósito de olvidarse de Ginny. Al comienzo no había sido nada fácil, la Sra. Weasley la buscaba todos los días en la mansión Malfoy pero nadie abría la puerta, ahí pasaba horas y horas, hasta que el Sr. Weasley le prohibió que regresara. El sabia que ella iba a escondidas de su esposo pero nunca tuvo éxito en volver a ver a Ginny, simplemente ella había desaparecido hacia cinco años y nadie, absolutamente nadie la había vuelto a ver o a saber de ella. En la madriguera ya no había ni una sola foto de Ginny y el reloj familiar ya no tenia la manecilla de ella. Simplemente ya no existía Ginny Weasley en el mundo mágico. Pero en su corazón y en su mente ella aun vivía y sabia que Ron pensaba en ella cuando se llegaba la fecha, lo sabia porque reflejaba tristeza en su cara, esa tristeza que Hermione luchaba por que se fuera lográndolo únicamente pasados unos días del festejo por el aniversario de la derrota de Voldemort.

- Aquí estuvo tu prometida.

- Si ¿te dio la gran noticia?

- Si me dijo que pudo convencerte.

- Si claro con una varita apuntándome era muy fácil de convencerme.

- Me lo imagine.

- Tal vez no sea tan mala idea, básicamente nos quiere mantener lejos de la bebida.

- Me dijo que tiro todas mis botellas de whiskey de fuego.

- Deberías de poner hechizos protectores en tu casa para que no entre cuando tu no estas.

- Si claro, me convencería de que los quitara en ese mismo momento. Lo que debo de proteger son las botellas, el año que entra las voy a guardar muy bien y les voy a poner muchos hechizos protectores.

- Pensé que este año tal vez tu…bueno con eso de que Melanie y tu ya son novios.

- ¿Cómo esta tu mamá? – le dijo para cambiar de tema.

- Igual aunque creo que ahora le disimula más, en cambio tú…tu novia se dará cuenta.

- Ella no sabe nada de Ginny.

- Notara tu cambio de comportamiento, siempre cambias para estas fechas.

- Tu también.

- Era mi hermana.

- Y era la mujer que amaba.

- Pero ahora tienes a otra. Intenta ser feliz Harry así como yo lo hago con Hermione.

- ¿Tu crees que ella es feliz? ¿Con Draco?

- Deja de atormentarte.

- A veces me pregunto ¿Qué hubiera pasado si hubiera aceptado que fuera con nosotros?

- Ella decidió ese camino, tal vez no hubiera cambiado en nada. Nuestros padres nos dieron la misma educación a todos y ella simplemente se avergonzó de nosotros.

La ceremonia fue exactamente como los años anteriores. Todos reían, festejaban, comían, bebían, algunos bailaban en cambio Harry, Hermione y Ron únicamente hacían acto de presencia. Después del discurso de Harry donde los aplausos duraban varios minutos bajo del estrado y se encontró con su padrino y sus dos mejores amigos.

- Listo ya vámonos.

- ¿Tienen todo listo para su día de campo? – les sonrío Sirius.

- Si, todo listo – Hermione les mostraba su bolsita.

- ¿Harry puedo hablar contigo un momento en mi oficina? Después se pueden ir directo desde ahí, las chimeneas públicas van a estar llenas y seguro encontraran a alguno que otro pasadito de bebidas que no los dejaran ir tan fácilmente.

Llegaron a la oficina de Sirius, como jefe del cuartel de aurores tenía su propia chimenea. Dentro del ministerio nadie podía aparecerse. Ron y Hermione esperaron a Harry afuera de la oficina para que pudieran hablar tranquilamente.

- ¿Cómo te sientes?

- Es lo mismo que me preguntas cada año.

- Bueno al menos este año vas a hacer algo diferente, no te vas a quedar en tu casa hasta perder el conocimiento entre tantas botellas de whiskey.

- Cosas de Hermione.

- Me da gusto.

- ¿Qué te paso en el ojo?

- Nada, ya sabes ya estoy viejo y me pego donde sea.

- Pues los chicos de la academia dicen que ahora eres peor que antes, los pones a entrenar cada vez mas duro.

- Hay que prepararlos muy bien.

- Pero si ya llevamos cinco años sin ningún ataque, no sabemos nada de que algún mortifago haga algo peligroso. Los informes que me pasaste indican que están escondidos y con la cola entre las patas.

- Voldemort tardo varios años en regresar así que no debemos bajar la guardia.

- Tienes razón ¿Dónde esta Remus?

- Hoy hay luna llena – Harry asintió - ¿Quiénes van a ir al picnic?

- No es un picnic, Hermione que se le ocurrió ir a un lago en donde estuvimos escondidos cuando buscábamos los horrocruxes, no se para que me quiere a mi, debería de aprovechar e irse sola con Ron.

- ¿Qué no va tu…noviecita?

- No y ya te dije que se llama Melanie, si al menos hicieras el esfuerzo por conocerla.

- Lo haría si supiera que estas enamorado de ella – Harry bajo la mirada - ¿Cuándo regresan?

- Lo mas seguro que mañana.

- Bueno espero que se diviertan.

- Si claro – dijo sarcásticamente – gracias.

Se aparecieron justo donde iniciaba el lago, era exactamente igual a como lo recordaban. Las montañas alrededor completamente verdes y el lago con agua cristalina hacían un paisaje perfecto. Hermione le sonrío a su novio y a su mejor amigo.

- Lo que me encanta de este lugar es que nadie viene aquí. Ron ayúdame a armar la tienda.

Harry se quedo parado contemplando el lago, se agacho para tomar una piedra y la aventó hacia el agua.

- ¿Ya te había dicho que estoy enamorada del calamar gigante?

- No, me eres infiel con el calamar – le decía Harry fingiendo enojo atrayéndola hacia su cuerpo para abrazarla.

- Si, antes venia casi todos los días aquí en el lago a decirle que lo amaba.

- No lo puedo creer.

- ¿Sabes como se llama? – Harry le sonrío – se llama Harry Potter y le gritaba que lo amaba.

- Dime como le gritabas.

- ¡Harry te amo! – gritaba Ginny hacia el lago - ¡Harry Potter te amo!

Aventó otra piedra y se sentó para contemplar el paisaje y respirar aire puro. Después de unos minutos llegaron Hermione y Ron, este ultimo con dos cervezas de mantequilla en la mano dándole una a él. Ahí se quedaron los tres sentados frente al lago, en silencio tomándose su bebida tranquilamente.

Regresaron a la tienda porque empezaba a hacer frío. Hermione había preparado una cena especial para los tres. La nueva tienda que había comprado venia completamente equipada y era muy acogedora. Cenaron platicando de los preparativos para la boda, de vez en cuando empezaba una discusión entre Ron y Hermione para que minutos después volvieran a reconciliarse.

Decidieron comerse el pastel de melaza en la salita y Hermione prendió la radio para escuchar música suave. Ron estaba medio acostado en el sillón y Harry tenia la mirada perdida en las llamas de la chimenea, mientras que Hermione empezaba a bailar sola al ritmo de la música comiéndose su pastel. Al ver la cara triste de Harry decidió animarlo un poco, dejo su plato de pastel en la mesa y le ofreció su mano indicándole que quería bailar. El levanto la mirada aun triste y acepto pararse ante la invitación de su mejor amiga. Ella lo condujo hacia un espacio libre y empezó a mover sus brazos para hacer bailar a Harry. No quería hacerlo pero al ver la sonrisa de Hermione y la de Ron le siguió la corriente y empezó a bailar con ella torpemente dando vueltas a lo loco y haciéndola girar. Escuchaba la sonrisa de Hermione y la abrazo recargando su barbilla en el hombro de ella.

- Vamos Harry, vamos a bailar.

- Ginny yo no se – le decía mientras ella ponía un disco de la Sra. Weasley en la sala de la Madriguera.

- Solo déjate llevar por la música, anda ven.

- Bueno pero después no vayas a quejarte porque te piso.

- ¿Lo ves? Es muy fácil.

- Contigo todo es fácil, además lo único que hacemos es abrazarnos y movernos un poco.

- Por eso puse esa música, quería que me abrazaras. Harry prométeme que siempre me abrazaras.

- Te lo prometo.

Hermione se separo de el cuando termino la canción y le sonrío. El la vio con una mirada aun más triste de lo que ya tenia, volteo a ver la salida de la tienda y se dirigió a ella sin decir una palabra.

- Al menos lo intentaste – le dijo Ron desde el sillón.

- No importa lo que haga nunca podré animarlo.

- Dale tiempo.

- Ya son cinco años Ron – se sentó a un lado de su novio y lo abrazo.

- Bueno al menos ya tiene novia, ahora dale tiempo a ella para que lo anime.

Harry de nuevo llego al lago, ahora brillaba con la luz de la luna llena. Ya no podía evitarlo, sus lágrimas ya no podían seguir más tiempo acumuladas en sus ojos. Llevaba cinco años recordándola a cada momento, con cualquier detalle siempre estaba Ginny.

- Me encanta ver la luna, siento como si fuera una manera de comunicarnos – le decía Ginny acostada a un lado de él en el césped de los jardines del colegio.

- ¿Por qué?

- Si algún día que no estemos juntos y ves la luna, yo también estaré viéndola y será nuestro medio de comunicación. Ella te va a decir que pienso en ti en ese momento y que te extraño muchísimo.

- Pero eso nunca va a pasar, tú y yo nunca vamos a estar separados.

- No Harry yo nunca me voy a separar de ti, te amo con toda mi alma.

- ¡GINNY!

Hermione vio asustada a Ron y este se levanto de inmediato casi aventando a su novia. Corrió lo más que pudo al ver que su mejor amigo estaba a punto de dejarse hundir en el lago. Lo abrazo por la espalda jalándolo hacia fuera del agua y cayeron juntos en el césped. Harry lloraba como un niño desesperado pero Ron no lo soltaba, al contrario lo abrazo aun mas empezando a llorar el también.

- ¡Ya no puedo Ron! ¡No puedo más! – gritaba Harry sin dejar de llorar. Hermione llego y se hinco frente a ellos con la cara completamente mojada y lagrimas y mas lagrimas dejaba salir de sus ojos, los abrazo y los tres juntos lloraban sin que nadie los pudiera escuchar.

Se despertaron pasadas las diez de la mañana. Se habían quedado dormidos los tres en la cama principal después de que desahogaran todos sus sentimientos a un lado del lago. Hermione se levanto a preparar un almuerzo y su novio se unió a ella para ayudarle.

- Gracias…a los dos.

- Harry sabes que somos tus amigos y queremos lo mejor para ti.

- Lo se Hermione. No tienes una idea de cómo me ayudo el estar acompañado por ustedes en esta fecha, siempre he estado solo y…la botella – dijo apenado – les prometo que de ahora en adelante haré lo mas que pueda para ser el mismo Harry que era antes.

- Me da mucho gusto – lo abrazo Hermione.

- ¿Qué les parece si dejamos aquí la tienda para después regresar cuando se nos antoje? Al fin y al cabo nadie viene por acá – les dijo Ron.

- Me parece bien.

Sirius entraba a la oficina del ministro Kingsley Shacklebolt a primera hora para darle los últimos informes de los ataques de los mortifagos, porque después de la ceremonia estaban preparados para atacar a quienes salieran de las chimeneas publicas del ministerio, pero él junto con su grupo de aurores tenían bien ubicadas todos y cada uno de los ángulos de esa área, algunos disfrazados de magos y brujas trabajadores del ministerio, y otros con uniformes de aurores.

- ¿Cómo salio todo?

- No tuvimos ninguna pérdida y ningún herido de gravedad, pero al parecer si pudimos herir a uno, vimos como se lo llevaban cargando.

- Cada día me sorprendes más Sirius, no entiendo como es que sabes como, cuando y donde va a ver ataque de mortifagos.

- Eso no es cierto, la ves que atacaron la tienda muggle llegamos minutos tarde.

- Si eso es lo curioso, que cada vez que van a atacar a Harry o algún miembro de los Weasley tienes todo debidamente preparado.

- Tal vez sea una corazonada, recuerda que la líder principal es mi prima Bellatrix y además de eso paso horas y horas revisando cada dato por mas minucioso que sea.

- ¿Le vas a decir a Harry, a Hermione o Ron?

- No, no tiene caso, ellos ya pasaron por muchas preocupaciones como para darles más. Tarde o temprano Bellatrix se va a cansar, no tienen muchos seguidores y con lo que paso ayer creo que van a pensar mejor las cosas antes de otro ataque así, no les conviene perder aliados. Aunque tengo que confesarte que lo tenían muy bien planeado, se nota que llevaban mucho tiempo pensando en como filtrarse en el ministerio.

- Su meta es Harry.

- Si lo se, el año pasado lo querían atrapar en su casa por la noche.

- Pero pusiste hechizos protectores durante el día y así han estado desde entonces.

- Solo fue una corazonada.

- ¿Harry ya lo sabe?

- No aun no, el creo que son contra intrusos para que los reporteros no se acerquen.

Cuando regreso a su oficina Remus lo estaba esperando, se veía cansado y ojeroso pero aun así listo para trabajar. Se preparaba un café mientras esperaba a su jefe y mejor amigo.

- ¿Qué haces aquí? Deberías estar en tu casa.

- Estoy bien, las pociones cada vez me ayudan mas, además quería saber como había salido todo ayer, Dora me dijo que habías puesto mucha seguridad en las chimeneas del ministerio – Sirius asintió - ¿La viste?

- No solo me dejo una nota. Ya sabes desde que discutimos hace como seis meses ya casi no va a la casa a platicar.

- ¿Tu crees que lo haya hecho?

- Supongo que si, la información que me deja es cierta y se supone que solamente los mortifagos con la marca tenebrosa saben de esa información – Sirius negó con la cabeza molesto – pensé que cuando le dijera que Harry tenía novia iba a desistir de esa tontería.

- ¿Le dijiste que Harry tenia novia?

- Si, ya quiero sacarla de ese infierno Remus, cada vez esta mas pálida y flaca.

- ¿Y que te dijo?

- Que ahora más que nunca tenia que continuar, que su sacrificio estaba dando frutos, Harry por fin seria feliz y llevaría una vida normal…claro todo eso me lo dijo con la mirada perdida. Cada vez esta peor…como si estuviera muerta en vida.

- Deberías convencerla para que regrese a platicar, esos días la veía mas animada.

- Siempre regresa después de un ataque para saber si todo esta bien, hablare con ella.

Sirius tomo la nota que estaba sobre su escritorio y la volvió a leer:

Al finalizar la ceremonia en el ministerio.

Chimeneas públicas.

Harry como principal objetivo.

Estarán todos.

Ginny.