Prólogo.

El chico estaba confundido.

-No…no puedo…-.

-Vamos Hiro-dijo la figura frente a el-No es tan difícil. Solo hay dos respuestas "acepto"…o "no"-esta última palabra la agrego con un tono de voz algo molesta.

Hiro se encontraba en un conflicto consigo mismo.

-Te sugiero que te apresures, el edificio no resistirá, las llamas se acercan…-.

-¡Hiro!-se escuchó a lo lejos.

-Chicos…-susurró volteando.

-Ahí vienen chico…no tengo mucho tiempo. Necesito tu ayuda, solo te pido que lo hagas y desaparece de tu vida para siempre…además ¿No crees que sería bueno que vinieras conmigo?-.

-La palabra "bueno" en este caso está sobrevalorada ¿No crees? No puedes asegurarme todo lo que dices, además el ir contigo…me alejaría de ellos…cosa que no quiero-.

-Pero Hiro…no crees que eso… ¿No crees que sea lo mejor?-.

-¿Qué?-.

-Piénsalo, desde que todo esto comenzó has hecho muchas cosas, y la mayoría de ellas malas. Solo piensa en el daño que has causado, en el daño que les has causado. Piensa en lo que le sucedió a tu tía Cass, a Fred…y a Gogo…-.

Hiro se volteó rápido cerrando los ojos.

-¿Recuerdas las escenas? Cada minuto, cada segundo, sus expresiones, el dolor… ¿Lo recuerdas?-.

-¡Basta!-gritó el chico tirándose golpeando el suelo, con una lagrima en sus ojos.

-Y ahora ellos vienen hacia acá…el fuego se está esparciendo, si nos quedamos aquí ¿Crees que van a estar a salvo?-.

Hiro sabía la respuesta: No.

-Además, no solo veas por ellos Hiro, también por ti, piénsalo Hiro…no solo te estoy ofreciendo la seguridad de tus amigos y la tuya…piensa también por tu hermano…-.

El chico miro a la persona quien se inclinaba ofreciéndole una mano.

-¿Y bien?-.

-¡Hiro!-se volvió a escuchar a lo lejos.

Esta vez, no volteo.

Mirándolo a los ojos y tomando su mano firmemente dijo:

-Acepto…-.