Hola! ¿Alguien me extrañó? ¿Nadie? ¡Buuh, ustedes son malos :(! Bueno, ya, no importa. Ahora que por fin estoy medio libre (no, tengo que seguir estudiando para mi examen de admisión, gracias ¬¬) pues no sé, extrañaba escribir sobre Pokémon y más sobre Ash y Misty, al momento en que publico esto, apenas estoy terminando media historia por lo que no les prometo que será como Witch Hunt que era capítulo por día, ahora iré más lento porque tengo más proyectos...en Wattpad, aquí solo será este y HGL2...bueno, sólo este.
Este fic se me ocurrió ya hace seis meses pero hasta ahora se me presentó la oportunidad de hacerlo, está basado en una canción de MCFly llamada "Surfer Babe"
Me alegra estar de vuelta y espero de verdad que disfruten esto, mis queridos Pokéshippers
Disfrútenlo!
Disclaimer: Pokémon y la canción "Surfer Babe" de McFly no me pertenecen, son propiedad de sus respectivos autores.
Surfer Babe
Autora: Valeria Grayson
I
Encuentro
Ash Ketchum
Desde que tengo memoria, mi familia y yo siempre hemos ido a la playa de Porta Vista cada verano, sin embargo, después de que mi madre comenzó su posgrado en antropología, ya no había mucho tiempo de ir. La última vez que fui a esa playa tenía 6 años. Y siempre recordaré esa última visita como la mejor de mi vida.
En la playa de Porta Vista, el sol siempre era intenso, siempre. El cielo azul en el día era precioso, sin olvidar su puerto, el puerto jamás se olvida. Lleno de botes todo el día, era un paraíso. No me extraña que a mi familia le gustara ese lugar. Mamá era una ama de casa ocupada, lo único que supe era que después de tenerme, dejó sus estudios universitarios y se dedicó a cuidarme con ayuda de su papá, es decir, mi abuelo. Pero a veces, mamá y yo íbamos a descansar de la rutina. Está bien, Pueblo Paleta no era un pueblo…rutinario pero salir del pueblo no le hace daño a nadie. En fin, todavía recuerdo ese día, porque ese día, conocí a la que sería el amor de mi vida.
Era un día común y corriente, nada fuera de lo normal en ese lugar. El mismo cielo azul resplandeciente, el mismo sol con sus intensos rayos, podía sentirlos, a pesar de que mamá me había puesto media botella de bloqueador solar. Mamá estaba leyendo una revista para mujeres, de esas que no entendí hasta que cumplí quince años, y yo estaba solo haciendo un castillo de arena.
–Mamá ¿Qué tal mi castillo?
–A ver –mamá retiró la revista de su mirada y la posó en mi "castillo" de arena. –Es precioso amor.
–¿Lo crees? Yo pienso que se ve…disparejo.
–No cariño, no se ve nada mal. –después sonrió. La sonrisa de mamá era hermosa, era de esas sonrisas que te decía que todo estaba bien. Amaba a mi madre.
–Está bien. –sonreí inocentemente. Sin duda tenía apenas seis años.
Entonces, miré el mar. Y veía a los niños nadar, y tenía ganas de nadar aunque a mi edad aún no podía hacerlo solo.
–¡Mamá! ¿Puedo ir a nadar?
–No lo sé Ash. ¿Puedes nadar solo?
–¡Mamá! –repliqué. –¡Ya tengo seis años! ¡Soy un niño grande!
–Hijo, apenas eres un niño. Nadar solo es peligroso.
–¿Aunque sea pisar el agua?
Sí, aún recuerdo la risita que soltó. ¿Tan infantil era?
–Podrás nadar en la piscina del hotel, cariño. Por ahora te quiero ver aquí cerca. ¿Está bien?
Asentí. Enojado, pero obediente. Entonces, empecé a planear algo para poder escapar de mamá un ratito. Tenía un freezbe que llevaba para jugar, entonces, lo tomé y lo aventé muy lejos. Mamá observó eso.
–¡Ash! ¿Qué hiciste?
–¡Perdóname mami! –supliqué. –Iré yo por él.
Para mi desgracia, el freezbe no cayó lejos, por lo que mamá estuvo tranquila cuando vio que solo estaba como a seis metros de distancia. Entonces, cuando corrí por él, escuché un llanto, un débil llanto, cómo de una niña. Me acerqué con cuidado y vi a una niña pelirroja llorando junto a otras niñas más grandes, estaban mirando con decepción a la niña, como si ella hubiera hecho algo malo. Eran tres; una era rubia, la otra tenía cabello azul y la última tenía cabello rosa.
–¡No lloriquees! Eres una surfista terrible.
–Cuando teníamos tu edad, ya sabíamos hacer maniobras mejores que las tuyas.
–¡Vamos Misty! ¡Avergüenzas a la familia Waterflower!
Waterflower…Waterflower…¡Waterflower! ¡La familia de surfistas más famosa de Kanto! Esas niñas eran hijas de la pareja de sufistas más popular en todo el país. ¿Pero que hacían allí, solas?
–Perdónenme –suplicaba la niña dolida. –No supe hacerlo.
–Ah –la niña del cabello rubio se acercó a abrazar a su hermana pequeña. –Está bien, sólo que no nos gusta que no seas como nuestra familia lo dicta. Iremos a comer algo ¿No vienes?
–No ¡Practicaré hasta que me crean buena! –gritó la niña.
–Cómo quieras. –la de melena azul se encogió de hombros y se fue junto a las otras chicas.
Observé a la niña llorar más y más en cuanto sus hermanas se alejaron. Me acerqué a la niña, a consolarla. No sé por qué.
–¿Estás bien?
–¿Uh? –vi su mirada de confusión, con la cual se volvió de exaltación. –¿Quién eres tú?
–Lo siento, vi cómo te trataban esas chicas. ¿Eres hija de los Waterflower?
–Eso a ti qué te importa –ella se limpió las lágrimas. –Lo que hago o no, no te importa. Ahora véte. Necesito practicar.
–¿No eres muy joven para surfear? –pregunté.
La niña, al parecer llamada Misty empezó a reír. Su sonrisa era hermosa, creo que me estaba sonrojando.
–Sí, lo soy, pero mis hermanas quieren que empiece ya a aprender como ellas.
–Ah, entiendo. Pero Yo digo que no te presiones, vas a aprender con el tiempo ¿Está bien?
La niña me miraba como si yo fuera un ángel, entonces, le sonreí.
–Mi mamá debe estar preocupada por mí. ¿Quieres que nos veamos después?
–Claro…¿Qué te parece al atardecer aquí mismo?
–¡Sí! Por cierto, me llamo Ash Ketchum.
–Misty Waterflower, mucho gusto. –entonces, estrechamos nuestras manos.
En la tarde, cuando mamá estaba durmiendo, me aseguré de que estuviera dormida completamente, para poder escapar y verme con Misty. Por suerte, nadie en el hotel vió nada, entonces cuando iba por la piscina me encontré con Misty ¡Estaba alojada en el mismo hotel que yo!
–¡Hey Mist! –le grité. –¡Aquí estoy! –en ese preciso momento, ella se acercó a mí y me abrazó.
–¡Ash! ¡No sabía que estabas aquí! –exclamó.
Ah, no podía sentirme mejor. Me sentía bastante cómodo con Misty a mi lado. Entonces, ella tomó mi mano y nos sentamos al borde de la piscina y metimos nuestros pies al agua, estaba fría.
–Así que...eres la hija de la pareja de surfistas más famosa de Kanto. ¿Eh?
–Ah, eso –Misty se quedó cabizbaja. –Sí, soy la menor de cuatro hermanas, mis hermanas Daisy, Lily y Violeta entrenan desde que tenían mi edad pero ahora quieren que yo entrene. Me gusta surfear, pero…no me gusta que me presionen.
–¿Y tus papás no te dicen nada?
–No, ellos siempre están ocupados. Además, están hablando sobre su retiro para que mis hermanas y yo dejemos su legado. –ella giró hacia otro lado. –¿Qué hay de ti?
–Bueno, mi mamá es antropóloga pero siempre pide descanso para pasar algo de tiempo conmigo…de mi papá no sé nada. Sólo somos mi mamá y yo.
–¿No tienes hermanitos o algo así?
–Nop, soy hijo único. Aunque si me siento solo pero tengo amigos.
–Amigos –el pronunciar esa palabra le dolía a Misty. –Ojala yo tuviera, mis hermanas no dejan que me junte con nadie. No tengo ni un solo amigo.
–¡Yo puedo ser tu amigo! –le dije. Siempre era bueno tener aunque sea un amigo. –Así ya no te sentirás sola y tendrás quién te anime para lograr tu meta.
–¿En serio crees que yo puedo ser una gran surfista cómo mis padres? –en su rostro vi una chispita de esperanza.
–¡Por supuesto que sí! ¡Es más, cuando seas famosa siempre te seguiré! Así, siempre seremos amigos. ¡Seré tu fan número uno!
–Gracias Ash, siempre que surfeé siempre me acordaré de ti y lo mucho que me apoyas –entonces, ella tomó mi mano.
Como era un niño, era imposible que yo sintiera algo por ella. Pero...jamás imaginé lo que me esperaba, para mí. Después se seguir jugando y platicando, prometimos vernos al día siguiente, en la piscina y esperé toda la noche ansioso por verla, en la mañana cuando mamá y yo íbamos a desayunar, la encontré en la piscina.
–¡Misty! ¡Hola!
–Ah, hola Ash. –lucía triste y apagada. –¿Estás bien?
–Ash, ¿Volverás a esta playa el próximo verano?
–¡Ah, por supuesto! Cada año venimos mamá y yo ¿Por qué?
–Ya me tengo que ir, mis papás tienen una competencia de surfeo en Hoenn. –ella se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla. –Ojala volvamos a vernos, Ash Ketchum.
–¿En serio ya te vas? –le pregunté. No quería perder a mi nueva amiga. –Pero Mist…
–Pero te prometo una cosa –me interrumpió. –Cuando crezca seré tan buena surfista y siempre que surfeé me acordaré de ti.
–Y yo siempre me acordaré de ti. Seré tu fan número uno ¿Prometido? –entonces, unimos nuestros meñiques en una promesa.
–¡Prometido!
–¡MISTY! ¡Ya vámonos! –gritó una mujer. Podría ser una de sus hermanas ya que reconocía su voz.
–¡Voy Lily! –ella respondía. –¡Hasta pronto Ash! ¡Te veo el próximo año! –entonces, ella se fue.
En cuanto se marchó la tristeza me invadió pero…¿Saben? Está bien. Ese día me quedé pensando en ella, en mi nueva amiga. Aunque por desgracia jamás la volví a ver, ya no regresé a la playa porque mamá estaba ocupada todo el verano, pasaba el verano en Pueblo Paleta porque por su trabajo ya no podíamos salir. Siempre pensé en Misty, en mi deseo de volver a verla, pero nunca la vi en competencias o algo así, ya nunca supe de ella. O al menos, no durante doce años…
Una cosita...no les garantizo que Ash narre toda la historia porque no la tengo planeada así.
Y bueno, a quién esté leyendo gracias. Aunque por desgracia sólo será este y de nuevo me voy para seguir con mis estudios. Así que por ahora no me despido de ustedes porque esto aún no acaba.
¡Nos vemos en el siguiente capítulo!
Chaito! :D
Grayson fuera xD
