Nota: Los personajes son propiedad de Kurumada y Toei. Este fanfic además de viejo tiene todos los elementos de un badfic, es decir, OoC, anacronismo, exageraciones, clichés, despropósitos al por mayor y hasta estaba en formato script en su versión original. Con todas estas advertencias la gente de bien debería tener el tino de salir de la página, pero si no lo hacen no se quejen. Yo avisé.

La llegada

—¿Para qué diablos nos trajiste aquí Seiya? —Preguntó Hyoga de mala gana al ver el antro al que entraban. Un sitio oscuro, negro con un fuerte olor a humo de cigarrillo y foquitos de colores por todas partes.

—Espero que no sea para otra de tus tonterías —Shiryu miraba alrededor desconfiado —tengo que mucho que hacer.

—¿Qué cosa? ¿Tomar el tiempo que tardas en desvestirte? —Respondió Ikki con su habitual sarcasmo, cambiando rápidamente a otro tono más amenazador —Pero te juro Seiya que si es para meternos en problemas, como ayer que usaste de raqueta al báculo de Saori para sacudir la alfombra del comedor...

—No lo hubiera hecho si alguien no hubiera echado ceniza por todas partes —Seiya soltó su camisa del fuerte agarrón del Fénix

—Sólo quería mostrarle a Shun las maravillas que puede hacer Ikki con un poco de ceniza —Se burló el Cisne

—Esa no es excusa para lanzarme ceniza a los ojos —Se quejó el Dragón —. Por poco me quedo ciego, otra vez.

Se hubiera armado un jaleo de proporciones bíblicas de no ser por un atento mesero que intervino en el momento preciso.

—¿Mesa para cinco?

—La misma de siempre —Seiya se llevó del brazo a sus amigos que se figuraban que no era la primera vez que el caballito alado visitaba ese antro.

—Linda manera de perder el tiempo —dijo Ikki.

—Solo vengo cuando no tengo nada que hacer —respondió Seiya

—Con razón, debes estar aquí todo el tiempo —Como siempre Ikki, el más franco de los cinco habló.

—Lo que nos lleva a cuestionarnos ¿qué haces cuando dices que vas a tomar tu siesta de semanas en los volcanes del Pacífico Sur? —preguntó el Cisne provocando la ira del Fénix

—Ya cállate ganso —respondió Ikki.

—Lo que yo no entiendo es porque nos trajiste a nosotros —dijo Shiryu a modo de desviar el tema.

—Es que hoy es el concurso de Karaoke donde gana el que recibe más aplausos —respondió Seiya ansioso de presentar su plan — y pensé que si ustedes me apoyaban...

—Pero Seiya —dijo Shun con toda franqueza —, tú cantas horrible.

—Gracias por el voto de confianza —dijo Seiya mostrándose muy ofendido.

—Shun tiene razón —dijo Hyoga —. En serio, parece que alguien está asesinando a una cabra.

Y hablando de la cabra, Shura ingresó al local acompañado de Aioros y Afrodita.

—¿Qué haces ustedes aquí? —preguntó Shiryu —¿A ustedes también les llamó Seiya?

—Como si Seiya nos diera órdenes —dijo Afrodita—. Han venido a verme cantar.

—¿Por qué me pasan estas cosas? —dijo muy acongojado Shura.

—Eso te pasó por hacer apuestas tontas —respondió Afrodita —, agradece a tu amiguito Aioros.

—Yo cómo iba a saber que Afrodita era tan buen nadador —dijo Aioros muy arrepentido de sus pasadas acciones.

—Soy el santo de Piscis —dijo con satisfacción Afrodita —, debiste tomar en cuenta ese detalle.

—Pensé que sería una buena manera de ganar un nuevo televisor —dijo Shura —, eso me enseñará a no apostar a lo que pida ganador.

—No te quejes —habló Hyoga —, Afrodita pudo haberte pedido cosas peores.

Aoiros y Shura intercambiaron miradas y de pronto se sintieron un poco aliviados.

—A propósito ¿qué hacen aquí ustedes? —preguntó Aioros.

—Es por Seiya —respondió Shun —, él me pidió que viniera.

—Solamente vine porque dijo que habría tragos gratis —dijo Ikki.

—Era esto o quedarme en casa y bañar a los escorpiones de Milo —Hyoga también explicó.

—Yo no quería ir a casa del maestro Dokho —Shiryu fue sincero —. Desde que ha estado queriendo mostrarme un gran invento como es "la electricidad", se la pasa volando cometas para que le caiga un rayo y mostrarme.

—Pues les digo de comienzo que ustedes no tienen ninguna oportunidad en este concurso —Afrodita amenazó.

—No pensamos participar —dijo Hyoga —, solamente Seiya hará el ridículo en público, una vez más.

—Pues díganle al caballo alado que yo pienso participar y ganar —Afrodita ni siquiera se dignó a mirar a Sieya.

—Claro que no —la voz grave y fuerte de Aldebaran retumbó en el antro —, el que va a ganar voy a ser yo.

—¿Qué haces aquí Aldebaran? —preguntó Shura —, ¿Ya no hay comida en la casa de Mu?

—Sí hay —respondió Mu qie venía acompañado de Máscara de la Muerte —, pero a Máscara y a mí se nos ocurrió decirle a Aldebaran que había un concurso de canto para ver si nos librábamos de él

—Lo malo fue que insistió tanto que no pudimos negarnos a acompañarlo —Máscara añadió.

—Ustedes saben cómo pone esa cara de buey que va al matadero —terminó su explicación Mu.

—Al menos Seiya tiene un chance de no terminar último —dijo Hyoga —, con Aldebaran la cosa estará reñida.

—¿Por el último lugar? —preguntó Ikki —. Será una batalla épica.

—Pero yo no quiero terminar último —explicó Seiya —, yo pensaba ganar.

—Eso sí que no Seiya —Saga ingresó al recinto—, yo ganaré el concurso.

—Saga ¿tú también vas a participar? —preguntó Mu.

—Sí, y le voy a ganar a esa copia barata de Kanon —respondió el gemelo.

—Claro que no —La voz de Kanon se oyó en el lugar cuando hizo su entrada —, todos saben que soy yo el de talento en la familia. Además yo no hipnoticé a Shaka y a Aioria para que me hagan barra esta noche.

Shaka y Aioria estaban parados al lado de Saga con la mirada perdida en el infinito

—Saga es el mejor cantante del mundo —dijeron en coro Virgo y Leo.

—¿Ah sí? Por lo menos yo no los traje amarrados —espetó Saga señalando a Dokho.

—Lo que pasa es que estaba volando un cometa y me enredé con el cordel —explicó Dokho con toda su amabilidad —. Kanon fue el único que me ayudó por eso ahora le devuelvo el favor.

—¿Y qué me dicen ustedes dos? —preguntó Saga al ver a Camus y Milo en el lugar.

—Yo pensé que me darían un premio —respondió Camus —, Milo me dijo que estaba nominado para recibir un premio importante por mis logros en el campo de la obtención del cero absoluto.

—Camus, yo pensaba que eras más inteligente —dijo Aioros —, Milo te engañó.

—No le mentí a Camus —respondió Milo —, si gana puede recibir un buen premio. Un viaje al Caribe para dos personas.

—Por lo menos estaremos entre amigos —dijo Shura al ver que no era el único que había sido engañado.

Pero no fue tan así porque justo entraron por la puerta.

—¿Por qué tuve que prometerle a Hilda que me encargaría del cumpleaños de Mime? —se lamentaba Sigfried acompañado de sus guerreros asgardianos —. Si no fuera porque se veía más enojada que de costumbre.

—¿Enojada dices? —dijo Alberich con su típico tono de sorna —Estaba furiosa luego del baño de lodo que le dieron.

—Le dimos, querrás decir —corrigió Hagen —. Yo creo que la sacamos barata.

—Dimos ¿dices? Eso me suena a manada —dijo Mime —. Yo no tuve nada que ver con sus problemas. Si al menos alguno se hubiese acordado de mi cumpleaños nada de esto habría pasado.

—Ya Mime —Sigfried habló intentado disculparse —. No fue intencional, es que tú sabes cuánto trabajo hay en Asgard.

—Y ¿con tanto trabajo vinieron a este lugar? —preguntó Saga que estaba más cerca de los guerreros.

—Lo que pasa es que Hilda nos dio vacaciones —le dijo Tholl

—Sí, tanto trabajo que hasta sobra tiempo para que Hagen haga de maniquí para que Freya mida el largo de sus vestidos.

—Eso no es verdad —corrigió Hagen —. Yo solamente lo sostenía un rato. No era para que ese pulgoso lobo de Fenril se me lanzara encima.

—Es que mi mascota es muy sensible a los extraños —explicó Fenril —. Y tú ya te veías bastante extraño usando un vestido.

—¡Qué no lo tenía puesto!

—Como sea, de no haber sido porque Tholl que tropezó misteriosamente en las escaleras y rodó llevándose consigo todo a su paso, nada de esto habría pasado —dijo Syd.

—Nos aplastó en el camino —siguió Bud.

—No quise hacerlo, de la nada algo se trabó en mis pies y perdí el equilibrio —explicó Tholl.

—Algo así como un hilo tan fino que parece invisible —habló Alberich.

—¡Cállate Alberich, tú no has visto nada! —Mime interrumpió.

—Eso no explica el baño de lodo —dijo Saga.

—O que Hagen use vestidos —siguió Kanon.

—Es que justo cuando Hagen intentaba persuadir al lobo de Fenril para que no lo muerda —Syd explicó

—Querrás decir que intentó mojar al lobo con la manguera del jardín para que le deje en paz —corrigió Bud —, pero poco logró más que un charco de lodo en el patio.

—Como caído del cielo llegó Tholl sobre el charco —siguió Syd —, y salpicó a Hilda con el lodo.

—Se enojó con todos los presentes —Bud añadió.

—Solamente faltaba Mime que estaba muy lejos de los hechos —Syd sacudía su cabeza lamentando —, y como no tenemos pruebas no pudimos inculparle.

—Siendo Mime el único guerrero "inocente" según la sabiduría de Hilda —Bud imitó el gesto de su hermano —, y a modo de disculpa por haber olvidado su cumpleaños nos ha mandado a todos a festejarle de la manera que mejor le pareciera a Benetnasch.

—Por eso estamos aquí —conluyó Syd.

—No sé de qué hablan. Yo no vi nada y no sé nada de sus problemas —explicó Mime —, simplemente sé que voy a ganar el concurso de Karaoke.

— Pues espabílate porque tienes mucha competencia —dijo Saga.

En ese momento entraron al salón los generales marinos de Poseidón.