Capítulo 1: Pescando

Nos encontramos bajo el sol de un hermoso día en el mundo Pokémon, un frondoso bosque se alza a las afueras de Ciudad Verde, cerca de ahí un pequeño rio cruza por el lugar separando una hermosa pradera y un camino de tierra del resto del bosque, algunos árboles se alzan en la orilla del rio proporcionando la sombra exacta para relajarse y descansar, un sitio ideal para quienes disfrutan pescar.

Ese sería el pensamiento de una entrenadora solitaria de cabello color naranja, si no fuera por los Pokémon insecto que la perseguían, Misty no odiaba a esos Pokémon tan solo les tenía un gran terror.

Era la decima vez que la sirena daba vueltas al árbol donde descansaba plácidamente hace unos momentos antes que una gran cantidad de Pokémon cayeran de las ramas sobre ella, su mochila y bicicleta se encontraban apoyadas en el tronco, su caña de pescar se balanceaba peligrosamente en la orilla del rio a varios metros con el anzuelo todavía en el agua; el repelente que rociaba sobre su hombro mientras corría estaba a punto de agotarse cuando finalmente el último Caterpie que la perseguía se rindió y regreso al bosque derrotado.

— Realmente… odio… a… los… ¡Pokémon insecto!… — grito entrecortadamente intentando recuperar el aliento colocando las manos sobre las rodillas.

— ¡Togepriiii!— el pequeño Pokémon se acerco a su entrenadora sonriéndole con alegría.

— Lo lamento Togepi ¿Te desperté?— Misty tomo al pequeño entre sus brazos y lo acaricio, lo llevo con cuidado junto al árbol, cerciorándose que no hubiera otra sorpresa desagradable, y le dio algo de comida Pokémon que Brock le regalo— Buen provecho, Togepi. Come bien, nos espera un largo camino antes de llegar a Ciudad Verde— comento con pesar. Dirigió la mirada a la bicicleta que recupero el día anterior y confirmo que las ruedas continuaban ponchadas y dobladas— Que suerte la nuestra ¿no Togepi?— mientras hablaba con sarcasmo recordó la batalla entre Pokémon salvajes al lado de la carretera que daño su transporte, aunque su bicicleta se encontraba en mejor estado que los Pokémon causantes de eso, a quienes enseño a resolver sus problemas de forma pacífica con un par de coscorrones en la cabeza.

A regañadientes Misty se vio obligada a acampar hasta la mañana siguiente, luego de comprobar su ubicación en un mapa, descubrió que la mejor opción que tenía era regresar a Ciudad Verde para reparar su bicicleta si deseaba llegar a Ciudad Celeste esa semana.

Con el peso extra que le brindaba su transporte inutilizado y que debía cargar, se vio obligada a tomar un atajo para llegar rápidamente, y luego de unas horas se sorprendió al reconocer el lugar donde llego, no solo se encontraba bastante cerca de Ciudad Verde sino que también resultaba ser el lugar donde conoció al entrenador Pokémon que cambio su vida por completo.

— No pienses en él, Misty— se regaño a sí misma en voz alta. Observo su caña de pescar a punto de ser arrastrada por el rio y fue a recogerla, la sostuvo entre sus manos y le dio un vistazo al lugar— Pero no puedo evitarlo, aquí fue donde lo conocí— reflexiono sobre los sucesos que la llevaron a rescatar a Ash Ketchum de terminar ahogado. Un escalofrío le recorrió la espalda al pensar en eso, la posibilidad fue enorme, observo la corriente del rio pensando en lo que habría ocurrido si hubiera decidido continuar pedaleando en lugar de descansar en ese preciso lugar, la aventura habría terminado antes de comenzar.

Una gran cantidad de emociones comenzaron a abrumarla, los recuerdos invadían su mente y en todos ellos la imagen de Ash sonriendo, esforzándose al máximo o simplemente siendo un tonto la hacían suspirar, y eso estaba enfadándola porque de nuevo su corazón se aceleraba por ese tonto. Después de todo Ash dejo que se separaran sin siquiera pelear para que continuaran juntos.

— Cuando se trata de Pokémon hace lo imposible por rescatarlos— comento molesta, dividida entre la admiración y el disgusto que le producía aquel rasgo de la personalidad del entrenador de cabellos color azabache, a quien no le importaba arriesgar su vida en esas ocasiones— Pero cuando se trata de sus amigos… y en especial de mí, se rinde a la primera oportunidad— su reclamo se perdió en el aire, solo Togepi la observo con curiosidad mientras su entrenadora divagaba con las ligeras sospechas que tenia de sentir la mirada de Ash sobre ella en algunas ocasiones mientras viajaban.

Durante un instante Misty pensó en lo egoísta que sonaban sus palabras, Ash deseaba convertirse en el más grande Maestro Pokémon, era su sueño y se esforzaba al máximo para conseguirlo. Ella tenía su propio sueño de convertirse en la mejor entrenadora de Pokémon acuáticos, pero ahora el Gimnasio de Ciudad Celeste la necesitaba con urgencia, no estaba abandonando sus sueños, solamente los postergaba hasta que sus hermanas regresaran de su viaje. Luego de eso se esforzaría igual que Ash en alcanzar sus metas. De nada le servía imaginar que, por un momento, Ash hubiera elegido llevarla con él, que le pidiera alcanzar sus sueños juntos y continuar viajando para vivir nuevas aventuras dejando todo atrás. Un gran sonrojo se apodero del rostro de Misty, su imaginación se encargaba de mostrarle a un galante muchacho dispuesto a luchar por ella.

Togepi termino de comer y observo en la distancia algo que lo alegro muchísimo.

— Ya basta. Eso se termino. Ash no regresara— se grito a sí misma para dejar de soñar y pensar en cosas irreales. Aun le esperaba un largo viaje para llegar a Ciudad Verde, en eso debía concentrarse— Ese tonto me dejo para cumplir su sueño, pero sé lo que él realmente siente por mí, y eso me basta por ahora— con aquellas palabras decidió reemprender su camino, pero al girar para darle una sonrisa a Togepi observo con desconcierto que Pikachu se encontraba junto al pequeño Pokémon, y ambos miraban en su dirección sonriendo.

El mundo se movía en cámara lenta para Misty, en una fracción de segundo comprendió, con horror, lo que la presencia del Pokémon eléctrico significaba, giro el cuello tan rápido que no dudaba haberse lastimo algunos músculos. Al mirar sobre su hombro ahí se encontraba, Ash Ketchum la observaba mostrando una sonrisa y la saludaba con la mano.

La despedida de Misty y Brock fue muy dura para Ash, el no tener a sus amigos cerca le causaba un extraño dolor en el pecho, era diferente a las veces que se despidió de Butterfree, Primeape, Charizard o Pidgeot. Quizás si era similar cuando pensaba en Brock, pero al recordar a Misty, su corazón comenzaba a latir agitado reclamándole algo que no comprendía, pero que entendía su origen, después de todo observar a Misty en cualquier momento aunque solo fuera para molestarlo terminaba alegrándolo y ahora había perdido eso.

Con la cabeza revuelta y Pikachu a su lado acampo esa noche para regresar a Pueblo Paleta lo más rápido posible, pero al día siguiente, aun con el camino a su lado, termino perdiéndose en el bosque. Mientras trataba de encontrar el camino de regreso logro escuchar la voz de Misty, a pesar de creer que estaba escuchando cosas la siguió, y esta lo guio hasta una pradera donde, sin poder creerlo, se encontraba la amiga que lo acompaño durante tanto tiempo.

Decir que se encontraba feliz por verla de nuevo tan pronto se hubiera queda corto, Ash se acerco a Misty llamándola por su nombre, pero la muchacha se encontraba muy pensativa sosteniendo su caña de pescar y no le prestaba atención. Pikachu salto de su hombro y fue a reunirse con Togepi.

El entrenador de Pueblo Paleta solo avanzo unos pasos más antes de escuchar las palabras de Misty. No les encontró ningún sentido y no le importo, deseaba que la entrenadora de Ciudad Celeste le brindara una sonrisa y un saludo.

— Misty ¿Acaso estas sorda? Llevo un buen tiempo llamándote y no me contestas—reclamo mostrando una sonrisa, pero solo recibía una mirada preocupante de su amiga.

En solo un segundo aquel agradable encuentro se transformo en una cacería. Misty blandía la caña de pescar que tenía en las manos como si fuera una espada, mientras Ash trataba de evadir aquella arma para no resultar gravemente herido.

— Misty, detente ¿Qué te sucede?— Ash trataba de razonar con su amiga, pero no servía de nada.

— ¿NO SABES HACER OTRA COSA QUE ESPIAR A LAS PERSONAS?— el grito de Misty lograba sembrar temor hasta en lo Pokémon fantasma cercanos.

Pikachu mantenía sus manos sobre los oídos de Togepi para que no se asustara con aquel pleito, y el pequeño Pokémon solo observaba con diversión el baile sincronizado que su entrenadora Mamá y su entrenador Papá realizaban.

— No hice eso… escúchame por favor… — las suplicas de Ash no servían de nada, la furia de Misty se había desatado sobre él y nada lo salvaría.

— CALLATE, CALLATE. Y RECIBE TU CASTIGO COMO UN HOMBRE— Misty destrozaba todo lo que se interponía en su camino, rocas, árboles, nada se salvaba de su furia, a excepción de Ash.

El entrenador de Pueblo Paleta se encontraba feliz, a pesar que su vida corría peligro y no entendía la razón del enfado de su amiga, verla con la misma energía de siempre le borro el recuerdo de la tristeza que tenía en el rostro cuando decidieron separarse.

Solamente el cansancio acumulado de horas pudo apaciguar la furia de Misty. El sol en el horizonte comenzaba a teñirse del mismo color que el cabello de la cuarta hermana sensacional de Ciudad Celeste, pero aun con la sirena respirando agitadamente sentada en el suelo Ash no se atrevía a acercarse y trataba de recuperar el aliento rápidamente en caso que la furia de Misty fuera desatada de nuevo.

— Misty… por favor háblame— la suplica de Ash fue nuevamente ignorada, pero en esta ocasión no trataron de golpearlo, así que lo tomaba como una mejoría— ¿Qué fue lo que ocurrió con tu bicicleta? ¿Te encuentras bien…? ¿Estás herida…?— ahora era el aspirante a Maestro Pokémon quien comenzaba a enfurecerse por la falta de cooperación. Mientras evadía aquellos golpes mortales se sorprendió al notar el estado de la bicicleta de su amiga. Ahora su mente no dejaba de imaginar miles de escenarios, cada uno más descabellado que el otro, de lo que pudo ocurrirle.

En su interior Misty rogaba que todo fuera un sueño, que Ash simplemente desapareciera, o que se acercara lo suficiente para golpearlo y dejarlo inconsciente, y entonces hacerle creer a él que todo fue un sueño. Su mente se encontraba en blanco y odiaba no saber qué hacer, encontrarse tan indefensa y vulnerable ante aquel entrenado, y ahora Ash se mostraba preocupado por ella lo que aumentaba más la vergüenza que sentía por las cosas que dijo.

Así llego la noche sorprendiendo a ambos entrenadores. Misty no perdió el tiempo, arreglo un saco de dormir y sujetando a Togepi, se dispuso a descansar lo más rápido posible y salir de ahí a primera hora del día siguiente. Ash solo observaba como su amiga actuaba de una manera poco coherente, alejándose para dormir con Togepi sonriendo entre sus brazos, conocía perfectamente a aquella mujer para saber que debía darle su espacio, pero las dudas que sentía sobre el accidente que sin duda tuvo no lo dejaban en paz.

—… ¿Togepi?— Misty llamo a su pequeño Pokémon al no encontrarlo luego de unos minutos, desde que se recostó cerró los ojos esperando quedarse dormida, pero no funciono. El cielo se encontraba oscuro y salpicado de estrellas, solo la luz de una fogata a su espalda era el único lugar al que Togepi pudo haberse dirigido, así que no tuvo más remedio que buscarlo ahí. Y lo que observo la dejo boquiabierta.

Ash cocinando en una cacerola sobre una fogata, a su lado Pikachu y Togepi disfrutaban aquella comida que el entrenador les servía y su bicicleta se encontraba cerca del entrenador y no se veía tan mal como antes.

— ¿Desde cuándo cocinas?— Misty no pudo evitar lanzar esa pregunta, se encontraba bastante sorprendida y observaba el plato que sostenía Togepi con suspicacia.

Ash sintió un gran alivio cuando escucho a Misty hablar con tranquilidad, aunque la pregunta cargada de desconfianza lo molesto bastante. Aun la notaba sombría y preocupada, así que solo le ofreció un plato de comida y un lugar junto al fuego. Un gesto que ella acepto al notar lo hambrienta que estaba y la alegría de los Pokémon al comer esa comida.

— Es una simple sopa de bayas Misty, hasta yo puedo aprender a cocinar algo como esto luego de viajar por tres años junto a un gran cocinero como Brock — Ash actuaba con humildad, pero lo que realmente quería era bromear acerca de sus mejoras culinarias, por suerte comprendía que no era el momento correcto.

— Esto esta… aceptable— Misty contuvo el elogio que iba a darle, no lo perdonaría tan fácilmente, además que ese muchacho no parecía ser el Ash Ketchum que conocía— ¿Qué le hacías a mi bicicleta?— pregunto cambiando de tema.

— Solo enderece las ruedas, así será más fácil llevarlo a Ciudad Verde para que la arreglen— explico, tragándose el sin fin de preguntas que tenia referentes a ese transporte dañado.

Misty estaba impresionada, pero la duda de lo que Ash pudo haber escuchado todavía la molestaba.

— Y… ¿Qué haces aquí?— Ash decidió hacer esa pregunta para romper el hielo.

Al principio la sirena de Ciudad Celeste mantuvo silencio mientras terminaba de comer, pero al notar la preocupación en el rostro de Ash termino por ceder y contar todo, luego fue el turno del entrenador de Pueblo Paleta de explicar el porqué y como llego a ese lugar. El ambiente tenso poco a poco iba desapareciendo y finalmente aquel par de entrenadores actuaban igual que siempre.

Pikachu y Togepi se acercaron al fuego para dormir luego de comer, además que no deseaban entrometerse en la discusión de esos dos.

— Dime exactamente lo que escuchaste cuando me espiabas…— súbitamente Misty trajo aquel tema de vuelta recordándoles a ambos su situación actual, y la separación que les esperaba al día siguiente.

— La verdad, no entendí nada…— comenzó a hablar pero se encogió cuando la mirada de Misty cayó sobre él— es cierto, escuche cuando me echabas la culpa por separarnos, y que conocías mis sentimientos, eso fue todo—termino de explicar sintiendo como la entrenadora de cabello naranja suspiraba con resignación.

— No entendiste nada, eso es bueno— nuevamente Misty se encontraba dividida entre el alivio y la frustración que le provocaban los densos sentimientos del cabeza hueca de Ash Ketchum, pero después de todo ese era un muchacho de trece años— ¿Al menos reconoces este lugar?— pregunto con su furia regresando rápidamente.

— Eh… no, lo siento— respondió con incertidumbre, no deseaba hacer enfadar más a Misty, pero prefería ser sincero para no enfadar más a Misty. Este era un callejón sin salida, no importaba cual camino eligiera.

— En este lugar nos conocimos— revelo con cierta alegría— Te saque del rio mientras pescaba, luego robaste y destruiste mi bicicleta, y comenzamos a viajar juntos— Misty recordaba aquellos momentos con una sonrisa, sin embargo, los últimos sucesos le hacían latir una vena en su cien y apretar amenazadoramente sus puños— Y ese viaje termino ayer, cuando nos separamos— le dirigió una mirada acusadora a Ash, mientras el entrenador se veía asombrado por aquella información.

— Vaya ¿en serio? eh, lo siento. No soy bueno recordando esas cosas— Ash se disculpo, pasando una mano por su nuca.

— No tienes que decirlo— Misty se mofo del entrenador— Tú solo piensas en Pokémon después de todo. Y mañana ambos continuaremos nuestro camino para cumplir nuestros sueños— termino de explicar levantándose y estirando sus brazos frente al fuego.

— Pero tu sueño es convertirte en la mejor entrenadora de Pokémon de agua, no una Líder de Gimnasio— argumento sin poder apartar la vista de la figura femenina de aquella sirena— En cuanto tus hermanas regresen espero que cumplas tu verdadero sueño— exclamo con energía mostrándole a su amiga todo su apoyo.

— Me sorprendes Ash Ketchum, no pensé que me prestaras tanta atención— se mofo nuevamente y le regalo una sonrisa. Misty sentía una gran necesidad de culpar a Ash de todo, pero aquel muchacho también era su amigo y no podría hacerle eso— Tenlo por seguro, es una promesa— le mostro la sonrisa más sincera hasta ese momento, la cual le provoco un sonrojo al entrenador de Pueblo Paleta.

Sin poder contenerlo más, Ash se abalanzo para darle un abrazo a aquella hermosa mujer. Fue un minuto, una hora, un día, no lo supo, simplemente se quedo ahí disfrutando del calor que le brindaba el cuerpo de su amiga.

Misty tuvo un par de días emocionalmente agotadores y lo que sucedía en ese momento la dejo con la mente en blanco, incapaz de reaccionar. El tiempo se acelero para la entrenadora, sintió que aquel abrazo solo duro un segundo antes que Ash se apartara apenado pero feliz.

— ¡¿Qué rayos fue eso Ash?!— la pregunta de Misty resonó el todo el bosque mientras apretaba los puños con renovada furia explosiva.

— Lo siento… Lo lamento Misty… no puede evitarlo— a pesar de sonar asustado Ash hablo con un tono confianza bastante varonil para su edad— Brock me advirtió ayer que no lo hiciera hasta tener claros mis sentimientos, pero aun no entiendo a que se refería y lucias tan determinada y hermosa… — no pudo hablar más por la vergüenza que lo invadía.

— ¿Eh? ¿Brock? ¿Yo? ¿Hermosa…?— repitió aquellas palabras sin poder comprenderlas— ¡Espera! ¡Me dijiste que no lograste entender lo que quise decir cuando me espiabas! ¿Acaso fue una mentira?— le era infinitamente más fácil a Misty ceder a la furia que aceptar la alegría que le quemaba el pecho.

— ¿Eso tiene algo que ver?— pregunto extrañado, Ash odiaba ser tan joven y no entender las facetas del romanticismo como otros, pero desde hace tiempo que dejo de ver a Misty como solo su amiga y finalmente esos sentimientos se desbordaron— Rayos, lo siento, no quise ser tan infantil— se disculpo pasando ambas manos por la cabeza en señal de frustración— Se que no tengo oportunidad alguna contigo por nuestra diferencia de edades, eres mayor que yo y mereces a un hombre más maduro, si hubiera nacido unos meses antes…— aquel monologo de arrepentimiento se vio interrumpido cuando Misty lo hizo voltear para verlo y le sujeto el hombro tan fuerte que parecía querer rompérselo.

— ¿A-A que te refieres c-con nuestra diferencia de edades?— pregunto Misty con voz de ultratumba— ¿A-Acaso… acaso crees que los hombres t-tienen que ser mayores que las mujeres para ser pareja?— exclamo Misty temblando de furia, incapaz de creer que alguien tuviera una mente tan infantil para asumir esas cosas. Pero era Ash Ketchum de quien estaba hablando.

— ¿No es así como funciona?— pregunto Ash confundido por la duda que Misty planto en las leyes del romance que creía conocer— Mi padre era tres años mayor que mi madre, de todas las parejas que conocimos el hombre siempre era el mayor, y también esta Brock, las Enfermeras Joy y las Oficiales Jenny son mayores que él, y por eso siempre lo rechazan—termino de enumerar los hechos infalibles que siempre observo en las parejas desde que empezó a sentir atracción por Misty.

La cuarta hermana sensacional se acerco a su bolso y saco nuevamente su caña de pescar blandiéndola como una espada, cerca de ahí Pikachu y Togepi continuaban durmiendo apaciblemente. Con paso apresurado Misty paseo de lado a lado frente al entrenador más tonto que jamás hubiera conocido, intentando procesar todo aquella información.

— ¡El amor no tiene edad tonto!— exclamo con más frustración que enfado, encajando todas las piezas de aquel aspirante a Maestro Pokémon, y tratando de encontrar la palabras más sencillas para que entendiera fácilmente— ¡Cuando una pareja se ama, personas con personas o Pokémon con Pokémon, no importa nada de esas cosas, edad, dinero, genero, si quieren estar juntos no existe nada ni nadie que se los impida!— termino de hablar sintiendo pena por Delia, ella era la clase de persona que le explicaría esas cosas a su hijo, pero seguramente aquel muchacho en su estado infantil no la escucho por estar pensando en batallas Pokémon. Dejo salir un grito de frustración con gran fuerza y volteo para encarar a Ash, pero la mirada que le daba Ash Ketchum en ese momento le causo estremecimiento y acelero su ritmo cardiaco.

— ¿Es cierto?— pregunto con una alegría desbordante, sin poder creer que la barrera que le impidió pedirle a Misty fuera su novia durante todos esto años hubiese desaparecido tan fácilmente. Sin ánimo de desperdiciar más tiempo se acerco a Misty, dispuesto a darle un beso a aquella sirena, algo que tenía ganas de hacer desde hace bastante tiempo.

— ¡E-Espera! ¡Te l-lo advierto…! ¡NO TE ACERQUES!— grito retrocediendo con cada palabra, todo el rostro de Misty se encontraba sonrojado por la cercanía del entrenador, hasta que finalmente sintió las manos de Ash sobre sus hombros y lo noqueo de un golpe con la caña de pescar en todo el rostro como llevaba esperando hacerlo todo el día.

Aquel acto conmemoro la segunda ocasión en que Misty Waterflower atrapaba a Ash Ketchum. Y así da inicio el noviazgo entre estos dos entrenadores de Kanto.