YO
(Tú eres lo que elijes ser)
Sabía desde pequeño que la vida no iba a ser fácil, y al parecer tenía razón. Parecía que a mi familia ya ni le importaba, mi mama, trabajando o con sus amigas, mi papa, en otro país ya que lo transfirieron, la vida para un chico de 18 años no era tan sencilla, bueno… para mí. Nunca valore lo que es ser humano significaba para mí.
Estaba en tercer año de prepa cuando todo ocurrió, -Marshall!-, volteé, eran mis amigos, Alejandro y Lucas, -¡Qué onda¡ Cómo se la pasaron en vacaciones?- les pregunte emocionado, -Bien, bien- me contesto Lucas con una sonrisa en la cara, -Oye viejo…¿supiste que van a entrar nuevos compañeros esta año?- dijo Alejandro con una mueca, -Mmmmm la verdad no, pero ya que-, en eso sonó el timbre para entrar a clases.
Sip, 3 B era mi grado ahora, al entrar al salón era el típico primer día de clases, todas las chavas abrazándose y los chavos presumiendo que tanto hicieron en vacaciones. Claro, todas venían a abrazarme, preguntarme como me había ido y todo el show. Al parecer les gustaba mi cabello negro, mis ojos café oscuro, mi sonrisa, era el tipo galán de la secundaria, pero no me aprovechaba de eso…bueno…a veces.
Una semana después de entrar a clases, un prefecto abrió la puerta del salón, -Buenos días a todos. Al parecer tienen una nueva compañera.- Anuncio él. Todo el salón quería ver a la nueva compañera, yo solo quería terminar el trabajo para ya irme, así que no pude demasiada atención. –Ella es Fionna y como estamos a principios de año se sentara en el número 40- ¿QUEEEE? Pensé, volteando a ver a la tal Fionna. Mis ojos se iluminaron, era una chica muy linda, con cabello rubio, un largo y ondulado, ojos azules, alta, delgada con cintra pequeña y cadera ancha. Era muy linda, pero no al parecer no era mi tipo. Traía unos jeans rosas ajustados, converse blancos y una blusa blanca pegadita que decía ¨LOVE¨ con letras anchas rosas, se veía muy ¨fresa¨ por así decirlo. Para un rokero como yo…no quedaría. Sabía que hablarle no sería problema, ya que se sentaría en frente de mí.
Después de anunciar eso, el prefecto salió. –Bienvenida Fionna, toma asiento en el número 40, y los demás por favor recórranse un lugar, gracias.- dijo la profesora. –Está bien- contesto Fionna con una voz suave. Su carita de inocente era lo más lindo de ella. Dejo su mochila y antes de sentarse me sonrió.
Claro que no faltaba alguien que quisiera robar chicas o sí?, pues claro, Gumball, estaba celoso de que Fionna tocara sentarse en frente de mí, a él le gustaba Fi, pues al parecer la conocía desde hace tiempo, pero al parecer ella no lo reconocía. Gumball y yo no nos llevábamos muy bien que digamos.
Al parecer Fionna era muy sociable ya que no le costó mucho hacer nuevos amigos, pero yo aún no armaba el valor para hablarle. –Con que Fionna ¿eh?- de dije algo nervioso. Ella volteo hacia atrás y sonrió, -Con que algo lento ¿eh?- me dijo sin quitar la sonrisa de la cara, -¿Como que algo lento?- le conteste molesto, -Pues, eh estado viendo que no dejas de mirarme ¿y hasta ahorita se te ocurrió hablarme?- me dijo con una mueca en el rostro, -Pensé que no sería tan difícil- me dijo con una voz más relajada y suave. Tomo mis cachetes y los apretó, después se volteo a la clase.
Varios días ya habían pasado desde que entro Fionna al salón. No costó mucho trabajo hablarle y al parecer yo le gustaba. Claro que los chicos no le quitaban los ojos de encima. Me gustaba jugar con su cabello ya que a ella le molestaba. No me llamaba tanto la atención porque era demasiado dulce, buena y cariñosa. Pero había algo misterioso en ella, como un gran secreto.
Ese mismo día, la maestra de ciencias eligió a varios equipos al azar y toque con Fionna y Susan. –Oyes… ¿y si nos juntamos en tu casa Fi?- pregunto Susan emocionada, -Claro…- contesto Fionna algo insegura.
Esa tarde quedamos de vernos a las 4:30, pero se me ocurrió llegar un poco antes. -¿Qué haces aquí? ¡Aun no es hora!- dijo Fi mientras se cepillaba el cabello y abría la puerta. –Entonces, ¿me dejaras afuera?- le dije poniendo mi carita tierna. –Pff ya que…entra- me dijo molesta.
Su casa era genial, de dos pisos y muy amplia. Se escuchaba un fuerte ruido que venia del sótano… era… ¿música?, -¿Qué es eso? ¡Suena genial!- dije con una gran sonrisa, -¡Oh!, lo siento ¿está muy fuerte?, pues es mi hermana y su banda, les dije que no subieran tanto el volumen y…- no la pude dejar terminar de hablar, -¿Tu hermana tiene una banda? ¡Genial!, ¿puedo ir a velos mientras llega Susan?- pregunte emocionado, -Claro- dijo Fionna mientras se dirigía a la compu, -Están abajo- dijo volteándose.
Baje las escaleras y vi a toda la banda, eran eran puros hombres, solo una chica linda tocando el bajo, pero estaba de espaldas. Al voltearse me di una gran sorpresa. -¿QUEEEE?- no pude evitar gritarlo, pero con el ruido no se escuchó mi voz. Mis ojos se iluminaron, tenía el cabello negro, largo y ondulado, ojos azules, alta y delgada, con cintura pequeña y cadera ancha. ¡Era Fi!, pero, no podía ser ella, aparte de que Fionna estaba arriba, esta chica traía puestos unos jeans negros ajustados, unos converse gris con negro, una blusa gis con letras negras que decían ¨ROCK¨ y unas pulseras geniales, aparte, Fi tiene el cabello rubio y ella negro, pero por todo lo demás era ella! Era la chica más genial y linda que había visto, aparte tocaba el bajo y era vocalista en una banda, era…!perfecta!, -Marshall, ¡ya llego Susan!-, grito Fionna desde arriba.
Subí sorprendido, tanto que Susan me pregunto que me pasaba, -Fionna…... ¿!porque no nos dijiste que tenías una gemela?!-
