Advertencias: Spoiler de la saga de Arabasta y toques shonen ai.
Nota: Adore esa parte (L)
Palabras: 400.

Disfruten la lectura.


Promesas

Todos están preocupados, puede notarse fácilmente en sus rostros y no es para menos. Han dejado atrás a su nakama, en una batalla que puede costarle la vida. Saben que Luffy es fuerte, pero están concientes de que Crocodile no es una persona que deba subestimarse. La arena es algo difícil de manejar y para alguien como su Capitán esa pelea puede considerarse la más peligrosa de toda su vida.

Zoro puede sentir la tensión y le molesta, por lo que decide hablar. No es muy bueno con las palabras, pero trata de infundarles confianza, recordándoles que se trata de Luffy, aquel que nunca será vencido antes de cumplir su sueño. Y parece funcionar, porque todos se muestran más tranquilos, concentrándose en lo que harán cuando lleguen a Alubarna.

El espadachín sonríe al ver que ha hecho un buen trabajo pero, sin que se den cuenta, mira de reojo hacia atrás, frunciendo levemente el ceño y tensando su mano sobre Wadô Ichimonji. Esta conciente de sus palabras, aún así no puede evitar preocuparse, no por el hecho de cuan lastimado puede quedar Luffy, sino porque sabe que esa pelea será en verdad dura. Espera que la extraña gran suerte que siempre ha demostrado el chico se haga presente, nuevamente, en esta ocasión y que salga bien librado de aquello.

Debería de sentirse culpable por hacer lo contrario a lo que dijo, sabe que están en una competencia contra el tiempo y que ellos son los únicos que pueden detener los planes de Baroque Works, por eso debería de concentrarse más, pero no puede hacerlo. Siente, sin saber la razón, que las cosas no le saldrán del todo bien a Luffy. Se pregunta sino estará exagerando y que todo eso esta siendo provocado por los extraños sentimientos hacia su Capitán que se han hecho presente en su persona. Bufa, mirando hacia el frente y cruzándose de brazos, pensando Que tontería y dejando en el olvido, otra vez, el verdadero significado de lo que siente.

―Ese idiota tiene que estar bien ―murmura para si, gruñendo.

―¿Dijiste algo? ―pregunta Chopper, mirándolo curioso.

―Nada ―dice, acomodándose en el cangrejo―. Despiértame cuando lleguemos. ―cierra los ojos y suspira, recordándose que Luffy nunca rompe sus promesas.

Chopper inclina la cabeza, pensando que Zoro es algo extraño, pero al final asiente, haciéndole caso. Ahora sólo les queda esperar y hacer todo lo posible por ganar aquella batalla.

Fin de la historia.


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