Inuyasha y sus personajes no me pertenecen, pertenecen a la sensei Rumiko Takahashi, pero si me dieran a elegir Inupapa y Sesshi-sama serian míos, ¡solo MIOS! *suspiros*.
Capitulo 1.
"Kagome-sama, un gusto volver a verla" decía el investigador mientras le apretaba la mano; ¿en quién si no su leal vasallo Shun podría confiar?
"Igualmente Shun, espero tengas algo para mí" a esas palabras vio ella como se le ensombrecían los ojos, sin duda no era buenas noticias.
Ella ya lo suponía, porque otra razón, ella se encontraría en esta situación, en la necesidad de pedirle a alguien que confirmara sus miedos.
"Me gustaría extenderle mis disculpas por el tiempo que me ha tomado recabar la información que usted me solicitó; debe entender que un trabajo como este no podría tomarse a la ligera y debía yo tener el mayor recaudo de hacerlo correctamente para que no quede dudas ni mal entendidos" le imploro su vasallo, el trabajo que había realizado para su señora había uno de los más difíciles de su larga vida.
Sabía que Shun era de extrema confianza, no conocía a otra persona en quien confiara lo suficiente para obtener la información que necesitaba, Shun era un amigo y aliado de muchos años. Recordaba el día en que solicito la presencia del Neko Yōkai en su oficina para entregarle la misión de expiarle a su Lord y esposo.
No cualquiera poseía la confianza de la Señora para tan peligrosa tarea y ella confiaría a Shun su vida; él era un honorable guerrero y un buen amigo que el tiempo. Fue asi que cuando ella se había decidido a investigar el extraño comportamiento de su marido, no pensó en otra persona para encargarse del trabajo que el Neko Yōkai que se encontraba frente a ella.
Si bien Shun estaba bajo el mando de su esposo, el era leal a la Miko. Ella había sido la persona en enlistarlo en las trompas del ejército del Oeste. No era común ver a un felino entre el ejército canino del Oeste.
"No te preocupes Shun, cuando te encargué esta misión, yo tenía en mente que te tomaría tiempo en recaudar las informaciones necesarias, no es fácil seguirle el rastro a una persona como Sesshōmaru, no cualquiera podría pasar desapercibido bajo la mirada del Señor del Oeste" Respondió la azabache con una sonrisa ladeada. Era cierto, ella sabía que la única persona capaz de burlar la defensa de su esposo sería el Neko Yōkai de las sombras. Por esa razón, el Yōkai había destacado entre los soldados del imperio del Oeste. El Clan al que pertenecía Shun, tenían la capacidad de ocultarse entre las sombras y viajar a través de ellas. Era imperceptible si así lo deseaba, y eso lo convertía en uno de los mejores espías del Oeste. Uno de los últimos de su especie, su clan había sido prácticamente exterminado por otros Yōkai que temían el poder del Clan de las Panteras Sombras.
El había sido uno de los pocos que contaron con la suerte de cruzarse con la dama del Oeste, quien había acogido al Yōkai y a los sobrevivientes de su clan en el reino del Oeste. El, sus hermanos y primos, eran los últimos sobrevivientes del clan de las Panteras Sombras.
Menos de cincuenta Yōkai habian sobrevivido, de esos solo veinte eran Yōkai de sangre pura; el clan había prosperado pero con la falta de hembras había recurrido al emparejamiento con otras especies.
Tanto él como el resto de su familia debía sus vidas a la Señora del Oeste, había sido ella quien había abogado ante su pareja, el Dai Yōkai del Oeste, para que ellos pudieran ocupar una porción de tierra en los territorios del Lord, por esa razón y por otras muy personales, Shun era devoto a la Miko.
Con el corazón apretado ante la información que debía compartir con su Señora, enderezándose en el sillón extrajo el sobre que tenía en el cajón del escritorio y lo puso en la mesa empujando con los dedos hacia su señora, sin dejar de presionarlos en la mesa dijo -"En este sobre, encontrarás la información de cinco meses de vigilancia. No fue una tarea fácil, como puede imaginarse, pero de todos modos, se ha hecho y pudo tomarme más tiempo en cualquier otra situación pero fue necesario hacerlo de forma correcta para no levantar sospechas de él ni de la persona involucrada. Espero sea de su agrado mi Señora, y entienda que mi clan y yo estamos a su disposición para lo que usted lo desee" diciendo esto, levanto sus dedos para que ella pudiera tomar el sobre.
La Miko entendió el mensaje, ellos estarían de su lado y cumplirían con las órdenes que ella se las impartiera, sea la orden que sea. Esto sin duda hizo que se corazón se sintiera más apretado de lo que ya se sentía desde que había caminado a través de la puerta de entrada. Sin duda alguna, lo que contenía el sobre, no la haría más feliz pero sería el cierre que ella necesitaba, sería la respuesta a las interminables noches de ausencia de su esposo.
No sería buenas noticias.
Con dedos temblorosos, se puso a examinar el contenido del sobre. Retiro lo que parecía un archivo, el cual al abrir pudo ver que contenía hojas con fechas, nombre de personas y lugares. Fijando se en las hojas posteriores pudo ver, el perfil de varios individuos, aparentemente una familia de demonios, luego de eso estaban las fotos, su corazón no estaba del todo preparado para ver confirmado el mayor de sus miedos. En la fotos veía, a una mujer alta, de cabellos dorados y ojos azules, de rasgos finos y aristocráticos, el cuerpo esculpido como de una de las modelos que una veía en las tapas de revistas; probablemente una demonio, pero con el amuleto que escondía su verdadera apariencia, no parecía más que una mujer normal, una muy hermosa mujer. Lo que, hizo que su corazón parara por unos segundos, fue la persona que la acompañaba. En esas fotos, se encontraba su marido, en varias de ellas, con la misma mujer, y en varias situaciones distintas. En algunas él la abrazaba, en otras la llevaba de la mano y algunas inclusive se les veían en los brazos del otro en un beso apasionado.
No, ella pudo haber supuesto que está seria la razón de la ausencia de su marido, pero el ver la confirmación del hecho en fotos, el suponer no duele tanto como el tener certeza, y Kami-sama, como dolía.
Sentía que su pecho se contraía hasta el punto de que su corazón no tenía lugar para bombear la sangre a su cuerpo. Sentía como que la realidad se le había escapado entre los dedos y ella no era más que un espectador viendo la desesperación de otra persona, de una extraña. Los ladrillos que ella había cementado alrededor de su corazón se desplomaban a velocidad impresionante, su vida se derrumbaba y ella no podía hacer más nada que mirar.
Aspiró profundamente, intentando hacer llegar oxígeno a sus pulmones para así disminuir la presión que sentía en su pecho. Debía intentarlo o colapsaría de dolor, sentía su corazón en llamas y estás quemaban su pecho hasta su garganta. Los ojos de le llenaron de lágrimas, y las palabras se le escaparon a través de un sollozo. El aire no llegaba a sus pulmones con la velocidad necesaria, su visión se le obscurecía. Sentía como los sentidos se le nublaban, y la oscuridad la envolvía.
En un minuto de coherencia, pudo ver que todo esto ella ya había tomado como una probabilidad, ¿qué otra razón tendría su marido, después de 500 años de unión, para alejarse de ella por meses? Sabía, por experiencia, que la única razón posible sería otra mujer, no mujer, otra hembra, ella no tenía dudas de que se trataba de una Yōkai. Su marido no la cambiaría por una humana, si por una de su especie. En ese momento, pudo aspirar suficiente aire como para escaparse de la oscuridad que envolvía su cuerpo y su alma.
No, no sucumbiría a la desesperación, ella necesitaba saber la razón. ¿Que había hecho que su Señor esposo dejara de amarla? Porque ella no entendía como su pareja de tantos años y padre amado de sus hijos, pudo cambiar de ser el esposo y padre ejemplar a ser la persona que ella veía en las fotos; un mentiroso y desleal.
¿Que había cambiado en su relación? ¿Cuánto tiempo él había estado haciéndolo? Ella habría empezado a sospechar hace 7 meses, de los cuales, le había tomado prácticamente un mes decidir contactar al Yōkai frente suyo para que lo investigará. ¿Podría su marido haber estado manteniendo una relación con esta mujer más tiempo de lo que ella había pensado? Debía saberlo.
Tragando saliva pregunto a Shun "¿Cuánto tiempo lleva viéndose con esta mujer?".
El demonio pantera la miro a los ojos, después de ver inúmeras emociones reflejadas en los ojos de la Miko hasta terminar en una de absoluta resolución, el bajo la mirada y suspiro resoluto al darse cuenta que era necesario exponer toda la información que él había obtenido.
"Según los datos que pude recaudar en el transcurso de la investigación, el principio de su relación se dio alrededor de un año y medio a dos atrás. Creo que ellos fueron presentados en el festejo del Año Nuevo realizado por la empresa del padre de la hembra" dijo el Yōkai a su señora; con pesar en sus ojos continuo -"Si no me equivoco, usted no pudo asistir en esa ocasión por problemas de salud"
Un año y medio atrás, no, dos años atrás ella recordaba la fecha, había sido un final de año trágico para su familia. Había perdido a su bebé. El embarazo era reciente, ocho semanas nada más cuando habían sufrido un ataque terrorista durante su estancia en la ciudad de Kyoto. Había acompañado a su marido a la reunión oficial que se realizaba en la corte de Yōkai una vez por año. Los cuatros señores cardinales se reunían para tratar los distintos problemas que afectaban a los Yōkai de Japón.
El atentado fue perpetrado por una célula terrorista, que defendían la supremacía de los Yōkai sobre los humanos, el atentado los tenía en la mira específicamente a ellos. No era algo común que un Señor Cardinal del calibre de Sesshōmaru pudiera encontrar a su pareja en una mortal, por más que esa mortal sea una poderosa sacerdotisa. Estos rebeldes creían que la unión entre humanos y Yōkai era una abominación.
No había sido la primera vez en la que ellos habían sido el blanco de los grupos extremistas. Durante los quinientos años de unión, la pareja había pasado por situaciones similares con resultados diferentes.
Esta había sido la primera vez en que ellos sufrían una pérdida a consecuencia de los ataques. Ella había recibido un tiro en el abdomen propiciado por un humano que se encontraba entre los criados que acompañaba al Señor cardinal del Sur. Ironicamente habian encontrado un aliado humano al que utilizar para el trabajo. '¡Uff!' Hasta ahora le enojaba el solo recordar las palabras del tirador. '¡Muere ramera!' Le había gritado antes de acertarle con el proyectil. Nadie pudo imaginarse que un humano atentaría a su vida. Ella era querida y respetada en la comunidad espiritual, pero no todos estaban de acuerdo con ese ideal.
Lord Ryuyin, Señor Cardinal del Sur se sintió ultrajado al descubrir que el tirador había estado bajo su techo por años hasta mostrar sus verdaderas creencias el día del atentado.
Ella había perdido a su bebé, había sufrido daño en sus órganos internos a causa del proyectil pero nada que la sangre de su pareja pudiera curar. No podía decirse lo mismo del cachorro que cargaba en la panza, el proyectil había hecho un daño irreparable en su pequeño bebé.
Estos hechos habían llevado a que ella se aislara y pasará por un periodo de depresión. En ese tiempo dejó de acompañar a su marido a las reuniones públicas en la que él debía acudir por razones políticas y mediáticas. '¿Lo habré alejado tanto hasta el punto que él tuviera que buscar compañía en los brazos de otra mujer?' pensó la Miko con pesar en el corazón.
No fue mucho el tiempo en que ella se mantuvo en reclusión, con la ayuda de sus hijos y de su pareja había podido sobrellevar su depresión. No, su marido no había cambiado su comportamiento con ella en ese entonces. Esto venía pasando de forma progresiva hace menos de un año. Cuatro meses sin verlo, sin saber de él, a no ser por llamadas y visitas esporádicas. Nunca había pasado esto en los quinientos años que llevaban juntos.
Él le había dicho que su especie, una vez que encontraba a su alma gemela, se emparejaban de por vida. Por quinientos años ella creyó ser su alma gemela, él lo había dicho, más de mil veces, entre besos apasionados.
¿Que había cambiado? ¿Podría, la otra mujer, ser también parte de su alma? Su padre, el terrible Inu no Taisho, había concebido a Inuyasha con una mujer humana, teniendo a la madre de Sesshōmaru como pareja. ¿Podrían ellos estar pasando por la misma situación?
-"¿Qué tipo de Yōkai es ella?" Nada más quería confirmar sus sospechas, que se trataba de una Yōkai como su pareja.
"Es una Inu Yōkai, del clan de los Inu dorados de Europa" confirmó Shun continuando "pertenece al Clan germano, su padre es un Lord menor de la región de Alemania, conocido como Lord Adam Sonderburg, su territorio se ubicado en la ciudad conocida como Múnich, una de las ciudades más prósperas de Alemania. El y Lord Albert Holstein son dueños de gran parte de la BMW y de Siemens AG" dicho esto, Shun apartando una fotos que habian estado en el sobre que había entregado a la Miko, lo paso señalando a un hombre que supuso ella se trataba del Lord, padre de la mujer.
"No sabía que Albert tenía un socio en su empresa, había pensado que él era propietario de la BMW" - Había tenido el placer de conocer a Lord Albert Holstein Alfa del Clan de los Inu Yōkay dorados, sin duda un espécimen raro entre los de su especie.
No siempre se tiene la oportunidad de conocer a alguien con tanto conocimiento, este Yōkai había estado en la tierra más tiempo que cualquier otra persona a la que ella había conocido. Pero lo que más le agradaba de este noble Yōkai era la falta de perjuicio para con su especie. El no era amante de la raza humana pero tampoco la despreciaba. Tal vez el hecho de haber vivido tanto tiempo, y el haber podido acompañar la evolución de los humanos a través del tiempo lo había influenciado. Él decía que no podía quitarle el mérito a una especie que luchó y derramó sangre para ganarse su lugar en la cadena alimenticia, estaba claro para él, que los humanos se habían ganado su lugar en el mundo con mucho sacrificio. Esto y muchos otros tópicos fueron motivos de largas charlas con el afable Yōkai.
Kagome recordaba con cariño al Lord que había hecho su estancia más placentera en las reuniones de los clanes de Inu, los cuales se realizaban cada cien años. El siglo pasado, le había tocado al clan de los Inus blancos, de los que Sesshōmaru era alfa y líder. '¿Estarás también tu, Albert, al tanto de las andanzas de mi marido con una de las hembras de tu clan?'- Kagome suspiro al pensar que su amigo podría tener conocimiento de todo esto. 'Diablos, inclusive podría estar alentando esta unión'. Porque no, ella era humana, tal vez el no tenía prejuicios con su especie, pero tampoco era cierto lo contrario. Todo podría haber sido una farsa para manipularla y eventualmente destituirla.
"¿Sabía Lord Holstein de la relación de Lord Sesshōmaru y la Inu de su clan?" Debía saberlo, no ganaría nada con hacerlo, pero la curiosidad le carcomía el alma, ¿había ella juzgado tan mal el carácter del viejo Yōkai?
"Hasta donde mis contactos pudieron recabar, no hay pruebas de que el Lord tuviera conocimiento de la relación de Sesshōmaru-sama y la mujer, es más" continuó Shun "la relación empresarial de Lord Holstein y Lord Sonderburg se viene deteriorando al punto que Lord Holstein piensa comprar la totalidad de las acciones de BMW, y mudar su sede principal a Berlín" acotó el Yōkai con un aire sombrío, " son los rumores que se vienen filtrando hace ya unos meses".
No quiso continuar con esa línea de conversación, porque probablemente hubiera entrado en detalles que no tenía como probar. Shun tenía fuerte sospechas, que el padre de la mujer con la que su Lord tenía un romance, estaba intentando conseguir una gran inversión de parte del Señor del Oeste para salvarse de la banca rota. Tal vez, la mujer era parte del esquema para tratar de influenciar al Lord.
Sesshōmaru era uno de los empresarios más poderosos de Japón. Poseía inversiones en prácticamente todo el mundo. Podría ser, que todo este enredo no era más que una trampa para hacerse con la fortuna del Señor del Oeste. Fortuna que este había acumulado con los conocimientos futurísticos de su esposa y la ayuda de sus hijos.
No sabía si sentirse bien o mal de que su amigo no estuviera al tanto del problema conyugal por el que estaban pasando ella y su pareja. Tal vez era algo bueno, ya que no perdería la amistad del Inu Yōkai.
"¿Sabes dónde está Lord Sesshōmaru en este momento?" Preguntó con vos temblorosa la Miko, mientras hacía lo posible para aflojar los nudos que se le habían formado en el estomago desde que había pasado por la puerta de habitación en la que se encontraba.
"El está en Tokio, residiendo con la mujer desde hace tres meses prácticamente" él veía como su Señora palidecía al oír sus palabras, pero no quería engañarla con informaciones falsas, en este momento lo único que anhelaba era tener una oportunidad de romperle la cara al Dai Yōkai. Ya no lo consideraba su Lord, es más, pensaba renunciar a su cargo de espía de las tierras del Oeste una vez terminada su reunión.
Estaría del lado de su Señora y sin duda a su disposición para lo que ella necesitará. Ojalá le pidiera que asesinara a la mujer con la que su Lord se encontraba. Lo haría con mucho gusto pero conocía a la Miko, jamás tomaría la vida de otra persona. Estaba seguro que sus hermanos querrían también participar si así pasara. Todos ellos estaban al tanto de sus hallazgos. Tuvo que reclutar a prácticamente todo el clan para esta misión. No fue fácil conseguir información de forma sigilosa del Señor del Oeste. Pero él sabía que su Señora jamás le pediría que ensuciara sus manos con la sangre de otro individuo. Ella tenía compasión hasta de su propio enemigo. 'Una pena en realidad, me hubiera encantado torturar a la perra por haberse metido donde no le corresponde'.
"En el archivo que le entregue, Kagome-sama, encontrará la información necesaria de la mujer con la que Sesshōmaru-sama se encuentra en este momento. También encontrará copia de la agenda del Señor. Dentro del mismo sobre, encontrará una llave, es la copia del apartamento donde ellos residen ahora mismo" a estas palabras, pudo ella darse cuenta que tan profunda era la grieta que se había formado entre ella y su marido.
Habían trascurrido tres meses desde que el residía con esa mujer; tres meses que ella no tenía contacto alguno con su marido. La realidad le caía encima como un rascacielos de hormigón. Sentía como se sofocaba en su pena. Ella, se había dado cuenta que esta situación sería irreversible. Su marido la había traicionado. Había roto sus votos maritales. Había dejado de lado a su esposa y a sus hijos, a su familia, por los brazos de otra mujer. Él, la había abandonado, y ella no entendía donde había fallado para que el la dejara de querer. '¿Cuando dejó de amarme? ¿Qué hago yo para dejar de amarlo?' pensó angustiada la Miko.
Era consciente de que el dolor que sentía era porque ella amaba a su marido profundamente. '¿Como podré vivir sin mi corazón, si se lo he dado hace mas de 500 años?' pensó con tristeza.
A/N: Otro proyecto que tendrá una lenta actualización, los primeros capítulos ya están listo pero me quede hasta ahí, no se hacia donde llevar esta historia, hacerla algo con un final feliz o no…
