DEMASIADA LECHE

NADA ME PERTENECE, SOLAMENTE EL TIEMPO QUE INVERTÍ EN ESCRIBIR ESTA HISTORIA.

Advertencia: CRACK, la pareja es Ucrania y Canadá, así que por favor si desde un principio no te gusta la pareja evítate la pena de leer no te va a gustar.

La historia es una pareja hetero crack, así que sigo advirtiendo y repitiendo hasta el cansancio, no acepto reclamos posteriores. No esta basado en ningún hecho histórico o actual, solamente es para complacer un capricho de una amiga por esta pareja. Personajes fuera del carácter.

Reeditado: Quite el contenido para mayores de 18 años, pero aun sigue siendo hetero y peligro de morir por lo dulce que quedo.

Leíste bien las advertencias y a pesar de eso quieres leer, adelante disfrútalo.


CAPÍTULO UNO: TODO POR UNA BOTELLA DE LECHE

7:00 AM UCRANIA

¿Cómo había terminado de esa MANERA? Se preguntaba un joven de cabello rubio, quien se encontraba totalmente desnudo, con varias botellas de lecha a su alrededor, observó detenidamente donde estaba, su respuesta fue en un granero, detuvo su vista en los animales; una vaca, borregos, caballos, entre otros tantos animales, le dolía demasiado su cabeza que entrecerró los ojos.

Apretó fuerte su puño sobre sus piernas, un momento estaba demasiado blando, su rostro enrojeció terriblemente al darse cuenta de que era lo que estaba apretando, todo estaba claro en ese momento en su mente apareció como una revelación, se había-censurado con- YAKATERINA, su corazón se aceleró, clavo su vista en ella, mientras dormía placidamente sobre sus pierna, se veía tan dulce.

-Buenos días Matt-chan.-le dice con una enorme sonrisa.-Nunca nadie antes había hecho lo que tu hiciste por mi.

-¿Qué….hice…?-pregunto Matt sintiendo que su cuerpo reaccionaba al sentir el otro, que lo acariciaba lascivamente, su capital en estos momentos estaba de fiesta.-Ahmm

-Fuiste muy valiente.-expresaba muy feliz, aplauidiendo.-Enfrentaste a Ivan y nos casamos con su bendición con un juez.

-¡QUE YO HICE QUE!-se quedo en shock el canadiense, trato de hacer memoria, ¿Cómo habían llegado a esta situación? Para que todos sepamos como llegaron eso, tenemos que ver que paso ayer en la mañana.

Matt estaba muy contento su rancho estaba produciendo grandes cantidades de leche, las cuales eran fortificadas y muy bajo costo, al enterarse de esto Ucrania le había hecho su primer pedido, en esos momentos escaseaba la leche en aquel país, tomó el primer avión llevando en el interior de la aeronave un enorme trailer. No podía dejar de estar nervioso pero contento, ella era su primera clienta y la mujer sufría el síndrome como él, mi hermano es una estrella y a mi nadie me ve, uno es el villano por excelencia de las películas de su hermano, él otro es el héroe del mundo que nadie esperar, pero que todos tienen que aceptar por la primera potencia mundial.

Ambos se sentaban juntos en las Conferencias Mundiales juntos, algunas veces les tocaban hasta dormir en la misma habitación, hablaban hasta altas horas de las noche, de sus sentimientos y deseos. Permanecían el mayor tiempo juntos, solamente Cuba los podía separar cuando lo confundía con su hermano o Ivan cuando le cobraba el gas a su hermana, ella salía huyendo con sus lagrimas en el viento, prometiendo que le pagaría el día en que fuera rica.

Todos sus recuerdos tuvieron que verse interrumpidos cuando llegó al rancho de Yakaterina, estacionó el trailer cargado de miles de litros de leche frente a la casa de ella, era precioso el rancho, enormes campos sembrados, las personas trabajaban arduamente con ella, estaba completamente fascinado por la belleza de los campos de aquel país.

-No veo a Yakaterina.-se dijo en voz baja, la había estado buscando un largo tiempo con la vista y no la encontraba, esta vez no había llevado a su amado osito, no le iba a gustar el clima tan caluroso.

Unos campesinos se acercaron a él, le dio un poco de miedo, todos se veían toscos, enormes y él, bastante pequeño y frágil en comparación de ellos. Su miedo ceso cuando ellos lo bajaron del camión, tratando de atenderlo como si fuera un miembro de la familia, todos deseaban ser sus amigos.

Uno de ellos le dio un sombrero para que no se quemara del sol, otro le ofreció un poco de agua, todos trataban al mismo tiempo de hacerlo sentir en casa, no estaba acostumbrado a tantas atenciones, que se sintió mareado, después de un largo trayecto donde todos les ofrecieron diferentes cosas, llegaron al fin a donde se encontraba ella, su única amiga.

Estaba vestida con unos cortos shorts, con unas botas cortas estaba cortando la leña para la chimenea, una camisa que se sujetaba en los pechos, enmarcándolos perfectamente, su vista se clavo en ellos deseo poder apartar sus vistas de ellos, pero no podía, si ella se daba cuenta estaba seguro que le soltería una cachetada y le pediría dejar de ser amigos, estaba nervioso sudando.

-¡Matt-chan!-corrió a recibirlo, unos tambores resonaron, todos parecían estar tan acostumbrados a este hecho, que se sintió como un completo pervertido.-¡Tú eres un buen amigo!

-Gracias Yakaterina es hermoso su país.-dijo apenando al sentirse tan cercas de ella, sus mejillas eran llenados de besos, la rubia brincaba constantemente, temía que en algún momento salieran de control, nunca antes le había pasado eso, pero al verla así su cuerpo reaccionó de una manera que no esperaba, su capital se en tan solo unos momentos se puso en todo su esplendor.

-Gracias Matt-chan, nadie quiere ser amigo de Yakaterina, eso me pone muy triste-lo abraza fuertemente, como si fuera una linda muñequita.-¿Bebamos algo de leche? Para celebrar esta reunión.

Lo tomó en brazos, como si fuera su damisela y camino con él, debería sentirse mal por ser cargado como una chica, pero lo sabía muchos en esos momentos lo envidiarían, solamente él tenía el honor de estar tan cercas de ella.

Entraron a la casa todo estaba muy limpio, lo acostó en un sofá mientras ella, abría una botella de leche fresca del refrigerado, se llevo a la sala donde el rubio estaba muy contento, en las paredes se podían ver diferentes cuadros donde estaba con sus hermanos.

Siempre salía con esa hermosa sonrisa, no importaba que sus ropas fueran diferentes a las de sus hermanos, que tan sencillas fueran, la más bonita era ella, sus sonrisa era más preciado que cualquier vestido de seda o peinado elegante, ella era sencilla y eso le gustaba mucho a él, un momento ¿Gustar? Claro era su amiga se aseguro a si mismo. Escuchó los tambores sonar indicaban que regresaba con las botellas de leche, trato de permanecer en una posición correcta.

Se había puesto un mandil, traía una charola llena de botellas de leche, caminaba lentamente tenía miedo de dejarlas caer, se notaba el nerviosismo en su rostro, le recordó tanto a él. Llego sana y salva, se sentó a su lado, sirvió las botellas de leche en enormes tarros de cerveza.

-Por una estancia feliz de Matt-chan y que seamos amigos para siempre.-dijo sonriente, ella siempre había querido tener amigos, pero nadie había querido, al ver que Matt quería serlo le hacía sentir feliz. No sabía hablar mucho o tener conversaciones interesantes, ella se dedicaba al campo, trabajaba de solo a sombra, buscando algún día poder pagarle a su hermano y poder estar juntos.

-Amigos para siempre.-le responde.

-Matt-chan bebamos mucha leche, para celebrarlo, no tengo dinero más que para comprar leche, no le puedo ofrecer un buen vino o una fiesta como te lo mereces, perdóname.-comenzó a llorar, le daba coraje no poder darle nada a su amigo como los otros países.

-Para mi esto es lo mejor del mundo.-dice muy seguro de si mismo, su voz se escucho en toda la casa, lo debía de hacer de esta manera, para que ella le alcanzara a escuchar.

-Gracias Matt-chan-dice, Matt le limpia las lágrimas con sus pulgares, ella se sonroja al sentir sus manos sobre su cara, nunca antes le habían tocado con tanta ternura, siempre era de prisa y sin el menor cuidado, buscando solamente el placer personal.

-¡Bebamos!-ordenó Matt.

Los dos comenzaron beber contando sus cosas, hablando de cada tontería, pero no importaba ambos disfrutaban de su tiempo juntos, de la paz que le daban sentirse escuchados, sentir que por primera vez la única persona importante eran ellos, que el otro solamente estaba para él o ella, sus risas, sus llantos en ese momento comprendieron.

Que el amor nace de conocer a la otra persona, de tener cosas en común, de pasar momentos juntos, de ser amigos, compañeros. Apreciar cuando el otro llora u el otro suspira por algo, realmente no importa ser tan diferente, por que el amor es el amor y te llegara cuando menos te lo esperes.

La noche cayó ambos se encontraban completamente ebrios el uno del otro, la leche causaban algunos efectos secundarios, como hablar demasiados o que su hermano mayor Francis se hubiera apoderado de su cerebro y solamente pensará dar amour,

-Matt-chan-se acostó sobre él.-¿Crees qué soy linda?

-Hipc…muy linda.-responde acariciándole la mejilla.

-Matt-chan megushatsssss mushoo.-dice apenada

-Yo toy enamorado de usted señorita Yakaterina.-hizo un fuerte eructo, ambos se rieron, estaban completamente borrachos, esa leche había sido previamente adulterada por su querido hermano Alfred, no lo mataría se lo agradecería.

-También…-responde lo más solemne que puede.-¿Se quiere casar conmigo Matt-chan?

-Si, pero yo usare el traje y tú el vestido, esta bien que soy femenino pero yo sigo siendo el hombre.-trata de cargarla para pararse, con dificultad se para hace varios intentos para tomarla entre sus brazos, pero no pudo.

-Yo te cargo.-se paro de golpe la ucraniana, lo tomó en brazos.-Vamos a casarnos, no invitaremos a nuestros hermanos lo impedirían.

Ambos salieron completamente borrachos, apenas podían caminar diez pasos sin caerse, estaba borrachos con la leche, lo que nos lleva a preguntarnos, ¿Cómo la leche pone borrachos con eso? Alfred había metido las manos en el producto de su hermano o ¿Cuba le había querido gastar una venganza? Sus armas eran enorme un trailer como vehiculo, un poco de dinero y un amor que nadie sabía de donde salió.

¿Continuara? Si no he muerto linchada o en la hoguera.