Ella comenzó a cambiar, repentinamente comenzó a verse en el espejo cinco minutos más antes de salir de casa. Miro con más detalle los colores de los labiales de sus amigas, presto atención a lo sedoso de sus cabellos. Por primera vez le prestó atención a su cuerpo y deseo que este se desarrollara más rápido para que pudiera tener la voluptuosa delantera de su mami. Que no dudaba que heredaría.

De repente quiso que su adolescencia acabe y tener la mayoría de edad, ser parte de la sociedad, libre de hacer lo que quiera.

O eso es lo que pensaba.

Ella siempre se pronunciaba como una belleza, autoestima no le faltaba, se rehusó el ver la cara de Gin-chan y de su calvo padre cuando al primero le pidió unos tacones para verse más alta y al segundo cuando le pidió un perfume caro de esos que salían en los comerciales con la finalidad de encantar a los hombres.

Un día salió del baño con un par de aretes largos, regalos por su cumpleaños número 16. No pudo evitar mirar con cólera a Gin-chan cuando le dijo que ese tipo de aretes estaban prohibidos en la escuela. Ella lo ignoro dispuesta a salir con ellos puestos y el peli plateado la amenazo con buscarla y decomisar aquellas joyas que llamaban demasiado la atención.

Una pregunta inocente a su tutor, le causo problemas. El peliblanco contesto con un natural "Tiene que ser como Ketsuno Ana" y ante la negación a esa respuesta por parte de la chiquilla de cabellos bermellón paso la siguiente hoja de la Jump contestando "pechos grandes".

Gintoki Sakata recibió una patada en la cabeza haciéndolo caer al suelo y con la Jump lejos de él, causando un desmayo. ¿El problema? Gintoki no había preparado a cena y Kagura no encontró dinero en la billetera de su tutor. No había de otra, abrió el armario lleno de dulces con un letrero que decía: "provisiones en caso de emergencia" Cogió distintas cajas de dulces para comerlos como cena.

Unos días después leyó en una revista lo importante que era cuidar "la línea". El comer cinco frutas y verduras al día, tomar dos litros de agua y no comer en exceso de carbohidratos, harinas y grasas yhacer ejercicios. Nada complicado para Kagura a primera vista. Decidió cumplir con esas simples reglas, sin embargo al buscar la lista de alimentos a los que se denominaban carbohidratos toda la motivación cayo en pico de una gran altura junto con su idea de verse a sí misma con un increíble cuerpo y a él arrodillado a sus pies admirándola.

Gintoki encontró la revista subrayada en aquellos cuatro puntos, dio un suspiro y se dirigió a la cocina. Preparo una elaborada cena que muy pocas veces se servían. Kagura salió encantada de su habitación por aquel olor, olvidando por completo su frustración y negación en dejar aquellos alimentos que hacían la vida más colorida y feliz. Encontrándose con el banquete, recibió una charla por parte de su tutor peliblanco.

"Estas en desarrollo"

"Con las clases de deportes es suficiente"

"Hasta que no entremos en una crisis económica, tu obligación como la mocosa de esta casa es comer, dormir y estudiar"

Semanas después, luego de clases y antes de salir del colegio le pregunto a Soyo si podía usar su brillo de labios, ella se lo presto encanta, se avergonzó porque la castaña no le quitaba la vista de encima "tal vez piensa que me echare mucho" se pintó tratando de no excederse, apenas y sus labios tenían la pintura, sus manos temblaban. Soyo se rio suavemente, quitando aquel labial y tomando desprevenida a Kagura del mentón, le pinto los labios para finalmente admirarla y decir que se veía como una muñeca. Kagura se miró al espejo y se vio rara, como si fuera un mal corte de pelo. Salieron juntas y conforme avanzaban por el pasillo Kagura sentía que todos volteaban a verla, los labios le pesaban y antes de poner un pie fuera de la institución educativa se quitó la pintura con el brazo manchando su blanca piel con el suave rosa brillante y abrazo a su amiga disculpándose y avergonzándose.

— ¡Me sentía como un payaso! —Dijo sacando una carcajada a Soyo.

En fin, había muchas cosas que Kagura comenzaba a descubrir, dejo de ignorar lo que pensó que nunca le serviría o a su pensar era superficial, analizo tardíamente las ventajas y utilidades. Todas gracias a que comenzó a sentir aquello que nunca la inundo hasta dejarla sin dormir. A sus dieciséis años, dirán que es lenta pero, con este nuevo sentimiento ella aprendería rápido. Su plan sería un éxito, tendría a aquel castaño de ojos rojizos a sus pies.

En otro lugar se encontraba aquel castaño recién mencionado que llamaba la atención de cualquiera se encontraba silbando, mientras se hallaba sentado a la sombra de un árbol que le daba frescura y lo mantenía a salvo del sol.

Su querida hermana le había dicho que ahora que era su primer año como policía tendría muchos obstáculos, él lo sabía. A pesar de que Kondo Isao era su jefe no tendría nada regalado. Aun así el castaño se sentía seguro y confiado. Él no le temía a nada, porque ¿Qué podría perjudicarle? Sabía hacer su trabajo y estaba en una excelente posición, tenía personas a su cargo. Nada ni nadie lo detendría. Su único problema era acabar con el pestilente olor de nicotina que enfermaba a su hermana, deshacerse Hijikata Toshiro era su única meta.

A sus 22 años tenía todo lo que siempre quiso, un trabajo con mantuviera todos sus escasos caprichos, un lugar cercano para hacer miserable a Hijikata, los malos días podría quedarse dentro de la oficina y los buenos salir a patrullar.

Si se trataba de mujeres. Sabía que se aburriría de la misma cola moviéndole todos los días, no era su prioridad casarse como Mitsuba, su hermana, el no cumplía con los requisitos morales para ser un buen novio. Y aunque su hermana creía lo contrario, no la contradecía.

Bastaba con decir: No encuentro a alguien como tu hermana, para que Mitsuba desistiera en que le presente a su primera novia.

Y para Okita Sougo, no había nadie que le cambiara ese pensamiento.

¡Es un nuevo fic! Subiéndolo ahora 31 de Enero.

¡Por qué cumplo mis promesas a la señorita Frany Fanny Tsuki GRACIAS! -INSERTE CORAZONES!-

Quiero aclarar que las actualizaciones van a ser lentas.

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