Resignación

Marinette despertó como todos los días, en la hermosa y romántica ciudad de París.

Con un grito...

- ¡Marinette se te hace tarde! - Cortesía de Sabine desde el comedor.

Y un golpe.

- ¡Autch! - Se sobo la espalda antes de mirar el despertador, silenciado por ella hace más de una hora- ¡Tikki ¿Por qué no me despertaste?!-

La kwami con expresión molesta, solo atinó a reprochar con la mirada a su portadora.

Tikki adoraba desde lo más profundo de su corazón a Marinette, dejando de lado que está fuera su guardiana y juntas lucharán contra el mal; pero si algo había aprendido en 3 años es que era una persona impuntual como ninguna que haya conocido nunca. Y aparte de todo rebuznona en las mañanas.

-Lo hice, como siempre...- Suspiró cuando Marinette pasó a su lado, como un torbellino cambiándose en cuestión de segundos e ignorándola olimpicamente.

-¡Marinette ¿Sigues dormida?! - Repitió Sabine.

Marinette le indicó a Tikki que se metiera en su bolso, y antes de bajar las escaleras, inspeccionando que todo estuviera en orden, tomó la mochila sobre su escritorio.

Saludo a sus padres antes de devorar su desayuno, y tomarse el jugo de naranja de una sentada.

-Tranquila, ese campamento no se irá a ninguna parte- Tom miro con cariño a su hija, a lo largo de los años había crecido y madurado de manera ejemplar.

Tal vez no se lo dijera a menudo, pero estaba muy orgulloso de Marinnete; al igual que Sabine.

-Gracias por la comida- La chica se levantó a fregar su plato y a despedirse de sus padres con un beso y un profundo abrazo.

Solo estarían separados una semana mientras duraba el campamento organizado por el colegio, jamás se habían separado tanto tiempo y a pesar de estar acompañada de sus amigos, no podía mentir que los extrañaría.

-Diviértete-Dijeron al unísono los padres al ver a su hija partir a toda velocidad, cerrando de un portazo.

-¡El campamento será muy divertido!- Susurro la kwami, asomándose discretamente del bolso una vez que llegaron a la escuela.

-¡Lo mejor es que estará Adrien también!-

-Tail vez puedas encontrar el momento para confesarte- Marinette advirtió la sonrisa pícara y negó quedamente.

En estos tres años había logrado su meta de acercarse a Adrien y no desmayarse, a tal punto de considerarlo un muy buen amigo.

Debido a esta situación, había una cosa de la que estaba completamente segura: Adrien no estaba enamorado de ella, ni si quiera le gustaba mínimamente como mujer.

Hace un año eso había destrozado el corazón de la pobre chica, pero como siempre pudo encontrarle el lado positivo. Era mejor enterarse por sí misma a qué Adrien tuviera que rechazarla.

Intento menguar un poco del amor que profeso por el rubio, pero este mismo no cedió. Solo se endureció en su corazón impidiéndole el paso a uno nuevo.

Marinnete se conformaba únicamente por compartir tiempo con él.

-Tierra a Marinette, ¿Hola? - Despertó de sus cavilaciones al sentir a Alya zarandearla. Ni siquiera la había visto llegar.

- Perdóname, ¿Qué decías? -

-Hoy estás en las nubes chica- Marinnete solo se disculpó de nuevo - Te vi hablándole a tu bolso antes de acercarme, ¿Realmente estás bien?-

Marinette entro en crisis, como siempre que se veía acorralada. Jugueteó con sus dedos y desvió la mirada sin saber muy bien que excusa inventar esta ves para quitarse a Alya de encima. Aún recordaba con vergüenza cuando le dijo que tenía amigos imaginarios y hablaba con ellos de vez en cuando.

-¡QUE!... B-bueno si, no espera, en realidad no- Alya frunció el ceño, esa era una mala señal así que Marinnete inhaló profundamente antes de contestar adecuadamente.

-Es una nota de voz... para mis padres, e-es que no quería arriesgarme a que la señorita Bustier me quitara mi celular antes de irnos al campamento- Cerró los ojos como esperando el golpe.

-¡Claro!- Río la morena, y se acercó a Marinnete confidente- Yo he escondido el mío en la ropa interior por si se les ocurre revisar las maletas-

Marinnete río también, por la elocuencia de Alya al no querer separarse nunca del aparato; pero también liberando el nerviosismo al pensar que su mentira sería descubierta.

La campaña anunció la hora de reunión acordada, y todos, tanto alumnos como maestros se reunieron enfrente de los autobuses de la excursión.

Un profesor, el cual Marinnete jamás había tratado, comenzó a dar las instrucciones.

-Dividiremos a todos en grupos mixtos de cuatro personas para las actividades, así que pongan atención y cuando escuchen su nombre vayan ingresando- Señaló al primer autobús- y así sucesivamente. ¿Quedó claro?-

-¡Si! -Respondieron todos al unísono.

-Empezaremos por la clase de la señorita Bustier- Se enfocó por primera vez en la lista- Marinnete Dupaing-Cheng-

Marinnete dió un respingo y rápidamente obedeció, dando una mirada a Alya antes de abordar. Sinceramente no esperaba ser la primera, aunque de alguna manera era lógico que la representante de la clase fuera al frente por alguna emergencia.

-Adrien Agreste-

-Alya Cessaire-

-Nino Lahiffe-

Los mencionados intercambiaron miradas cómplices , antes de acompañar a la peliazul.

Adrien observó a Marinnete en el primer asiento del lado del pasillo, le sonrió dulcemente y él correspondió a punto de tomar asiento junto a Nino en la fila de atrás.

Pero antes que lo hiciera, Nino lo arrastró un poco lejos de las chicas para hablarle y la mirada de Alya destello, con algo que a decir verdad, Adrien prefería no descubrir.

Nino pasó sus brazos por sus hombros en un gesto rudo de amigos, y encogiéndose los dos le susurró.

-Me gustaría bueno... sentarme con Alya, claro, si no te molesta viejo- Algo hizo clic en la mente de Adrien y se sintió como un verdadero tonto.

Por supuesto que Alya y Nino querrían sentarse juntos, eran novios y no necesitaban el mal tercio.

Adrien asintió risueño, para volver los dos a los lugares designados donde las chicas los miraban expectantes.

Desconfiado al ver como Nino y Alya chocaban los puños, tomó su asiento recientemente intercambiado al lado de Marinnete, la cual no parecía extrañada y no solo eso, sino que se encontraba bastante entretenida leyendo una revista de moda.

Aprovechando su falta de atención, decidió echarle un vistazo y recordar cómo hace algunos años esta no era capaz de dirigirle media oración coherentemente, cosa que si bien agradecía enormemente ya que habían cosechado una hermosa amistad; hechaba de menos los sonrojos. Admitía que eran adorables.

En su inspección recayó en el peinado de la chica, dos coletas.

No puedo evitar viajar hasta su amor soñado de hace ya bastante tiempo. Ladybug también llevaba esa característica, del mismo color era su cabello.

Tragó saliva aprehensivo y frunció el ceño.

¿Cuando había conocido a Marinnete? ¿Y a Ladybug? Respuesta: El mismo día, hace tres años.

Marinnete se preocupó al notar el estado de Adrien, este se había puesto pálido cual trozo de papel y se veía inquieto.

-¿Estas bien?- Colocó su mano sobre la suya en un gesto reconfortante.

El tirón en el corazón del muchacho le hizo darse cuenta de que estaba muy jodido.

(Separador cutre)

Es mi primera vez como parte de la comunidad de Miraculous Ladybug, así que a partir de ahora estaré a su cuidado :D

No planeo que sea una historia muy larga, pero ya veremos cómo se desenvuelven las cosas, ya que aún no empieza lo bueno muajaja.

Acepto peticiones y sugerencias, y los invito a seguirme en Twitter: @Sakuralizbeth para estar más en contacto.

Recuerden que autora con reviews es autora motivada.

México, CDMX a 8 de Enero de 2018.