Disclaimer: Aquí especifico que los personajes de esta mi original historia le pertenecen a Takahashi Rumiko, excelente mangaka cabe recalcar.

Propuesta de matrimonio.

Rechazo: Chapter 1

"¿Quieres casarte conmigo?"

Aun recordaba esas palabras. Podía oírlas en su mente a cada momento martillándola, haciéndole recordar lo hermoso que se había sentido.

"No padre, lo lamento pero no acepto"

El ramo de flores calló al piso dando un vistazo del hermoso vestido blanco que adornaba sus piernas; aquel inmaculado tan blanco que daba un toque azul ahora estaba siendo maltratado con las arrugas que ella le causaba con las manos.

Toda aquella decepción e incredulidad estaban siendo descargadas en el delicado vestido. Aun no podía creer cómo esque su novio; el hombre por el que daría su vida sin pensarlo dos veces la estaba rechazando en plena boda.

"¡Oh!"

El eco de aquella exclamación venida de los presentes le turbaba los oídos y la hacía sentir peor, maldecía la hora en la que se había enamorado de ese pedazo de hombre y maldecía la hora en la que había aceptado casarse con él.

Miraba su rostro incrédula tratando de asimilar lo antes dicho; no, es que no tenía sentido, ¿qué diablos le pasaba?, ¿por qué le pedía matrimonio y luego simplemente en el altar le decía que no?, ¿por qué jugaba con ella?, ¿qué le había hecho?, ¿por qué?

Esas y más preguntas se acumulaban en su mente al igual que las lágrimas en sus ojos, lo siguió mirando pero él ni siquiera movió los labios para decirle; "No cariño, es una broma pequeña, claro que acepto. Padre; siga con la boda por favor"

No, el seguía mirándola con dolor y algo de frustración en los ojos, pero la joven no tomaba en cuenta eso.

"Por favor mi amor dime que es no es verdad"

¿Es que acaso se escuchaba?, ¿ella tenía idea de lo que estaba diciendo?, ¿tenía la mínima idea de cómo se estaba rebajando ante él?, ¿era acaso tonta?, ¿cómo diablos iba obligarle a decir con esa dulzura que eso no era verdad?, ¿es que acaso no tenía uso del sentido común?

Ya estaba dicho y ella no podía hacer nada. Dolor, dolor era lo único que sentía al escucharlo decir eso. Decepción, decepción era lo que más le inundaba el alma. Frio, frio también sentía en su rostro al estar mojados con las lágrimas; pero más que todo sentía vacío, un inmenso vacío en su corazón.

El muchacho apretó los puños y tensó la mandíbula al momento que salía corriendo.

—¡Espera Inuyasha! —Gritó su padre tratando de correr hasta él al igual que el padre de la novia. Sin embargo; esta los detuvo diciendo débil y tristemente, tanto que a los presentes mismos les dolió:

—No, déjenlo ir.

Calló de rodillas derrotada en el suelo pidiendo perdón a Dios por hacer eso en su casa pero no lo aguantaba, simplemente no aguantaba el dolor que sentía al verlo perderse entre la multitud y encaminarse sabrá quién a dónde.

La gente se empezó a aglomerar tratando de ayudarla. Su madre se acercó hasta ella tiernamente conteniendo las lágrimas pero le apartó sin ser arisca claro.

—Lo siento mamá —le dijo levantándose y secándose las lágrimas con brusquedad— lo siento pero me voy. —Se agarró el vestido y comenzó a correr.

—¡No, espera! —Gritó su madre tratando de detenerla— ¡Kagome hija!, ¡Espera! —Fue inútil. Trató de correr hacia ella pero fue detenida por su esposo.

—Déjala Naomi; quiere estar sola.

:::::::::::::

De un momento a otro el cielo se había tornado negro y la lluvia comenzaba a empapar su cuerpo. Corría llorando incontrolablemente por las calles de Tokio, no había muchas personas lo cual la hacía sentir más sola de lo que estaba, sola en un mundo desconocido.

"…Sola sin él…"

Luz sin gravedad: tema de Belinda.

.

Sola recordando, mientras, los segundos van, pasando,

no sé cómo te, podré olvidar.

—¿Por qué Inuyasha?, ¿por qué? —Se preguntaba así misma con dolor y llanto, un increíble llanto que entristecía a la misma lluvia.

Traía su maquillaje regado y sus ojos hinchados; encontrándose sentada sola en un columpio de un parque abandonado ella se moría lentamente.

Cae la lluvia en la, ventana, dibujando tú, mirada,

un instante es una eternidad.

Veía claramente a un niño de ocho años y a una niña de siete jugar en aquel parque. El niño de cabellos plateados miraba a la niña de hebras azabache con cariño.

Y esos eran sus absurdos recuerdos, los únicos que tenían el valor de apoyarla en ese duro momento por el que estaba pasando, miraba atentamente el parque reviviendo cada uno de sus recuerdos mientras las lágrimas hacían su molesto y más deprimente acto de su prescencia.

Estoy cansada de soñar, sin ti,

confundir la realidad.

Y eso era lo que le pasaba a ella; confundía la realidad, confundía lo que fue con lo que era, confundía el sueño con la pesadilla, confundía su amor con el odio.

Tenía ganas de correr a él y abofetearlo fuertemente; pero no podía, ella ni si quiera tenía la más remota idea de dónde estaba, ¿en algún bar tal vez?, siendo seducido por una mujer que tal vez si lo complaciera y tal vez no se comportaría como ella.

Y no sé si volverás,

para amarme y esperar.

¿Volvería? Rió sarcástica ante su patética pregunta.

¡Por supuesto que no tonta!, se recriminaba así misma mentalmente dándose cuenta de que lo que pensaba no tenía coherencia, por gusto de haberla dejado no esque la rechazó en la iglesia; seguramente tendría a alguien más.

Si pudiera ser verdad,

ya no habría oscuridad.

No, ya no habría oscuridad, juraba que si lo veía pasar por allí buscándola para aclararle todo; ella lo perdonaría. Oh, sí que lo haría. Lo amaba tanto que estaría dispuesta a perdonarlo.

Pero eso era soñar despierta y llena de lágrimas bajo un cielo negro. ¡Vamos Inuyasha aun tienes tiempo!

En cada historia hay un final,

en cada amor, hay desamor.

¿Y acaso ese era su final?, ¡¿Y acaso ese era su maldito final?!, ¡Por Dios lo amaba!, lo amaba…tanto que moriría por él ¿y por qué a ella?, ¡maldita sea!, ¡¿por qué?!

No, desamor no, le dolía a pesar de estarlo sufriendo por primera vez. Aquellas gotas de lluvia ya empezaban a colar frío en sus huesos pero a ella no le importaba, no si es que en cada amor hay desamor, en cada llanto hay una gota de lluvia que camufla tu dolor.

Y en cada encuentro hay,

una ilusión.

Pero no exactamente una ilusión que la hiciera soñar despacio con flores rosas en un prado; tal vez la ilusión de verse sola y amargada, vieja amando a un hombre que nunca la quiso.

Empezaba a odiarlo aunque no podía dejar de amarlo. ¡Malditos sentimientos bipolares!, ¡¿Por qué demonios tenía que amarlo tanto?!, ¡¿Por qué a ella?!, ¡¿Qué le habría hecho al mundo para merecer eso?!

Somos tanta gente,

sola y diferente.

Y era como se encontraba ella; sola recordando mientras los segundos iban pasando tratando de poder olvidar…Aquella decepción que le partió el corazón haciéndola llorar.

Y aunque somos diferentes, sentía que su alma gemela la había abandonado llevándose con ella, una parte de su alma y de su corazón, sin tener ninguna clase de compasión.

Amanecer contigo,

hasta morir…

Y eso era lo que ella había deseado desde que lo había conocido y ahora simplemente con un "no"; todos sus sueños los esfumó. Cada palabra y cada beso entregado habían sido botados a la basura y al parecer a nadie le importaba.

No sabía si correr a buscarlo para abrazarlo y perdonarlo o para apuñetearlo…

—¡¿Por qué Inuyasha Taisho?! —Gritó frustrada— ¡¿Qué te hice yo para que me odies de esa manera?!, ¡Maldita sea la hora en la que me enamoré de ti!, ¡Maldito seas amor eterno! —Se auto hería gritando a todo pulmón llorando cada vez más—, ¡Maldito seas tú y maldita sea yo por amarte tanto!, ¡Malditos sean todos!, ¡Malditos! —Culminó sintiendo el alma rompérsele al momento que volaba una cadena que Inuyasha le había regalado cuando se hicieron novios.

Y no sé si volverás, para amarme y esperar,

sin pedirme nada más, si pudiera ser verdad,

Y aquella hermosa joya color rosa se perdió entre el lodo y la lluvia sellando el odio y el resentimiento, nada fáciles de apaciguar en un corazón lleno de tristeza.

Ya no habría oscuridad…

Y aquella mirada tan tierna se opacó con el odio, el color de sus ojos se intensificó dejando el brillo de dulzura a un lado y dándole paso al terrible dolor que los azotaba.

Solo luz sin gravedad, si pudiera ser verdad,

ya no habría oscuridad, ya no habría oscuridad.

Y aunque eso era lo que su corazón anhelaba; no podía evitar sentirse burlada, tonta y rechazada. Con aquella oscura mentalidad que la hacía pensar que nunca más él volvería.

—Ya no más. —Se susurró con dolor cerrando los ojos perdiéndose en la inmensa tristeza y soledad.

Sola recordando mientras, los segundos van, pasando,

no sé cómo te, podré olvidar…

Continuará…