Título: One more Night.
Ships: Keek.
Summary: Y aquí vamos otra vez, haciendo que te ame. Sólo toma mi corazón antes de mi muerte, porque lo único que deseo quedarme contigo una noche más.
Disclamer: South Park no me pertenece, capullo. (Ni tampoco el título viene de mi "inmensa" creatividad.)
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Las lágrimas se asomaban al rostro del único espectador de aquel cadáver.
Abrazó a su mejor amigo, aunque este no se haya percatado aún, y quizá no lo haga.
La cafetería se encontraba tal como siempre, una mesa asimilaba estar vacía. Dos cabelleras rubias hacen notar que no es cierto, parecían charlar monótonamente, pero no, no es así. Ambos saben que el tema es tan serio como estar en una sala de hospital, es decir "sí" o "no." Cualquier respuesta afectaría el bienestar de su amistad.
Sin más nudos, ellos son Kenny McCormick y Tweek Tweak.
Cualquiera diría que el de parca anaranjada sólo hacía una de sus "rondas" diarias, si es que me entienden, sin embargo vuelvo a negar.
El rubio más bajo suspiró con resignación a la vez que negaba con la cabeza, la mueca que se formó mostraba desaprobación y cansancio. El otro se limitó a mantener la cabeza gacha, una última oportunidad, y la había gastado como un simple cigarrillo.
Era una propuesta, una propuesta que lamentablemente Kenny no pudo, no puede y no podrá cumplir o siquiera discutir. El primogénito de los McCormick golpeó con un poco notable rastro de furia, la gente no volteaba ni mostraba ninguna expresión de sorpresa, todo era raro en South Park, para que inmutar.
Nadie, repito nadie, esperaría que los dos salgan del lugar. No, señor.
Un señuelo, eso era lo que cada día Kenny era.
La muerte no es una de sus fuentes, y no espera que lo sea.
El cielo aparentaba estar nublado, hasta el punto de que se notaba a leguas que llovería. Y ahí estaba él, con sus típicos temblores, las ojeras que siempre rodeaban sus ojos verdes claros a la luz aún no existente. Y ese tipo, ¿Era Clyde? ¿¡Qué mierda!? Kenny corrió lo más rápido que le dio sus piernas, joder, ahora entendía el sufrimiento de Stan en las clases de física, pero a eso no venía el caso. ¿Por qué debería dolerme? El de ojos naturalmente celestes sacudió la cabeza en forma negativa, chasqueó la lengua. Todo se observaba borroso. ¿Por qué? Apenas podía diferenciar la vereda de la pista, o eso creía.
El impacto fue tan repentino, no sabía que estaba ahí, buscándolo.
No lo esperaba, por supuesto qué no.
Sintió como un fuerte dolor en la espalda, era literalmente físico. No otra vez. Mostró una histérica sonrisa. Por favor, no. Se detuvo en su marcha, el objetivo estaba perdido, no había razón. Después de todo, no, a la mierda.
Y aquí vamos otra vez, haciendo que te ame.
Estoy usando la cabeza, usándola para soltarlo todo.