Capítulo 1

Dean se encontraba recostado en la cama haciendo zapping, estaba aburrido y un poco enfadado pero trato de ocultarlo de Sam, al fin y al cabo el niño no tenía la culpa, bueno tal vez si pero igual se lo guardaría.

John se había ido hace 5 horas a cazar un hombre lobo en Minnesota y los había dejado en esa cutre habitación de motel, aunque Dean le rogó a su padre que lo llevara, este se negó rotundamente.

-Pero papá, ¿por qué no puedo ir contigo?

-Dean, por quinta vez es muy peligroso, además me encontraré con Bobby y Caleb y te necesito para que cuides de tu hermano- Habló algo exasperado, en serio no entendía cómo no se había vuelto loco a estas alturas.

-Entonces tengo que quedarme de niñera de la princesa Samantha, genial eso chupa, todo un cazador y soy delegado a niñera -Decir que Dean estaba indignado era poco, no es que el no quisiera a su hermano menor, al contrario adoraba a ese enano, era su vida, pero joder era una caza de un maldito hombre lobo.

John Winchester nunca fue conocido por su paciencia y Dean lo estaba llevando al límite -Mira Dean si yo digo que saltes tu preguntas a qué altura y ya he dicho que te quedas aquí y punto, además todo un cazador experimentado como tú dices y no puedes hacerte cargo de un niño, vaya eso sí que chupa.

-Yo no soy un niño- Grito Sam desde el raído sofá de la sala donde se encontraba acostado leyendo su nueva adquisición El Hobbit -Además puedo cuidarme por mi mismo.

-Claro chico maravilla y cómo explicas lo que paso la última vez -Dijo enarcando una ceja.

-Fue un accidente, además a cualquiera le pudo haber pasado- Lo cual era totalmente cierto.

-Noticia de último minuto Sammy a mí no me pasaría, mira que prenderle fuego a la habitación.

Dean sabía que no había sido culpa de Sam, aquella habitación era una pocilga total que se mantenía en pie de milagro, el cableado era muy viejo y cuando el Winchester más joven encendió el televisor este hizo corto sacando un chispero el cual provocó que las cortinas prendieran fuego, por dicha esa tarde no tenía mucho trabajo en el taller así que salió dos horas antes del trabajo y pudo evitar que el fuego llegará a más, en resumen su hermanito era la mala suerte personificada.

-¡Chicos se callan los dos!, Sam tú dices que no eres un niño pero no me demuestras lo contrario y Dean...-Mirando directamente a su hijo mayor- Te quedas y punto y si me discutes no voy a dudar en azotar tu trasero.

-Hey tengo 18, no puedes hacer eso -Grito indignado he incrédulo.

-¿Quién dice eso?, aquí soy el padre y si no te gusta dímelo directamente- Dijo poniendo su mejor cara de no te atrevas a discutir o te arrepentirás -¿He quedado claro?

-Sí señor.

Diablos su padre a veces daba miedo, más cuando amenazaba con azotar su trasero como si fuese un crio y lo que le daba más miedo es que sí sería capaz de hacerlo.

-¿He quedado claro Sam?

-...- De lleno metido en su libro.

-Samuel- Ya estaba viejo para esto.

-Sí señor.

-Bueno al parecer ya estamos claros en todo- De fondo se escuchó un bufido de Dean, pero optó por el bien de su salud mental ignorarlo -Me marchó y lo digo en serio no quiero oír ninguna queja de ustedes dos, nada de peleas.
Dean, no te olvides de salar las puertas y ventanas, no le abran a nadie, nada de salir en la noche y lo más importante...- Fue interrumpido por su hijo mayor.

-Si lo sé, cuida de Sammy, demonios papá desde cuándo te convertiste en una mamá gallina- No hacía falta que le repitieran esa letanía, ya la conocía desde que tenía cuatro años.

-Creo que se me pegó de ti- Dean tenía razón si no salía de esa habitación terminarían trenzándose el cabello.

-Yo no actuó como mamá gallina - Diablos de cierta forma si actuaba así y todo era culpa de Sam, no podía evitar andar siempre preocupado por el niño, cuidarlo siempre ha sido su trabajo aunque a veces se pasara de madre histérica.

-Sam obedece a tu hermano- Solo vio una cabeza subir y bajar en modo de afirmación, en otro tiempo le diría que responda verbalmente pero ahora estaba corto de tiempo, será para la próxima. -Los veo tal vez dentro de dos semanas yo estaré llamando- Y con eso último salió sin mirar atrás.

-Ya escuchaste perra, me tendrás que obedecer en todo.

-Ni en tus mejores sueños, idiota.

*******
Al caer la tarde empezó a llover a cántaros, quitándole a Dean toda posibilidad de salir a divertirse a algún bar por la noche como su cuerpo mandaba.

En cambio se quedó haciendo mac con queso como cena y pensando que serían dos semanas muy largas, bueno si su padre no se atrasaba más como siempre.

Espero que les guste.
Estaré actualizando pronto.