Al despertar notó inmediatamente la ausencia de calor a su lado y se irguió apresuradamente en la cama. Entre las persianas cerradas el sol de la mañana se adentraba en la habitación proyectando líneas de luz que le hacían fruncir el seño.
En un gesto de hábito adquirido agitó su melena rubia y salió de la cama en busca de la ahora picarona compañera que gozaba al tenerlo bajo ella.
¿Por qué hacerlo regresar si ya muerto estaba dentro de ella? Lo desagradable fue encontrarse con ese sepulturero al despertar en una mesa.
Estaba feliz junto a Luca y Claude en el interior de ella y de pronto se encuentra en una funeraria con un chillón gangoso saludándolo exaltado aclamando estar orgulloso de su trabajo en una cabeza aplastada. El rarísimo sujeto de voz aguda se quejaba de haber tenido que reparar un cuerpo sucio y desagradable, al menos en eso estaban de acuerdo.
Era irónico, Phantomhive era un cadáver en una maleta la primera vez que lo vio, pero pensar que un anillo pudiera tener el alma de una persona en su interior y despertarla de nuevo al usarlo era completamente absurdo. Más aún cuando solo bastaba reparar el cuerpo de alguien y ya estaba listo para usar. Según el tal sepulturero conseguir el alma era un lujo pues una organización se encargaba de llevárselas y los cadáveres reparados solo despertaban como marionetas ansiosas por carne y sin personalidad. El sepulturero de cabello plateado murmuraba entonces rechinando los dientes sobre un incidente en un barco y de interrupciones de terceros en un supuesto plan. Balanceaba su dedo índice frente a la cara del rubio como si explicara algo importante.
Entonces ella entró a la tienda, usaba un vestido más ceñido de lo que hubiera visto antes. Su rostro debió ser de sorpresa pues la mujer se acercó cautelosamente hasta que pudo sentir su respiración. La mayor cubrió uno de sus ojos y le habló con una voz tan dulce que podría jurar que era ensayada.
-Mi joven señor, ¿No me reconoce?- El chico siguió mudo ante lo cual una expresión de alarma asolo las facciones de la mujer que dejó de cubrir su ojo con la mano para sujetar los hombros del menor. Ahora su voz era apremiante y sorprendentemente adolorida, su mueca de angustia era como un grito de dolor silencioso que por más extraño que pareciera produjo calor en el pecho del rubio. Ya no ocultaba sus emociones como antes.
-¿No me recuerda? ¿Siempre seré tan insignificante?- Su respiración se agitaba y sus palabras se ahogaban. La mitad de su rostro mostraba una sonrisa irónica por la alegría de verlo mientras que la otra tenia la comisura de su labio hacia abajo al igual que su ceja y parpado caído, su ojo iba a derramar una lágrima. Estaba claro que fuera lo que fuese, Hannah había esperado mucho tiempo por ello.
Tras siglos y siglos de convivencia a la que estaba forzado, la mujer aprovechó constantemente de copular con él. Al principio era tímida y sutil, tratando de ocultar su libido con caricias contenidas y sonrisas dulces, convenciéndolo poco a poco de tocar las puntas de sus prominentes senos y luego más abajo, más abajo… Y entonces la mujer no aguantó más y devoró el falo del muchacho con sus labios inferiores. El cambio de actitud solo tomó unos cuantos días, el demonio ya se comportaba como si realmente fueran una pareja.
A medida que pasaban los siglos, la perversión de Hannah mostraba que no tenía límites, se ataba a si misma en la cama para decirle a Alois que hiciera lo que quisiera con ella. Nalgadas, azotes, mordidas, succión, juguetes, juguetes raros y afilados, abuso verbal con insultos degradantes, todo parecía alegrarla, el rubio se daba cuenta por como la mujer mayor aumentaba su respiración mirándolo a los ojos mientras el la llamaba cerda o puta. La mayor solo sonreía picaronamente y de la nada sus piernas enrojecidas por el abuso se desataban y se enlazaban en las caderas del niño para obligarlo a penetrarla otra vez.
-Quiero que me digas puta otra vez.- Esa voz incitadora reforzaba su erección dentro de ella y la despiadada lo sabia y movía sus caderas ella misma mordiendo su hombro o su cuello, sus ojos se curvaban dándole un aspecto sucio a su cara como si intentara soportar o aguantar lo que más pudiera hasta el final para disfrutarlo a plenitud.
El muchacho no quería más de esto, el dolor en la zona baja de su espalda se acentuaba con el tiempo. Hannah lo alejó una vez más de Luca y Claude. Sus almas estaban en el interior de la mujer y ella simplemente lo expulsó de su cuerpo para reanimar su cadáver y aprovecharse de él igual que ese viejo asqueroso de hace mucho tiempo. Ella lo miraba de la misma forma.
Con miedo examinó su mano para mirar ese sucio anillo que lo ataba a existir con esa furcia.
De seguro todas las cosas que ella le hizo las aprendio de tener relaciones con otras personas que la hubieran invocado mucho antes que su hermanito. El solo pensar desde el primer dia en eso le causaba repugnanica al compartir su cuerpo con tal persona, mas aun cuando se sentia culpable por ella al recordar a ese anciano asqueroso.
Si pudiera romper el anillo antes de desmayarse tal vez su alma se liberaria del objeto y él de ella, estaba a punto de intentar quitarselo cuando la puerta de la habitacion se abrió de golpe y una mujer desnuda de irreales proporciones corrio hacia él para sujetar sus manos, Alois intentaba forcejear pro la demonio tenia mas fuerza y altura, sus enormes senos morbidos y desproporcionados se apretaban contra el rubio quien sintió la furia de grandes pezones erguidos y desafiantes.
-No, mi Alois. ¿por qué insites en hacerme eso?-
-¡CALLATE MALDITA! ¡ME TRATAS I GUAL QUE ESE VIEJO CERDO! ¡APROVECHAS DE VIOLARME IGUAL QUE SUS CRIADAS QUE ME TRAPEABAN EN EL SUELO COMO SI ESO SIRVIERA PARA BAÑARME A MI Y A LOS OTROS! ¡ME HACES LO MISMO QUE ELLAS!-
-Si te quitas el anillo... solo tengo que ponertelo de nuevo y bastará.-
-¡NO SI ME ARROJO DE ALGUN LUGAR ALTO Y ME ROMPO TODO EL CUERPO! ¡ESE PELIBLANCO YA NO ESTÁ PARA REPARARME!-
-¿Porqué me odias? Yo solo quiero estar contigo y_
-¡Tú me usas para violarme y nada más! ¡ME ALEJASTE DE LUCA DOS VECES!
¡YO ESTAVA CON ÉL PERO TU ME PUSISTE EN ESTE CUERPO DE NUEVO! ¡TU FUISTE LA QUE MATÓ A LUCA Y LUEGO PASÉ POR TODAS ESAS COSAS HORRIBLES POR TÚ CULPA! ¡ME QUITASTE A MI HERMANO Y ME ATRAPARON ESOS VIOLADORES!-
La demonio lo soltó y retrocedio un paso. Sus manos estaban contra sus pechos y ladeó su cuerpo mostrando su perfil de lado como si quisiera evadir una acusación. La ira y el autodesprecio asolaron al joven al caer en cuenta que la mujer le parecia atractiva aún despues del dolor que le produjo.
-¡POR ESO CUANDO ESTABAMOS EN LA MANCIÓN NUNCA DECIAS NADA!
!DESDE SIEMPRE LO SUPE! ¡DESDE EL MOMENTO QUE ESTUVE EN EL CUERPO DE PHANTOMHIVE LO SUPE! ¡TU MISMA COMETISTE EL ERROR DE DECIRMELO CUANDO ESO PASÓ EN LA TORRE DE RELOJ!-
Hannah quedo muda ante la frase, abrazó al rubio por el cuello. Alois no se resistió pues siglos de placer en su compañia le hicieron mella y tristemente no podia hacer nada contra ella, ni siquiera sabia si podia suicidarse aún con la evidente desesperacion de Hannah con cada intento. Ya eran siglos de compañia y talvez para un humano eso era demasiado para ofrecer compañia a otra "cosa".
La demonio acercó sus labios a su oreja y con un suave susurro le dijo...
-Pero, aún asi tu tampoco dijiste nada de eso cuando tomaba tu cuerpo, porque en el fondo yo se que disfrutas de mi. Y sabes que yo "te amo"-
Al muchacho eterno siempre le gustó esa voz tan suave que siempre intentaba calmarlo y nunca se atrevió a confesarlo. Todo lo que hacia era quedarse callado mientras ella aprovechaba los momentos para sentirse apreciada.
Ese te amo siempre lo usaba y era como un veneno que lentamente lo ataba a ella cada vez más, sin contar el placer fisico constante.
-Dímelo otra vez.-
-Te amo mi señor.-
-MÁS.-
-Te amo, mi Alois- La mujer lo hizo caer en la cama acariciandolo.
-Ya... Úsame, Hannah.-
