Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son creaciones de la gran mente de J.k Rowling.
Bueno, este año se cumplen los 19 años que habían pasado desde la Batalla de Howgarts y el epílogo, por lo que he escrito estos pequeños momentos para celebrarlo. Todos leímos lo que ocurría en la estación el día en el que Rose y Albus empezaban su aventura en el colegio. Pero me puse a pensar que sería divertido crear algo que ocurriera la noche de antes. Seguramente que a muchos nos haya pasado de pequeños y hayamos vivido esos nervios previos al comienzo de un curso nuevo, la emoción de volver a ver a los amigos; o empezar en algún colegio nuevo y no conocer a nadie.
¡Espero que os guste! ¡Qué comience un nuevo curso en Hogwarts! =)
¡Besotes a todos!
.I.
31 de agosto de 2017. Familia Weasley-Granger
—Buenas noches, Rosie.
—Hasta mañana, mamá.
Hermione salió de la habitación de su hija con el semblante un tanto triste. Al día siguiente, su hija mayor cogería el Expreso de Hogwarts, dando comienzo a su educación mágica. Esto significaba que ya no la verían todos los días y que debería esperar a Navidad para volver a ver a su pequeña.
Tras echar un vistazo al cuarto en el que dormía su hijo pequeño, se dirigió a su habitación. Cuando llegó, encontró a Ron sentado en la cama, sujetando una taza humeante.
—Ten, te he preparado un poco de chocolate caliente. Sé que es lo que más te anima cuando estás así.
Hermione cogió la taza y se sentó al lado de su marido. Después de tantos años juntos, el pelirrojo volvía a demostrarle que estaba allí para ella.
—Herms, cariño, sé que vas a echar de menos a Rosie. Todos vamos a hacerlo. Pero no tienes de qué preocuparte, ella va a estar bien, ¿o es que has olvidado tus años allí?
Hermione sonrió nostálgica al pensar en sus años como estudiante. Allí había conocido a sus mejores amigos. Recostó la cabeza en el hombro de Ron, quien le abrazó con fuerza.
—Nuestros hijos se hacen mayores —dijo Ron, intentando convencerse a sí mismo también—. Seamos positivos. Al año que viene, cuando Hugo vaya a Hogwarts también, tendremos más tiempo para nosotros. Podríamos cogernos unas vacaciones… Hace 11 años que no tenemos tiempo para nosotros solos, sin que nos interrumpan de alguna manera… ¿Qué te parece volver a Australia? Ya sabes, para recordar esos días después de encontrar a tus padres… no sé si me entiendes…
—¡No seas bobo, Ronald! —Hermione sonreía ante los comentarios del pelirrojo—. Pero supongo que tienes razón. Será mejor que nos acostemos ya, mañana hay que estar pronto en la estación.
…
Rose no dejaba de dar vueltas en la cama. En unas horas estaría cogiendo el tren que la llevaría a Hogwarts. Había estado esperando ese momento desde el día que, sin tocarla, había hecho pedazos la escoba de Hugo tras una de sus peleas.
¿En qué casa le pondría el Sombrero? ¿Estaría en la misma casa que su primo Albus? ¿Y si entraba en Slytherin? Su padre les había dicho a Hugo y a ella que les desheredaría si entraban en la casa de las serpientes. Su madre y su abuela Molly les habían jurado que se trababa de una broma tonta de su padre, pero Rosie seguía preocupada por ello. ¿Tendría amigos? No es que no tuviese ninguno en el colegio muggle al que había ido hasta ese año pero, al tratarse de un colegio nuevo, donde todo el mundo hacía magia… De repente, la puerta de su habitación se abrió.
—¡Mamá, te he dicho que no pasa nada! ¡Por Merlín, si en Navidad nos vamos a ver!
Sin embargo, al fijarse mejor en la persona que acababa de entrar en su habitación, Rose se dio cuenta de que no se trataba de su madre, sino de su hermano pequeño. ¿Qué estaba haciendo aquel mocoso en su cuarto? ¿Y por qué estaba midiendo su escritorio?
—¡Hugo! ¿Se puede saber qué haces en mi habitación? —Rose había encendido la luz, sobresaltando a su hermano—. Es hora de que te vayas a dormir.
—¿Crees que si quito tu escritorio tendré espacio suficiente para poner un terrario nuevo para mi lagarto?
—¿Qué? ¡MAMÁ, PAPÁ! ¡HUGO ESTÁ EN MI HABITACIÓN HACIENDO COSAS RARAS!
Ante los gritos de su hija, Ron y Hermione no tardaron en llegar hasta su habitación. Aunque sus hijos se llevaban bien, siempre acababan discutiendo por tonterías. Algo que según Ginny, habían heredado de sus padres.
—Hugo, ¿puedes explicarnos qué estás haciendo aquí? —Hermione miraba a su hijo con severidad.
—Como Rose se marcha mañana a Hogwarts, podré quedarme con su habitación. Estaba midiendo el espacio que tendré para el nuevo terrario de mi lagarto.
—Hugo, tu hermana va a seguir viviendo aquí, no puedes quedarte con su habitación, ¿lo entiendes? —Hermione se dio cuenta entonces de algo que había dicho su hijo—. Además, ¿qué es eso de un nuevo terrario?
—Papá me dijo que…
—Eh, esto, campeón es hora de que vuelvas a tu habitación y te duermas —Ron se había puesto rojo e intentaba sacar a su hijo rápidamente, evitando mirar a los ojos a una enfadada Hermione—. Está mal que quieras hacerte con la habitación de tu hermana…
—¡Ronald! Tú y yo tenemos que hablar muy seriamente.
—¿Me dejáis dormir todos? —Rose seguía en su cama, esperando a que su familia, que parecía tener uno de esos momentos de locura que vivían a menudo—. Mamá, mañana tendremos que levantarnos pronto. Necesito dormir, por favor. ¡Buenas noches!
—¡Buenas noches, Rosie! ¡Ronald, explícame que es eso de un terrario nuevo!
