Texto participante en la primera convocatoria de drabbles de la página "Gundam Wing Yaoi en Español" (búsquenla en facebook, ¡no se arrepentirán!).

Contexto: San Valentín. Tema elegido: Sorpresa. Número de palabras: 465.

Confesión: El primer drabble que escribí no pude resumirlo, por lo que lo publicaré de forma aparte (sí, me la ganó haha). Les aviso por si alguien quiere leerlo~

Agradecimientos: a Aratziel, por existir y siempre brindarme su opinión más sincera.

Dedicado a Killacad, por ser tan genial como eres ❤


¿Qué quieres?

Usualmente lo dejaba trabajar en paz y se dedicaba a sus propios intereses. En esta ocasión, su interés era mirarlo toda la tarde.

Heero lo había ignorado con su maestría usual, hasta que de pronto le habló:

—¿Qué quieres?

—¿Me hablas a mí? —preguntó con burla.

La mirada de Heero, fija en él, exigió una respuesta clara, no bromas.

—Hoy es San Valentín —informó, como quien dice el estado del clima.

Heero entrecerró los ojos.

—¿Por qué no lo dijiste antes? Te hubiese dado un regalo.

—¿En serio? —se sorprendió. Le bastó ver el brillo de burla en sus ojos para saber que no era cierto.

—Deberías darme algo —dijo resentido—. Cualquiera diría que con un año de relación soportándote, me lo merezco.

Heero volvió a trabajar en la reparación de su gundam, inclinado. Solo podía ver su nuca.

—¿Qué quieres? — dijo, ahora con otro tono.

Duo sonrió, pero procuró que no se notara en su voz. Había una sola cosa que había querido siempre y la dijo sin dudar:

—Tu detonador.

—¿Por qué? —preguntó Heero, luego de una larga pausa.

—Porque te quiero con vida —afirmó, sin elegir sus palabras—. Incluso después de la misión más importante.

Heero lo observó por sobre el hombro, su expresión no decía nada. Luego el silencio fue su respuesta e hizo un mohín ofendido. Enseguida suspiró. Al menos lo había intentado.

Miró su reloj, ya era tarde y había soportado demasiado mutismo por un día.

—Me voy a dormir. Suerte con lo que sea que estés haciendo.

La verdad es que al retirarse nunca imaginó que Heero le caería encima nada más unos minutos después. Y a juzgar por la forma en que sus ropas estaban siendo removidas, tenía un objetivo claro. Uno al que no se le pasó por la mente negarse, al contrario, hasta se preparó a sí mismo para dejarlo entrar.

Heero juntó sus manos, palma con palma, empujándose más profundo en él. Duo abrió los ojos sorprendido al sentir metal entre sus dedos entrelazados.

—Gracias —dijo de forma sentida al descubrir el detonador del Wing. Era justo lo que había pedido.

Luego no pudo decir nada más. Heero lo hizo ahogarse en gemidos y jadeos desesperados hasta que reunió el suficiente aire para hablar:

—Ya me has dado tu regalo —murmuró con la voz rota, aguantando los embates de su cuerpo—, ¿y tú qué quieres?

—Ya tengo lo que quiero.

Heero terminó en su interior y Duo pensó que se refería a eso, a disfrutar de su cuerpo. Más tarde, al subirse a su máquina para ir a misión, comprendió el verdadero significado de sus palabras. Heero había removido también el detonador del Deathscythe. Recuperándose de la sorpresa sonrió, entendía el mensaje alto y claro. Heero también lo quería con vida.