"¿Por qué nací?"
Era lo que me preguntaba una y otra vez, mientras corría sin rumbo alguno entre la obscuridad, no era necesaria para nadie, ni amada por nadie, a pesar de solo contar con mis escasos 7 años, entendía muchas cosas que ningún niño de mi edad entendería… entonces sin previo aviso azote en el suelo. Al principio intente levantarme, pero me dolía mucho el cuerpo que fue imposible, luego me percaté de que estaba sola en el bosque y que nadie vendría a buscarme… al parecer esto era la manera perfecta para desaparecer, sin previo aviso mis ojos se llenaron de lágrimas, lagrimas que por mucho tiempo había reprimido y cuando estuve a punto de estallar. Escuche que alguien más estaba llorando.
No era la única que está ahí, sola llorando, a duras penas me levante, pero lo hice con cuidado para no hacer mucho ruido y camine en donde venía aquel sollozo, y fue ahí donde lo vi bajo la luz de la luna, era un chico más grande que yo, de cabellos negros y de tez clara, no podía ver bien su rostro ya que se estaba tapando. Di un paso, para poder ver su rostro, sin embargo pise accidentalmente una rama, a pesar de que apenas hice un poco de ruido, el chico se giró violentamente en mi dirección, y pude ver que el chico no feo, pero me aterro no por el hecho de que estaba herido y lleno de sangre, si no por el par de ojos escarlatas que tenía el, es como si le hubieran inyectado sangre.
Cuando el chico me vio bien, su postura se relajó y sus ojos se tornaron a un color negro azabache, entonces lo vi suspirar profundamente
-Me pregunto ¿Qué hace una niña en medio de la nada?-pregunto el chico pero no hubo respuesta por mi parte-quiero creer que te escapaste de casa
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Me sobresalte ante esa conclusión que llego el chico y luego me sonrió suavemente, cuando él se dio cuenta de que tenía razón
-Entonces estoy en lo cierto, pero eso es malo… tus padres se van a preocupar si no regresas pronto a casa
-Eso no es cierto, ni siquiera les interesa si muero ahora-conteste
-Pero que dices, a todos los padres les preocupa el bienestar de sus hijos
-¿Tienes pruebas de eso?-pregunte-tienes pruebas de que ellos se preocupan por mi…
-Bueno yo… pero estas vestida, no parece que pases por hambre o algo así… te ves sana
-Eso solo es una farsa… no quieren dar de que hablar-conteste
-¿Cuántos años tienes?-pregunto
-7 años
-Eso significa que tienes la edad de mi hermano…-dijo mientras que su voz se apagaba y la tristeza se reflejaba en sus ojos
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Involuntariamente me acerque a él y al estar enfrente del chico, comencé a acariciar su cabeza, lo cual eso lo tomo desprevenido y comenzó a reír, pero esa risa comenzó a transformarse en un pequeño sollozo.
Cuando veía a las personas llorar, siempre me pareció que tenían un aspecto horrible, pero esta era la primera vez que alguien derramaba de forma tan bella aquellas lágrimas. Cuando el chico se calmó un poco, me observo detenidamente
-Pequeña ¿Cómo te llamas?
-Sakura-dije
-Sakura-repitio mi nombre, lo cual hizo que me recorriera un escalofrió-te queda perfectamente ese nombre-sonrió sinceramente
-Y ¿tu?
-Itachi
-Ita-chi-dije lentamente
-Así es-y luego acaricio mi pelo dulcemente-es mejor que regreses
-¡NO!-grite involuntariamente, lo cual me sentí avergonzada al ver el rostro estupefacto de Itachi-yo… yo no tengo una casa a cual volver
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El silencio reino en ese momento, aun que había solo pasado unos cuantos segundos, me pareció una eternidad, entonces no pude soportar aquel silencio y me gire sobre mis talones para seguir corriendo, pero él me detuvo. Había cogido mi mano antes de que pudiera escapar, obligándome a voltearlo a verlo
-¿A dónde vas?-pregunto
-No sé-admití
-¿No vas a regresar a casa?
-No
-¿Te gustaría venir conmigo?
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Cuando el hizo esa pregunta, vi que se asombró por lo que de inmediato el chico se tapó su boca en cuanto se dio cuenta de lo que dijo, entonces el quito su mano de su boca y con una sonrisa forzada comenzó a hablar
-Pero que digo, perd…
-¡SI!-grite-quiero in contigo-volví a decir antes de que se retractara
-Pero Sakura yo no soy una buena persona
-Eres una buena persona
-No lo soy, nadie me considera que lo soy
-No me importa lo que digan los demás
-Tu no entiendes-dijo con desesperación-soy un ¡ASESINO!-grito esto último-en cualquier momento podría matarte
-No me importa si eres tú el que me mata-dije mientras le tomaba las manos
-Pero que dices…
-Tú me has dado la respuesta que he estado buscando, tú le has dado una razón de mi existencia-dije mientras más me aferraba a sus manos-si mi existencia es para morir en tus manos, entonces lo aceptare-entonces las lágrimas comenzaron a caer-para mí eso es más que suficiente, así que no me dejes
-Sakura-dijo mi voz suavemente
-Solo no me dejes-comencé a sollozar
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Itachi, me jalo contenta fuerza que perdí el equilibrio y caí entre sus brazos, pero él me estrecho suavemente en su pecho y con una de sus manos comenzó a acariciar mi pelo
-Dios… no te puedo dejar, ni mucho menos tengo el corazón para quitarte la vida-dijo-pero si te quedas conmigo ya nunca podrás regresar a casa y es probable que te manches las manos de sangre
-No me importa-dije y se me separe un poco de el-eso no me importa…
-Espero que no te arrepientas un día
-No lo hare
-Si tú lo dices…
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Después de eso, Itachi cogió mi mano, y comenzamos a andar, aun no sabía que era lo que iba a suceder a partir de ese momento, pero lo único de lo que estaba segura era de que ya no había vuelta atrás
Ese día Sakura Hurano dejo de existir
