DEL LADO EQUIVOCADO
Por Mary Martín
Hola a todos. Hoy 9 de septiembre ¡Es cumpleaños de Shun! así que ahí les va un nuevo fic para celebrarlo. Muchos pensarán: ¿Por qué rayos no termina sus otros fics antes de empezar este? Pues yo me pregunto lo mismo y no sé qué responderme. Sé que este tema ya esta muy usado, pero no pude resistir las ganas de poner a estos dos hermanitos en apuros. Espero que les guste.
Los personajes de Saint Seiya son propiedad de Masami Kurumada. Sólo los tomo prestados para compartir mis ocurrencias con otros fans y sin afán de lucro, porque dudo mucho que alguien quiera pagar medio centavo por leer la locura que les presento a continuación.
CAPITULO 1
ASÍ NO ERA
Era un sábado como cualquier otro. Como ya era costumbre Ikki, Hyoga y Shun se reunían en una disco para no perder contacto ya que cada quien estaba haciendo su vida y no querían dejar de ser unidos a pesar de eso. Claro que el fénix iba a regaña dientes sólo por Shun ya que odiaba los grupos. Al principio se juntaban todos, pero ahora Shiryu estaba en china razón por la que ya no lo veían mas que en fechas especiales. Seiya y Saori solían salir solos como pareja, así que se podría decir que ellos quedaban del grupo, ellos y la entrometida de June, según Ikki, que todavía no lograba asimilar que ahora fuera novia de su hermanito. La pareja se había sentado cerca de la pista de baile y lo otros en la barra por lo que Shun se turnaba en ir de aquí para allá y estar al mismo tiempo con su novia y sus hermanos, cosa que a Ikki le venía como una patada en los... tobillos... pues odiaba tener que compartirlo.
Hyoga e Ikki se la pasaban bebiendo y discutiendo qué si el equipo de fútbol al que le iban era mejor que el del otro y cosas así. El menor llegó a tiempo pues ya se iban a dar hasta por debajo de la lengua.
– ¿Acaso estás ciego? – Hyoga de plano quería golpear gente – ¡Claro que fue penal! Le llegó por detrás
– ¡Nada que ver! Se tiró tremendo clavado – Atentos a la tele ya que veían el partido y pelaban al mismo tiempo
– Hola ¿Y ahora que pasa? – dijo al ver que estaban mandándose miradas que matan
– ¡Ajá! Aquí está Shun – Hyoga se le acerca y le pasa un brazo por los hombros – eres el más imparcial así que di si fue penal o no
– Obvio me va a dar la razón – dijo Ikki confiado
Shun sonrió pues al parecer no había nada más importante en el mundo en ese momento para ellos que ganar esa discusión. Miró de reojo a June que esperaba algo impaciente a que regresara. Así que sin mas remedio vio la repetición de la jugada y proclamó su veredicto.
– Pues sí, definitivamente fue penal
– ¡Ja! Ahí tienes – Hyoga levanta los brazos triunfal. Ikki mira incrédulo a su hermano
– ¡Shun! ¿Que rayos te sucede? Eres hermano mio o de él – dijo más que indignado
– Lo siento Ikki pero no solo lo empujó por la espalda sino que además lo trabó por abajo
Ikki se tuvo que aguantar las burlas del patito mientras pensaba la forma de torturar a su lindo otooto. Luego fueron a una mesa ya que el juego terminó, pero aun así seguían debatiendo otro rato mientras Shun pedía unos refrescos para regresar lo mas pronto posible con June, estando algo nervioso pues la chica que lo atendía en la barra le estaba coqueteando con descaro total.
– Aquí tienes, guapo
– Gracias – tomando los vasos que le daba
– De nada, bebé. Por cierto ¿Como te llamas?
– Shun – respondió un tanto incómodo
– Yo me llamo Gabriela, soy signo aries, vivo en el 115 de esta calle departamento 6 y casualmente soy soltera y sin compromiso
– Errr.. ok... – dijo sin entender por qué le había dado tanta información para luego emprender la huida – bueno, me esperan asi que adiós.
Casi casi se fue corriendo de ahí abriéndose paso entre las parejas que bailaban. Pero cuando volvió donde su novia con las bebidas, se topó con algo que no esperaba. Un tipo aparentemente alcoholizado, se había sentado junto a June y trataba de convencerla de salir a bailar.
– Vamos, nena, sólo está canción y ya, no te hagas la difícil
– No, gracias – dijo lo más cortésmente posible tratando de alejarse de aquel sujeto – mi novio está por regresar y no creo que le agrade encontrarlo aquí
– Si tienes novio ¿Cómo es que te deja aquí solita aburriéndote? Ven, vamos a divertirnos – la toma de la mano y la jala. En ese momento Shun ya estaba lo suficientemente cerca por lo que dejando lo que traía en la mesa de a lado, puso la mano en el hombro de aquel tipo
– Me parece que la señorita te ha dicho que no
– Y a ti ¿Quién te preguntó, mocoso?
Le lanzó un puñetazo, el cual Shun pudo esquivar con mucha facilidad. Hizo un nuevo intento de golpearlo pero esta vez él se hizo a un lado por lo que el otro pasó de largo y fue a estrellarse con una mesa. De inmediato, todos los presentes voltearon hacia el lugar del conflicto y entre ellos Ikki que se limitó a observar de lejos, esperando que su hermanito le partiera la cara a ese idiota que molestaba a June... sólo que eso no pasó.
– Maldito niño, deja de huir y pelea como hombre – esta vez Shun detuvo su puño y ejerciendo algo de presión habló con seriedad
– Será mejor que te calmes. No deseo pelear contigo. Sólo déjanos en paz y te dejaré ir ¿De acuerdo? – Ikki seguía con los brazos cruzados y los pies sobre la mesa esperando a ver a qué horas empezaba a correr sangre
– Está bien, está bien, tranquilo no te enfades – dijo temeroso sintiendo que su puño iba a terminar hecho polvo. Shun lo soltó.
– ¡Uyuyuy! Ese bebé si que te dio tu merecido ¿No? – Se burlaban sus amigos
Ya se disponía a regresar a la mesa con June pero el tipo quería hacerle pagar la humillación
– Espera, se te olvidaron tus bebidas – dijo al tiempo que le aventaba el contenido de los vasos en su camisa
Listo. Eso era todo lo que Ikki necesitaba para estallar en llamas. Se levantó como impulsado por un resorte de su silla tirándola en el acto y fue de inmediato a agarrar a ese por sus ropas ignorando a Hyoga que trató de persuadirlo
– ¡Con mi hermano no te metas, imbécil! – acertándole un leve puñetazo que lo dejó inconsciente
– ¡Ikki! – reprendió Shun indignado de que usara su fuerza de ese modo
– ¿Qué? – respondió de mala gana
– ¿Por qué hiciste eso? Pudiste haberlo matado – agachándose para cerciorándose de que el hombre no estuviera tan grave. Sólo estaba algo maltratado y con la lengua de fuera, con cara de cucaracha fumigada pero nada más.
– Ganas no me faltaron – mirando a Shun bastante molesto, él se incorporó y le sostuvo la mirada – además todo es culpa tuya
– ¿Mía? – preguntó igual de enfadado mientas June se acercaba a él pues notaba gran tensión entre los hermanos
– Claro. Si lo hubieras puesto en su lugar desde el principio yo no hubiera tenido que venir a salvarte
– ¿Salvarme de qué? Es un tipo cualquiera, no un espectro de Hades por si no te diste cuenta
– Shun, tranquilo – June lo toma del brazo tratando de calmarlo
– Estaba molestando a tu novia ¿Qué más razón quieres para partirle la cara? – adoraba a su hermanito pero a veces le exasperaba que fuera tan pasivo – Y no me digas que no te molestó ni tantito eso que te hizo – señalando su camisa empapada
– Es sólo refresco, Ikki, no me voy a morir
– Bueno chicos, ya fue suficiente – poniéndose en medio para evitar que pase a mayores – ven Shun, hay que cambiarte – le pone una mano en la mejilla y suavemente le voltea la cara hacia ella para dar por terminada la guerra de miradas que protagonizaba junto a su hermano – vamos, estás todo mojado
– Sí, pero...
– Él estará bien – dijo al entender que su novio estaba muy preocupado por el pobre infortunado que hizo enfadar a Ikki
Entre dos de sus amigos lo arrastraron a la salida buscando un taxi para llevarlo al hospital. La música volvió a sonar y todo siguió como antes. Ikki había salido del lugar echando fuego por todos lados. Hyoga decidió que era mejor seguirlo para cersiorarse de que no calcinara a nadie por ahí.
Shun tuvo que interrumpir su cita para regresar a su departamento, darse un baño y cambiarse de ropa. Seguía muy decepcionado de Ikki. June estaba sentada en la cama viéndolo pasar de un lado a otro como león enjaulado peleando él sólo, ya que cuando intentaba decirle algo, él ya estaba alegando otra cosa.
– ¿Cómo pudo hacer eso? No tenía por qué usar la fuerza en alguien indefenso – Sabía que Ikki había que tenido que vivir cosas horribles durante su entrenamiento por lo que se había vuelto así como era, pero no podía justificar su comportamiento de ningún modo – No era necesario romperle la nariz y tirarle dos dientes ¿No crees?
– Pues...
– ¿Cuál es su problema? No puede ir por la vida repartiendo golpes a la más mínima provocación. Debe entender que las peleas se acabaron y ya no hay razón para usar la violencia.
Hyoga por su parte estaba igual que June. Ikki se había ido a meter a un antro a beber y el pobre pato tuvo el infortunio de tener que seguirlo por el bien de la humanidad. Estaba ahí sentado escuchando todos los argumentos del fénix que con cada palabra se iba enfureciendo más y más
– ¿Qué rayos está mal en su cabeza? Hasta cuando va a entender que si no se defiende, la gente va a seguir abusando de él
– Bueno, yo opino que...
– No puede dejar que un idiota lo trate como quiera sin siquiera meter las manos para evitarlo – dijo ignorándolo y siguiendo con su discurso – Será muy mi hermano pero en serio que hay veces en que me gustaría zarandearlo hasta el cansancio hasta que se de cuenta que hay veces en que sólo con violencia se resuelven las cosas. Ya no es un niño, ya debería haber madurado y entenderlo. Debería ser más agresivo ¿No crees?
– Si Shun fuera mas violento, no sería Shun. Su forma de ser es lo que lo hace único. Es como si le pidieras que renunciara a lo que es sólo para darte gusto. Además no me lo imagino como tú. Con ustedes dos partiéndole la cara a todo el que se les ponga enfrente, este mundo no duraría ni medio día.
– Y a ti ¿Quién rayos te preguntó, pato metiche?
– Pues tú – respondió temeroso pues el otro poquito más y lo calcina con la mirada
Después de un rato, June trató de convencer a su novio de ir a ver una película para alegrarlo un poco. Él estaba recostado en la cama con el ánimo por lo suelos, ella sentada a su lado acariciando su mejilla.
– No me gusta verte así, amor. Mejor salgamos para olvidarnos de esto ¿Sí?
– No se si sea buena idea – dijo algo triste incorporándose un poco
– Vamos, me prometiste llevarme al cine hace mas de un mes ¿Acaso vas a romper tu promesa? – poniendo ojos de cachorrito extraviado
– Perdóname, lo había olvidado
– Creo que todavía llegamos a la última función – mirando el reloj de pared – además, si nos apuramos, cuando volvamos podemos hacer otra cosa antes de dormir – le susurra al oído
– Ok. Vamos entonces.
Se incorpora rápidamente y la jala de la mano para salir de inmediato. Ella estaba contenta de haber podido convencerlo ya que ahora estaba más tranquilo dejando a un lado lo ocurrido con Ikki, pero dio la casualidad de que pasaron por el antro justo cuando él y Hyoga iban saliendo. El mayor seguía muy alterado y no se molestó en disimularlo
– ¡Vaya! Veo que ya te cambiaste la camisa ¿Y esta si es a prueba de agua? Digo, no vaya a ser que te derramen algo por accidente
Al oír esto, Shun bajó la cabeza realmente triste de que su hermano pensara que era un débil. Hyoga en ese momento lo quiso agarrar a patadas por ser tan duro con su amigo. June lo miraba preocupada.
– ¿Qué? ¿Te comieron la lengua?
– No, Ikki. Sólo quería disculparme por la forma en que te hablé hace rato. Lo siento.
– ¡Maldición, Shun! ¿Por qué rayos te disculpas? Si quieres golpearme en la cara ¡Hazlo! se que en el fondo tienes ganas de hacerlo
– Nunca levantaría mi mano contra ti, eres mi hermano – se armó de valor para verlo a los ojos con sinceridad – Vamos, June, la película está por comenzar
– Si – respondió algo preocupada pues notó que una lágrima estaba a punto de escapársele
Ikki los miró alejarse mientras caminaban tomados de la mano. Ahora estaba muchísimo más enojado que antes, pero no con su hermano sino con él mismo. Apretó los puños con fuerza para luego patear una lata que estaba en el suelo la cual terminó a varios kilómetros mas allá. Hyoga estaba haciendo un esfuerzo descomunal para controlarse y no terminar encerrándolo en un ataúd de hielo después de darle un buen par de bofetadas.
– ¡Eres un idiota! ¿Por qué lo tratas de ese modo? – le da un empujón en el hombro
– Se que fui algo duro con él
– ¿Algo? – preguntó iracundo con enormes dientes de tiburón maniático – lo hiciste llorar ¡Tarado!
– ¿Y crees que no me duele verlo así?
– Pues déjame decirte que lo disimulas muy bien
– ¿Quieres saber por qué lo trato así?
– A ver, ilústrame – cruzándose de brazos
– Quiero que se vuelva más duro y se defienda cuando sea necesario porque no voy a poder protegerlo todo el tiempo, no voy a vivir para siempre
– ¡Gracias al cielo! – murmuró por lo bajo
– ¿Qué? – casi escupiéndole un ojo
– No, nada, continua – dijo nervioso mientras escurría el sudor de su frente
– Quiero que cuando eso pase, pueda morir tranquilo de saber que ya no me necesita para pelear sus batallas, que ya es un hombre maduro y que sabe defenderse. Ya vi morir a dos personas muy importantes para mi – dijo con melancolía recordando a su madre y a Esmeralda – Shun es todo para mi, no soportaría una pérdida más ¿Entiendes?
– ¿Y por qué rayos no se lo dices así en vez de hacerlo sentir que te ha decepcionado, que te avergüenzas de él?
– Yo nunca he dicho tal cosa
– No hace falta que lo digas ¿Como crees que se siente al ver esa mirada en tus ojos? ¿O no te diste cuenta de lo enojado que estaba consigo mismo al sentir que no es lo que tu esperabas de un hermano?
Ikki ya no dijo nada, se quedo pensando en Shun mientras caminaba a su departamento sin muchas ganas. Luego fue por una botella de licor y se trepó al techo donde tendió una manta para recostarse y mirar las estrellas mientras reflexionaba lo ocurrido. En tanto su hermanito estaba a las afueras del cine esperando la hora para entrar. Miraba la hermosa luna cuando June llegó con una mega cubeta de palomitas suficientes para alimentar a un ejército.
– La cena está lista – dijo tratando de ver por encima de la cubetota
– ¿Nada más? – preguntó sarcásticamente con una enorme gota de sudor en la cabeza y una sonrisita nerviosa
– Cierto, hacen falta refrescos y golosinas... ya vuelvo... – va de nuevo a la tienda
– June, era broma, yo solo... ok, ahora te alcanzo... – dijo resignado viendo que iba a pedir todo lo que hubiera disponible
Suspiró profundamente volviendo su vista al firmamento. La imagen de Ikki se hizo presente de inmediato ¿Seguiría molesto con él? Quería hablarle para decirle que no lo culpaba por ser así con él.
– Niisan, sé que debe ser difícil tener un hermano como yo. Pero no sabes lo mal que me hace sentir que pienses que soy un bebé indefenso que necesita que lo salven todo el tiempo. Sé defenderme, más no quiero hacerlo usando la violencia ya que puedo llegar a hacer mucho daño a pesar de que haga todo lo posible por evitarlo... es complicado... necesitarías estar en mi lugar para entenderlo.
– Shun, creo que es más que obvio que no soy bueno expresando mis sentimientos... – pensaba Ikki en ese instante – es sólo que te quiero demasiado como para permitirme perderte, por eso necesito estar seguro de que estarás bien y que pelearás cuando sea necesario. Si te trato así es porque nadie me enseño a ser cariñoso pero no significa en ningún momento que te haya dejado de querer. No creas que me gusta ser así contigo. Ojalá pudieras comprenderme, es difícil ser el malo todo el tiempo ¿Sabes?
Ambos miraban tristemente la misma luna cuando de pronto una estrella fugaz surcó el cielo. Dejaron escapar un suspiro mientras cerraban los ojos por un momento.
– Cómo quisiera que mi hermano supiera lo que se siente ser yo
Dijeron al mismo tiempo mientras la estrella desaparecía. En ese momento les pasó algo extraño pues sintieron un cosquilleo en todo el cuerpo y una sensación que no podían explicar. Inesperadamente un rayo iluminó el cielo lo cual les pareció muy raro ya que no había ni una sola nube de lluvia.
– ¡Rayos! No vuelvo a beber esta cosa – Ikki avienta la botella por ahí
– ¿Qué fue eso? – susurró Shun tocando su pecho con ambas manos y mirando de nuevo al cielo
– Shun... ¿Pasa algo?... Shun... – June lo toma del brazo para que le hiciera caso
– ¿Eh?
– Vamos que ya están pasando los cortos – dijo ella mientras arrastraba un carrito con todas las cosas que compró
– Ok – respondió preocupado de que se haya gastado todo su dinero en eso
Trataron de pasar el resto de la noche olvidando lo ocurrido, pero a la mañana siguiente todo iba a cambiar para ellos. Ikki despertó con dolor de cabeza. Se levantó con pesadez y se dirigió al baño con los ojos cerrados. Luego volvió a tirarse en la cama boca arriba y fue cuando escuchó que alguien entraba a la habitación, pensó que se trataba de Shun que quería arreglar las cosas, así que siguió sin abrir los ojos. Al menos hasta que sintió que alguien se trepaba sobre él
– ¿Pero qué...? – casi se muere ahí mismo al notar que June, estaba sentada en su cadera portando una blusa con un escote muy sensual – ¿June?
– Buenos días, dormilón. Ya despierta – hizo el intento de darle un beso pero Ikki alcanzó a reaccionar y la hizo a un lado con algo de brusquedad
– ¿Qué rayos crees que estás haciendo? – preguntó horrorizado poniéndose lo mas lejos posible de la cama
– Intento darte un beso ¿Que tiene? – preguntó algo extrañada – anoche te hice mucho más que eso y no te molestó ¿O si? – dijo seductóramente mientras se pasaba un dedo por los labios
– ¿Anoche? – preguntó temeroso. Anoche había quedado, no borracho, lo que le sigue... pero no era posible que... no, no, no, no puede ser... era la novia de su hermano, sería incapaz, por más ebrio que estuviera ni siquiera lo pensaría ¿Verdad? – ¿Que anoche no estabas con Shun?
– Claro... – dijo ahora si mega extrañadísima incorporándose de la cama y mirándolo con desconfianza – con quién más quisiera estar si no contigo... Shun...
– ¿Cómo... me llamaste? – a estas alturas pensó que la que estaba borracha era ella – A ver párate en un solo pie, da pequeños saltitos y recita el alfabeto al revés – dijo seriamente con cara de policía de tránsito, solo le falto sacar un alcoholímetro y ya quedaba perfecto
– ¿Qué te pasa? ¿Te caíste de la cama o qué? – dijo sonriendo por las ocurrencias del muchacho – ¡Ah ya entiendo!... – cambiando su actitud mientras caminaba sensualmente – ¿Acaso me porté mal, oficial? – con voz seductora y rodeándolo lentamente – En ese caso tendrá que castigarme
Ahora si que estaba por darle un ataque al miocardio, una embolia o no sé que cosa. Se alejó de ella horrorizado y pensando que la novia de Shun era una loca pervertida. De hecho retrocedió tanto que chocó con una mesita en la que había un retrato de su hermano y él, el cual Ikki le había regalado en navidad. Fue hasta entonces que notó algo raro ¡Estaba en la habitación de Shun!
– ¿Cómo rayos llegué aquí?
Estaba tan distraído con el escote... digo... la presencia de June, que no había reaccionado su cerebro hasta ahora. Se frotó la cara con las manos tratando de buscarle lógica al asunto cuando notó que estas estaban mas blancas que de costumbre.
– ¡Oh no! – Seguía balbuceando sólo, por lo que chica ahora si comenzó a preocuparse
– Shun ¿Te sientes bien? – él la miró estupefacto y peor todavía cuando vio que detrás de ella la puerta del baño había quedado abierta y la imagen que se reflejaba en el espejo de ahí no era la de él si no la de...
– ¡Oh no! – la hizo a un lado despacio y se dirigió ha dicho lugar que hasta casi se mete en el espejo porque no se la podía creer – ¡Oigan! ¡No me estaba refiriendo a esto! – gritó a quien sabe quien mientras ondeaba su puño con ira y miraba al techo.
Afuerita, June con celular en mano estaba a punto de llamar al doctor pues su novio estaba actuando rarísimo.
Continuará...
